martes, 20 de diciembre de 2016

2016, UN AÑO DE FRACCIONAMIENTO, INSEGURIDAD Y CONTINUISMO.

A pocos días de finalizar un nuevo año, el 2016, toca analizar como hemos percibido que ha transcurrido, y digo percibido, porque como todos sabemos cada uno habla de la feria, objetivamente, claro, pero, principalmente, como le ha ido en ella. El 2016 lo podemos analizar desde tres niveles diferentes: El personal, el nacional y el internacional. Lógicamente, voy a omitir el nivel personal, pues solo a mentes psicológicamente enfermas les puede interesar la vida personal de los demás, y no es precisamente a esos, no pocos,  a los que va dirigido este humilde artículo.

A nivel internacional, el año que va a terminar se ha caracterizado, a mi parecer,  por dos cosas: Fraccionamiento e inseguridad. El 2016 terminara como comenzó, con un Occidente bajo la amenaza del terrorismo islamista.  La inseguridad es un condimento muy amargo, que los gobernantes occidentales de nuestra época se han empeñado que acompañe la vida de los ciudadanos de los estados que gobiernan. En los últimos años ha crecido la inseguridad en todos los ámbitos de la vida de los ciudadanos. En el físico, en el laboral, en el económico, en el de la justicia, y  en el psicológico. En el psicológico, pues hay una enorme confusión sobre qué nivel de seguridad es el que realmente  tenemos. Inseguridad psicológica, que se ve incrementada por una total falta de seguridad jurídica, muchas veces motivada por sentencias arbitrarias que emiten los tribunales, importantes tribunales, algunos de ellos de dimensión supranacional. Inseguridad económica, porque las grandes empresa internacionales tienen una enorme facilidad para maquillar, falsear, su contabilidad, contando en muchos casos con complicidades estatales, y ello en una economía global fuertemente interrelacionada, incrementa enormemente el riesgo de todo tipo de inversión. Inseguridad psicológica porque los responsables de la seguridad, políticos y expertos, transmiten que la amenaza del terrorismo islamista no se puede ni eliminar,  ni reducir. Introduciendo conceptos falsos como el de lobo solitario, auto-radicalización, resistencia sin liderazgo, con los que se busca no adoptar las medidas necesarias para combatir el terrorismo islamista y ocultar su incompetencia. Gobernantes, expertos en terrorismo, periodistas, deberían de recordar que si la opinión publica conoce la verdad, de poco sirve que la versión oficial la niegue,  los efectos sociales serán los mismos.

Como he dicho, el 2016 terminara como comenzó, con un Occidente bajo la amenaza del terrorismo islamista. Para entender  lo que está pasando debemos mirar un poco hacia atrás. En septiembre de 2014, el portavoz oficial del Estado Islámico, Abu Mohamed Al-Adnani, ya fallecido,  ordenó a sus partidarios que ejecutaran a “todos los descreídos” occidentales. A partir de entonces numerosos países occidentales han sufrido atentados terroristas realizados por lo que se denomina el terrorismo islamista. Siendo Francia el país que más bajas ha tenido. A partir del  verano del 2015, desde Turquía, entrando por Grecia, se produce una avalancha hacia la UE de inmigrantes de religión musulmana, principalmente de origen sirio, país que lleva en guerra civil desde el 2011. Miles de ciudadanos de religión musulman, atravesando los Balcanes llegaron a Hungría con la intención de dirigirse a diferentes países de la UE, principalmente Alemania. Avalancha que cuenta con el efecto llamada que se genera desde Alemania, al decir su canciller, Ángela Merkel, que los dejara entrar en su país. En contra de lo que han transmitido algunos medios de comunicación, no se trató de fenómeno espontaneo, sino organizado, que  contaba con fuerte apoyo desde instituciones de la UE. Generándose al final del 2015, una crisis migratoria en la UE, sin precedentes desde la IIGM. Crisis migratoria a la que la UE intento darle una solución creando lo que se definió como el mecanismo obligatorio de reparto de inmigrantes y refugiados. Proceso que fracaso, por dos razones. Oposición de algunos Estados, y el deseo de los inmigrantes de ir únicamente a concretos países en los que sabían  que existen diásporas que los acogerán. El rechazo social  mayoritario a la  entrada de inmigración de religión musulmana y sus efectos en los procesos electorales, provoco que en el 2016 la UE tuviera  que cambiar totalmente de política migratoria. Cerrando un acuerdo con el Gobierno de Turquía, que consistía, entre otras cosas,  en que le pagaba a cambio de no dejar salir inmigrantes hacia Grecia y aceptar la devolución de aquellos que llegaran a islas griegas desde dicho país.

Mientras la UE quería imponer a los Estados miembros cuotas de reparto de inmigrantes, liderada por la canciller Merkel, la cual decía en el 2007 que el modelo social multicultural  alemán había fracasado, refiriéndose especialmente a la inmigración de origen turco que no se había integrado, ahora consideraba que Europa debía abrir sus puertas a la entrada masiva de nueva inmigración musulmana. Mientras todo eso ocurría, en noviembre del 2015, Francia fue objeto de un sangriento ataque armado, realizado en Paris contra población civil, no combatientes. Ataque armado contra la población civil, que provocaría que el presidente francés, F. Hollande, dijera “Francia está en guerra”. Afirmación, que se ha traducido en bien poco, pues las acciones del Gobierno francés contra aquellos que consideraban que habían atacado su sociedad civil han sido mínimas y totalmente ineficaces, eso sí muy costosas. Además, se han producido otros muchos más incidentes provocados por el terrorismo islamista, el último tuvo lugar ayer mismo en Berlín, del que todavía se conoce poco.

La amenaza del terrorismo islamista nos ha acompañado durante todo el 2016, y entrara con nosotros en el 2017. Para que un Estado pueda erradicar una amenaza es necesario definirla,  dimensionarla, conocerla, y sobre todo que exista voluntad política de combatirla. Está claro que no hay voluntad política para vencer el terrorismo islamista, ni siguiera para buscar disminuir su amenaza. Está claro, que el Estado Islámico, también denominado Daesh, es el precio que sectores del mundo islámico están dispuestos a pagar por los abusos que ellos y sus aliados cometen en países occidentales. Y sabiéndose eso, no hay voluntad política porque sectores políticos occidentales aceptan dicho hecho. El Gobierno de Irak,  apoyado por una coalición internacional en la que participa Estados Unidos, hace dos meses ha comenzado una ofensiva para recuperar la ciudad de Mosul, bajo control del EI desde hace dos años, conquista que le permitió aumentar sus ingresos y crecer como ente. A pesar de la enorme diferencia de fuerzas la ofensiva lleva ya tiempo estancada, principalmente, porque no hay voluntad política, ni militar,  de vencer.  

Otra de las características del 20016, es el fraccionamiento. Fraccionamiento de las relaciones internacionales,   fraccionamiento en el seno de  importantes organizaciones internacionales y políticas, fraccionamiento social. La Federación Rusa ha comenzado a quedar  fuera de los foros organizados por las principales potencias occidentales. En la UE se ha producido el  Brexit, y también división en el seno en la NATO, aunque no se haya dado a conocer su dimensión. En muchas sociedades occidentales los ciudadanos  se han cansado de ser objeto de abusos y de vivir en un ambiente de inseguridad, radicalizándose, radicalizando comportamientos y su voto. La victoria de Trump, prometiendo políticas totalmente contrarias a las del presidente Obama, el crecimiento de grupos de extrema derecha en numerosos países europeos, son claros ejemplos. Radicalización, que en España todavía no se ha producido, principalmente por una razón, porque las elites dirigentes están obteniendo importantes beneficios de sus relaciones con sectores del mundo islámico, con muchos de aquellos que por acción u omisión favorecen el  terrorismo islamista.

A nivel nacional, el 2016 ha sido un año en el que en España se ha hablado mucho de cambio para que luego se impusiera el continuismo. La derecha sigue gobernando gracias a la abstención de la discutible socialdemocracia española, el PSOE. En el 2016 el PSOE ha perdido poder, sufriendo una fuerte división interna, que aún no sabemos en que acabara, pero ha ganado responsabilidad ante la opinión pública. Ahora, el PSOE es responsable de las políticas que aplique Podemos en los ayuntamiento que gobierna gracias a su apoyo. Y también de las políticas y decisiones que adopte el Gobierno de Mariano Rajoy, pues sin su apoyo Rajoy no hubiera vuelto a ser investido Presidente. Y también ha habido continuismo en los problemas. El paro ha bajado, pero gracias a fomentarse el autoempleo, y un fuerte incremento de la precariedad laboral. También es cierto que España crece, pero es un crecimiento extraño, difícil de entender, pues lo hace en un contexto en el que una gran mayoría de sus ciudadanos pierden poder adquisitivo y el Estado es más pobre, teniendo que recurrir al déficit y el incremento de la deuda pública. El mundo laboral, el educativo, el de la seguridad o el sanitario siguen con los mismos problemas. En el Parlamento se habla ya de reformar la reforma educativa, la reforma laboral, la recientemente implantada Ley de Seguridad Ciudadana. Parece ser que el paso del ministro Ignacio Wert por el ministerio de Educación solo sirvió para que satisficiera sus necesidades amorosas. Y continuismo también el mundo de la justicia. La lentitud con que se aplica la justicia española en asuntos que tienen que ver con personas pertenecientes a las elites dirigentes no tiene equiparación en ninguna democracia occidental. El Poder Judicial retrasa eternamente los procesos judiciales con la clara intención de retrasar la aplicación de penas. Se tarda años en instruir una causa, para luego alargar lo máximo posible la celebración del juicio, retrasando de forma inexplicable e injustificada la emisión de la sentencia. Uno de los casos más escandalosos es el juicio del caso Nóos. Después de años de instrucción, y más de seis meses de juicio, ahora retrasan la emisión de una sentencia que esta más que clara. Todo ello, según parece, buscándose oportunismo judicial, la conveniente situación  político, social, que favorezca  la aceptación social de la  sentencia, que según informaciones periodísticas, busca que Inaki Urdangarin no tenga que entrar en la cárcel

El 2016 ha sido un año caracterizado por el fraccionamiento y la inseguridad, ¿Cómo será el 2017? En mi opinión, el 2017 será un año caracterizado por un continuo desandar. Trump va a poner de moda volver a políticas de principios de la década de los 90. A las políticas que imperaban durante el 92, año en el que se aprobó el tratado que daría lugar a la actual UE, el Tratado Europeo. Políticas que han producido años de desarrollo, progreso, y seguridad sin igual en la historia occidental. El 2017 comenzara anhelando la llegada de Trump.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

¿ES POSIBLE TANTA INCOMPETENCIA POLÍTICA?

La naturaleza es en numerosos aspectos tan perfecta que resulta difícil pensar que pueda ser  únicamente fruto de un proceso de evolución, con la economía española ocurre algo parecido, resulta muy difícil pensar que los problemas que padece se deben a errores y, o a elementos circunstanciales de nuestra época, como puede ser la crisis financiero-económica mundial del 2008, entre otras cosas, porque en la gran mayoría de los casos de dichos problemas se han beneficiado siempre  los mismos, concretos sectores de la sociedad española. Dos claros ejemplos: Uno, lo ocurrido con las Autopistas radiales (Madrid, Alicante), las cuales tendrán que ser nacionalizadas por el Estado, con un coste todavía por establecer, pero ya se habla de en torno a 5.5000 millones de euros. Dos, lo ocurrido con el deposito Castor de gas natural, el cual el Gobierno ha tenido que cerrar debido a que producía seísmos, teniendo que indemnizar a la compañía constructora con 1305,7 millones de euros, importe que será pagado por los consumidores de gas natural. Ambos casos conducen a preguntarse ¿Es posible tanta incompetencia política? En mi opinión, no.

Ambos casos, la nacionalización de las radiales y el cierre del depósito Castor, representan socialización de pérdidas y son verdaderos escándalos políticos, pues su construcción   se puede deber únicamente a una de dos razones: La incompetencia de los que tomaron las decisiones o intereses espurios, oscuros. La construcción de las autopistas radiales de Madrid y Alicante, fue una decisión del Gobierno del ex presidente Aznar. Para lograr financiación para su construcción el Gobierno de Aznar garantizo a los inversores su nacionalización si estas entraban en perdidas, cosa que ha ocurrido, ya que se encuentran en concurso de acreedores. La razón de que entraran en concurso de acreedores son principalmente dos. Primera, bajo volumen de tráfico. Por error, o intencionadamente  los proyectos de las radiales se habían basado en unos volúmenes de tráfico irreales, imposible que se produjeran. La  Comisión Europea, en muchos de sus informes ha afirmado que España tiene un exceso de infraestructuras, entre otras cosas, un exceso de autopistas de peaje en áreas de poco tráfico. Segunda, la obra ha tenido un elevado sobrecoste en su ejecución  debido a que las empresas han tenido que pagar elevadas indemnizaciones por las expropiaciones  de los terrenos. Dos errores, de trazado, haciéndolas pasar por unos terrenos que se sabía que su expropiación iba a tener un coste demasiado elevado, y error en el cálculo del volumen de tráfico, que ahora tendrán que pagar toda la sociedad española, con su nacionalización.

El asunto de la construcción del depósito Castor es igual de escandaloso. Su construcción fue ordenada por el Gobierno del ex presidente Rodríguez Zapatero sin realizarse los estudios pertinentes, en concreto, sin el necesario estudio previo de riesgo sísmico. Todo ello a pesar de que el Observatorio del Ebro alerto con anterioridad a su construcción de riesgo sísmico en la zona. Para logar su construcción el Gobierno garantizo a la empresa constructora, dicho de forma coloquial, que  si algo iba mal asumiría el coste del proyecto. Mediante una hábil operación financiera el Gobierno de Rajoy ha logrado que la indemnización a la empresa constructora, ACS, sea cargada por las empresas comercializadores de gas natural a los consumidores.

Ambos escándalos son debidos a gobiernos de diferente color, del PP y del PSOE, pero curiosamente en ambos participa una misma empresa, ACS, que ha realizado dos proyectos sin asumir ningún riesgo y muy probablemente obteniendo beneficios. ACS, es un empresa de Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, un personaje de la sociedad española tan poderoso como polémico, con grandes intereses exteriores y fuertes vínculos con el mundo islámico. Recientemente, Per Johanson, gestor del fondo de alto riesgo Bodeholm Capital, ha dicho que  ACS tiene las cuentas sobredimensionadas, irregularidades contables y numerosos proyectos problemáticos, lo que hace presagiar que ACS todavía le puede costar más a la economía española, a través de quitas, perdidas, de los bancos que soportan su elevada deuda, pues al final de una forma u otra las pérdidas de los bancos siempre las acaban pagando el conjunto de los ciudadanos, de una forma  u otra, haya o no haya rescate del Gobierno.

La principal diferencia entre ambos casos, es que mientras el asunto del depósito Castor se está investigando en el juzgado, para saber de quien fue la responsabilidad de que se construyera sin los estudios sísmicos necesarios, el asunto de las radiales no se está investigando. Todo tiene una razón de ser, una causa, curiosamente incluso los errores. Por tanto, en mi modesta opinión se debería investigar porque el Gobierno del ex presidente Aznar ordeno construir dichas autopistas con un determinado trayecto, lo que representaba costosas expropiaciones, y todo ello a pesar de que había razones objetivas para pensar que su rentabilidad hacia el proyecto inviable. Todo ello puede parecer a la opinión publica algo lejano, o simple realidad virtual, pero no lo es, es una realidad física que lamentablemente supondrá un coste para todos los españoles, impidiendo que se haya gastado en otras cosas, más rentables y necesarias, y contribuyendo a reducir la calidad de vida de los ciudadanos, en concreto de los ciudadanos pertenecientes a los sectores menos pudientes de la sociedad española.

Con el expresidente Aznar se produjeron importantes y negativos cambios en la sociedad española,  hubo una clara involución en la democracia española. Durante su época, desde el Gobierno, se ordenaron numerosos abusos judiciales y policiales, se ordenaron violaciones de los derechos humanos y hubo terrorismo de Estado. En mi humilde opinión, el Parlamento está tardando en pedir al Gobierno de Rajoy que haga pública la lista de cargos públicos y ex cargos públicos que se acogieron a la denominada ley de amnistía fiscal, pues casi todo tiene una explicación, casi todo tiene una causa, y las decisiones de Aznar no tienen por qué ser una excepción.

sábado, 10 de diciembre de 2016

SANTOS RECOGE EL NOBEL DE LA PAZ ¿HABRÁ PAZ?

Los Premios Nobel están desde hace tiempo totalmente desacreditados, entre otras cosas, por estar constatado que su entrega obedece más a intereses, políticos, económicos, etc., que a razones objetivas. Hoy se le ha entregado el Premio Nobel de la Paz 2016 al actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, por sus esfuerzos en el proceso para poner fin al conflicto armado que desde hace décadas el Gobierno de Colombia mantiene con las FARC. Como en ocasiones anteriores, la entrega de este premio no ha estado tampoco exenta de polémicas. En primer lugar, porque no se entiende por qué no ha sido galardonado con el premio también el actual líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, el cual ha hecho el mismo esfuerzo, sino más, por alcanzar la paz. En segundo lugar, porque el acuerdo alcanzado ha sido rechazado  por el pueblo colombiano al ser sometido a referéndum. Rechazado, de dos formas,  con una abstención del 60% y un no del 50,1% al acuerdo de paz.


Un acuerdo de paz, si  represente el fin de la guerra y el fin de las causas que la provocaron,  es siempre motivo de alegría, el de Colombia si evoluciona en esa dirección, lógicamente, también lo será, por el momento hay que esperar a ver si se cumple o no, pues es pronto para saber si el acuerdo logrado por el presidente Santos es uno más de esos muchos acuerdos políticos que se logran en nuestra época y que luego no se cumplen, o si por el contrario,  se materializara realmente en algo concreto. El escritor colombiano Gabriel García Márquez, autor de Cien Años de Soledad, recibió en 1982 el Premio Nobel de Literatura, hoy, 34 años después, otro colombiano, el presidente Santos, recibió  el Nobel de la Paz por sus esfuerzos para lograr que Colombia no sufra 100 años de guerra. Pero como todos sabemos, en la realidad las cosas son más difíciles de logar que en la ficción. Es posible que el acurdo logrado por Santos logre poner fin al conflicto armado existente entre las FARC y el Gobierno de Colombia, pero la paz es algo más que el fin de la lucha armada. En mi humilde opinión, de simple observador lejano y ajeno al conflicto,  la paz, la paz en Colombia, tardara tiempo, tal vez no 100 años pero si décadas, pues los principales problemas de Colombia son la pobreza y la desigualdad, la enorme desigualdad que existe entre las elites dirigentes y el resto del pueblo, problemas a los que no se observa que se les quiera dar una solución a corto plazo,  y sin justicia, difícilmente habrá paz.

viernes, 9 de diciembre de 2016

CUMBRE SOBRE REFUGIADOS. CLARA INJERENCIA POLÍTICA DEL VATICANO.

El Vaticano, a través de la Pontificia Academia de las Ciencias, ha organizado este fin de semana una cumbre internacional sobre refugiados, a la que asistirán en torno a 70 alcaldes de importantes ciudades. La cumbre se ha organizado bajo el llamativo eslogan de "Europa: Los refugiados son nuestros hermanos y hermanas". Curiosamente, por parte de España han acudido alcaldes que se encuentran ideológicamente en la órbita del comunismo internacional, dirigentes de Podemos o alguno de  sus satélites, Manuela Carmena (Alcaldesa de Madrid), Pedro Santisteve (Alcalde de Zaragoza), Ada Colau (Alcaldesa de Barcelona). Otros países también han mandado representativos dirigentes de su política. Por ejemplo, de Francia ha acudido la alcaldesa de Paris, Anne Hidalgo. Anne Hidalgo se ha declarado en numerosas ocasiones pro-refugiados, pero con poco acierto a la hora de darle una solución a los refugiados que hay en su ciudad. Paris sufre en estos momentos un grave problema con los refugiados, para los que no tiene ni capacidad de absorción ni de acogida. Hidalgo, del Partido Socialista,  ha logrado que el Gobierno francés, también socialista,  aunque todo hace prever que por poco tiempo,   le autorizara la construcción de un campamento para refugiados, pero este solo tendrá capacidad para albergar  alrededor de 900 personas, y en el norte de Paris ya malviven, contabilizados, seguramente más,  unas 3000 personas. Italia, también ha mandado a lo más representativo de su política, a la sentimentalmente compleja alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, la cual se rumorea que, divorciada recientemente, ya tiene un romance con su jefe de gabinete, Daniele Frongia, ambos del partido Movimiento 5 Estrellas. Resalto esto último, no porque considere que lo amoroso es de interés político, sino por la tendencia que tienen los dirigentes de lo que se conoce como la nueva política a dar  cargos a personas de su entorno sentimental, además, de que no parece una política muy identificada con los valores que deberían imperar en el Vaticano.
La cumbre internacional de alcaldes sobre refugiados organizada por el Vaticano,  conduce, a mí parecer,  de forma clara a dos  interesantes e importantes preguntas: Una,  ¿Por qué se organiza esta cumbre? Dos, ¿Por qué la organiza el Vaticano?
¿Por qué se organiza esta cumbre? Considero esta pregunta importante porque como todos sabemos los ayuntamientos no tienen competencia en política de inmigración. No tiene por tanto sentido convocar un fórum de dirigentes políticos para tratar un tema sobre él que no tienen capacidad de decisión, lo normal, lógico y racional, hubiera sido organizar  una cumbre a nivel Estados. En Europa hay un mayoritario rechazo ciudadano a la entrada de más inmigración procedente del sur del Mediterráneo. Clamor popular antiinmigración que ha provocado que varios  gobiernos europeos, e incluso la propia Comisión Europea, hayan  tenido que cambiar en los últimos meses  la política de inmigración, limitando con mayores medidas la entrada de inmigrantes-refugiados. Incluso el Gobierno socialista francés, en un principio tolerante con la inmigración,  ha tenido que endurecer su política migratoria,   obligado por las circunstancias, por  la amenaza que supone el terrorismo islamista, por  la imposibilidad de absorción de más inmigración, por la inseguridad que genera la población inmigrante,  por su  pérdida de popularidad, etc. Los partidos pro-inmigración, bien sea esta por razones económicas o personas que huyen de conflictos, solo gobiernan en ayuntamientos, bueno, y en Grecia, con Syriza,  principal país responsable de la denominada crisis de refugiados que está sufriendo la UE. Hoy por hoy, es imposible que un partido político declarándose  partidario de la entrada de más refugiados logre ganar unas elecciones generales y así gobernar un país europeo. Está claro, que el Vaticano ha recurrido a los alcaldes como única posibilidad para realizar con éxito su campaña pro-refugiados sirios.
La función del vaticano debe ser la de defender, enseñar y difundir la fe cristiana. Debe ser la de  velar por la moral y el espíritu de los cristianos. Entonces, ¿Por qué el Vaticano organiza una cumbre sobre inmigración? Podríamos pensar que es por solidaridad, pero claro, vemos que a la cúpula de la Iglesia Católica no le preocupan de igual forma los cristianos, por ejemplo, europeos,  que sufren carencias. No le preocupa de igual forma el  24, 4% de la  población de la Unión Europea que  se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, de ellos 13, 4 millones  españoles. La cumbre tiene una clara intencionalidad política. Con la llegada del papa Francisco, la Iglesia Católica ha incrementado su injerencia directa y publica en temas políticos. Cuba, Venezuela, la guerra civil de Siria y su consecuencia, la emigración masiva  de sirios hacia Europa, son claros ejemplos. Con ella el Vaticano no busca otra cosa que incrementar su influencia y  poder en la esfera internacional, utilizando para ello  hipócritamente un tema al que todo el mundo desea sumarse, independientemente de cual sea su religión o ideología política,  la ayuda a quienes son objeto de persecución.

La cúpula de la Iglesia Católica, el Vaticano,  es un nido de víboras, un foco de degeneración,  responsable por acción u omisión de numerosos abusos que sufren cristianos. Un nido de víboras que discrimina, excluye, y aísla a cristianos en beneficio de los intereses de las elites dirigentes. Un nido de víboras siempre pegado al poder, disculpando y justificando sus abusos. No lo digo solo yo, lo dicen también los llamados informes Vatileaks, y lo ha reconocido el propio papa Benedicto XVI en sus últimas memorias, diciendo cosas como que el Vaticano estaba lleno de podredumbre y que había tenido que destruir un lobby gay.  No hay solidaridad en la cumbre de refugiados que ha organizado el Vaticano, sino simplemente intereses, la búsqueda de mayor poder por parte de la  Cúpula de la Iglesia Católica,  impulsando un equivocado, perjudicial y falso ecumenismo. 

Muchos dirigentes políticos, con sus posicionamientos, dan a entender que creen que  pueden manipular a los ciudadanos con sus campañas propagandísticas mediáticas, y que estos son incapaces de enterarse de la realidad de las cosas y votar en consecuencia. La reciente victoria de Trump da a entender que no es así. El electorado acaba enterándose de que políticas son realmente las que provocan sus  problemas y votando en consecuencia. Carmena, Colau, Santisteve y otros muchos dirigentes políticos de la misma orbita ideológica, favorable a que España acoja refugiados sirios, no sienten la misma preocupación hacia los indigentes españoles. Sí, puede ser que los utilicen para justificar su liderazgo, como hizo Colau al frente de la PAH, pero poco más. Un caso concreto, en Galicia hay muchas personas en clara situación de indigencia, sin vivienda y carentes de ingresos propios, a muchos de ellos les cuesta encontrar un alojamiento en un albergue público. Pero el asunto no preocupa a las elites políticas, ni a la Conferencia Episcopal, que cree que su imagen esta lavada con la  caridad, que no justicia, que es canalizada a través de Caritas. Recientemente seis marineros sirios, empleados en el barco Lady Boss, pidieron asilo en la ciudad de Marín. A pesar de que no había ninguna evidencia de que fueran  perseguidos políticos, más allá de su nacionalidad siria, el Gobierno a través de la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio de Interior, ha aceptado a trámite su petición de asilo, dándoles alojamiento, se desconoce si también una ayuda económica, y  una tarjeta roja para que puedan trabajar y residir en España.  Un acto de enorme hipocresía, hipocresía que como vemos no solo padece la izquierda comunista española, es decir, Podemos, sino también sectores de la derecha. Tal vez, es este el tipo de publicidad con la que el presidente Rajoy cree que se puede promocionar el turismo en  la ciudad de Pontevedra. Y tal vez sea así, el problema es que decisiones como esta,  de las que todo el mundo acaba conociendo que  esconden, la basura que hay detrás,  a la larga siempre acaban perjudicando la imagen y los intereses  de España, es decir: Por  contentar a una minoría se ha perjudicado a la gran mayoría.

martes, 6 de diciembre de 2016

38 ANIVERSARIO DE LA CONSTITUCIÓN. ¿HAY O NO HAY EQUIPO?

Hoy, con ocasión de la celebración del día de la Constitución, la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, ha pronunciado un bello discurso, diciendo lo que en estos casos se suele decir, diciendo lo que se esperaba que dijera, discurso que da a entender que seguramente es aficionada a leer discursos que otros políticos han hecho a lo largo de la historia en actos de similares características. Un discurso bello, pero a la vez hipócrita, que no refleja su pensamiento, y que oculta la realidad de España.

Todos sabemos lo que supuso la aprobación de la Constitución de 1978. Todos conocemos  la evolución que ha tendido España en lo que llevamos de democracia. Todos sabemos que nunca antes a los ciudadanos españoles se les  habían reconocido en la Constitución tal volumen de derechos y libertades. La Constitución de 1978 es aceptable, excepto por el Titulo II, similar a las que tienen grandes democracias occidentales. El problema no es el contenido de la Constitución, sino que las elites dirigentes españolas, cuya cara visible es la casta política, entre ellos, esos que hoy celebraban en el Congreso el día de la Constitución, no respectan su contenido. El problema es que durante lo que llevamos de democracia el contenido de la constitución no se ha respectado, siendo España un país en el que se han producido y se producen sistemáticas e impunes violaciones de los derechos humanos. Siendo España un país en el que el denominado Estado de Derecho esta anulado, siendo el Poder Judicial un instrumento represor al servicio de sectores de las elites dirigentes para defender sus derechos e intereses, lo cual favorece que en España se produzcan detenciones y encarcelamientos ilegales con fines represivos. El problema es que en España ha habido importantes casos de terrorismo de Estado, como forma de hacer demostraciones de poder sectores de las elites dirigentes. El problema es que en España si no tienes equipo, si no perteneces a uno de los grupos que integran la casta política, te privan de derechos. ¿Hay o no hay equipo?

Debo de reconocer que comparto con la presidenta, Ana Pastor, que la altura de miras y la prudencia son cualidades positivas no solo de los dirigentes políticos, sino de cualquier ciudadano. Ana Pastor ha llamado a la prudencia frente al urgente deseo que tienen algunas fuerzas políticas por reformar la Constitución. Y tiene razón, ella sabe, como sabe la opinión pública, como sabe el conjunto de los ciudadanos españoles, que cuando se habla de reforma constitucional de lo que realmente muchos están hablando es de debatir sobre la forma de Estado, monarquía o república, y llevar el asunto a las urnas. Algo que conociendo la historia de España, puede dar lugar a una situación no deseada, principalmente, para aquellos que hoy están cómodamente perteneciendo a la casta política,  contando con la aprobación, respaldo y respecto  de la Monarquía, como es el caso de Ana Pastor.  

Debo  de reconocer, también,  que no es Ana Pastor la única dirigente hipócrita de la política española, hay muchos más. Muchos dirigentes políticos critican el comportamiento de Podemos, critican su forma de gobernar en grandes ayuntamientos de España, Madrid, Barcelona, Zaragoza, La Coruña, Santiago, Ferrol, Cádiz, etc. Pero a la vez tales  hipócritas saben lo mismo que sabe una gran mayoría de la opinión pública, no solo española. Saben que Podemos, partido de ideología comunista, ha entrado en la vida política española apoyado por corruptos sectores de la derecha española afines al PP, seguramente entre ellos este Ana Pastor y su familia política. Y saben, por recordar también al otro lado, que Podemos gobierna en dichos ayuntamientos gracias al apoyo de un decadente y dividido PSOE. Pero claro, para hipocresía la del ex JEMAD, Julio Rodríguez, que ayer mandaba las Fuerzas Armadas Españolas, siendo su más alto mando ante la NATO, y hoy ha acudido al acto siendo dirigente de un partido que pertenece a la órbita del comunismo internacional, anti NATO, y que ha estado financiado por países tan representativos de la esfera internacional como es Irán. ¿Qué pensara la NATO de todo esto, de este claro caso de traición? Tal vez, que hay que cerrar. Hipocresía, hipocresía es lo que hoy se respiraba en el Congreso de los diputados con ocasión del 38 aniversarios de la Constitución. 

lunes, 5 de diciembre de 2016

SÚBITO NO, RENZI DIMITE.

El pueblo italiano ha dicho no a la necesidad de realizar la   reforma constitucional que proponía su actual primer ministro, Matteo Renzi. La reforma, que según fuentes periodísticas italianas, no estaba clara, pretendía acabar, entre otras cosas,  con el denominado bicameralismo perfecto. Acabar con un sistema parlamentario compuesto por dos cámaras con idénticas funciones, en concreto, Renzi quería quitarle funciones, o sea, poder, al Senado, según él porque consideraba que dificulta la gobernabilidad de Italia, según otros, para dotarse de mayor poder, para dar mayor poder al Primer Ministro. No conozco en profundidad la política italiana, pero desde hace décadas es conocido que su principal problema es el elevado fraccionamiento del mapa político, fraccionamiento que no obedece, en muchos casos, a razones ideológicas sino a intereses de grupos sociales, de familias políticas. Situación de elevado y negativo fraccionamiento del mapa político en la que en estos momentos también ha caído España, dificultando ello,  como de sobra es conocido, la gobernabilidad. Por ejemplo, muy probablemente, el Gobierno de Rajoy no pueda aprobar los Presupuestos Generales del Estado para el 2017, llevando a España a una nueva crisis.

La democracia italiana se caracteriza, principalmente, por tres cosas: Elevada corrupción política, alta inestabilidad, y claros déficits democráticos, como el de que sus primeros ministros  sean nombrados sin previamente someterse a unas elecciones, tres en los últimos  años, y van camino del cuarto. Ocurrió con Mario Monti, un tecnócrata que fue nombrado para sustituir al primer ministro Silvio Berlusconi, quien fue apartado de la política por la justicia italiana. Aquellos que lo nombraron decían que Monti era la persona idónea para dar solución a los problemas de la economía italiana, sus logros fueron mínimos. Quedando reducidos a la aprobación de la ley de Estabilidad Presupuestaria, la reforma de las pensiones, y poco más. Luego vino Enrico Letta, que debido al elevado fraccionamiento del Parlamento surgió de un pacto político. A menos de un año de ser nombrado, a este lo echo, tras una lucha interna en el Partido Democrático, su compañero de partido Matteo Renzi. El ascenso de Renzi en la política italiana fue ilógico e irracional, dando a entender  que era fruto de un oscuro pacto político. Renzi fue presentado ante la opinión pública como un dirigente joven y ambicioso, que llegaba para solucionar la situación de la economía italiana, muy endeudada, y dar estabilidad política al país. No logro ninguna de las dos cosas. En los últimos tres años la economía de Italia ha mejorado muy poco, en el 2015 su PIB creció un 0,3%, la banca italiana sigue en quiebra técnica, sobreviviendo únicamente gracias  a la política favorable de barra libre de crédito del Banco Central Europeo. Y lo peor, si Renzi llegaba para dar estabilidad al país, se va dejándolo en una situación de mayor inestabilidad que cuando llego.

Renzi pertenece a una generación de políticos que ha surgido en nuestra época en Occidente, que se caracterizan por  ser jóvenes y ambiciosos,  tener dotes de comunicación, pero pocas ideas viables y positivas. Unos lideres jóvenes y ambiciosos, que se declaran contrarios a todo lo que han hecho generaciones anteriores de políticos, curiosamente se declaran contrarios a aquellos políticos  a los que les deben lo que son, a los que les han apoyado para llegar al poder. Una nueva generación  de políticos que tiene una principal característica en común, creer que tienen más poder que el que realmente tienen. Dicen hablar en nombre de la gente, de la ciudadanía, de la sociedad,  pero su  gente, los ciudadanos que les dan su apoyo, no son suficientes para lograr las impopulares reformas que desean emprender. Le ocurrió al presidente Obama en Estados Unidos, viendo muchas de sus reformas paradas por el Senado, la Cámara de Representantes, o el mismo Tribunal Supremo. Otras, las anulara el próximo presidente republicano, Donald Trump. Y le ha ocurrido ahora en Italia a Renzi. En España les ocurre a muchos dirigentes políticos. Podemos y Ciudadanos, se creen que tienen más poder que el que realmente dan a conocer los resultados electorales, quieren imponer reformas para las que no tienen suficiente poder. Y le ocurrió también a Pedro Sánchez, creyendo que podía imponer sus criterios e intereses en el seno de su partido, el PSOE. Poder de una nueva generación de políticos, jóvenes y ambiciosos, que en el caso de España,  queda reducido únicamente a bloquear, impedir la gobernabilidad.  


Tal como está diseñada al UE, la situación política nacional de los diferentes Estados miembros afecta a su funcionamiento de forma importante. La política nacional italiana nos está afectando de forma negativa.  El ilógico ascenso en la política italiana de Renzi afecto a la UE de forma negativa. Debido a ello, la UE tiene ahora a Federica Mogherini como Alta Representante de la Política Europea, una dirigente sin peso político ni a nivel italiano ni a nivel europeo, cuyo principal mérito político era que nueve meses antes había sido nombrada por Renzi ministra de Asuntos Exteriores, y cuya mediocridad e incompetencia ha demostrado en numerosas ocasiones  desde que ha sido nombrada, contribuyendo a la irrelevancia exterior de la UE. Y su marcha, la dimisión de Renzi, volverá a afectar a la UE también de forma negativa, entre otras cosas,  al dejar Italia en una situación de elevada inestabilidad política y con una banca sin sanear, disimulada, pero  en quiebra técnica.