lunes, 25 de septiembre de 2017

PREOCUPANTE TENDENCIA AL FRACCIONAMIENTO DEL PODER EN EUROPA.

“Divide y vencerás” es una regla aplicable en numerosos  campos. En el de las matemáticas, el análisis, etc., se suele cumplir siempre, facilitando dar solución a un problema o explicación a una hipótesis. Pero no siempre ocurre lo mismo en otros. Numerosos hechos históricos dan a conocer que, por ejemplo, no siempre ocurre así en terrenos como el de la guerra o la política. Ocurriendo que dividir permite obtener falsas victorias a corto plazo, que con el paso del tiempo se convertirán en grandes derrotas. La historia nos da a conocer que el  fraccionamiento  del poder político no suele ser beneficioso sino todo lo contrario, perjudicial. Moises Naim trata este tema ampliamente en su libro titulado el “El fin del poder” (2013).

El fraccionamiento del poder político, tanto a nivel nacional como internacional, suele tener dos efectos. Uno, suele provocar consecuencias negativas, como la incapacidad política para dar solución a problemas importantes, debido a que no se logra el suficiente consenso para ello. Problemas que se convertirán en crónicos en un ambiente caracterizado por un determinado  inmovilismo, en el que el objetivo de los diferentes actores políticos, muy debilitados,  pasara a ser únicamente sobrevivir políticamente hablando, es decir, intentar salvar los muebles de ellos y los suyos. Dos, dicho ambiente favorecerá que se surja un nuevo actor que se hará fuerte proponiendo soluciones para los problemas que ha creado el fraccionamiento del poder. Nuevo actor que intentara imponer su supremacía, no siempre de forma democrática y pacífica, sino muchas veces de forma violenta y dramática, creando así un nuevo orden, no siempre mejor que el antiguo. La Revolución francesa (1799), la Revolución rusa (1914), la Guerra Civil Española (1936), la conquista del poder por Hitler, o más recientemente el triunfo de Berlusconi en Italia, aunque son fenómenos muy distintos entre sí,  obedecen a procesos  provocados por el fraccionamiento del poder.

Al acabar la IIGM en Europa surgió, tanto a nivel nacional como europeo, una fuerte tendencia a la unión política, tendencia que determinaría la forma de gobernar. Tendencia que dio lugar a organizaciones que aún siguen vivas hoy, como la NATO y la UE. Tendencia a la Unión, basada en pilares como la defensa del Estado de Derecho, la defensa de los derechos humanos,  una política de defensa colectiva y la creación de todo lo que engloba el conocido como Estado de Bienestar, que permitiría que Europa disfrutara de décadas de paz, desarrollo y progreso, convirtiéndose en una de las zonas más prosperas del mundo a la que desean emigrar ciudadanos de las zonas más remotas del mundo. Algo parecido ocurrió en la España del 78, al acabar la dictadura militar y establecerse un sistema político basado en la democracia. En España surgiría también una fuerte tendencia a la unión política como la mejor forma para consolidar la democracia y afrontar los problemas que entonces padecía la sociedad española. De esa tendencia surgirían dos grandes partidos, el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español, que gobernarían España hasta hoy, con altibajos, pero logrando que España tuviera un enorme desarrollo económico, mejorando, aunque de forma muy desigual, la calidad de los ciudadanos.

Como acertadamente vaticinaba, Moises Naim, dicha tendencia no solo ha llegado a su fin, sino que se ha invertido. Hoy impera la tendencia al fraccionamiento político. Se ha dado en España, Francia, ha ocurrido este domingo en Alemania, y se ha dado también en nivel europeo, con el Brexit. Muchos son los que hoy vuelven a creer que dividiendo vencerán, y no siempre es así.

En España ha habido dos claros fraccionamientos. A nivel nacional, fraccionando de tal forma la composición del Parlamento, que hoy no se sabe cuánto tiempo podrá seguir vivo el actual Gobierno de España, debido a que no cuenta con los suficientes apoyos para garantizar, entre otras cosas, la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Y lo grave no es solo eso, sino que las encuestas vaticinan que de producirse unas nuevas elecciones la composición del Congreso de los Diputados sería muy similar a la actual. Y también se ha producido un claro fraccionamiento de la política catalana. Sumergida Cataluña en eso que se denomina el proceso independentista, que a pocos días de llegar a su fin, el referéndum convocado para el 1-O, no sé muy bien que es, la política catalana sufre el  mayor nivel de división desde el 78.

Pero el fraccionamiento político más preocupante es el que se ha producido este domingo en el Parlamento alemán. Según datos todavía provisionales, los dos grandes partidos que tradicionalmente han gobernado Alemania han bajado en votos. La Unión cristianodemócrata (CDU-CSU), 8 puntos, obteniendo el 33% de los votos. La socialdemocracia, el SPD, ha caído 5 puntos, obteniendo el 20% de los votos. Los liberales, FDP, han vuelto a entrar en el Bundestag, con un 10% de los votos. Pero lo más llamativo y preocupante es que Alternativa por Alemania (AfD), un partido considerado de extrema derecha, ha logrado obtener representación por primera vez en el Bundestag, con entorno a 94 escaños, un 13% de los votos. Es evidente, que el rechazo mayoritario  de las poblaciones nacionales europeas a cosas como la islamización de sus territorios y a la entrada masiva de una  inmigración que genera inseguridad ciudadana y conflictividad social, contribuyendo también a disminuir la calidad de vida de los sectores sociales menos pudientes, está dando sus frutos también en Alemania, favoreciendo que crezca un partido como AfD, de extrema derecha. Aunque comparto muchas ideas con la AfD, por ejemplo, creo que hay que poner fin a la islamización de Europa, considero su crecimiento preocupante, pues su ideología conduce a pensar que tiene vínculos ideológicos con el nazismo, y por tanto, tendencia a pensar que los problemas internos de Alemania son provocados desde el exterior, y como consecuencia de ello,  también tendencia al  expansionismo militar. Expansionismo militar alemán, que como bien es conocido, fue la principal causa de la IIGM.

jueves, 21 de septiembre de 2017

CATALUÑA PONE AL DESCUBIERTO COMPORTAMIENTOS DICTATORIALES QUE SE ORDENAN DESDE LA ZARZUELA.

España es una dictadura encubierta, dirigida desde La Zarzuela por el rey  Felipe VI y el conjunto de familias, los monárquicos, que le apoyan y se benefician de que ocupe la Jefatura del Estado. Dictadura que está ansiosa por enviar sus perros contra Cataluña y hacer así una demostración de fuerza. Buscando para ello legitimidad internacional en la aplicación del Título 8º de la Constitución. España es una dictadura encubierta y monárquica, al más puro absolutismo de otras épocas, que cuenta con el silencio y la complicidad de las elites políticas y el apoyo de numerosos medios de comunicación. Una dictadura monárquica en la que hay terrorismo de Estado y se cometen flagrantes y sistemáticas violaciones de los derechos humanos. El problema de España no son las urnas, sino la represión judicial y policial; el problema de España no son las urnas, sino el terrorismo de Estado; el problema de España no son las urnas sino los abusos que se cometen utilizando el sistema sanitario; los problemas de la sociedad española no están causados por los que ordenan colocar urnas sino por los que ordenan acciones que representan violaciones de los derechos humanos,  como son por ejemplo, detenciones ilegales por motivos políticos. La organización terrorista ETA ha puesto fin a la lucha armada, pero a pesar de ello en las cárceles españolas sigue habiendo prisioneros políticos miembros de dicha organización, mientras que los condenados por los asesinatos del GAL han sido puestos en libertad. A pesar de todo lo anterior y de su gravedad, lo que está ocurriendo en Cataluña es imposible de entender.

Todo lo  que está ocurriendo en Cataluña, tanto las acciones del independentismo como las reacciones desde el Estado central,  son imposibles de entender. ¿Qué se creían las elites dirigentes nacionalistas que iba a pasar? ¿Cuál creían que iba a ser la reacción de los poderes e instituciones del Estado? ¿Creían qué les iban a permitir hacer un referéndum para separarse de España? ¿Hecho el referéndum, creen  que les van a permitir una declaración unilateral de independencia, creen que les permitirán separarse de España de forma pacífica? Evidentemente, son hipótesis que no caben en ninguna cabeza ya no mínimamente inteligente, sino lógica. La inacción del actual Gobierno de España solo es entendible, bajo la premisa de que estén buscando una situación política y social que justifique la aplicación del artículo 8º de la Constitución. ¿Por qué el Poder Judicial ordena la detención de determinados cargos públicos pero en cambio no actúa contra aquellos que está claro que les dan la ordenes? Todo da a entender que buscan calentar, inflar más el asunto, para que los perros de la encubierta dictadura puedan actuar con mayor virulencia.

Como dice el otro, no cruzo por ese camino porque si lo hago tendría que matar al perro del vecino. ¿Para que las elites independentistas de Cataluña provocan una situación a la que no están dispuestas a hacerle frente debido al coste que ello representaría? Evidentemente no es muy inteligente. En política lo inteligente es evitar situaciones a las que uno, por alguna razón, coste, etc.,  no está dispuesto a hacerle frente. Es evidente, que en el asunto de Cataluña hay extrañas complicidades. Se están produciendo hechos que dan a entender que se quiere provocar la intervención de los perros del Estado, Ejército y Policía, para favorecer que los monárquicos, la Jefatura del Estado, el rey Felipe VI,  haga una demostración de poder, sometiendo a Cataluña. Sometiendo a una sociedad catalana cuyas elites no tienen previsto hacerle frente a dicha intervención, sino todo lo contrario, dejar a sus ciudadanos a los pies de los caballos de la encubierta dictadura que se dirige desde el Palacio de la Zarzuela. Extrañamente, la bolsa, el Ibex-35, ni se inmuta ante lo que está corriendo, pero a pesar de ello es evidente que no será bueno para la economía española, como mínimo lo que está ocurriendo en Cataluña tiene que estar afectando de forma negativa a la productividad de esa región. 

martes, 19 de septiembre de 2017

OPERACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL EN GERONA. ¿PREFIEREN UN PUIGDEMONT CORRUPTO A MÁRTIR?.

Para empezar una anécdota: Encontrándome  esperando en un despacho de abogados, entro una señora pidiendo urgentemente ver a un abogado. La secretaria le pregunto ¿Qué ha pasado? A lo que ella le contesto: Dos policías han detenido a mi hijo. A lo que la secretaria añadió: Si solo han sido dos no hay problema. Quiero con ello decir que identificar y dimensionar un problema es fundamental para poder resolverlo. Simplificarlo erróneamente solo conduce a darle una falsa y equivocada solución. Evidentemente, al chico de la anécdota no lo habían detenido dos policías sino el Estado.

Los monárquicos intentan simplificar los conflictos siempre reduciéndolos a conflictos entre familias, ante los cuales la familia real, que controla los poderes e instituciones del Estado, arbitra, lógicamente siempre en beneficio de sus intereses, contando para ello con el apoyo de los poderes e instituciones del Estado. Pero es un error, en democracia las cosas no funcionan así. Los problemas, los conflictos, raras veces son entre parientes o entre familias, sino entre los que respectan las normas, las leyes, y los que se las quieren saltar en beneficio de sus intereses políticos, económicos o de otro tipo. El asunto de Cataluña, sin tener claro lo que se oculta detrás de la reivindicación de independencia, ni quien la impulsa, ni por qué precisamente ahora, es una excepción. Pues, está claro que no se trata de un  problema legal típico, ni tampoco de un problema político al que se le pueda dar una solución democrática. No es un problema que se pueda resolver aplicando el Estado de Derecho, pues el independentismo catalán no quiere infringir las leyes españolas sino romper el pacto constitucional, buscando ampararse para ello en una legalidad superior a la española, el derecho internacional, cosa que por ahora no ha logrado. Ni tampoco es un problema político al que se le puedan aplicar las reglas de la democracia. La democracia es útil únicamente para garantizar la alternancia política entre las elites políticas de un mismo ente territorial, para  resolver de forma pacífica quien gobierna en una colectividad que desea vivir junta bajo el paraguas de una misma legalidad, determinada en el caso español, ahora, por la Constitución del 78.

La Guardia Civil ha realizado hoy una actuación en el ayuntamiento de Gerona, del que fue alcalde el actual presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Tal oportuna investigación, a pocos días de la realización del referéndum independentista (1-O) prohibido por el Tribunal Constitucional, conduce a dos preguntas. Primera ¿Se puede simplificar el problema del independentismo catalán reduciéndolo al deseo de algunos de sus líderes? Y buscar como solución el viejo dicho de “Muerto el perro se acabó la rabia”. Tienen razón en este caso los monárquicos y todo se reduce a un conflicto entre familias, entre la familia de Felipe VI, el cual como Jefe del Estado cuenta con el apoyo de las instituciones del Estado, incluido el Ejercito, y la familia política del presidente Puigdemont, el cual no está claro con que apoyos cuenta. Segunda ¿Por qué nombraron a Puigdemont como presidente si sabían que podía ser investigado por corrupción? Es decir, ha nombrado el independentismo catalán, en concreto Junts pel Si,  como presidente un dirigente político que se sabía que estaba siendo investigado por la justicia española para dejar así como salida al proceso independentista su detención por corrupción. Es decir, se busca que el presidente Puigdemont sea detenido por corrupción política y no por su gestión al frente de la Generalitat. Y si es así ¿Es imprescindible Puigdemont?


El proceso independentista catalán empezó en Septiembre de  2012 de una forma oscura, sin dar a conocerse de forma clara quienes lo impulsaban y sobre todo sin que el Gobierno de España adoptara medidas importantes y eficaces para frenarlo. Y de forma oscura también estamos llegando a su final, el 1-O. Eso si, hay numerosos indicios que conducen a pensar que el proceso independentista está impulsado desde el Palacio de la Zarzuela, o sea, por los monárquicos, por el conjunto de familias, ahora si procede hablar de familias, que apoyan al rey Felipe VI, el cual, como todos sabemos, rompiendo la vieja costumbre de "A Rey muerto, viva el Rey”, ha tenido prisa por ocupar la Jefatura del Estado, jubilando a su padre el rey Juan Carlos I. Da la impresión que los monárquicos querían, como en otras épocas del pasado, un rey joven, fuerte y combativo, capaz de ir a la guerra. Unos monárquicos, que todo indica,  que no solo quieren buscar una justificación para que Felipe VI pueda hacer una demostración de poder militar en Cataluña, aplicando el artículo 8º de la Constitución, sino también favorecer que Cataluña pase a ser gobernada por el comunismo internacional, por su representación en España, Podemos y sus satélites, para lo cual están desgastando a la derecha nacionalista catalana a la vez que la corrupta derecha constitucionalista, afín al PP, le cede votos a los comunistas, a Podemos, a Barcelona en Común, etc., táctica que también se ha aplicado en el resto de España, favoreciendo la derecha que Podemos pasara a gobernar los ayuntamientos de importantes ciudades españolas. No nos llamemos a engaño, no erremos el tiro,  el enemigo está en el Palacio de la Zarzuela, y es Felipe VI y el conjunto de familias que le apoyan y se benefician de que ocupe la Jefatura del Estado. Si Dios quiere, todo se aclarara en pocos días.

jueves, 14 de septiembre de 2017

¿REFORMA CONSTITUCIONAL? SÍ, EMPEZANDO POR EL TITULO II.

No soy aficionado a leer historia de España, entre otras cosas, porque me resulta desagradable al no sentirme reflejado en ella, pues  hasta bien entrada la década de los 50 del pasado siglo  el pasado de España se caracterizó por cosas como una elevada violencia política,  un injusta sociedad de clases, grupos sociales que eran totalmente privados de derechos,  injusticias sociales, enormes desigualdades sociales, elevada pobreza hasta el punto de haber sectores sociales que padecían hambre, etc. Pero si uno la ojea mínimamente observa dos cosas. Primea, en España hasta la Guerra Civil siempre ha habido una elevada inestabilidad política, provocada por conflictos entre casas reales y, o pronunciamientos militares. El denominado pretorianismo caracterizo la vida política española, principalmente, durante todo el siglo XIX. Y en el XX, hasta la segunda restauración borbónica, estableciéndose a través de la Constitución de 1978  la forma de gobierno de  Monarquía Parlamentaria y restaurándose la democracia. Segunda, España es una realidad política histórica basada en 3 elementos: Castilla y Aragón, el Ejército, y la Monarquía. Ante esos tres elementos, las elites dirigentes periféricas han optado a lo largo de la historia por una de  dos posiciones totalmente distintas. Unas, han elegido incrementar su poder local, regional, estrechando vínculos con lo que podríamos llamar el poder central (Castilla y Aragón, Ejercito, y Monarquía). Otras, se han aislado, aceptando su subordinación al poder central como algo inevitable, y en algunos temas útil, buscando sacar de dicha relación el mayor beneficio posible.  

Así se ha llegado a la España actual. Un Estado moderno, democrático, incluido en organizaciones internacionales como la UE. Una España en la que la Constitución del 78 reconoce a los ciudadanos un conjunto de derechos y libertades que nunca antes se les había reconocido. Pero era una España demasiado bella y perfecta para ser realidad. Y ha vuelto la inestabilidad política. Elites catalanas reivindican con fuerza su independencia, exigiendo un referéndum secesionista, a lo que lógicamente, el Estado central se opone. Poniéndose así en riesgo la convivencia entre todos los españoles. ¿Por qué ahora? ¿Quién la impulsa? ¿Cuáles son sus principales causas? Si uno lee los ríos de tinta periodística que en los últimos años se han dedicado al crecimiento del independentismo catalán, no llega a ninguna conclusión clara. Los nacionalistas catalanes dicen que el  sistema de financiación territorial es muy injusto para Cataluña, cierto. Pero también es cierto que en las últimas décadas, en lo que va de democracia, las elites catalanas han incrementado notablemente su poder económico, aumentando su patrimonio.

La Financiación autonómica, aun siendo injusta para Cataluña,  no parece ser motivo suficiente para que las elites nacionalistas catalanas quieran poner en peligro cosas como la estabilidad política, la paz, la convivencia social. Evidentemente tiene que haber otros  motivos. Las elites dirigentes españolas no se conforman únicamente con ocupar el rol que ocupan en la sociedad, con incrementar su patrimonio y  gobernar, sino que también quieren poder oprimir a otros sectores sociales más desfavorecidos y vulnerables de la sociedad, por ejemplo,  impidiéndoles que puedan progresar y cambiar de clase social. Para ello, recurren a instrumentos represores como el Poder Judicial y la Policía y a la utilización del sistema educativo de forma discriminatoria, filtrando quienes deben o no obtener determinadas titulaciones. En la construcción de este ambiente, injusto, antidemocrático, discriminatorio, tiene mucho que ver que España sea una monarquía. La Monarquía, el rol que la Casa Real de Borbón juega en la sociedad española, ocupando de forma hereditaria la Jefatura del Estado, impide un desarrollo democrático pleno de la sociedad española. Quedando reducida la democracia al simple hecho de que los ciudadanos puedan acudir cada cierto tiempo a elegir uno u otro partido político para gobernar. Ganador de las elecciones que gobernara bajo la premisa de rendir pleitesía al Jefe del Estado, al rey Felipe VI. En España, en cierta medida, sigue existiendo un cierto pretorianismo. El general Martínez Campos, con la ayuda del partido liberal-conservador, impulso la restauración borbónica de 1874 dándole el poder al rey Alfonso XII. Cien años después, 1975, otro general, el general Franco, después de casi 40 años de dictadura militar,  favoreció que se hiciera con la Jefatura del Estado otra vez un Borbón, el rey Juan Carlos I.  En mi modesta opinión, es otra vez la Monarquía la que está poniendo en riesgo la estabilidad política de España y la convivencia pacífica entre los territorios que la constituyen. Son los monárquicos, el conjunto de familias que apoyan al rey Felipe VI y se benefician de que este  ocupe la Jefatura del Estado, como bien es conocido,  no todos ellas de nacionalidad española, los que sutilmente están impulsando el independentismo en Cataluña, buscando escenificar un pretorianismo moderno, buscando aplicar el artículo 8º de la Constitución para poder hacer una demostración de fuerza militar.  

España, debido a los valores que impone la Monarquía, se ha convertido en una democracia en la que los ciudadanos pueden votar para elegir al partido político que deseen que los represente, pero en la que el Estado de derecho está totalmente anulado, se cometen flagrantes e impunes violaciones de los derechos humanos, y hay, como han dado a conocer numerosos medios periodísticos, terrorismo de Estado. Como han dado a conocer números medios periodísticos en España el terrorismo islamista es utilizado para hacer terrorismo de Estado. Sobre este tema las informaciones que difunde el Ministerio de Interior son poco creíbles  o simplemente falsas, teniendo como objeto crear una situación de alarma terrorista que justifique nuevos atentados o la aplicación de medidas represivas. En numerosos ámbitos de la vida de los ciudadanos el Estado ha hecho dejación de sus funciones, para que impere el lenguaje de la violencia. Por ejemplo, en el asunto de la ocupación ilegal de viviendas en la que el Estado no actúa, favoreciendo que el asunto lo gestionen grupos de mafiosos, que crean empresas especialidades en desalojos formadas por individuos, la gran mayoría de ellos, implicados en actividades criminales.

A pocos días del 1-O se ha puesto de moda tanto a nivel político como periodístico, decir que España necesita urgentemente una reforma constitucional. Y es evidente que sí. España necesita una reforma Constitucional empezando por el Titulo II, el de la Monarquía. España necesita urgentemente cambiar el rol que el rey Felipe VI juega en la sociedad española. Los valores democráticos son incompatibles como muchos de los valores que impone la Monarquía. Ayer, la sociedad española, era objeto de los abusos que cometían aquellos sectores de la sociedad que apoyaban al principito Felipe, hoy Rey de España, si no cambia nada, mañana habrá que hacer frente a los se desprendan de los antojos de la princesa Leonor. Hay que reformar urgentemente la Constitución, en un Estado democrático no es aceptable que el mando supremo de las Fuerzas Armadas lo ejerza con carácter hereditario una familia, el rey Felipe VI debe renunciar a ostentar el mando del Ejército.  No nos equivoquemos el enemigo está en la Zarzuela, es Felipe VI y el conjunto de familias, no todas ellas de nacionalidad española,  que le apoyan y se benefician de que ocupe la Jefatura del Estado.

lunes, 11 de septiembre de 2017

DIADA-2017: MÁS DE LO MISMO NO.

Recientemente, Cataluña ha sido objeto de dramáticos ataques del terrorismo islamista, el cual logro asesinar a 15 personas en la ciudad de Cataluña y otra en Cambrils. Por otro lado, el Parlamento de Cataluña ha aprobado dos leyes, la Ley de Referéndum y la Ley de Transitoriedad, que han sido paralizadas por el Tribunal Constitucional ante su posible inconstitucionalidad. Además, el presidente Puigdemont ha firmado el decreto de convocatoria del referéndum independentista para el 1-0. Todo ello ha provocado que la Fiscalía Superior de Cataluña haya presentado  dos querellas: una, contra los miembros de la Mesa del Parlamento; la otra, contra el presidente Carles Puigdemont, el vicepresidente Oriol Junqueras y los 12 consejeros de su Gobierno por aprobar el decreto de convocatoria del 1 de octubre. Las querellas les acusan de un delito continuado de desobediencia, prevaricación y malversación de caudales públicos. A pesar de todo ello las elites dirigentes catalanas están celebrando la Diada-2017 con total normalidad, ignorando el ambiente terrorista y político en el que tiene lugar, e ignorando la importancia y gravedad de lo que pueda ocurrir el próximo  1-O.

No sé si las elites dirigentes catalanas tienen o no datos objetivos para creer que pueden celebrar la Diada como si nada estuviera ocurriendo, ignorando el  ambiente, insisto, terrorista y político, o si ello obedece a un alto nivel de insensatez e irresponsabilidad. Sea como fuere, mi modesta opinión es que ocurra lo que ocurra el próximo 1-0, el día 2 de octubre no todo puede seguir igual que el 30, no puede haber más de lo mismo, sino que el 1-0 debe ser un punto de inflexión en la historia de Cataluña, pues el asunto de la independencia esta afectando de forma importante y negativa no solo a Cataluña, a la sociedad catalán,  sino también al resto de España, a  muchos ciudadanos de otros sitios de España.  Más de lo mismo, no.

Hace unos días el portavoz del Gobierno alemán, Seffen Seibert, ha dicho “Es importante que en todos los niveles institucionales en España sea respetada la ley, naturalmente  la Constitución española. Más o menos al mismo tiempo, el italiano y presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, en una  respuesta por escrito a la eurodiputada de UpyD, Beatriz Becerra,   dijo algo parecido: “Cualquier acción contra la Constitución es una acción contra la UE”. Una afirmación que no se sabe que respaldo tiene dentro de la UE pues el Consejo Europeo, única institución que adopta decisiones con valor dentro de la UE, no ha tratado el tema de la independencia de Cataluña por considerarlo un asunto interno de España.


El hecho de que dos líderes, de países como Alemania e Italia, respectivas cunas del nazismo y el fascismo, principales causantes de al IIGM, sientan tal respecto hacia la ley, hacia la legalidad vigente  europea, me parece muy positivo. Pero a la vez dichas declaraciones me parecen preocupantes, por dos razones. Primera, porque proviniendo como provienen de dos dirigentes de partidos integrados en el Partido Popular Europeo, dan a entender que siguen  vivos  históricos vínculos internacionales de pasado siglo (Alemania-Italia-España) , los cuales, no fueron muy positivos para Europa. Segunda, porque la evocación de la Constitución Española puede estar siendo realizada con el objeto de permitir no la aplicación del artículo 155, sino del 8º, es decir, dar el visto bueno a una intervención de las Fuerzas Armadas españolas para solucionar el asunto de Cataluña. Aceptando así, desde los Gobiernos de Alemania e Italia, o mejor dicho por las derechas alemana e italiana, que la Jefatura del Estado, o sea, el rey Felipe VI, utilice las Fuerzas Armadas para realizar una demostración de fuerza y poder en Cataluña. Sea lo que fuere, mas no, el 2-0 no puede ser un día más en el que todo siga como antes. 

jueves, 7 de septiembre de 2017

EL PARLAMENTO DE CATALUÑA APRUEBA LA LEY DE REFERÉNDUM. NO ERREMOS EL TIRO.

El Parlamento de Cataluña logro ayer aprobar la Ley de Referéndum, con la que pretende dotar de algún tipo de legitimidad al referéndum independentista que el Gobierno de Cataluña tiene planeado realizar el próximo 1 de octubre. Para ello, previamente, el Gobierno había reformado el reglamento de la Cámara catalana para que se pudiera realizar la aprobación rápida de leyes, buscando así que las leyes puedan pasar a estar aprobadas antes de se pronuncie el Tribunal Constitucional sobre si se adapta o no al actual marco constitucional.

La Ley de Referéndum ha sido aprobada por 72 votos a favor, los de Junst pel Si, CUP y el del diputado no adscrito Germá Godo, este último, ha tendido que dejar el partido al que pertenecía, Convergencia Democrática de Cataluña (Junts pel Sí) por estar investigado en un asunto judicial. Catalunya Sí Que Es Pot, o sea, Podemos, que cuenta con  11 diputados autonómicos, se ha abstenido. Ciudadanos, el Partido Socialista de Cataluña y el Partido Popular de Cataluña, en total 52 escaños,  se ausentaron de la sala durante la votación. Con posterioridad, el presidente Carles Puigdemont ha aprobado el decreto de convocatoria del referéndum para el 1-O, en el cual se  preguntara a los ciudadanos catalanes  "¿Quiere que Cataluña sea un estado independiente en forma de república?”.

Para un observador como el presente, que no habla catalán, que no vive en Cataluña, y al que, por tanto,  lo que se apruebe en el   Parlamento de Cataluña  le afectara mínimamente, lo ocurrido ayer en dicho parlamento tiene forma de una puesta en escena minuciosamente elaborada y  planificada en el tiempo. Escenificación, con la que las elites dirigentes catalanas no se muy qué quieren expresar, pero que no hubiera podido tener lugar sin que existiera un pacto político nacional que la permitiera. El comportamiento de la oposición de Cataluña, ausentándose de la votación en vez de dejar constancia con sus noes,  de que se oponían a lo que se estaba aprobando me parece un acto propio de otro tipo de países no pertenecientes a la órbita occidental  en la que está integrada España. Más bien propio de países comunistas, narcoestados, dictaduras islámicas  y cosas así. Lo que está ocurriendo en Cataluña, respecto al papel que está jugando la oposición, se asemeja mucho a lo que ocurre en Venezuela, en la que la oposición existe pero en las decisiones importantes esta siempre ausente. Evidentemente, todo ha sido así porque todo entraba dentro del juego de la puesta en escena. Para ello, el Partido Popular de Cataluña coloco una serie de banderas, 6 nacionales y 5  autonómicas, para que posteriormente  una diputada autonómica de Podemos retirara las banderas nacionales, dejando las de Cataluña. Solo faltaba el general Julio Rodríguez,  ex JEMAD y actual dirigente de Podemos, retirando también banderas nacionales en el Parlamento de Cataluña.  El comportamiento de la oposición catalana merece tres  comentarios. Primero, las banderas son solo símbolos, trozos de paño, lo importante son lo que representan, personas, ideas, intereses económicos, etc. Segundo, en mi opinión, los dirigentes de los partidos políticos que se ausentaron de la sala, PSC, PP y C´s,  deberían de presentar su inmediata dimisión, por entrar en un juego no propio de un parlamento democrático. Tercero, Pablo Iglesias y los suyos, Podemos y sus satélites, deberían recordar que ellos como representación que son en España del comunismo internacional, hoy por hoy, en el único sitio en el que pueden retirar banderas es en Moscú y en países de la órbita rusa.

Hace no muchos días, Jefatura del Estado, partidos políticos constitucionalistas y partidos independentistas catalanes  avanzaban juntos escenificando la toma de la Plaza de Cataluña. Fascistas, islamistas, y comunistas, al más puro estilo militar, con vanguardia incluida, escenificaban la ocupación de la Plaza de Cataluña. Hoy dicen estar enfrentados. ¿Qué hay de cierto y de pantomima en todo esto? El tiempo nos lo relevara. Pero no debemos errar el tiro. El enemigo no está en el Parlamento de Cataluña, sino en el Palacio de la Zarzuela. El principal enemigo interior que hoy tiene España,  el enemigo de la estabilidad política y de la democracia, que pone en riesgo la paz, está en la Zarzuela, es el rey Felipe VI y  sectores monárquicos que le apoyan y que hacen que sus intereses prevalezcan sobre el interés general del conjunto de la sociedad española. Resumiendo, en lo que se cuece en el Parlamento de Cataluña la Zarzuela está jugando un papel principal e indispensable.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

APERTURA AÑO JUDICIAL: UNA NUEVA CARTA DE AMOR DE LESMES.

Ayer tuvo lugar el acto de apertura del Año Judicial. Como en años anteriores dicho acto escenifico una anomalía democrática, al estar presidido por el rey Felipe VI, dando así a entender que como contempla el Titulo VI de la Constitución del 78, del Poder Judicial, la justicia en España se administra en nombre del Rey por jueces y magistrados, algo totalmente sin sentido en una democracia. En una democracia la  justicia emana del pueblo y la administra un  Poder Judicial sometido al poder político que emana de procesos democráticos. La figura del Rey en ese acto, presidiéndolo, liderándolo como su cabeza visible, priva de legitimidad  democrática al Poder Judicial, pues el Rey ni pertenece a él ni ha sido puesto ahí de forma directa o indirecta por el pueblo, como si por el contrario ocurre con el resto de miembros que representan la cúpula del Sistema Judicial Español.

Como siempre ocurre en estos actos, los discursos son cartas de amor, en las que se transmite   a la audiencia, en este caso, a la opinión pública española, lo que desea oír. Se habla de una justicia independiente, de que el Poder Judicial garantiza el Estado de Derecho y la defensa de la legalidad vigente, etc. Así lo ha hecho, por ejemplo, el presidente del Consejo General de Poder Judicial, Carlos Lesmes. Lesmes ha hablado  de un Poder Judicial único e independiente que preserva el respecto a la legalidad vigente. Lesmes también ha dicho que en España la libertad no se negocia, no está en venta. Es decir, bellas palabras que la sociedad desea oír, pero que tienen que ver muy poco con la realidad de la democracia española. En España el Estado de Derecho está anulando, siendo el Poder Judicial un instrumento represor al servicio de los intereses de sectores de las elites dirigentes.  España es un país en el que ha habido terrorismo de Estado, un país en el que, como dicen algunos medios periodísticos, sectores de las elites dirigentes utilizan el terrorismo islamista para hacer terrorismo de Estado. España es un país en el que se comercializa con los derechos humanos dando ello lugar a que se cometan, sutiles,  sistemáticas y flagrantes violaciones de los derechos humanos. Y todo ello, con la total impunidad por parte del Poder Judicial. Evidentemente, el Poder Judicial también arbitra,  actúa, para resolver los conflictos que se producen entre los diferentes grupos que constituyen las elites dirigentes, y ello da lugar, por ejemplo, a los numerosos casos de corrupción política. Pero poco más, la actuación del Poder Judicial español no es la propia de un Estado democrático y de Derecho. El Poder Judicial vive anclado en otras épocas del pasado, en las que las elites administraban justicia  entre bambalinas, desde la oscuridad. Y ello, la no adaptación del Poder Judicial a los tiempos modernos y democráticos que vive España es debido, principalmente, a la influencia que sobre esta Institución ejerce la Jefatura del Estado, a la que le interesa y mucho, que formas de funcionar tradicionales del Estado no cambien, no se democraticen.


En la carta de amor de ayer del presidente Lesmes al pueblo español, ha habido tres novedades. Primera, el presidente Lesmes ha dejado claro el compromiso de la Institución que lidera con la defensa del orden constitucional frente a las reivindicaciones secesionistas del independentismo catalán. Dos, ha aprovechado para manifestar reivindicaciones internas, entre otras cosas pidiendo más medios y mayores retribuciones, textualmente ha dicho “la carrera judicial ha sufrido mermas en sus derechos estatutarios y en sus retribuciones, ha soportado incrementos notables en sus cargas de trabajo mientras que la planta judicial apenas ha experimentado crecimiento”, resumiendo, que quieren cobrar más y que el Gobierno convoque más plazas de jueces y magistrados. Tercera, y no por ello menos importante, el presidente ha dejado claro en su discurso que la influencia del crecimiento de la islamización en España, y de forma más general, en la UE, ha llegado al Poder Judicial. A pocos días de que el terrorismo islamista haya atacado en Cataluña asesinando a 16 personas, Lesmes, hizo un alegato en defensa de los derechos de minorías de religión musulmana. Un alegato en defensa de la diversidad cultural y en defensa de los refugiados. Y me parece bien, aunque un alegato innecesario, pues dichas minorías, salvo casos contados de muy pequeña dimensión,  no están siendo todavía  objeto de persecución ni en España ni en  la UE. El presidente Lesmes también debería haber hablado un poco de la necesidad de proteger a la sociedad española, no solo del terrorismo islamista, cosa que no hace el Poder Judicial, sino también de otros tipo de abusos, que se cometen en lo que él ha denominado espacio público, de la conflictividad social que generan minorías, por ejemplo, grupos de religión musulmana,  por citar un ejemplo, en los colegios publicos. Y me parece muy bien la preocupación humanista de Lesmes por los refugiados, el problema es ¿Acoger a los refugiados a costa de que, y con qué dinero? A costa de la seguridad de los extractos más vulnerables de la sociedad, que es contra los que atenta él terrorismo islamista, que son los que sufren la conflictividad que genera la inmigración de origen islámico,  y con el dinero que se debería dedicar y no se dedica a políticas sociales para mejorar su paupérrima calidad de vida. Me parece bien la preocupación de Lesmes por los refugiados de origen islámico, pero me parecería mucho mejor que, además, los miembros del Poder Judicial renunciaran a incrementos en sus retribuciones para dedicar ese dinero para contribuir  a costear el gasto que representa acoger a refugiados, sirios, etc.