jueves, 5 de febrero de 2015

PODEMOS, PRINCIPAL ENEMIGO DE LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA.

El papa Benedicto XVI, en una visita a España en el 2010, hizo una afirmación que me pareció en su momento muy interesante y acertada, y que considero oportuno recordar, dijo: España vive por su anticlericalismo una situación similar a la de los años 30. Y yo aún diría más, no solo por su anticlericalismo. España es un país en el que han vuelto a resurgir comportamientos fascistas propios de la década de los 30. En la España actual y democrática, desde los poderes e instituciones del Estado se ejerce represión judicial y policial, ordenándose detenciones ilegales. En la España actual y democrática, desde los poderes e instituciones del Estado se ordenan violaciones de los derechos humanos y terrorismo de Estado. Por todo ello, ni el Gobierno de España ni los partidos políticos son creíbles cuando hablan de lucha antiterrorista. Dicho de forma coloquial, el Gobierno de España no es de fiar en lo que a la lucha antiterrorista se refiere, miente mucho. Además, España vive un evidente y negativo proceso de descomposición política.

España vive un evidente y negativo proceso de descomposición política. Según el último barómetro publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas de celebrarse hoy unas elecciones generales ningún partido político obtendría mayoría absoluta,  el mapa político español se fraccionaria, el bipartidismo si no deja de existir se debilitaría notablemente, siendo necesario para formar gobierno un pacto entre fuerzas muy igualadas en votos. Siendo lo más destacable que un nuevo partido político, Podemos, pasaría de no tener representación en la actual legislatura  a ser uno de los tres partidos con más representación en el Congreso de los Diputados, y por tanto con muchas posibilidades de entrar a formar parte del Gobierno que surja de las próximas elecciones generales. Según los datos publicados por el CIS de celebrarse hoy unas elecciones el Partido Popular, que hoy gobierna, seguiría siendo la fuerza más votada, obteniendo el 27,3% de los votos emitidos,  pero  caería en torno a un 17% con respecto al 2011, el PSOE obtendría 22,2% y caería con respecto al 2011 un 6,5%, y Podemos entraría en el Congreso por primera vez con un 23,9%.

De los datos del CIS se pueden hacer muchas lecturas, en mi opinión  todas ellas negativas. Una de ellas, mi interpretación, es que Podemos está creciendo en intención de voto principalmente gracias a votos que recibe de la derecha española, el partido que más votos pierde es el PP, un 17%, y una parte importante de esos votos se va a Podemos, lo que viene a confirmar algo que sospecho desde hace tiempo: Sectores de las elites dirigentes de la derecha española están realizando un oculta operación política para que crezca Podemos, entre en el Congreso de los Diputados y pueda llegar a gobernar España en coalición con otra fuerza política.   

El fraccionamiento del mapa político español obliga a preguntarse ¿Es malo que surjan nuevos partidos políticos? La respuesta no puede ser otra que depende. Depende de que ideas defiendan y  de que tengan o no espacio ideológico propio. El fraccionamiento del mapa político español es muy negativo porque no obedece a razones ideológicas sino que responde a intereses personales y de concretos sectores sociales que quieren más poder, gobernar o como mínimo mayor participación en el juego político, una mayor porción de la tarta del poder político. Además, es muy negativo que crezcan en número de votos partidos como Podemos,  con ideas reaccionarias, minoritarias en la UE, no aceptables en democracia y muchas de ellas inviables.

Lo que está ocurriendo con Podemos pone de manifiesto que hay sectores de las elites dirigentes españolas que no han comprendido lo que representa la democracia, su esencia, que es el respecto a una serie de principios, entre los que destacan el respecto a la legalidad vigente, la defensa de los derechos humanos, el pluralismo y el respecto a las minorías. Los sectores de las elites dirigentes de la derecha española que apoyan a un partido político comunista como Podemos lo hacen porque no aceptan el sistema democrático.

Podemos y sobre todo las elites que les apoyan se sienten muy fuertes, no sé si ello se debe a que cuentan ya también con el apoyo de las Fuerzas Armadas españolas, y por ello quieren cambiar las reglas de juego, quieren cambiar el sistema, romper toda clase de compromisos contraídos en España en el pasado e imponer el lenguaje de la violencia, imponer la cultura del todo vale de la época del expresidente Aznar, de esa época de la que muchos de los que ejercieron el poder han tenido que pasar ya por el banquillo de los acusados o tendrán que hacerlo en un futuro no muy lejano.

Seguramente alguien esté pensando algo así como: los ciudadanos, incluidas las elites, tienen derecho a evolucionar ideológicamente y a votar a quien quieran. Y es cierto, a mí personalmente, que sectores de las elites de la derecha española estuvieran dando su apoyo a Izquierda Unida en vez de crear Podemos no me hubiera parecido negativo, incluso más, sin ser votante de ese partido, me hubiera parecido un apoyo merecido, una forma de premiar su constancia en la política española sin haber apenas obtenido éxitos. Pero lo de Podemos huele muy mal, no solo por su ideología, por sus reivindicaciones, por sus  propuestas políticas. No solo porque este partido político reciba financiación de países extranjeros que no son de la órbita occidental, algunos ellos incluso enemigos, como Irán. Huele mal porque las elites dirigentes españolas le están dando apoyo económico y mediático a Podemos de forma oculta, y ello se hace lógicamente para ocultar algo.

Que no haya ninguna duda, Podemos es fruto de un proceso de manipulación política de la sociedad española. Sectores de las elites dirigentes de la derecha española están intentando que se cumpla con Podemos el principio de la profecía autocumplida. Podemos y  las elites que le apoyan son el enemigo, representan hoy el principal enemigo de la democracia española.

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