A
pesar de que hay expertos que defienden que tal o cual debate dio la victoria o
hizo perder a este o aquel candidato, la realidad, obtenida a través de
encuestas, es que la influencia que los
debates ejercen sobre el voto de los ciudadanos, es muy baja. A pesar de ello,
a 5 días de las próximas elecciones generales los líderes de los principales
partidos políticos españoles, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, han celebrado un
debate, seguramente por si lo veía algún despistado que todavía no conocía sus
ideas y propuestas. Lo más llamativo del debate sin lugar a dudas ha sido la
enorme cobertura que le han dado los medios de comunicación. Es evidente que en
la sociedad española existe la mayoritaria opinión de que las próximas elecciones no son
como otras, sino que se considera que serán transcendentales para el futuro de
la democracia española debido a la
actual situación de España y al previsible fraccionamiento del mapa político.
El
debate entre el presidente Rajoy y el líder de la oposición Pedro Sánchez ha
sido aburrido, una repetición de cosas
ya dichas, y de sobra conocidas por la opinión pública, sin que ninguno de los candidatos aportara alguna
propuesta, idea, o dato nuevo. Eso sí, ha sido un debate fuerte, o usando el
mismo calificativo utilizado por Rajoy, vibrante. Es decir, ha sido un debate
sobre contenidos ya conocidos y por tanto la opinión pública, el electorado, lo
único que podrá valorar es como los candidatos han expresado y defendido su mensaje y rebatido el del contrario.
Como
suele ocurrir con este tipo de debates,
el celebrado entre Rajoy y Sánchez ha estado también cargado de mensajes
subliminales. Alex Grijelmo, en su libro “La Información del Silencio”, dice
que cada receptor interpreta los mensajes que recibe de acuerdo a su particular
saliencia. Y dice, la saliencia es aquello que la mente tiene más a mano cuando
debe recurrir a un contexto. Es decir, lo que sobresale en ese contexto. Seguramente
cada ciudadano español que ha visto el debate ha interpretado de una forma
diferente los mensajes que han enviado los candidatos. Unos se habrán fijado en
las corbatas los candidatos, otros, en
sus bolígrafos, otros tal vez únicamente han dado importancia a lo que se ha
dicho verbalmente. A mí personalmente,
me ha llamado mucho la atención los bolígrafos de los candidatos, en concreto los
bolígrafos que llevaba el presidente Rajoy, ¿Por qué sentía la necesidad de
coger uno u otro? ¿Simple costumbre a la hora de trabajar con papeles, o
deseaba enviar algún mensaje?. O rizando todavía más el rizo, ¿Se los había regalado
alguien? y si es así ¿Conocía Rajoy su significado? Sánchez, que solo llevaba
un bolígrafo, también de color negro, hay que reconocer que lo manejaba con
mucha más naturalidad. Siendo muy
curioso que Rajoy a igual que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, sean
partidarios de usar ante las cámaras de televisión bolígrafos de color rojo, ¿Simple
casualidad o algo más? Sera un bolígrafo rojo el puente necesario para que se
produzca un futuro pacto de gobierno entre el PP y Podemos, ¿Disparatado? si,
pero no por ello imposible.
Como
diría Tomas de Aquino “Todo excepto Dios tiene una causa” y por tanto, teniendo
en cuenta el nivel de corrupción que hay en la política española, siempre que veo un debate de este tipo me hago la misma pregunta ¿ Por qué han dicho
lo que han dicho, o dejado de decir o querido decir? ¿Es consecuencia de una reflexión
personal o se debe a que alguien les ha llenado la cartera?
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