sábado, 18 de junio de 2016

ELECCIONES 26-J: EN CONTRA.

En los 38 años que han transcurrido entre el final de la dictadura militar y nuestros días, la sociedad española ha pasado de no tener partidos políticos a que estos sean el principal problema de los ciudadanos. Según la Constitución del 78 los partidos políticos expresan el pluralismo político y son instrumento fundamental para la participación política, su importancia en toda democracia es indiscutible, pero en España los partidos políticos se han convertido en nuestro principal enemigo, en el principal enemigo del pueblo, al no ser capaces de ponerse de acuerdo para dotar a España de un gobierno democrático, poniendo así en entredicho el funcionamiento del sistema democrático y cuestionando su  utilidad.

En la historia de los pueblos siempre se da una constante, independientemente de ideologías, las elites tienen tendencia a unirse para defender sus intereses y los pobres, por el contario, a separarse. En los casi seis meses que ya han transcurrido desde las elecciones del 20-D, ninguna de las cuatro fuerzas políticas de dimensión nacional ha adoptado alguna decisión para favorecer el consenso y la gobernabilidad de España. El próximo 26-J se presentaran ante el electorado, salvo irrelevantes cambios,  con los mismos líderes y las mismas propuestas políticas. Da la impresión de que en España las elites dirigentes, a través de su cara visible la casta política, se han puesto de acuerdo para lograr un mismo objetivo, apretar el sistema democrático, siendo mi única duda al respecto ¿Para  lograr qué? ¿Con que fin? Tal vez, no les gusta la democracia. En este ambiente político, el 26-J un demócrata la única posición política racional que puede adoptar es: En contra.

El tiempo se acaba, faltan ocho días para las próximas elecciones generales, y en España cada día es mayor la incertidumbre política y la confusión ideológica. El PP está de forma clara contribuyendo a potenciar el crecimiento de Podemos, considerándolo ya el principal partido de la izquierda española. Los dirigentes del PP ya ni siquiera disimulan, recientemente el secretario de Estado José Luis Ayllon, después del debate a cuatro, llevo en su coche oficial a Irene Montero, representante de Podemos, es evidente que querían enviar una mensaje al electorado, y a no ser que fuera el de que Ayllón y Maroto no coinciden en todo, han querido materializar la existencia de la pinza Podemos-PP. El PSOE sufre en estos momentos una clara esquizofrenia ideológica, carente de un liderazgo fuerte no tiene un proyecto para España. Por un lado se siente próximo a Ciudadanos, ve en el liberalismo un aliado, moderado, al que puede unirse sin que ello le suponga un  desgaste, pero a la vez está contribuyendo a que  Podemos y sus satélites regionales se hagan más fuertes, a que crezcan como organización, dándole su apoyo para que gobiernen los ayuntamientos de importantes ciudades españolas.  En pocos meses,  Podemos ha pasado de defender posiciones euro-escépticas, anti-NATO, propias de la órbita del comunismo internacional, a decir que es un partido socialdemócrata. Da la impresión de que la corriente de pensamiento denominada postmarxismo es sobre todo cinismo y manipulación política, es decir, proponer lo que el electorado quiere ocultando lo que realmente se defiende. Ciudadanos, es un partido de ideología liberal, integrado en el liberalismo europeo, pero con numerosos cuadros que son ex dirigentes del PSOE, lo que le ha permitido crecer en feudos tradicionalmente socialistas. Ciudadanos ha firmado el pacto contra el terrorismo islamista, cosa que no ha hecho Podemos,  pero tiene un eurodiputado, Javier Nart, que además de llevar décadas en política con el PSC, se dedica a defender en su condición de abogado a personas que tienen vínculos con el terrorismo islamista. Mientras presumía por las tertulias de haber estado informándose  en la zona de guerra ocupada por el Estado Islámico, diciendo que había sufrido un ataque de dicha organización islamista,  su protegido, el conocido como el talibán español, Hamed Abderrahaman, en libertad gracias a su apoyo en su condición de abogado, se dedicaba a captar combatientes para el EI, razón por la que ha vuelto  a estar detenido y en la cárcel.   

En unas recientes declaraciones el secretario general de Ciudadanos, Albert Rivera, decía “El PP tiene una estrategia, que suba Podemos para generar miedo”. En la actual coyuntura internacional, de clara caída de las economías emergentes y tensiones con la actual Federación Rusa, yo no sé   a quién cree el PP que puede amenazar favoreciendo que crezca un partido de la órbita del comunismo internacional en España, pero es evidente ya desde hace tiempo, que el PP y Podemos tienen numerosos vínculos en común, formando pinza para intentar lograr objetivos comunes. Podemos es un partido que  ha basado su crecimiento en tres elementos: Primero, un fuerte apoyo mediático, principalmente de cadenas de televisión privadas, dándole los medios de comunicación voz y relevancia a personajes insignificantes de la vida política española, a la vez que ocultaban aspectos negativos de los mismos. Segundo, a un fuerte apoyo de sectores de la derecha española, afines al PP, los cuales incluso le han cedido votos. Y difundiendo una confusa   ideología populista, a la vez que ocultan la propia, buscando así aminorar el rechazo ideológico que en amplios sectores de la sociedad española provoca su verdadera ideología, el comunismo. Francesc Carreras define de forma clara la táctica de Podemos, dice “Solo quieren llegar al poder y luego hacer los cambios que les convenga”.

En los últimos días, Pablo Iglesias, además de decir que la política de Podemos es socialdemócrata, ha dedicado numerosos elogios al ex presidente Zapatero, llegando a considerarle el mejor presidente de la democracia. Sin entrar a valorar la gestión de Zapatero, de sobra conocida por sus numerosos errores, es evidente que Pablo Iglesias es un completo cínico, un gran manipulador, un verdadero farsante. No sé qué vínculos tiene Iglesias con Zapateo, ni desde cuándo, pero está claro que Podemos es  todavía hoy un producto de la histórica pinza que en el 94 hicieron Julio Anguita y José María Aznar. El ex presidente Aznar, que en el 94 como líder de la oposición criticaba duramente en el Congreso la corrupción del PSOE, utilizando el famoso eslogan de “Váyase Sr. González”, luego pasaría a ser el padre de la actual España, dividida, decadente, ingobernable, en la que se dan actitudes fascistas, como las violaciones de los derechos humanos o el terrorismo de Estado. Durante la época de Aznar, España se convirtió en un país políticamente corrupto. Dos miembros relevantes de sus Gobiernos, Rato y Matas,  están hoy siendo investigados judicialmente por diferentes delitos. Sus amigos de la Gürtel, y digo amigos porque todos fueron invitados de la famosa boda de su hija,  crearon una trama que se extendía desde Galicia a Valencia pasando por Madrid. El PSOE tiene dirigentes, como los ex presidentes Chaves y Griñan, implicados en numerosos casos de corrupción, pero son casos locales, no de amplitud nacional como ocurre con el PP. Aznar es sin lugar a dudas el padre de la actual España corrupta. Siendo ya Pablo Iglesias  un conocido líder  antisistema al servicio del comunismo internacional, el Gobierno de Aznar le concedía importantes becas a través del Ministerio de Educación. Luego, más tarde, cuando Iglesias ya se había presentado en sociedad, dejando de estar en desiertos lejanos,  acudiendo tras el 11-M a concentrarse ante la sede del PP en la calle Génova, el 14 de Marzo, Aznar le seguía dando becas a través de su  amigo Miguel Blesa al que había situado al frente de   Caja Madrid, para que este pudiera seguir consolidando su liderazgo tanto nacional como internacional, a la vez que el  comunismo internacional le abría  las puertas de Venezuela. Es evidente que la pinza Anguita-Aznar, comunistas-PP, fue muy fructífera para Pablo Iglesias.

En la sociedad española, de igual forma que hay una espiral del silencio capaz de imponer que no se hable de determinados temas, también se ha puesto de moda políticamente imponer vetos y pedir cabezas de los partidos, como si algo dependiera únicamente de una sola persona. Quiero con ello decir, que los partidos políticos ya no se conforman con elegir a sus dirigentes, a sus líderes, sino que se creen con el derecho a poder decidir sobre el líder de otras organizaciones políticas, vetando a unas personas y dejando pasar a otras. Por ejemplo, Rivera,  está exigiendo un nuevo líder para el PP distinto a Rajoy, no sé en quien estará pensando, tal vez en García Tejerina, por aquello de que está de moda poner mujeres a la mesa como forma de resolver problemas causados por discrepancias de índole ideológico. Personalmente, me parece una actitud poco democrática, que contribuye a anular el pluralismo político al dejar entrar en la política únicamente lideres cortados por un mismo patrón. Aun así, no deseando quedarme al margen de la moda política, creo que si hay una cabeza que si se debería pedir políticamente hablando, esa es la de Aznar, su famosa pinza con Anguita debería ser investigada profundamente, pues 22 años después todavía sigue dando frutos negativos para la sociedad española, por ejemplo, Podemos.   

En mi humilde opinión, Podemos es un claro fruto político de la tendencia entre las elites a unirse, más allá de ideologías,  para defender intereses comunes, pues no solamente está recibiendo apoyo de sectores de las elites dirigentes españolas afines al PP, de Aznar y compañía, sino también del PSOE. El PSOE está contribuyendo de forma clara a que Podemos crezca como organización política  permitiéndole gobernar en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Coruña, Santiago, etc. Es difícil saber que persigue el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, buscando una alianza con Ciudadanos a la vez que le da su apoyo a Podemos. Sin el apoyo del PSOE la rama izquierda de la pinza del PP, no hubiera gobernado en ningún ayuntamiento de España. Es difícil saber cuál es la táctica de Pedro Sánchez, tal vez quiere pasar a formar parte también de la citada pinza, no lo sé, pero si la intención de voto de los ciudadanos no cambia en los próximos días todo indica que Pedro Sánchez, con su equivocada táctica, corre el riesgo de dejar de dar besos a los niños en la cabeza para pasar, metafórica y políticamente hablando, a besar culos, y el de Pablo Iglesias parece ser el elegido.  


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