viernes, 20 de mayo de 2016

OTAN: UN CABALLO DESBOCADO EN BUSCA DE NUEVOS MIEMBROS.

Hasta que los viajes en el tiempo sean una realidad, algo que no sé si es físicamente posible, los hombres no seremos  dueños de nuestro presente, pues aunque creamos lo contrario,  siempre llegamos tarde, es decir, en gran medida vivimos un presente definido y construido por otros. Por ello el conocimiento de la historia es importante, pues sin un pequeño conocimiento del pasado reciente, y a veces también del  no tan reciente, es imposible comprender el presente. De la historia contemporánea el periodo que me resulta más interesante e importante por su transcendencia política es la década que abarca  desde 1994 al 2005. 

Desde una perspectiva política, me parece un periodo interesante porque durante esos 11 años se produjeron acontecimientos, algunos de ellos muy dramáticos, como las guerras de los Balcanes, los atentados terroristas del 11-S, etc., y se tomaron decisiones políticas, que contribuyeron de forma importante a determinar que vivamos en el mundo en el que vivimos, con unos problemas y no con otros. Durante esos años se alimentó la crisis financiera y económica que se produciría en  el 2007. Durante esa época se tomaron importantes decisiones políticas a favor de cosas como la ampliación de la UE, la creación de la Zona Euro, hoy sumergida en una importante crisis económica, y también a favor de la  ampliación de la OTAN. Ampliación de la OTAN que todavía continúa. El pasado jueves, los 28 países miembros de la OTAN han aprobado el ingreso de Montenegro como nuevo miembro. Montenegro, antiguo Estado de la antigua Yugoslavia no se incorporará formalmente hasta que lo aprueben todos los parlamentos nacionales, mientras tanto podrá participar en las sesiones de la Alianza como observador pero no tendrá derecho a voto.

La caída del Muro de Berlín, 1989, y sobre todo la disolución del Pacto de Varsovia,1991, provoco un rápido replanteamiento de las relaciones militares europeas  y de las políticas de defensa de los países que en aquel momento eran miembros de la OTAN. Por un lado, los enemigos internos de la OTAN, principalmente, partidos políticos de izquierdas de los estados miembros europeos, se apresuraron en cuestionar la necesidad de seguir contando con una alianza militar ya  desaparecida  la amenaza comunista que representaba la URSS. Por otro lado, ex miembros del disuelto  Pacto de Varsovia, países satélites de la URSS,  se apresuraron también en solicitar su ingreso en la OTAN. La OTAN respondió estableciendo un nuevo marco de relaciones entre los países del Este y del Oeste. Nuevo marco de relaciones que incluía también a Rusia. A partir de entonces en el seno de la OTAN se han producido intensas presiones a favor de cosas como su aplicación a todo Estado europeo que lo solicitara, su transformación en una organización militar supranacional a las órdenes de la ONU e incluso a favor de su disolución. Se podría decir, que el Pacto de Varsovia después de disuelto ha continuado siendo el principal enemigo de la OTAN, provocando su pérdida de identidad, la pérdida de su razón de ser, teniendo que cambiar en varias ocasiones de Concepto Estratégico, para encontrar una función, unas misiones, que convencieran a los sectores políticos europeos que cuestionaban su existencia.

Después de su  Cumbre fundacional, 1 de Abril de 1949, en la que se firma el Tratado de Washington, la cumbre de Bruselas de 1994 ha sido una de las más importantes de la OTAN de las que existe información pública, no por lo que se decidiera en ella en cuanto a conceptos estratégicos y operativos sino porque dio a conocer la falta de cohesión interna, lo que impedía su actuación,   y supuso con la creación de la Asociación para la Paz,  la apertura de la puerta de la OTAN a la entrada de países que habían sido satélites de la URSS.  

En 1994, la falta de cohesión que existía en el seno de la OTAN, impidió que actuara de forma oportuna en el conflicto de Bosnia-Herzegovina. La guerra de Bosnia es uno de esos conflictos que es importante recordar, por dos razones. Primera, porque aunque parezca lejano en el tiempo no lo es. El presidente de la Republica Srpska, el psiquiatra Radovan Karadžić , detenido en el 2008 en Belgrado, acusado de genocidio y crímenes contra la Humanidad por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, no ha sido condenado hasta Marzo del 2016. Radovan Karadžić y Ratko Mladic, Jefe del Estado Mayor del Ejercito de la Republica de Srpska, han sido condenados por el genocidio de Srbrenica, responsables del asesinato de 8000 prisioneros bosnios. El papel de la OTAN en la guerra de Bosnia fue claramente cobarde y vergonzoso. Siendo importante recordar, que muchos de los sectores políticos europeos que hoy dicen pedir una intervención para ayudar a los inmigrantes-refugiados sirios, en la guerra de Bosnia, y también luego en la guerra de Kósovo, se posicionaron en contra de una intervención militar de la OTAN para proteger a la población de religión musulmana de los Balcanes contra la limpieza étnica que quería realizar el Ejército serbio. Siendo importante recordar que en la Cumbre de Bruselas de 1994, España y Grecia fueron dos de los países que votaron en contra de una intervención militar  de la OTAN  en la guerra de Bosnia. Aún más, a día de hoy el Gobierno de España sigue sin reconocer a Kosovo como un Estado soberano e independiente.  

En mi humilde opinión, la  ampliación de la OTAN ha sido y sigue siendo un completo error. En la Cumbre de Bruselas de 1994 el secretario general de la OTAN, Manfred Woerner, decía “la alianza aspira a lograr una asociación estratégica con Rusia. Lo que queremos es una Gran Europa, si quieren, una comunidad euroatlántica permanente con Rusia, para que no tengan el sentimiento de que están aislados o rodeados”. Pero el efecto no ha sido ese, con la ampliación Rusia, con razón o no, no lo sé, se ha sentido aislada y amenazada, distanciándose de la OTAN, y buscando aliados en Asia, lo que ha provocado que Europa vuelva a vivir tensiones propias de la Guerra Fría. Además, el conflicto entre Georgia y las repúblicas pro-rusas de Osetia del Sur y Abjasia en el 2008, y más recientemente el asunto de Crimea, y ya no digamos el asunto de Siria,  han puesto en evidencia la desunión existente en el seno de la OTAN y la debilidad operativa que ello provoca, pues de poco sirve poder actuar militarmente si no se desea hacerlo.

La respuesta de la OTAN a la disolución del Pacto de Varsovia, debería haber sido de  simple espera, es decir, ignorando las críticas de los enemigos internos,  la Alianza debía haberse acuartelado  en sus viejos cuarteles, manteniendo los mismos niveles de operatividad,  y pasando a la historia como una organización que había contribuido durante décadas a la paz en Europa. De espera, esperando a que una oportunidad la hiciera más útil y necesaria ante la opinión pública. Pero no ha sido así, aquellos que manejan sus riendas han preferido que se ampliara, perdiendo cohesión y perdiendo operatividad. Perdida de operatividad que ha quedado de manifiesto con su total fracaso en el conflicto afgano. 

Siendo importante recordar con respecto a la ampliación de la OTAN, que uno de los países que más interés y urgencia puso en su integración en la Alianza fue Polonia, siendo su presidente el premio Nobel de la Paz,   Lech Wałęsa. En la Cumbre de Bruselas, 1994, el presidente de Polonia dijo “Lo que ofrece la OTAN a los países de Europa del Este son garantías de papel. Para Walesa lo que necesita Europa es un sistema de seguridad global que a nadie excluya y a todos proteja y que está muy lejos de lo que ofrece actualmente la Alianza”, a pesar de esas palabras de su presidente Polonia deseaba urgentemente entrar en la OTAN. Recientemente se ha dado a conocer que Walesa era un espía que trabajaba para los servicios secretos polacos del régimen comunista, con el nombre en clave de Bolek. Polonia se convirtió en Estado miembro de la OTAN con pleno derecho en 1999.

La ampliación de la OTAN ha sido una completa irracionalidad. Un claro ejemplo de que el que mucho abarca poco aprieta. Una ampliación  realizada de forma descontrolada y apresurada para contentar a sectores de la izquierda europea. Hoy en día es difícil saber a qué intereses obedece la OTAN, dando la impresión de que solo es eficaz en la represión interna, en la represión que ejerce contra ciudadanos de los estados miembros.  Hoy en día es difícil saber a qué intereses obedece al OTAN y todavía más difícil saber qué porcentaje de personas que trabajan en la OTAN son leales a países contrarios a sus intereses, leales a Moscú, leales al comunismo internacional, leales a países del Mundo islámico, etc. Resumiendo, es difícil saber cuánta gente como el general Julio Rodríguez tiene poder y responsabilidades dentro de la OTAN. 

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