lunes, 12 de enero de 2015

ATENTADO EN PARÍS: UNA MANIFESTACIÓN DECEPCIONANTE.

Jean Marie Le Pen ha llamado payasos a los participantes en la manifestación que tuvo lugar el pasado domingo en Paris contra el terrorismo. A pesar de que los medios de comunicación han transmitido una imagen poco seria y demasiado propagandística de la manifestación, considero dicha declaración un exabrupto inoportuno, fuera de lugar. Dicho eso, la manifestación me ha parecido decepcionante, con unos mandatarios intentando transmitir una falsa imagen de unión, y con unos manifestantes que expresaban unos eslóganes que poco tenían que ver con lo ocurrido días anteriores. En la manifestación se habló mucho de lápices, pero poco de  fusiles, olvidando que si los trabajadores del semanario Carlie Hebdo hubieran dispuesto de fusiles en vez de lápices seguramente no hubieran sido vilmente asesinados.

Paris es la ciudad de la libertad, de todo tipo de libertades, incluida la libertad de expresión. En Paris, como en otras muchas ciudades europeas, no es necesario reivindicar libertad, ya hay libertad. Lo que no hay en Paris, a igual que en otros muchos territorios de la Unión Europea, es ni seguridad ni justicia. A pesar de ello, muy pocos discursos, muy pocas reivindicaciones, muy pocos eslóganes, hubo en Paris el domingo a favor de más seguridad y mayor justicia. ¿Por qué? ¿Qué valores se querían defender el domingo en Paris? No lo sé, habría que preguntárselo a los directamente implicados en la manifestación.

Vivimos en una Unión Europea decadente. Dicha decadencia esta sin lugar a dudas afectando también a los valores. Favoreciendo que en la actual Unión Europea imperen valores como el de la resignación, el de aceptar el sometimiento, el de sacrificar a sectores sociales, el de sacrificar a miembros de la sociedad europea, como los 8 trabajadores del semanario satírico Charlie Hebdo asesinados el 7-E, todo ello  en beneficio de una falsa paz y de una equivocada y cobarde convivencia entre culturas diferentes.

El 7-E el terrorismo islamista gano una batalla asesinando a unos ciudadanos europeos cuyo único armamento eran las herramientas que utilizaban para expresar su creatividad humorística. El terrorismo islamista logro silenciar la voz de trabajadores del semanario Charlie Hebdo, logro coartar la libertad de expresión de unos ciudadanos europeos, asesinándolos.

Ante la barbarie cometida por el terrorismo islamista el 7-E, carente de ningún tipo de justificación, la reacción no puede ser simplemente reivindicar libertad, aun más, en mi opinión el semanario Charlie Hebdo debería asumir su derrota y cerrar o cambiar de contenidos. Los ciudadanos europeos debemos de exigir que se incremente la seguridad, no de forma puntual porque se reúnen, desfilan, un conjunto de mandatarios, sino  de forma permanente. Los ciudadanos europeos tenemos derecho a vivir en seguridad. Los ciudadanos europeos debemos de exigir también justicia, una barbarie como la del 7-E no debe de quedar sin castigo. Y también los ciudadanos europeos debemos exigir reacciones. Las oportunas y justas reacciones, allí donde procedan, dentro o fuera de la UE, militares o del tipo que procedan,  para hacer percibir al terrorismo islamista la disuasión necesaria para que una barbarie de este tipo no pueda nunca volver a producirse. Y para que se puedan producir reacciones la opinión pública europea debe de exigir que se le ponga nombre y apellidos al terrorismo islamista, es decir, que se deje de hablar del terrorismo islamista como si fuera algo abstracto, que se deje de hablar de lobos y células solitarias que se autoactivan, y por el contrario se difunda que  grupos forman el terrorismo islamista, de quien y de donde  reciben las ordenes de actuar, y  que apoyos reciben tanto del  Mundo islámico como de elites dirigentes occidentales.    

Como consecuencia de lo  ocurrido el 7-E, uno más de los muchos episodios de terror provocados por el terrorismo islamista en lo que va de siglo, debemos de reflexionar sobre: ¿Por qué debemos de vivir atemorizados? ¿Por qué debemos vivir sometidos? ¿Debemos de aceptar que se ceda ante el terror creado por  grupos pertenecientes al terrorismo islamista y concederles las reivindicaciones que de forma secreta hacen a las elites gobernantes?

No se juzgan creencias sino únicamente las actuaciones humanas. No tiene sentido por ello exigir a los ciudadanos pertenecientes al Islam que cambien de creencias. Pero en mi humilde opinión, de simple ciudadano europeo, se le debe no solo exigir, sino imponer, a los sectores sociales islámicos viven en países occidentales que cambien de actuación, es decir, que dejen de generar terror, violencia y abusos en las sociedades occidentales.

Es evidente que en  la Unión Europea  grupos pertenecientes al Mundo islámico, grupos del crimen organizado internacional y grupos de las corruptas elites gobernantes, en unión, están creando un peligroso efecto bola de nieve. Efecto bola de nieve que de no frenarse acabara provocando, más temprano o más tarde, a igual que ocurrió con la crisis económica del 2008,  negativas consecuencias para las sociedades de los Estados miembros de la UE. Acabará  provocando desestabilización política, rupturas sociales, incremento de la conflictividad social, dañando los sistemas democráticos, y dañando también, lógicamente, las economías de los Estados miembros.  Afirmaciones de mandatarios europeos, como la realizada por el primer ministro David Cameron, de que la amenaza yihadista estará con nosotros muchos años, solo contribuyen a engordar dicho peligroso efecto bola de nieve.

Lo ocurrido el 7-E nada tiene que ver con la defensa de la laicidad, ni con la defensa de la democracia, ni con la defensa de libertades y derechos,  nada de eso defendían los autores del atentado realizado en nombre  del terrorismo islamista. Su objetivo no era otro que el de generar terror asesinando a indefensos ciudadanos cuyo único armamento eran las herramientas que utilizaban para expresar su creatividad humorística.

El terrorismo islamista representa una amenaza que provoca un riesgo inasumible. Y por lo tanto los ciudadanos europeos debemos exigir medidas y reacciones encaminadas a castigar lo ocurrido el 7-E y evitar que se pueda volver a producir. Reacciones entre las que, en mi opinión, debe estar una oportuna, necesaria y justa intervención militar internacional.

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