jueves, 11 de febrero de 2016

JUICIO CASO NÓOS: MUCHO PASTELEO Y POCA TRANSPARENCIA.

Con el comienzo del juicio por el caso Nóos, el pasado 11 de Enero, la institución de la Jefatura del Estado, en las figuras de Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin, entonces claros miembros de la Casa Real, ostentando del título de Duques de Palma,  hoy no sabemos que son, lleva ya un mes sentada en el banquillo de los acusados. El juicio se está desarrollado con normalidad, por ahora sin sorpresas en las declaraciones de los acusados, poniendo de relieve algunas cosas que me parecen interesantes.

Primera, como consecuencia del juicio del caso Nóos el Estado, a través de los ministerios pertinentes, ha organizado en la Isla de Mallorca un enorme dispositivo de seguridad. Curiosamente el dispositivo de seguridad no se ha organizado para darle protección a los jueces que juzgan el caso ni a los miembros del ministerio Fiscal que participan en el mismo, sino a dos de los acusados, la Infanta Cristina y su esposo Iñaki Urdangarin. Lo cual debe de conducirnos a preguntarnos ¿Es lógico, es justo, es apropiado que dos personas que están siendo juzgadas disfruten del más alto nivel de seguridad que proporciona el Estado, pagado con recursos públicos? ¿Es lógico y justo que el Estado dedique recursos públicos para pagar la seguridad a dos personas  que están siendo juzgadas por cometer delitos contra el Estado? En mi opinión no parece ni lógico ni justo, ni mucho menos apropiado. No es apropiado, entre otras cosas, porque los jueces se podrán sentir intimidados al observar que dos personas a las que están juzgando cuentan con el apoyo y la protección de los Servicios y Cuerpos de Seguridad del Estado y de nada más y nada menos que del CNI. Está claro que si la Infanta Cristina no estuviera imputada, o si se hubiera ya separado de Iñaki Urdangarin, este no disfrutaría del nivel de seguridad que hasta ahora tiene, ¿Sera esta la razón por la que la Casa Real no ha cerrado ningún pacto, para que la Infanta Cristian no se sentara en el banquillo de los acusados por un delito realmente insignificante para alguien que se mueve entre Reyes?

Segunda, se observa lo que podríamos calificar como un enorme pasteleo entre el ministerio Fiscal, representado por el fiscal anticorrupción Pedro Horrach, y los hasta ahora acusados que han declarado. El fiscal Horrach, de forma clara no está siendo lo duro que sería de esperar y desear con su preguntas, además da la impresión muchas veces que fiscal y acusados tienen pactadas preguntas y respuestas. ¿Por qué se produce dicho pasteleo? ¿Cuál es el objetivo del fiscal? ¿Proteger a alguien, evitar que salgan cosas a relucir, en concreto contra la Casa Real o está canalizando el juicio buscando una condena mayor para los que han cometido delitos más importantes? Recordemos que el fiscal Horrach se oponía a que la Infanta fuera acusada y juzgada. Difícil saber que provoca la actitud del fiscal, tal vez, ya  le han invitado a una partidista de pádel. Lógicamente, la respuesta  se conocerá una vez que  se emita la sentencia.

Tercera, en lo que va de juicio las declaraciones de los acusados está dejando sin respuesta una incógnita: ¿Por qué se le pagaba a Iñaki Urdangarin a través de la tapadera del Instituto Nóos? El ex presidente Jaume Matas ha dicho textualmente que “Urdangarin era un conseguidor y había que pagarle un peaje”. Pero no ha aclarado conseguidor de que. Ser un conseguidor y cobrar por ello no es un delito, lo hace mucha gente en España. Lo que sí puede ser un delito es lo que consigues y como lo consigues. Urdangarin cobraba peajes, pero no sabemos por qué, como tampoco sabemos, que sellos eran esos a los que dedicaba tanto tiempo. El sumario del caso Nóos recoge que a Urdangarin le pagaban por proyectos que no se realizaban o cuyo coste se engordaba enormemente. ¿Pero por que le pagaban en verdad a Urdangarin? Las razones pueden ser dos. Una, Iñaki Urdangarin, ex duque de Palma, utilizaba el poder de la Casa Real, de la Jefatura del Estado, para presionar a cargos públicos y que estos le pagaran peajes, comisiones, por trabajos que no se realizaban o se sobrevaloraban. Dos, dirigentes públicos pagaban a Urdangarin a cambio de favores que les hacia la Jefatura del Estado, secretos favores que hasta ahora no han salido a la luz.

El desarrollo del juicio, en mi opinión, por la falta de interés por parte del fiscal Horrach, no está dejando claro que relación existía realmente entre la Casa Real, Inaki Urdangarin y los cargos publico implicados en el caso Nóos, es decir, por que funcionaba la cadena de complicidad para cometer delitos, algo, tal vez de poca relevancia  jurídica, penal, pero sí muy importante desde una perspectiva social y política. Un ejemplo, el nombramiento de Pepote Ballester. El ex presidente Jame Matas dice que lo nombro como director general de Deportes porque este tenía una estrecha relación con miembros de la Casa Real, en un palabra porque era monárquico y tenía abiertas las puertas de la Jefatura del Estado. Hasta ahí todo normal, las relaciones personales que una persona tenga son un factor importan a la hora de hacer nombramientos, y no algo ilegal. Y a la vez, Jaume Matas,  reconoce que el rey Juan Carlos, entonces jefe del Estado, le llamo para agradecerle que nombrara a Ballester. Evidentemente, si el jefe del Estado hace una llamada para agradecer un nombramiento es porque antes ha pedido de forma directa o indirecta que se haga dicho nombramiento. Esto último ya sería más grave, pues podríamos estar ante un claro delito de tráfico de influencias, o incluso algo todavía peor, que la Casa Real utiliza su poder para imponer nombramientos de cargos públicos.


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