jueves, 24 de noviembre de 2016

FALLECE RITA BARBERA. NO TODO VALE.

Rita Barbera, ex alcaldesa de Valencia, y actual senadora por la Comunidad Valenciana, falleció ayer en Madrid a los 68 años de edad. Según el informe médico, a causa de un infarto. Más allá de lo que han difundido los medios de comunicación, no sé quién era Rita Barbera. Los medios la han dado a conocer, en lo personal, como una mujer extrovertida, simpática,  amante de la fiesta, campechana, y buena oradora. En lo político, una importante líder del PP. Partido al que contribuyó a crear, liderando el PP de Valencia durante décadas. Una líder que supo ganarse con sus discursos y políticas el apoyo de un importante sector de la sociedad de la ciudad de Valencia, ganando gracias a ello, en sucesivas ocasiones, las elecciones a la Alcaldía por mayoría absoluta. Ni en lo personal ni en lo político pertenezco al entorno cercano de Rita Barbera, no sé si cometió u ordeno malos actos, desconozco por tanto si  es responsable de cosas por las que tenga cuentas, lo único claro, es que ahora ya solo tendrá que rendir cuentas ante Dios. Descanse en paz.

Lamentablemente, somos seres perecederos, envejecemos, y ello hace que la muerte sea el único destino con el que realmente nacemos. La muerte es una carta que siempre acaba llegando. Porque alguien nos la envía. Porque decidimos adelantar su llegada. O porque la enfermedad se convierte en su cartero, acelerando su llegada. O simplemente, porque el paso del tiempo lo hace ya inevitable. La muerte es inevitable, pero no por ello, lo único que todo hombre debe intentar retrasar lo máximo posible. La muerte es inevitable, pero como evidencia lo ocurrido a la ex alcaldesa Rita Barbera, no debemos buscar ponerle fecha a la muerte, por un lado, porque representaría desafiar a Dios quitar sin justa justificación aquello que él ha otorgado, por otro, porque nadie, nadie, está libre de poder tener un infarto, es decir de que la muerte llame a su puerta antes de tiempo.

La lamentable muerte de Rita Barbera, teniendo unos últimos meses muy convulsos, debido a que había sido imputada en la operación Taula,  por un supuesto delito de blanqueo de capitales, ha abierto en la sociedad  un intenso  debate sobre el comportamiento de dos elementos fundamentales de la democracia española: El Poder Judicial y los medios de comunicación.  

El funcionamiento del Poder Judicial no es correcto, no es el que debería de ser en una democracia. Carece de imparcialidad e independencia. Ejerciendo sobre él un fuerte control y una fuerte influencia sectores de las elites dirigentes que lo utilizan como instrumento represor de la sociedad española y para defender sus  intereses particulares. Además, la actuación del Poder Judicial es poco discreta y demasiado lenta. La justicia debe investigar en función de indicios, pero solo actuar cuando tenga claras pruebas de que se ha cometido un delito, delito que debe ser juzgado en tiempo oportuno, sin buscar retrasar emitir condena para evitar que sus ejecutores asuman responsabilices, afronten la condena que se merecen, y sobre todo evitando que su lentitud provoque juicios paralelos, sociales, mediáticos, interesados, con condenas no de prisión pero si difíciles de resarcir si luego el condenado socialmente resulta ser inocente.  

Los medios de comunicación españoles sufren, a mi parecer, dos claras enfermedades. Primera, padecen un claro alineamiento político, lo que les lleva a tratar importantes temas de la sociedad española siempre desde una perspectiva política e interesada, con total falta de objetividad, fijando la atención en aspectos que les interesa para sus objetivos propagandísticos, a la vez que  se ignoran, ocultan,  otros también relevantes, o incluso más relevantes. Segunda, los medios de comunicación españoles han sido infectados por el muy peculiar estilo de lo que se conoce como la prensa del corazón. A un sector de las elites de la sociedad española, a eso que se conoce como la gente del mundo del corazón, les gusta que los medios se acerquen a ellos, les esperen, entren en su intimidad, intimidad que muchas veces venden, incluso que les acosen, lo toleran con tal de estar en los medios, con tal de ser portada de una determinada revista o salir en televisión. Pero el traslado de ese estilo a la prensa seria, a la prensa política, entrando en los espacios de los políticos, en los espacios de aquellos que tienen el poder en la sociedad española, en el espacio de su intimidad, en su espacio físico, incordiando, cuando no acosando, es algo que en mi opinión hace mucho daño a la democracia española. Que alguien diga acercaros, que los personajes del mundo de la prensa del corazón les digan a los medios acercaros, porque les interesa, porque sacan beneficio de ello, de cosas como renunciar a su intimidad,  no quiere decir que esa deba ser una constante en el comportamiento de los medios. Los medios de comunicación no deberían ignorar, ni olvidar, que acercarse a quien no corresponde, más temprano o más tarde, siempre trae consecuencias. Los políticos no solo tienen el poder en la sociedad, sino que también  son la elite que lidera la sociedad española, son los que determinan como es y cómo será nuestra sociedad, en mi opinión, merecen un respecto, un distanciamiento, por parte de los medios de comunicación, privarles de ello creo que será muy dañino para la democracia española.  

Podemos es un partido que logra crear polémica con casi todo lo que ocurre en la vida política Española. Ayer, lo hizo otra vez, durante el silencio a Rita de Barbera en el Congreso de los Diputados, el siete que constituyen sus asientos se encontraba totalmente vacío. Los diputados de Podemos decidieron no participar en el minuto de silencio que las fuerzas políticas habían decidido dedicar a Rita Barbera. Un comportamiento poco correcto, indigno de unos representantes políticos de una democracia. No creo que  a estas alturas a Rita Barbera le pueda importar un silencio más o menos, pero en  mi opinión, más indigno y vergonzoso ha sido el silencio con el que durante meses buscaron  su expulsión de la política miembros del partido al que ella había contribuido a crear, el PP. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido (San Mateo 7,2).

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