viernes, 29 de julio de 2016

EL DEPENDE DE RAJOY SINÓNIMO DE CRISIS INSTITUCIONAL.

La comparecencia hoy ante los medios de comunicación del presidente en funciones Mariano Rajoy, después de cerrar lo que se conoce como la ronda de consultas del Jefe del Estado para proponer candidato, ha sido insólita y sin precedentes en la democracia española. Rajoy ha dicho que el rey Felipe VI le ha encargado  algo, él lo ha aceptado, pero no sabe muy bien que encargo ha aceptado. El Jefe del Estado, el rey Felipe VI, ha propuesto al líder del PP, Mariano  Rajoy, como candidato a ser investido presidente, pero este, Rajoy, ha dicho que el Rey le ha encargado que intente conseguir votos para eso, me imagino, que entendiéndose por eso lograr ser investido y formar gobierno. A preguntas de los periodistas sobre si acudiría a la investidura sin contar con los apoyos necesarios, Rajoy ha contestado “no adelantemos acontecimientos”, dando a entender que no, algo, que según los expertos, contradice lo establecido en la Constitución, que en el artículo 99 dice que el candidato propuesto por el Rey “expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitara la confianza de la Cámara”.

Si repasamos las recientes y no tan recientes comparecencias de los líderes de los principales partidos con representación en el Congreso de los Diputados, está más que claro que  Mariano Rajoy no cuenta con los apoyos necesarios para ser investido presidente, ni hay perspectivas de que pueda logarlos a corto plazo sino hay previamente un cambio importante de las circunstancias, que provoque cambios de posturas de los partidos de la oposición, en concreto del PSOE y de Ciudadanos, partidos  que ahora le niegan el apoyo que necesita. Ante la evidencia de que Rajoy no cuenta con los votos necesarios para ser investido como presidente del Gobierno, lo ocurrido hoy, a mi entender, solo tiene una interpretación: El rey Felipe VI se ha visto obligado a proponer al líder del PP, Mariano  Rajoy como candidato, posiblemente presionado por los líderes de otros  partidos, y Rajoy se ha visto obligado a aceptar, aunque según él no tiene claro lo que ha aceptado, pues lo que él ha interpretado como el encargo de intentar lograr los apoyos para ser investido, líderes de la oposición, POSE, Ciudadanos, etc., lo interpretan como su obligación de presentarse a la investidura.

El depende de Rajoy, conociendo como él y sus asesores deben conocer la Constitución, evidencia que: O los principales líderes políticos españoles lo disimulan muy bien, incluido el mismo, o España ha entrado en una crisis institucional, motivada por ocultos intereses. Ocultos intereses que han provocado que el Jefe del Estado, Felipe VI, haya  propuesto a un candidato que no cuenta con los apoyos para ser investido y que además no desea acudir a la investidura sin contar con  los apoyos necesarios.  

Como se suele decir futbolísticamente hablando, “A estas alturas del partido”, Rajoy ya sabe, como sabe la opinión pública que no podrá formar Gobierno. Abrir un proceso de investidura,  como el de Pedro Sánchez en la anterior y fracasada XI Legislatura, en vez de buscar otras soluciones o convocar de forma inmediata unas terceras elecciones,  es, en mi opinión,  un sin sentido que no aportara nada positivo para España, y que contribuirá únicamente  a que los partidos políticos tengan más tiempo para lo suyo. A mi entender, ocultos intereses, que han conducido a que el Rey haya propuesto a Rajoy como candidato, también están provocando que los principales partidos políticos con representación en el Congreso estén  pidiendo más tiempo, ocultándosele a la opinión publica cuanto tiempo, no se sabe cuándo se celebrara el pleno de investidura, y lo más importante, para qué.  

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