La política
española ha entrado en una época de continuos despropósitos, una época de trivialización
de lo importante para a la vez resaltar, dar importancia, a aquello que no la
tiene. El asunto del accidente ferroviario de Angrois (Santiago de Compostela,
24 de Julio de 2013), es de forma clara más un asunto judicial y policial que político.
Aun pudiendo existir algún tipo de responsabilidad política, no parece ser el
asunto con el que el Parlamento de una nación
democrática deba de cerrar una legislatura. Según parece, no lo consideran así
las fuerzas políticas españolas con representación en el Congreso de los Diputados, dedicando el último Pleno de la XI Legislatura a discutir,
que no debatir pues nada se podía aprobar, sobre la creación o no de una comisión
de investigación parlamentaria sobre dicho asunto, para así aclarar si hubo o no
responsabilidades políticas. Comisión cuya creación solicito En Marea, contando
con el apoyo de Podemos- Podemos en Común. Si algo ha caracterizado esta última
y breve legislatura ha sido la intención de muchos de aquellos que la lideraron
de buscar hacer ver normalidad política, institucional, democrática en aquello
que carece de la más mínima normalidad.
Un
conocido dicho afirma: “Si les das el queso, luego querrán la leche. Si les das
la leche, luego exigirán la vaca”. Y así sucesivamente. Quisieron tomar las
plazas, y les dejaron. Luego quisieron entrar en el Congreso y también les
dejaron. Y como era lógico de esperar, luego quisieron tomar los Ministerios,
pero las elites dirigentes españolas, que permitieron a Podemos todo en el
pasado, que favorecieron que Podemos entrará
en el Congreso con sus mochilas, ahora
no se han atrevido a dejar que Podemos gobernará España, algo que exigió
su líder, Pablo Iglesias, a cambio de darle su apoyo al PSOE, y hacer
presidente a Pedro Sánchez. Podemos, acostumbrado los últimos años a que les
concedan todo lo que pide, sea beneficioso o no para el interés general, pidió nada
más y nada menos que la mitad de la tarta del Gobierno de España, y la XI
Legislatura ha pasado a la historia sin ser capaz de elegir un Gobierno y
seguramente generando negativas consecuencias para el conjunto de la sociedad
española, que todavía no se conocen.
Las
elites dirigentes españolas tienen tendencia a, con el paso del tiempo, dar publicidad a abusos del pasado que estaban
ocultos y que han quedado impunes. La razón
la desconozco. Como bien conoce todo general, en toda victoria en una contienda
bélica muchos han quedado atrás y otros muchos la disfrutaran. Tal vez por ello
las elites políticas sacan a pasear después de tiempo sus trapos sucios, como
una demostración más de poder ante los que han sobrevivido. La democracia
española es un basurero de impunidad judicial en el que cada cierto tiempo las
elites remueven para que el olor no desaparezca.
¿Puede
un país volver a cambiar ideológicamente en 6 meses, de tal forma que la XII
Legislatura tenga una composición distinta a la XI? No lo sé, aunque parece difícil,
pues ¿En función a que los ciudadanos pueden valorar a una fuerza política que no ha
gobernado? o ¿Valoraran los ciudadanos de forma distinta a un partido que se
presentara con el mismo programa que en las elecciones anteriores? Lo normal y lógico
sería que en las próximas elecciones los partidos
obtuvieran unos resultados muy parecidos a los de las ultimas, claro que también
es cierto que en España existe un elevado clientelismo político, un fuerte
control clientelar sobre el voto de los ciudadanos. Con suficiente capacidad como para hacer inclinar el
resultado de las elecciones en una dirección u otro, con capacidad para cocinar
unos determinados resultados. Cualquier cosa es posible en la XII Legislatura, incluso que quieran darle la vaca a Podemos.
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