La infanta Cristina de Borbón
ha declarado ayer en el juicio por el caso Nóos. La infanta Cristina era
propietaria de la empresa Aizoon al 50%
con su marido Urdangarin. He seguido por televisión su declaración, y al principio me ha llegado a conmover. He
llegado a pensar “Esta bien, te acepto pulpo como animal de compañía”, es
decir, acepto que la infanta Cristina no estuviera pendiente de lo que ocurría
en Aizoon porque el amor que sentía hacia su marido, Urdangarin, la llevaba a
confiar totalmente en él y además estaba muy ocupada, con funciones de la Casa
Real, con el cuidado de sus hijos, etc., lo que la llevaba a delegar
importantes asuntos en sus asesores, no
teniendo tiempo para pequeñeces como preocuparse de una empresa de su
propiedad. Pero claro cuando dijo “Confío
plenamente en mi marido y en su inocencia”, he pensado no es pulpo lo que
quiere que se acepte como animal de compañía, sino cocodrilo, y eso es
imposible.
Según el sumario del caso
Nóos, la empresa Aizoon no realizo nunca
actividad alguna. La única fuente de ingresos de Aizoon provenía del Instituto
Nóos a través de facturas falsas. Según la investigación judicial, Aizoon fue
creada para desviarse recursos públicos del Instituto Nóos. Dña. Cristina ha querido
basar su defensa en que ella desconocía todo tipo de actividad que se realizaba
en la empresa Aizoon, por tres razones: Primera, estaba muy enamorada de su
marido. Segunda, estaba muy ocupada en
actividades de la Casa Real y el cuidando a sus hijos. Tercera, tenía muchos
asesores en los que delegaba asuntos importantes. Por esas tres razones la
Infanta y su esposo Urdangarin se repartían responsabilidades, de tal forma que
Urdangarin se encargaba de todo lo concerniente a la empresa Aizoon. Por esas
tres razones, la infanta Cristina firmaba documentos sin saber que firmaba. No
sabía si Aizoon tenía empleados o no. No tenía tiempo para hablar con su marido
sobre la única empresa que tenían a medias, y por ello no sabía si Aizoon daba
beneficios o tenia perdidas. Por no saber ni sabía que había una tarjeta de crédito
de la empresa a su nombre. No conocía para que utilizaba Aizoon su marido
Urdangarin, pero dice conocer que su marido no tiene cuentas en paraísos fiscales.
En cuanto a sus obligaciones fiscales, como estaba muy ocupada era un asunto
que delegaba en sus asesores de la Casa Real. ¿Cocodrilo animal de compañía?
Lamentablemente, toda la declaración
de la infanta Cristina es simplemente no creíble. La infanta Cristina ha
querido basar su defensa en un nivel de desconocimiento e ignorancia que supera
la idiotez. No es creíble que Inaki
Urdangarin realizara actividad alguna sin conocerla la Casa Real y por tanto la
Infanta. O la infanta Cristina es incapaz o conocía y por tanto como mínimo consintió en que Aizoon fuera
utilizada para desviar fondos públicos desde el Instituto Nóos. Aun así, el
delito de la infanta Cristina no es un asunto grave, pues todo se reduce a un
problema fiscal, problema fiscal que la
Casa Real podía haber resuelto sin la necesidad de que la Infanta se sentara en
el banquillo de los acusados. En mi opinión, la infanta Cristina se ha sentado
en el banquillo únicamente porque la Casa Real quiere seguir apoyando a su
esposo, Iñaki Urdangarin, entre otras cosas, porque desde dicha institución creen que van a
poder contribuir así a reducir su condena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario