sábado, 19 de agosto de 2017

¿QUE QUIERE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA, SER COMO SUDÁN, UN NUEVO NAZISMO O MAS SEGURIDAD Y ELIMINAR EL TERRORISMO ISLAMISTA?

La  idea, que surgió en el 92, de hacer de la Unión Europea un espacio de seguridad, de libertad y de justicia está muerta. Muerte que ha transformado la UE en un simple supermercado, en una simple área de libre comercio, en la que por cierto la seguridad alimentaria deja mucho que desear, ahí tenemos el asunto de los huevos.

A la violencia no hay que buscarle explicaciones profundas, filosóficas, todo es más simple, siempre ha habido grupos que han deseado someter al resto de la sociedad a través de la violencia. El terrorismo es una forma de lucha. El terrorismo islamista es distinto a otro tipo de terrorismos, en el sentido de que es provocado por un actor extranjero que no da a conocer públicamente sus reivindicaciones. ¿Qué quería el terrorista que ataco en La Rambla? Acaso que dejara de ser peatonal, no lo sabemos, las autoridades no lo han hecho público. No debemos engañarnos, como dice el otro, por ese dinero ni cruzo la calle, es decir, todo tiene un fin, un móvil, el terrorismo islamista también, tiene reivindicaciones que evidentemente las autoridades, las elites dirigentes, conocen pero no hacen públicas.

La inseguridad no es una buena compañera, erosiona el sistema político, pone en peligro la democracia, la convivencia, el desarrollo económico. Para constatarlo solo debemos fijarnos en los países con alta inseguridad. ¿Queremos que  España pase a ser  como Sudan, cuna del islamismo radical? País en el que la vida de las personas no vale nada, no hay justicia ni nadie venga sus muertes, país en el único lenguaje que se entiende es el de la violencia y las armas. No nos engañemos, resignarnos ante el terror que genera el terrorismo islamista nos llevara a que la sociedad española sea como la sudanesa o a que surja un monstruo que lo devore, monstruo como en su momento fue el nazismo.


En lo ocurrido en Barcelona hay un hecho innegable, fue causado por ciudadanos de origen islámico. Grupos  islámicos con vínculos extranjeros de los que reciben órdenes, y que tienen fuertes apoyos dentro de nuestra sociedad, nos están atacando, están poniendo en peligro no solo nuestra seguridad física, sino también la  paz, la convivencia y la democracia. El eslogan de “No tengo miedo” solo lo puede decir, gritar,  defender, un insensato, un irresponsable, que no tiene miedo a que puedan atacar  y asesinar a sus  hijos jugando en la calle, como hace el terrorismo islamista, o alguien que sea  cómplice del terrorismo islamista. Yo si tengo miedo, no solo por mí sino también por los hijos de esos que no tienen miedo. 

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