lunes, 26 de septiembre de 2016

LA POLÍTICA NO ES COMO EL TENIS, NO SIEMPRE ES NO.

Los resultados de las  elecciones autonómicas que han tenido lugar en Galicia  y Euskadi el pasado domingo, 25 de Septiembre, permitirán que en esas autonomías se forme gobierno con facilidad, pero en nada contribuirán a cambiar la situación de ingobernabilidad que vive España desde las elecciones generales del 20-D de 2015. El PP ha obtenido mayoría absoluta en Galicia, 41 escaños.  Y el PNV, con 28 escaños, podrá gobernar en    minoría o  formar una coalición sin complicarse mucho, sin asumir muchas presiones. De los resultados, en clave nacional, se pueden extraer dos  datos relevantes: Uno,  Ciudadanos no ha logrado entrar en ninguno de los dos Parlamentos autonómicos. Fuerte caída del PSOE en ambas autonomías, produciéndose el temido sorpaso de Podemos.

Salvo en situaciones excepcionales, como fue el periodo de la Transición española, para que un partido pueda llegar a Gobernar debe antes crecer como organización, incrementando su influencia social. Los resultados de las autonómicas de ayer son un claro ejemplo.  PNV y PP mantienen su hegemonía, respectivamente, en Euskadi y Galicia, desde el 82. Los resultados de ayer, manifiestan que a pesar de la crisis, y de los errores que hayan podido cometer a lo largo de décadas de gobierno, el desgaste sufrido es muy bajo, logrando los partidos de la oposición crecer muy poco. Desde el 79 el PNV solo ha estado una legislatura fuera del Gobierno, 2009-2012, que gobernó el PSE en coalición con el PP, victoria favorecida por coincidir con la ilegalización de la Izquierda Abertzale, siendo lehendakari, Patxi López.  El caso de Galicia es muy representativo. Desde 1989 el PP ha ganado las elecciones en esa comunidad autónoma. No gobernando únicamente durante el periodo 2005-2009, periodo durante el que gobernó el PSdeG-PSOE en coalición con el Bloque Nacionalista Gallego, siendo presidente de la Xunta, Pérez Touriño. Periodo que curiosamente coincidió con el hecho de que la policía  había encontrado unas fotos del presidente de la Xunta, Núñez Feijoo, alternando con unos narcotraficantes, en concreto con Marcial Dorado, hoy en prisión. Relaciones de Núñez Feijoo con el narcotráfico, mientras ocupaba importantes cargos al frente de la sanidad pública,  a las que el juez que llevaba la investigación, Vázquez Tain,  le quito importancia, no ordenando que se investigaran como debía, y ,extrañamente,  ocultando dicho hecho a la opinión pública hasta que Feijoo ya era presidente de la Xunta. El tercer triunfo electoral de Feijoo no se debe a su gestión, que ha sido muy mediocre en las dos últimas legislaturas, sino a la falta de alternativa. La oposición, muy fraccionada,   ocupada en luchas personalistas, no logra crecer en organización, no logran que crezcan su poder e influencia social en Galicia. Salvo la excepción de Podemos, o mejor dicho su satélite las mareas, que en las elecciones municipales ha  crecido allí donde la derecha le ha cedido votos. El caso más llamativo es lo que le ha ocurrido al PSOE. El PSdeG, debido a asuntos judiciales y luchas internas carece de liderazgo. La elección de  Fernández Leiceaga como candidato a la Xunta fue un enorme error, no solo por su perfil ideológico, muy lejos del PSOE, sino porque generaba un claro y publico rechazo de importantes sectores del nacionalismo gallego, que le quitaron su apoyo, y por tanto los votos de su gente.  


Algunos representativos  dirigentes políticos y líderes de opinión habían puesto su esperanza en que los resultados de las autónicas vascas y gallegas podían contribuir a favorecer la formación de un nuevo Gobierno de España, pero, de forma clara, no ha sido así. Los líderes de los principales partidos con representación en el Congreso de los Diputados han manifestado con sus declaraciones que nada ha cambiado. El presidente en funciones, Mariano Rajoy, sigue sin entender el no de Sánchez, y sigue intentando un pacto constitucionalista, PSOE, Ciudadanos, PP, para de esta forma colocar a Podemos como principal partido de la oposición. Por otro lado, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no se siente responsable, de la importante derrota que ha sufrido su partido en las últimas autonómicas, siendo superado por Podemos, ni tampoco entiende el significado del monosílabo no. No entiende el no a pactar con Podemos del secretario general de Ciudadanos, Albert Ribera. No entiende el no a su gestión de importante figuras de su partido, muchos de los cuales están dando de forma publica su apoyo a Ciudadanos. No entiende el no de los ciudadanos cuyos votos está perdiendo su partido desde que él es secretario general. Y no entiende tampoco el no que le dio el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en su intento de  investidura, y en concreto a su pacto con Ciudadanos.  El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, para evitar tener que asumir ningún tipo de responsabilidad por la derrota sufrida por su partido, y poder acallar a los críticos con sus posicionamientos, pedirá que el Comité Federal del PSOE convoque un Congreso para elegir un nuevo secretario general. Operación muy hábil, pues de celebrarse el Congreso sabe que no tendrá rival, y que además cuenta con el apoyo de la militancia, lo que le permitirá mantenerse en su puesto, como mínimo hasta la próxima derrota electoral de su partido.  Es curioso, Rajoy y Sánchez tienen en común, además,  de no entender el significado del monosílabo no, estar obsesionados con un imposible. Sánchez desea un pacto con Podemos, lo que supondría que este partido entrara en el Gobierno de España, algo hoy por hoy, imposible. Y Rajoy desea, el sabrá por qué, convertir a Pablo Iglesias en el líder de la oposición, otro, hoy por hoy, imposible.

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