¿A qué se
debe la riqueza de las naciones? Es una cuestión que los expertos en economía se
llevan planteando desde hace tiempo, siglos. Creo que el primero en hablar de
ello fue Adam Smith en 1700, a través de su obra titulada “La riqueza de las
naciones”. A pesar del tiempo transcurrido, no hay consenso entre los expertos en
economía sobre cuál es la respuesta. De forma clara se sabe que hay
determinados factores como el clima, la geografía, la abundancia o escasez de
recursos naturales, aspectos culturales, religiosos, etc., que favorecen o dificultan que una nación pueda ser rica. Pero también ocurre
que naciones con similares factores tienen niveles de desarrollo muy desiguales.
La última teoría al respecto la han
emitido los economistas Daron Acemoglu y James Robinson, en su libro ¿Por
qué fracasan los países? Los autores sostienen que es la política, el proceso político,
lo que hace que unos países fracasen y otros prosperen. Según dichos
economistas son los líderes de cada país, sus elites dirigentes, quienes
determinan con sus políticas la prosperidad de su territorio. ¿Por qué fracasan
los países? En opinión de Daron Acemoglu
y James Robinson porque el proceso político genera instituciones
económicas que no crean incentivos adecuados u oportunidades, y esto depende
del tipo de instituciones políticas que existan, instituciones que son
definidas y construidas por las elites políticas.
Dependa o no solo la riqueza
de una nación del proceso político que se le aplique, es evidente que el tipo de leyes y la gestión que se hace de
los recursos públicos, así como el ambiente político y social que se genera
gobernando de una manera u otra, puede hacer que un país prospere, se estanque
o incluso se empobrezca. Teniendo en cuenta lo anterior, considero que la composición del Congreso de los Diputados
de la XI Legislatura es muy preocupante. Seguramente la XI legislatura que se constituyó
el pasado 13 de Enero sea la más plural, femenina, multicultural, variopinta, cosmopolita
de la historia de España, y tal vez también sea la composición más
representativa posible de la actual sociedad española, pero creo que va a ser
una legislatura muy mala para España, no solo por la dificultad que hay para
formar gobierno sino también por la composición de la misma. En mi modesta opinión
creo que será una legislatura que va a generar conflictividad social,
inseguridad ciudadana y hambre en España.
Parece ser que el once es en el siglo XXI un número maldito para España.
Primero fue el 11-M, y ahora la onceaba Legislatura ha arrancado con la peor composición
ideológica posible, permitiendo la entrada en el Congreso de un instrumento del
comunismo internacional, Podemos. Estos sí que no nos representan.
La operación política de
lanzamiento de Podemos ha sido un completo éxito. En el 2011 organizaron el Movimiento
11-M, se manifestaban en las plazas de España en contra de la casta política,
en contra de la cara visible de las elites dirigentes españolas. Rodeaban el
Congreso, querían asaltarlo, gritaban eslóganes como “No nos representan”, decían
que no tenían dignidad. Hoy sus dirigentes, los dirigentes del 11-M se sientan en
el Congreso, son diputados, nada más y nada menos que diputados del Estado
español, forman parte de la elite que determinara el proceso político en
España. Los dirigentes de Podemos, partido político que es un instrumento del
comunismo internacional en España, han entrado en el congreso con sus mochilas,
y gracias al apoyo y voto de putrefactos y corruptos sectores de la burguesía española
que tienen vínculos económicos con el comunismo internacional. Las mismas elites
de la sociedad española que apoyaron el lanzamiento, ascenso y entrada de Podemos
en el Congreso ahora piden que su líder, Pablo Iglesias, de explicaciones sobre su financiación, sobre
el dinero que ha recibido del comunismo internacional a través de Irán. Como si
no lo supieran antes, que cinismo, que hipocresía,
la putrefacción de la clase política española no tiene límites.
Los dirigentes del 15-M han
logrado entrar en el Congreso, pero no han sabido adaptarse, cambiar de roll,
siguen creyendo que son meros activistas del comunismo internacional, no son
conscientes de que ya tienen voz, voto, y visibilidad sin necesidad de gritar y
crear espectáculo, y han transformado el
Congreso en una plaza cualquiera de España, una plaza pintoresca en la que
incluso hay una madre que da de mamar a su hijo.
Podemos ya está en el Congreso
de los Diputados, han entrado con sus mochilas. A la derecha le ha costado
muchos votos, tantos, que lo más probable es que el presidente Rajoy, ahora en
funciones, no pueda repetir mandato, a no ser que el PSOE prescinda en breve de
Pedro Sánchez, y elija un nuevo líder que
este a favor de pactar con el PP. Pedro Sánchez quiere gobernar creando una coalición,
llámese progresista, llámese de izquierdas, integrando a todo aquel que desee entrar,
excepto al PP, pero de lograrlo, de llegar a ser presidente, seria gracias a
una coalición muy inestable, que seguramente rompería en breve debido a la situación de la economía española, y en
concreto a las exigencias de la UE, es decir sería un mandato muy corto. Tal
vez, es por ello que Podemos sigue contando con el apoyo de una campaña muy
fuerte e intensa de propaganda mediática televisiva, favorable en contenidos, superior
a otros partidos políticos en tiempos de emisión.
2 comentarios:
Un poco exagerado el artículo en lo que se refiere a Podemos; lo que ocurre es que la gente joven ya está harta de ver a políticos con traje y corbata desde que tenían chupete hasta los 26 o 27 años y que lo único que hacen es pelearse entre si, no solucionar los problemas del país y menos los de los jóvenes y encima dejar al país casi en bancarrota, esa es la verdadera ruptura generacional aparente, pero en el fondo son, la gente joven me refiero, lo suficientemente maduros para darse cuenta en que situación se encuentran y hasta dónde pueden llegar, al menos los que andan de a pie por la calle.
La forma de vestir de una persona no es algo anecdótico, irrelevante, sino que dice mucho de su personalidad, de su ideología, de su forma de pensar, tiene siempre un significado. Si una persona acuda a una recepción importante, en pleno enero, en camisa y remangado, no lo hace por comodidad, busca enviar un mensaje, de aquello que rechaza y de aquello con lo que se identifica.
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