martes, 4 de octubre de 2016

EL PSOE NECESITA LO QUE NO TIENE: TIEMPO.

El PSOE ya tiene su gestora. Su secretario general, Pedro Sánchez, ante una clara pérdida de apoyo de su partido decidió dimitir el pasado sábado, 1 de Octubre,  y el Comité Federal, de acuerdo a los estatutos, puso al frente del partido una gestora presidida por Javier Fernández, presidente del Gobierno autonómico de Asturias. En política, como en la vida misma, hay un tiempo, un momento, para cada cosa. La situación interna del PSOE, la situación política de España, así como el hecho de que muy probamente se tengan que convocar unas nuevas elecciones generales en menos de un mes, conducen a pensar que la dimisión de Sánchez no se ha producido en el momento más oportuno, ni para su partido, ni para España, ni para él mismo.

A primera vista, la dimisión de Sánchez parece no beneficiar a nadie. Entonces ¿Por qué ha dimitido Sánchez justo en este momento? Todo hace indicar  que ha habido un pulso entre dos sectores del partido. Los liderados por el secretario general, Pedro Sánchez, partidario de formar piña con Podemos, partidario de Gobernar a cualquier precio en unión con Podemos,  y los contrarios a que Podemos, sus principales dirigentes,  puedan entrar a formar parte de un futuro Gobierno de España. Pero incluso así, dando por cierta la anterior hipótesis, la dimisión de Sánchez no se entiende, pues ha dejado si un liderazgo claro al PSOE en un momento tremendamente difícil tanto para su partido como para España. En mi modesta opinión, Sánchez debió aguantar unas casi inevitables terceras elecciones y luego dimitir, así,  el coste que ha representado su dimisión, dimisión forzada por él con sus posicionamientos,   hubiera sido mucho menor tanto para su partido como para España.

No se entiende la dimisión de Sánchez, y no se sabe con qué hoja de ruta el Comité Federal del PSOE ha nombrado una gestora, ni que capacidad de decisión tiene. Se dijo que el próximo sábado se iba a reunir de nuevo el Comité Federal, para decidir si el PSOE da ahora o no su apoyo a la investidura del líder del PP, Mariano Rajoy, y para fijar la fecha para un Congreso para que el partido pueda elegir un nuevo líder, pero dicha reunión no se va a producir. Es evidente que las cosas no están claras dentro del PSOE. Fernández,  es un líder con mucho tiempo de militancia, pero con escasos éxitos, es un líder que  ha dado al PSOE muy pequeñas victorias. Fernández, como ingeniero de minas, tal vez sea la persona adecuada para una voladura controlada del PSOE, no sé si esa fue la razón de su nombramiento, pero no parece ser la persona más idónea para tender puentes, y ejercer el liderazgo del partido. Además, el nombramiento de Fernández no se entiende, si al hecho de su falta de prestigio unimos el hecho de que no es diputado. Si el PSOE, su Comité Federal, no quiere convocar a corto plazo un congreso para nombrar un nuevo secretario general, lo lógico es que hubieran nombrado como presidente a un dirigente que ya fuera diputado, pues de no producirse unas terceras elecciones, opción a favor de la que Fernández se ha declarado partidario, el PSOE pasaría a estar representado por alguien sin voz en el Congreso, pasaría  a tener dos voces, su portavoz en el Congreso y el Presidente de la Gestora. Da la impresión de que el PSOE no sabe para qué ha nombrado la Gestora. Sí,  porque lo decían los estatutos, pero para hacer que cosas y en que tiempos. En mi modesta opinión, el PSOE debió de nombrar como Presidente de la Gestora a un personaje con mayor prestigio tanto a nivel nacional como internacional, con prestigio  reconocido, por sus éxitos y  victorias,    dentro del PSOE, entre la clase política y  por la sociedad española en general, y sobre todo con  unos objetivos claros.

El tiempo pasa y los problemas de España no se solucionan. España crece, pero en un contexto casi  de deflación, de contención salarial, y de precaria creación de empleo. La economía española crece, pero lo hace de forma inexplicable, sin que se deba a nueva  políticas, salvo a la devaluación salarial,  pero no se conoce todavía la letra pequeña de ese crecimiento, las consecuencias negativas que más temprano o más tarde acabaran aflorando. El tiempo pasa, los problemas de España no se solucionan sino que simplemente se ignoran, retrasando afrontarlos. El tiempo pasa, la confusión interna del PSOE aumenta, ayer la sociedad española no sabía cuál era su proyecto para España, hoy no sabe ni siquiera quien lo lidera, y a la vez la gobernabilidad democrática de España es cada día más difícil.

Es evidente, que ahora el PSOE  necesita más tiempo, el suficiente para elegir un nuevo secretario general, un nuevo líder. Pero el tiempo está tasado, es el que es,  o dan su apoyo a Rajoy o el 31 de Octubre se convocaran nuevas elecciones generales. En mi opinión, la principal pegunta que debemos hacernos después de lo ocurrido en el seno del PSOE, es ¿Puede el actual PSOE, dividido, sin un liderazgo claro, dirigido por una gestora,  favorecer la investidura de Rajoy? En mi modesta opinión, ni puede, ni querrá, ni sería suficiente, pues ya se está hablando de que el PP ahora exigirá al PSOE un pacto de legislatura, es decir, que como mínimo contemple también el apoyo a los Presupuestos Generales del Estado para el 2017. El PSOE podría intentar ganar tiempo permitiendo la investidura de Rajoy y luego vetando los Presupuestos, para forzar así unas nuevas elecciones, pero es muy difícil que el PP permita dicha jugada. En mi opinión el PSOE ya tiene una sola alternativa, elegir de forma rápida un nuevo candidato y acudir a unas terceras  elecciones con el eslogan: “Que sea lo que dios quiera”

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