viernes, 29 de abril de 2016

IX LEGISLATURA, EXCESO DE TRIVIALIZACIÓN.

La política española ha entrado en una época de continuos despropósitos, una época de trivialización de lo importante para a la vez resaltar, dar importancia, a aquello que no la tiene. El asunto del accidente ferroviario de Angrois (Santiago de Compostela, 24 de Julio de 2013), es de forma clara más un asunto judicial y policial que político. Aun pudiendo existir algún tipo de responsabilidad política, no parece ser el asunto con el que el Parlamento de  una nación democrática deba de cerrar una legislatura. Según parece, no lo consideran así las fuerzas políticas españolas con representación en  el Congreso de los Diputados, dedicando  el último Pleno de la XI Legislatura a discutir, que no debatir pues nada se podía aprobar, sobre la creación o no de una comisión de investigación parlamentaria sobre dicho asunto, para así aclarar si hubo o no responsabilidades políticas. Comisión cuya creación solicito En Marea, contando con el apoyo de Podemos- Podemos en Común. Si algo ha caracterizado esta última y breve legislatura ha sido la intención de muchos de aquellos que la lideraron de buscar hacer ver normalidad política, institucional, democrática en aquello que carece de la más mínima normalidad.

Un conocido dicho afirma: “Si les das el queso, luego querrán la leche. Si les das la leche, luego exigirán la vaca”. Y así sucesivamente. Quisieron tomar las plazas, y les dejaron. Luego quisieron entrar en el Congreso y también les dejaron. Y como era lógico de esperar, luego quisieron tomar los Ministerios, pero las elites dirigentes españolas, que permitieron a Podemos todo en el pasado,  que favorecieron que Podemos entrará en el Congreso con sus mochilas, ahora  no se han atrevido a dejar que Podemos gobernará España, algo que exigió su líder, Pablo Iglesias, a cambio de darle su apoyo al PSOE, y hacer presidente a Pedro Sánchez. Podemos, acostumbrado los últimos años a que les concedan todo lo que pide, sea beneficioso o no para el interés general, pidió nada más y nada menos que la mitad de la tarta del Gobierno de España, y la XI Legislatura ha pasado a la historia sin ser capaz de elegir un Gobierno y seguramente generando negativas consecuencias para el conjunto de la sociedad española,  que todavía no se conocen.  

Las elites dirigentes españolas tienen tendencia a, con el paso del tiempo, dar publicidad a abusos del pasado que estaban ocultos y que han quedado impunes.  La razón la desconozco. Como bien conoce todo general, en toda victoria en una contienda bélica muchos han quedado atrás y otros muchos la disfrutaran. Tal vez por ello las elites políticas sacan a pasear después de tiempo sus trapos sucios, como una demostración más de poder ante los que han sobrevivido. La democracia española es un basurero de impunidad judicial en el que cada cierto tiempo las elites remueven para que el olor no desaparezca.


¿Puede un país volver a cambiar ideológicamente en 6 meses, de tal forma que la XII Legislatura tenga una composición distinta a la XI? No lo sé, aunque parece difícil, pues ¿En función a que los ciudadanos  pueden valorar a una fuerza política que no ha gobernado? o ¿Valoraran los ciudadanos de forma distinta a un partido que se presentara con el mismo programa que en las elecciones anteriores? Lo normal y lógico sería  que en  las próximas elecciones los partidos obtuvieran unos resultados muy parecidos a los de las ultimas, claro que también es cierto que en España existe un elevado clientelismo político, un fuerte control clientelar sobre el voto de los ciudadanos. Con suficiente  capacidad como para hacer inclinar el resultado de las elecciones en una dirección u otro, con capacidad para cocinar unos determinados resultados. Cualquier cosa es posible en la XII Legislatura, incluso que quieran darle la vaca a Podemos. 

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