jueves, 12 de octubre de 2017

DÍA DE LA HISPANIDAD CON INSULTO A LA DEMOCRACIA.

Al celebrarse hoy el día de la Hispanidad, como en años anteriores la democracia ha sido insultada, al presidir el desfile de las Fuerzas Armadas Españolas (FAS) el rey Felipe VI, en su condición de mando supremo. Mando supremo que le otorga la Constitución de 1978 a la Casa Real de Borbón al ostentar esta  con carácter hereditario la Jefatura del Estado.

El hecho de que el rey Felipe VI ostente el mando supremo de las Fuerzas Armadas Españolas  representa  una insultante anomalía de la democracia española. En toda democracia el mando de las FAS debe recaer en el Gobierno de la nación, democráticamente elegido, o en sus mandos orgánicos. El rey Felipe VI, al no haber sido democráticamente elegido para ocupar la Jefatura del Estado, ni ser miembro de las FAS, ostenta dicho mando de forma ilegítima, únicamente gracias al hecho de que la Casa Real de Borbón impuso que se le concediera dicho derecho cuando se negoció el contenido de la Constitución de 1978. Es tal la falta de legitimidad que a Felipe VI se le reconoce como mando supremo de las FAS únicamente fronteras para dentro. En ningún foro militar internacional, por ejemplo, en la OTAN, se acepta que sea el Felipe VI el que representa a las Fuerzas Armadas Españolas. En representación de España deben acudir sus mandos orgánicos o dirigentes políticos, miembros del Gobierno democráticamente elegido, o nombrados por este.

Además, este año, se ha producido un doble insulto a la democracia española, al participar en el desfile la Policía Nacional. Y no es que personalmente tenga nada en contra de la Policía, institución imprescindible, fundamental, en toda sociedad. Pero el mensaje que se envía es democráticamente hablando insultante. Con dicha participación, en un momento complicado de España, después de la brutalidad policial que se produjo el 1-O en Cataluña,  la Corona quiere transmitir a la sociedad española que ejerce el mando supremo de la “Fuerza” del Estado, o sea, del Ejercito y de la Policía.

El pasado 1-O, aprovechando hechos consecuencia de las reivindicaciones secesionistas de sectores políticos catalanes, en concreto, la realización de un referéndum considerado ilegal por el Tribunal Constitucional, la Corona aprovecho para para dar a conocer a la sociedad  que la democracia española  ha engendrado un bastardo, un nuevo fascismo, el fascismo borbónico. Contra el referéndum de autodeterminación el Estado pudo actuar de muchas y diferentes formas. Ordenar detener a los convocantes, no hacer nada y luego ordenar detener a los responsables de su realización, son algunas de ellas. Pero el fascismo borbónico prefirió recurrir a la represión. Actuando de forma violenta e indiscriminada con los matones de la Policía contra indefensos ciudadanos, que en la gran mayoría de los casos, únicamente oponían una mínima resistencia pacífica. El deseo del fascismo borbónico de realizar el pasado 1-O una demostración de poder, actuando de forma violenta contra humildes ciudadanos, es indiscutible. El 1-O los juzgados catalanes no se llenaron de detenidos, pues la brutalidad policial no se utilizó para impedir que se realizaran delitos sino para hacer una violenta demostración de poder, de un poder fascista, el que ejerce la Corona.    

Aun siendo de la periferia de España, en esto del nacionalismo, soy muy castellano. Pues pienso que unir siempre es más beneficioso que separar. “¿A qué dedicas el tiempo libre desde que te has separado? Estoy buscando pareja para volver a casarme. Es decir, separarse ¿Para qué? Claro, que  también es cierto, que a veces resulta imposible seguir unidos. El problema del independentismo catalán, para alguien que no es de esa región, es muy complicado y confuso. Tanto que no lo comprendo. Eso sí, yo comparto con los catalanes mucho, en concreto sufrir sobre mi cuello la presión del actual fascismo borbónico. No sé cuál puede ser hoy el mejor camino para que evolucione el conflicto generado por el independentismo catalán, pero si se cómo se deben resolver este tipo de conflictos: Con cariño centralizador, con euros y con población. Con el uso de la fuerza se puede lograr someter a un pueblo, pero no que este desee unirse a un conjunto superior como es España.

Cuando el nacionalismo catalán comenzó a hacer reivindicaciones secesionistas las elites dirigentes centralistas, constitucionalistas, partidarias de la unidad de España, debieron contestar con cariño, euros y población. Debieron aumentar las inversiones en esa comunidad, creando empleo y trasladando a ella población que desee que Cataluña siga unida a España. Pero no lo hicieron. Todo lo contrario. Fueron las elites nacionalistas catalanas las que siguieron incrementando su poder económico e influencia en el resto del territorio español. ¿Por qué no se hizo?  No se hizo porque no había interés político por frenar el crecimiento del independentismo, se buscaba así provocar una situación política y social similar a la actual que justificase la represión, que justificase ante la opinión publica tanto nacional como internacional la actuación violenta del fascismo borbónico.

No hay comentarios: