El presente siglo se está
caracterizando por la existencia de un fuerte y falso revisionismo histórico.
Llegando, incluso, en muchas ocasiones aquellos que lo patrocinan a querer cambiar el
pasado para justificar acciones presentes. Falso revisionismo histórico que es apoyado incluso con producciones cinematográficas que reflejan
una interpretación falaz de épocas del
pasado y de importantes hechos históricos. El presidente Obama, con su reciente
visita a Cuba, en cierta medida, se está adhiriendo a dicho revisionismo,
negando a la vez la realidad que se da en dicho país, pues desde que en Octubre
de 1960 la Administración Eisenhower decreto el embargo parcial a Cuba, debido
a la expropiación sin compensación de las propiedades norteamericanas que había
hecho el Gobierno comunista cubano, en Cuba no ha cambiado nada. En pleno
siglo XXI Cuba es un país gobernado por
una dictadura comunista. Cuba es un país en el que no se permite el pluralismo político,
su gobierno no es elegido democráticamente, y se cometen flagrantes, sistemáticas
y graves violaciones de los derechos humanos. Con su visita a Cuba Obama ha
legitimado todo eso, ha legitimado el Régimen comunista cubano. Es evidente que
Obama debe ser calificado como un renegado y un traidor a sus predecesores, a
su país, a Occidente y a todos aquellos que dieron su vida por luchar por la
libertad contra el comunismo.
Obama ha ido con su familia a Cuba, sin que nada haya cambiado políticamente
hablando en la isla desde el 62, y sin que el Gobierno comunista cubano haya
anunciado cambios importantes, como podría ser un mayor aperturismo, la democratización
del país, liberalización de presos políticos o garantizar la defensa de los
derechos humanos. Todo lo contrario, el régimen comunista cubano ha recibido a Obama ordenando detenciones por
razones políticas e ideológicas. El viaje del presidente Obama a Cuba es ante
todo una escenificación, algo simbólico. Nada importante cambiara en la isla,
el embargo norteamericano continuara, y como mínimo a corto plazo seguirá habiendo
un Régimen antidemocrático comunista. La visita de Obama a Cuba representa un
hecho con más propaganda que contenido. Ádemas, no deja de ser curioso y
contradictorio que la Administración Obama normalice relaciones diplomáticas con
la dictadura comunista cubana a la vez que considera que Venezuela, una democracia con sus
cosillas, representa " una amenaza
extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y política exterior
estadounidenses”. ¿Por qué Venezuela si representa una amenaza y Cuba
no?
Es ya una realidad, en Estados
Unidos ha habido un cambio de cultura política. Como consecuencia de la
existencia durante décadas de una política
migratoria favorable a la entrada de inmigrantes, se han producido cambios demográficos
con capacidad para influir en la política a través de los procesos electorales democráticos.
Cambios demográficos que han hecho que la cultura anglosajona haya perdido influencia
en la sociedad americana. Dicho de forma resumida, la actual cultura política americana es hoy menos
anglosajona. Con su viaje a Cuba, Obama todavía está pagando apoyos electorales
que le han permitido gobernar durante dos mandatos, 2009-17. El cambio de política de la Administración de Obama con
respecto a Cuba genera un enorme rechazo en la opinión pública americana. Es evidente,
que dicho cambio de política así como el
propio viaje a Cuba con el que Obama deseaba pasar a la historia, han sido estratégicamente
planificados en el tiempo, retrasándolos hasta el final de su segundo mandato cuando ya no puede
afectar de forma negativa al Partido Demócrata en procesos electorales. Pero
Obama se equivoca, el próximo Enero no acaba el mundo, ni el Partido Demócrata,
ni la historia, ni la Dictadura cubana, ni el bloqueo, ni…
Obama pasara a la historia por
haber ido a Cuba, pero también por haber sido uno de los peores presidentes que
ha tenido Estados Unidos a lo largo de
su historia. Las políticas aplicadas por la Administración Obama han fracasado.
Durante sus mandatos ha crecido la conflictividad social y política en Estados
Unidos. Su política económica no ha dado los resultados que eran de esperar. La
deuda pública de Estados Unidos no ha cesado de crecer desde que entro a
gobernar Obama, y en varias ocasiones ha tenido que pedir autorización al
Congreso para aumentar tanto el techo de los presupuestos como el de la propia deuda, la última vez en Noviembre
del 2015. Su política exterior también ha sido nefasta. La denominada Doctrina
Obama, basada en considerar ideas positivas la histórica política de apaciguamiento,
el no intervencionismo militar, la perdida de hegemonía por parte de los
Estados Unidos, ha provocado que hoy en el mundo haya más conflictos que en el
2009 y Occidente sea más inseguro debido a lo que se conoce como la amenaza del
terrorismo islamista. Doctrina, ideas y políticas, que no esconcen otra cosa que buscar contentar
a minorías de la sociedad americana que en la actualidad ejercen influencia
sobre el Partido Demócrata. En política hay
una regla que se cumple siempre, dice “Dime con que apoyos llegas el poder y te
diré como vas a gobernar”. Parece ser que el Comité Nobel Noruego, o poseía capacidad para adivinar el futuro, o conocía los apoyos con
que Obama había llegado a la Casa Blanca
y por ello decidió concederle, a pesar de que no tenía méritos para ello, el
Premio Nobel de la Paz. Claro que la forma más rápida de lograr la paz es
siempre perdiendo la guerra.
Si uno lee sobre lo que
denominan la Doctrina Obama, a la primera conclusión que llega es a que es
totalmente contraria a la histórica, y en mi opinión acertada, Doctrina Truman,
medida creada por los EEUU con la que se comprometía
a dar apoyo a “pueblos libres que están resistiendo los intentos de subyugación
por minorías armadas o por presiones exteriores”. Doctrina, con la que EEUU se
viene comprometiendo desde 1947 y que se ha materializado en actuaciones de ese
país para promocionar la democracia, defender la libertad religiosa y
contribuir a la defensa de los derechos humanos de minorías. Doctrina, cuya
defensa contribuyo durante décadas a garantizar la paz en Europa. El presidente Obama reniega de la doctrina
Truman, capitulando ante el comunismo, y dando reconocimiento y legitimidad a
la dictadura comunista que hoy gobierna Cuba. Una de las cosas que más me
llaman la atención del discurso de Obama, es que se quiere distanciar política,
militar e ideológicamente de Europa, pero a la vez, es el principal impulsor
del Tratado de Libre Comercio entre la UE y Estados Unidos. Confusos y
contradictorios posicionamientos del actual
Partido Demócrata americano que hacen pensar que están más basados en intereses
de sus líderes que en razones ideológicas.
Lo que se conoce como la Obamanía ha
hecho mucho daño, a Estados Unidos y también al conjunto de
Occidente. Debido a las políticas del presidente Obama la sociedad americana
se ha radicalizado ideológicamente, incrementándose la conflictividad social
por motivos políticos e ideológicos. El declive de los Estados Unidos, y su política
no intervencionista y de cesiones como forma de logra apaciguamiento, también están
afectado de forma negativa a Occidente. Los vínculos en la NATO se debilitan y
la denominada crisis de los refugiados está
poniendo en jaque a la UE. Es evidente, que este año las elecciones a la Presidencia de los Estados
Unidos tienen una importancia que no han
tenido en décadas.
El
actual Partido Demócrata es un partido diferente al que ha sido tradicionalmente,
muy debilitado por la influencia que ejercen minorías
ideológicas y étnicas, con más intereses exteriores que nacionales. Que el
Partido Demócrata volviera a gobernar con Hillary Clinton como presidenta sería
muy malo tanto para ese país como para el conjunto de Occidente. Ante esa situación
el Partido Republicano, sin precedente en su historia, parece no estar seguro de quien es su líder.
Hasta el punto de que las elites del partido están haciendo enormes esfuerzos
para que el favorito Donald Trump no logre hacerse con los delegados necesarios
para salir elegido en primera votación, 1.237. De tal forma que el partido podría
presentar a una segunda votación otros candidatos, nuevos o recuperados de los
que han ido cayendo en los diferentes procesos electorales, votación en la que los
delegados tendrían libertad para votar. Pase
lo que pase en las próximas elecciones a
la Presidencia americana, ya hay algo
claro, y es que la Obamania se acaba. El
próximo Enero del 2017 Obama dejara el poder, él y confiemos en que también sus
políticas y Doctrina pasaran a ser
historia.
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