lunes, 31 de agosto de 2015

¿ESTÁ CATALUÑA OPRIMIDA POR ELITES DIRIGENTES DEL RESTO DE ESPAÑA?

El denominado proceso de la Transición Española, que comenzó al morir el general Franco, el 20 de noviembre de 1975, fue un éxito, principalmente porque la gran mayoría de elites dirigentes españolas tenían miedo. Miedo a que la dictadura continuara, algo que no deseaban ni las elites del régimen franquista. Y miedo a que a España se le siguieran cerrando las puertas en importantes organizaciones y foros internacionales, como la NATO, en la Europa democracita, entonces la CEE, etc. Tenían miedo hasta los militares, pues un porcentaje importante de las elites del Ejército español querían que España pasara a ser miembro de la NATO. Hoy las elites dirigentes políticas españolas han vuelto a perder el miedo, recuperando comportamientos tiránicos similares a los que se producían en la década de los años 30 del pasado siglo. Han perdido el miedo incluso a la organización terrorista ETA, organización con la que el Gobierno de España cerro un pacto a nivel internacional en la época del expresidente Aznar, en la época de auge económico, y es que todo es susceptible de poder comprarse, desconociéndose que porcentaje de dicha organización se sumó al pacto. En España se cometen flagrantes y sistemáticas violaciones de los derechos humanos, muchos ciudadanos son objeto de represión judicial y policial por sus ideas políticas o únicamente porque tienen un conflicto de interés con sectores de las elites dirigentes, el mapa político se ha fraccionado dificultando así la gobernabilidad y la aplicación de soluciones a los problemas que más preocupan a los ciudadanos, y las reivindicaciones independentistas, como ocurre en Cataluña, han tomado más fuerza.

El independentismo catalán adquirió una enorme fuerza en el 2012 a partir de que Convergencia Democrática de Cataluña decidiera dársela, anunciando el presidente Artur Mas que iba a convocar un referéndum para que el pueblo de Cataluña pudiera decidir si quería o no constituirse en un nuevo Estado soberano e independiente, firmándose el denominado “Acord per a la transició nacional” entre el líder de CDC, Arthur Mas, y el líder de ERC, Oriol Junqueras. El referéndum no llego a realizarse debido a presiones de diferente tipo del Gobierno de España, realizándose en su lugar una consulta popular  el 9 de Noviembre del 2014, sin valor legal, a la que por otra parte las elites que la habían convocado no quisieron dar valor, a pesar de que gano el “Si”. El próximo 27 de Septiembre habrá elecciones autonómicas en Cataluña, elecciones a las que las elites políticas nacionalistas mayoritarias han dado un carácter plebiscitario en sustitución del referéndum que no han podido realizar, presentándose en una candidatura única: “Junts pel Si”.

Los líderes de Junts pel Si han dicho que obtener una mayoría simple el 27-S lo consideraran una victoria, un sí del pueblo de Cataluña a favor de la independencia. Todo ello conduce a pensar que la sociedad catalana y española pueden estar viviendo un periodo histórico importante, el más importante desde que en el 78 se aprobara la actual Constitución, o siendo objeto de un enorme engaño, estando ya todo atado y bien atado, pactado entre las elites dirigentes  nacionalistas catalanas y las elites dirigentes constitucionalistas. Al respecto, llama mucho la atención  que las agencias de calificación de riesgos no estén considerando las situación de Cataluña, y en concreto las próximas elecciones plebiscitarias del 27-S un factor de riesgo y sigan manteniendo la misma calificación a España. Como no, como no, tal vez tengan información secreta que las lleve a pensar que las reivindicaciones independentistas del nacionalismo catalán no se materializaran en nada importante, o simplemente tienen algún interés que las lleva a no considerar dicho riesgo. En mi opinión la situación política en Cataluña se complicara a partir de las elecciones del 27-S, sea cual sea el resultado. Si gana Junts pel Si se complicaran las relaciones de la Generalitat y el Gobierno de España, y sino se complicará y mucho la gobernabilidad de Cataluña, pudiendo incluso surgir de dichas elecciones un gobierno de ideología comunista, similar al que ha gobernado hasta ahora Grecia, liderado por Catalunya Sí que es Pot, o sea Podemos, el Syriza español.

El expresidente Felipe González ha pedido a los catalanes a través de un bello escrito que no se dejen arrastrar a una “aventura ilegal e irresponsable”, es decir, que no den su voto a la lista “Junts pel Si”. Yo por suerte o desgracia no soy catalán, ni vivo en este momento en Cataluña,  tal vez por ello como simple ciudadano español no tengo tan claras las ideas como el expresidente González, importante y antiguo líder del PSOE. No tengo claro de  a quien aconsejar a los ciudadanos catalanes que voten en las próximas elecciones del 27-S. Si tengo claro por el contrario a quien no deberían de votar los ciudadanos catalanes, no deberían dar su voto a Catalunya sí que es Pot. Catalunya sí que es Pot es la marca de Podemos en Cataluña, y  Podemos es un partido de ideología comunista, financiado por el comunismo internacional, y que está creciendo tanto en España como en Cataluña, principalmente, gracias al apoyo que reciben de corruptos sectores burgueses de la derecha española. Un partido así, que es apoyado por Inditex, por el Grupo Planeta, por periódicos monárquicos y de lo  más rancio de la derecha española, como es La Razón, también del Grupo Planeta ¿Qué proyecto puede tener para Cataluña? Ninguno, únicamente conducir la sociedad catalana a una situación similar a la que vive Grecia.

El presidente Rajoy ha dicho recientemente que “El virus de la desunión trae males al país”, y tiene razón. El problema es que la desunión la provoca  el Gobierno de España, ejerciendo represión contra los ciudadanos, ordenando detenciones ilegales, ordenando acciones de terrorismo de Estado, y anulando el Estado de Derecho para permitir todo eso y favorecer que en España se produzcan flagrantes y sistemáticas violaciones de los derechos humanos. Las últimas encuestas sobre intención de voto en las próximas elecciones autonómicas catalanas no vaticinan un ganador claro, es evidente que así lo interpreta el Gobierno y por tanto ha puesto en marcha una clara operación política encaminada a abrir carpetas judiciales a importantes dirigentes de CDC para así poder tener, estén o no justificadas las investigaciones policiales, un argumento más policial que político para ordenar su detención, si la situación se complicara a partir del 27-S.

Cuando un dirigente político  al hablar de un problema, como es el del nacionalismo catalán, recurre a antecedentes históricos para argumentar siempre pienso lo mismo, esta persona no tiene la solución, pues pienso que la historia es interesante pero lo que realmente importa es el ahora, el presente. En mi opinión, la de un simple ciudadanos español, que como otros muchos siente sobre su cuello la bota de la represión que ejercen sectores de las elites dirigentes españolas, el pueblo de Cataluña debe de responderse a dos preguntas: ¿Nos sentimos diferentes del resto de España? ¿Nos sentimos oprimidos, y por tanto es necesario que Cataluña se convierta en un Estado independiente y soberano? y en función de eso decidir a quién votar. No hay revolución sin hambre, ninguna guerra se gana sin odio, de igual forma Cataluña no será independiente si su pueblo no se siente oprimido, ¿Esta Cataluña oprimida por elites dirigentes del resto de España?

viernes, 28 de agosto de 2015

LA POLÍTICA ES UN JUEGO COLECTIVO, DESPUÉS DEL PRIMERO SIEMPRE VIENEN MUCHOS.

En España estamos viviendo una época que se caracteriza por una excesiva abundancia de obsesiones políticas. El Gobierno de Rajoy se ha obsesionado con que “España va bien”, eslogan ya utilizado por el PP durante los ocho años que gobernó el expresidente Aznar, y por tanto considera que las reformas que ha aplicado están dando resultados positivos. El PSOE está obsesionado con la reforma de la Constitución en sentido federal, idea que surge de la denominada Declaración de Granada para así contentar al PSC. Y luego están el partido liberal Ciudadanos y el partido de ideología comunista Podemos, ambos, obsesionados con el cambio, aunque no saben para que,  pues todavía están elaborando sus respectivos programas. Por cambiar, Podemos quiere cambiar hasta la Constitución abriendo un proceso constituyente. Y por último esta Joan Tarda, de ERC, obsesionado con los culos, no se sabe bien de quien, pues no ha dejado claro de a quién quiere darle una patada en el culo democrática, a Rajoy, al ministro Montoro, al resto de España, ¿A quién?

Y como todos sabemos el principal problema de las obsesiones es que impiden ver la realidad, impiden tener una percepción racional de la realidad reduciendo la objetividad y conduciendo interpretaciones equivocadas de la misma, algo muy grave en política pues contaminan así el proceso de toma de decisiones y la aplicación de soluciones adecuadas para los problemas que preocupan a los ciudadanos. El Gobierno de Rajoy está obsesionado con que “España va bien” lo que le lleva a pensar que las políticas aplicadas durante los cuatro años que lleva gobernando han sido un completo éxito. Es cierto que España crece, dicen que al 3% en el 2015, y es cierto que el paro baja, según la última EPA el paro ha bajado en 295.600 personas, pasando a ser del 22,37% (5.194.000 trabajadores, de ellos el 30,86% extranjeros) y también ha aumentado  el número de ocupados, en el último trimestre en 418.800 personas. Pero también se están dando importantes datos negativos que el Gobierno, obsesionado con su España va bien, se niega a ver, cito algunos: No aumentan los ingresos del Estado, o sea la recaudación fiscal, y por tanto se sigue reduciendo el gasto púbico, han bajado los salarios  de los trabajadores por cuenta ajena, las pensiones se revalorizan el ridículo porcentaje de un 0,25%, y por tanto trabajadores y pensionistas están perdiendo poder adquisitivo, sigue habiendo déficit, sigue incrementándose la deuda pública, aumentan las desigualdades económicas y aumenta la pobreza, lo que hace pensar que es un crecimiento extraño, que se deja notar únicamente en la contabilidad del Estado. Además, la denominada caja de la Seguridad Social a pesar de que aumenta el número de cotizantes, de ocupados, sigue en déficit debido principalmente a que han bajado los salarios de los trabajadores por cuenta ajena. El Ministerio de Economía y Competitividad ha dicho que  los datos de Contabilidad Nacional muestran "un crecimiento robusto y equilibrado que es el resultado de la corrección de los desequilibrios macroeconómicos acumulados y de las reformas llevadas a cabo. Tanto la demanda interna como la externa mejoran la aportación al crecimiento económico". Difícil creer que pueda haber una demanda interna sostenible si trabajadores, funcionarios y pensionistas están perdiendo poder adquisitivo. Y el problema no es solo que la economía vaya mal, sino que la obsesión  del Gobierno de Rajoy de pensar que “España va bien”, está provocando que no se emprendan las reformas que realmente necesita España, como es la del modelo productivo, pues hoy la creación de empleo se concentra masivamente en el sector servicios.

A pesar de que el  Financial Times, diario económico que acaba de ser comprado por el grupo japonés de medios de comunicación Nikkei, haya dicho recientemente que hace un evaluación positiva de la gestión del Gobierno y que considera que las reformas de España son una lección para la Eurozona, España, la economía española, está hoy peor que el 2007 cuando estalló la crisis económico-financiera. Al elevado endeudamiento privado que había entonces se suman hoy una deuda pública del 100% del PIB, y una tasa de paro de más del 22%, de ellos el 30,86% inmigrantes, dato que es importante resaltar pues hay sectores políticos españoles que todavía consideran que la economía española necesita más mano de obra inmigrante. Lo único acertado que ha hecho el Gobierno de Rajoy desde que gobierna ha sido el rescate a la banca, que si no cae ningún banco más le ha salido muy barato. Además, las obsesiones que acompañan a las elites políticas, junto al asunto de Cataluña, hacen prever para España un futuro de incertidumbres, inestabilidad política, conflictos territoriales y elevada conflictividad social.

No deja de ser curioso, llamativo, para alguien como yo no experto en economía, que las denominadas agencias de calificación de riesgos consideren que la economía española tiene hoy menos riesgos que en el 2011, cuando muchos factores, y en concreto el asunto de Cataluña, hacen indicar que la economía española tiene hoy más riesgos que entonces. ¿A que se debe? ¿No tiene España que afrontar a corto plazo pagos importantes de deuda exterior? ¿Tienen información secreta que las  hace no creer en las intenciones independentistas de las elites políticas catalanas? ¿No creen que la patada de Joan Tarda vaya dirigida contra el Gobierno de España o creen que le van a contestar con una patada en los cojones? No lo sé, aunque no es de extrañar, pues dichas agencias compartieron la idea de que “España va bien”, hasta que la crisis de la economía española ya era evidente en el 2007.

En uno de sus últimos viajes a España, en el 2010,  el papa Benedicto dijo que en España había un anticlericalismo similar al que había en la II República. Y tenía razón, la España actual, política y social, se asemeja no solo por el anticlericalismo, sino por muchas  más cosas a la España de la década de los años 30 del pasado siglo. La concordia de la transición se ha roto. Igual que entonces hay grupos políticos que se han hecho fuertes y ven en la violencia el camino más rápido para hacerse con el poder. Pero no nos confundamos, el resurgir de la confrontación política y social, violenta, en España no es una consecuencia de la crisis económica. La crisis económica es únicamente una de las disculpas para provocarla. En el 2005 el expresidente Aznar en unas declaraciones en Argentina, ya dijo “España está en riesgo de balcanización” Lógicamente Aznar estaba bien informado, pues él es uno de los responsables de que en España se haya roto el espíritu de concordia de la transición, pues como todos sabemos durante la era Aznar (96-2004) en España se cometieron abusos, impunes abusos, de todo tipo, judiciales, policiales, violaciones de los derechos humanos. Fue durante la era de Aznar cuando en la democracia española se impuso la cultura del todo vale. Aznar estaba bien informado para poder hablar de balcanización, pues en un país en el que hay terrorismo de Estado, como los asuntos del 11-M o el de la T-4, la concordia, el entendimiento entre los diferentes actores con poder en la sociedad española, no puede durar mucho. Aznar y su gente, así como otros sectores políticos españoles estaban bien informados, por eso empezaron a ir al gimnasio, creyendo como en la década de los 30 del pasado siglo que la política es un juego individual, de uno contra uno, en el que con cargarse al líder llega, pero no es así, la política es ante todo un juego colectivo, en el que, parafraseando a Tarda, es necesario darles patadas en el culo a muchos para poder ganar. Hoy dichos grupos se sienten fuertes y llaman como en el pasado a la violencia, no estando claro de quien contra quien, como en los 30 en España hay una enorme confusión de ideologías, y de que defiende cada grupo político. No solo hay indefinición de a quién quiere Tarda intentar darle una patada, sino que: ¿Cuál puede ser el objetivo de un grupo político como Podemos, de ideología comunista, financiado por el comunismo internacional y apoyado por sectores de la derecha española? No lo olvidemos, la política es un juego colectivo, después del primero siempre vienen muchos.

sábado, 22 de agosto de 2015

TSIPRAS DIMITE, ¿OPERACIÓN CALCULADA, IMPROVISACIÓN O IMPOSICIÓN?

Siete meses después de haber ganado las elecciones, el actual presidente del Gobierno griego, Alexis Tsipras, líder del partido comunista Syriza, que gobernaba gracias a un pacto con el partido conservador ANEL, ha presentado el pasado jueves su dimisión, conduciendo a Grecia otra vez a una situación de elevada inestabilidad política. El  hecho de que llegara a gobernar un Estado miembro un partido comunista, como Syriza, que defiende una ideología que representa todo aquello contra lo que fue construida y se ha ampliado la UE, significo de forma clara un enorme fracaso de la actual UE, pero en cambio la caída de Tsipras no está claro como debe ser interpretada, pues no conocemos que razones le llevaron a dimitir, ni qué planes tiene para el futuro. En  principio, Tsipras ya ha dicho algo tan insólito como que se volverá a presentar a las próximas elecciones. Ni tampoco sabemos cómo lo ocurrido durante estos siete meses, por ejemplo el denominado corralito, va a influir en el voto del pueblo Griego. 

Cuando la UE  iba a ingresar a Grecia el último tramo del segundo rescate, el presidente Tsipras dijo que no podía aceptar las condiciones que le imponinan, y convoco un referéndum para que los ciudadanos griegos se pronunciaran a favor o no de aceptar las condiciones que exigía la UE para seguir prestando dinero al Gobierno griego. Tsipras se declaró a favor del no. El no gano mayoritariamente, a pesar de ello, de forma sorprendente y difícil de entender Tsipras luego  acepto un tercer rescate de en torno a 86.000 millones de euros, a recibir en tres años, con aparentes iguales o incluso peores condiciones. Lo que provoco que perdiera una parte fundamental del apoyo de su partido. En estas circunstancias, ¿Por qué ha dimitido el presidente Tsipras? Como dice el otro, el sabrá, pero en mi opinión, de acuerdo a las informaciones difundidas, puede ser debido a tres razones. Primera, es consecuencia de una operación política decidida y planificada a partir del resultado del referéndum del 5 de julio, con el objetivo de ganar tiempo aceptando  únicamente el primer tramo del tercer rescate, lo que puede provocar que en las próximas elecciones volvamos a tener un Tsipras contradiciéndose a sí mismo, presentándose con un programa contrario al memorando de la UE que acaba de aceptar. Segunda, ha sido una decisión impuesta por la situación parlamentaria al perder el apoyo de casi un tercio del partido, el sector más radical, el cual ha decidió constituir un nuevo partido, llamado Unidad Popular (Laiki Enolita)  y liderado por el exministro de Energía, Panayotis Lafazanis. Tercera, Tsipras se ha visto obligado a aceptar el tercer rescate y su memorando, bien por la cruda realidad de la situación de la economía griega o  porque ha habido un silencioso movimiento de sables, y una vez recibido el primer tramo, nada más y nada menos que 26.000 millones de euros, coherente con sus ideas ha presentado su dimisión.

En mi opinión la dimisión de Tsipras es mala para Grecia, pues creara un ambiente de inestabilidad política que difícilmente puede contribuir a la recuperación de la economía de ese país. Pero además, tendrá dos claras consecuencias negativas exteriores. Primera, para la UE, pues independientemente de las conversaciones secretas que haya habido, la posición de la UE, del Eurogrupo queda debilitada ante la opinión pública al haber pactado un tercer rescate, y entregado 26.000 millones a un Gobierno que ya no existe. Dando la impresión de que las piratas elites griegas han vuelto a engañar a la UE. Siendo importante resaltar que el FMI ha quedado fuera del tercer rescate argumentando que considera que la deuda publica griega es insostenible, es decir, que Grecia no tendrá capacidad para devolver su deuda, necesitando otra quita, es decir, que los acreedores, entre los que se encuentra el Gobierno de España, asuman como perdidas la deuda griega. Segundo, será también negativo para las elites dirigentes de la derecha española que han favorecido y apoyado en España  el crecimiento del partido comunista Podemos. Lo ocurrido con Syriza en Grecia deja claro que votar Podemos representa, entre otras cosas, elegir un Gobierno que se empeñe en echar pulsos que no puede ganar, representa votar a favor de la inestabilidad política en España. Pablo Iglesias con el conocido y repetido eslogan de “Juntos hasta la victoria, Podemos, Syriza venceremos”, ha querido unir su destino al de Tsipras, y puede que Tsipras haya saboreado la victoria, pero dicha victoria ha supuesto un mayor hundimiento de la economía de su país y por tanto un empeoramiento de la calidad de vida de una gran mayoría de los ciudadanos griegos. Hoy los ciudadanos españoles saben que votar Podemos representara votar a favor del hundimiento de la economía española.

Es curioso como el comunismo internacional y sectores de las elites dirigentes de la derecha española están empeñados en asemejar la situación política de España a la de Grecia, algo por otro lado no extraño, si tenemos en cuenta que la Familia Real Griega tiene gran influencia en la Jefatura del Estado español, es decir, en la Casa Real de los Borbones. Si en Grecia están Syriza y el recién creado partido Unidad Popular (Laiki Enolita), como principales partidos comunistas. El primero, Syriza, que dice ser europeísta, ha aceptado el tercer rescate y se declara partidario de que Grecia sigua en el Euro, mientras que el partido Unidad Popular es, entre otras cosas, anti-memorando y partidario de volver al dracma como moneda nacional. En España tenemos a Podemos, partido de ideología comunista, anticapitalista, que ha crecido gracias a tener fuertes apoyos de sectores de la derecha española, defensor de las posiciones de Syriza, que desea formar parte del gobierno de España a cualquier precio,  moderando su discurso con el fin de obtener un mayor apoyo del centro electoral español. Y por el otro lado está un Alberto Garzón, cuyo liderazgo al frente de IU es cada día más cuestionado, el cual junto a otros líderes de la izquierda busca crear una Unidad Popular semejante a la que existe en Grecia. Esperemos que dichos sectores no logren también asemejar las economías, provocando que la economía española tenga que ser rescatada por la denominada Troika.

Si tenemos en cuenta que en el referéndum del 5 de julio los ciudadanos griegos votaron mayoritariamente a favor de no aceptar las condiciones impuestas por Bruselas, lo lógico es que en las próximas elecciones parlamentarias griegas gane algún partido o coalición de partidos que se oponga a dichas condiciones. El nuevo partido Unidad Popular, escisión de Syriza, de ideología comunista, euroescéptico,  ya ha dicho que se presentara con un programa en el que defenderá no cumplir el memorando del tercer rescate, salir del euro y recuperar el drama como moneda nacional. El programa de Syriza todavía no se conoce, pero no sería lógico que en las próximas elecciones se presentara defendiendo como bueno las reformas políticas a las que se ha opuesto el pasado 5 de julio, el electorado difícilmente lo entendería. Es decir, la relación del Grecia con la UE puede pasar de mal a peor a partir de las próximas elecciones parlamentarias en Grecia, si como sería lógico gana un partido político partidario de no cumplir el memorando correspondiente al tercer rescate.

El hecho de que Txipras haya presentado su dimisión después de aceptar  un memorando, un conjunto de reformas, de la UE que  el próximo Gobierno griego puede que rechace, y que lo haya hecho justo después de recibir el primer tramo del tercer rescate, nada más y nada menos que 26.000 millones de euros, debe ser considerado un intento de engaño a aquellos Estados que le han vuelto a dejar dinero, lo cual evidencia que las elites griegas son unos piratas insaciables. Lo que está claro es que Tsipras buscara en unas próximas elecciones un mayor respaldo social, la cuestión es ¿Para qué? ¿Para defender que política? Es decir, un Tsipras más fuerte, con mayoría parlamentaria, seguirá defendiendo el memorando que acaba de aceptar, las reformas que impone la UE  o por el contrario se opondrá a ellas, como ya ha hecho en el referéndum del 5 de julio.

Lo que esta ocurriendo en Grecia nos lleva a la siguiente cuestión: ¿Qué debe de hacer un Estado, su Gobierno elegido democráticamente, cuando lo que recauda no es suficiente para hacer frente a sus necesidades de gasto y a sus obligaciones de pago? ¿Endeudarse hasta el infinito? Que es lo que vienen haciendo desde hace tiempo los gobiernos griegos, buscando así una situación de quiebra para que sean otros Estados los que asuman como pérdidas su deuda pública. Un gobierno adopta unas decisiones políticas y no otras principalmente, salvo un pequeño conjunto de ellas que afectan a lo que se conoce como la Seguridad Nacional, porque benefician a personas y familias, porque benefician a determinados sectores sociales. La elevada deuda pública griega se ha generado porque beneficiaba a sectores de la sociedad de ese país, favorecía su enriquecimiento. Esos sectores deben ahora contribuir económicamente a sacar la economía griega de la situación de crisis en la que se encuentra. De acuerdo con lo anterior, en mi opinión, el Gobierno griego debía haber adoptado ya hace tiempo dos decisiones: Incrementar la presión fiscal a aquellos sectores sociales y empresariales que de forma clara la pueden soportar, y adoptar medidas para imponer la repatriación de capitales.

Lógicamente esas decisiones no les interesan a las elites dirigentes griegas, ni de derechas ni de izquierdas, que prefieren seguir saqueando la UE y forzar una situación de impago argumentando que el enorme endeudamiento público de Grecia se debe a la actuación de actores exteriores. Que la situación de inestabilidad política que ha provocado la dimisión de Tsipras vuelva a situar la crisis griega como el principal problema de la UE, evidencia que Grecia debía haber salido hace tiempo de la UE. Es falso que la salida de Grecia del Euro ponga en riesgo la existencia de toda la UE, todo lo contrario, que la UE satisfaga una vez y otra la insaciable vorágine de la piratería griega, de sus elites dirigentes, genera euroescepticismo, y provoca que cada día sea mayor el número de ciudadanos europeos a los que no les gusta la actual UE, ni sus políticas, ni su debilidad en la esfera internacional, ni la incapacidad de sus instituciones para dar solución a importantes problemas, como el de la crisis griega o el de la inmigración, el de una inmigración que curiosamente está entrando en este momento, en un porcentaje importante, a través de las fronteras griegas. Evidentemente, cuando antes salga Grecia de la UE mejor para todos, mejor para el conjunto de la UE que no tendrá que seguir asumiendo las pérdidas que produce la economía griega, y saciando la insaciable vorágine de las elites griegas, y mejor también para el pueblo griego, pues ya son muchos los analistas que afirman que la recuperación de la economía griega requiere la salida del euro, la adopción de una moneda nacional y su adecuada devaluación.


domingo, 16 de agosto de 2015

RATO, ¿SIMPLE CALAMAR O TODAVÍA IMPORTANTE DIRIGENTE DEL PP?

El ex vicepresidente del Gobierno con el expresidente Aznar, Rodrigo Rato, está siendo investigado por delitos tan graves como el de blanqueo de capitales. Por ello, cuando me entere superficialmente de la noticia de que Rato había acudido al Ministerio de Interior el 29 de Julio del presente, para reunirse con el actual ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, lo primero que pensé es: Que ministro más eficaz, se ha convertido en un actor operativo del Ministerio y  ha llamado a Rato para interrogarlo. Luego, a medida que fui obteniendo más información sobre el asunto, comprendí que lamentablemente no había sido así, sino que la reunión se había producido a petición de Rodrigo Rato. El PSOE, hasta ahora principal partido de la oposición, ha considerado la reunión un escándalo político y solicito que el ministro Fernández compareciera ante la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados para dar explicaciones sobre dicha reunión. La cual tuvo lugar el pasado 14 de Agosto. Además, el PSOE ha presentado ante la fiscalía una denuncia contra el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, por la posible comisión de los delitos de prevaricación, omisión del deber de perseguir delitos y revelación de secretos, por la reunión que mantuvo en sede oficial con el exvicepresidente Rato.

El encuentro mantenido por el ministro de Interior, Fernández Díaz, y el exvicepresidente Rato en el Ministerio solo se puede calificar de extraño. Que Rato haya acudido al Ministerio de Interior  a un encuentro con el ministro puede significar dos cosas. Una, que Rato no es muy amigo del ministro Fernández, pues si lo fuera, estando como esta pringado, es decir, investigado e imputado por la comisión de importantes delitos, no se hubiera reunido con él en un sitio tan público,  o que dicha reunión tenía un fin en sí misma al margen de lo que en ella se tratara. Está claro que no había intención de mantener la reunión  en secreto, pues si así fuera la reunión la hubieran realizado en otro sitio más discreto, si no, tal vez, de todo lo contrario, de darle publicidad buscando el citado fin, hasta ahora desconocido, pero que podría  ser justificar la dimisión de Fernández, para que el presidente Rajoy pueda nombrar un nuevo ministro de Interior antes del  27-S, día en el que tendrán lugar las elecciones autonómicas catalanas.

La comparecencia del ministro de Interior, Fernández Díaz, ante la Comisión de Interior, no ha aportado información relevante que permita entender porque se produjo dicha reunión. En concreto, seguimos sin saber si Rato es un calamar que se defiende contaminado  el Ministerio de Interior o si todavía es un dirigente importante del PP, con suficiente poder como para forzar en su beneficio una reunión de este tipo. Según Fernández Díaz, el exvicepresidente Rato le pidió una reunión para hablar de su seguridad y de la de su familia, pues estaba recibiendo amenazas y quería saber, teniendo en cuenta su actual situación procesal, que iba a pasar con el servicio de protección de que disfruta a cargo del Ministerio de Interior. Según el ministro Fernández en la reunión no hubo nadie presente, ni tampoco hubo micrófonos, y en ella no hablaron de la situación procesal de Rato, algo que el exvicepresidente Rato ha desmentido, afirmando que en la reunión se habló de todo. En numerosas ocasiones el ministro ha justificado su silencio en la obligada discreción del cargo que ocupa, por ejemplo a la hora de especificar las amenazas que dice Rato que está recibiendo. El ministro también ha dicho que el  presidente Rajoy no fue informado previamente de la reunión, algo poco creíble teniendo en cuenta la dimensión política y el elevado interés mediático, incluso internacional, de la actual situación de Rato. El ministro Fernández ha acusado al PSOE de irresponsabilidad, pues según él  su función es velar por la seguridad personal de todos los españoles independientemente de su situación procesal, y el PSOE ha pedido su dimisión.

La reunión del actual  ministro de Interior, Fernández Díaz, con el exvicepresidente Rato, es un asunto confuso, y sobre todo una anécdota más que pone de manifiesto que España es política e institucionalmente un país de tercera. Lo grave no es que el ministro de Interior Fernández haya recibido a solas en su despacho a una persona  imputada por blanqueo de capitales, eso es únicamente un estilo de hacer las cosas propio de un país de tercera, en el que las elites dirigentes, de derecha e izquierda,  consideran que están por encima de las leyes. Lo grave es que en España hay nada más y nada menos que un exvicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato,  imputado por un delito de blanqueo de capitales. La denuncia presentada por el PSOE ante la fiscalía, es simplemente absurda, es evidente, que si el ministro de Interior Fernández Díaz estuviera pensando en adoptar alguna decisión al margen de la ley, en relación con el asunto Rato, no se hubiera reunido con Rato en el Ministerio. Aun así, para la salud institucional de España hubiera sido mucho mejor que Fernández se hubiera encontrado con Rato en una gasolinera y no en su despacho.

Transcurridos más de 35 años de democracia, el  Estado español se ha convertido en una completa cloaca. En todos los ministerios hay basura, corrupción política y decisiones que se adoptan sin considerar la legalidad vigente. El Estado español es una cloaca, una cloaca en la que se dan cosas como terrorismo de Estado, con asuntos como el 11-M. Una cloaca en la que el sistema sanitario se utiliza para ejercer violencia de Estado y torturar. Una cloaca en la que se ejerce represión policial y judicial, una cloaca en la que se ordenan detenciones ilegales por motivos políticos o únicamente para defender los intereses de sectores de las elites dirigentes. España es una cloaca en la que el Poder Judicial carece de la necesaria independencia e imparcialidad anulándose así el Estado de Derecho, privándose a muchos ciudadanos de justicia, dando impunidad a la actuación de personas pertenecientes a las elites dirigentes o retrasando lo máximo su juicio. El Estado español es una cloaca en la que desde el Ministerio de Interior se ordena la vigilancia de honrados ciudadanos, que no han cometido ningún delito, a la vez que se proporciona servicio de protección a cargo del Estado a criminales, a tipejos como Iñaqui Urdangarin o Rodrigo Rato.