sábado, 21 de octubre de 2017

EL GOBIERNO ESPAÑOL APLICA EL 155. TODO SEGÚN LO PREVISTO.

El Gobierno de España ha pedido al Senado que aplique el artículo 155 de la Constitución al fin de aplicar medidas para frenar el proceso independentista de Cataluña. La aplicación de dicho artículo representara el cese inmediato de los miembros del actual Gobierno de la Generalitat  de Cataluña, presidente, vicepresidente y consejeros, y el Gobierno de España pasara a tomar el control total de la Administración autonómica de Cataluña. A la vez, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se compromete a convocar elecciones autonómicas en Cataluña en el plazo de seis meses.

El senador Cleries I González, portavoz en el Senado de PDECAT, ha dicho que hoy España ha vuelto al 75. Yo creo que todavía algo peor. En el 75 las elites dirigentes de la dictadura  querían que España avanzara hacia la democratización política y su integración internacional, europea y en organizaciones como, por ejemplo, la OTAN. Hoy por el contrario, el Gobierno de España, pidiendo la intervención de Cataluña ha dado a conocer al mundo que va hacia atrás, que se ha producido una involución ideológica, que en España las elites vuelven a recurrir a formas de actuar despóticas, tiránicas, fascistas justificadas en una situación política y social que sutilmente han provocado, para dar apariencia  de legalidad a lo que no es otra cosa que puro fascismo.

El presidente Rajoy, en su intervención para dar a conocer la aplicación del 155, ha dicho: “Viendo cómo han evolucionado los acontecimientos tengo la convicción de que querían que se aplicara el 155”. Y en parte tiene razón. La evolución de los acontecimientos da a entender que la actual situación política de Cataluña ha sido provocada para poder someter a la sociedad catalana  privándola de derechos políticos, como mínimo durante seis meses.  Sin lugar a dudas, la situación de Cataluña ha sido provocada por las elites monárquicas, o sea, la Corona, en complicidad con sectores nacionalistas para poder anular la democracia en esa comunidad, buscando la Corona hacer una demostración de poder. Demostración de poder que no creo que acabe con la simple aplicación del 155, es decir, con actuaciones simplemente políticas, sino que los monárquicos buscaran que  la situación evolucione hasta justificar la actuación de la fuerza de los militares en Cataluña.

La imperfecta democracia española, puesta en numerosas ocasiones en entredicho, al producirse terrorismo de Estado e impunes, flagrantes y sistemáticas  violaciones de los Derechos Humanos; puesta en entredicho al comportarse, en numerosas ocasiones, el Poder Judicial como un instrumento represor al servicio de las elites, no ha podido ya seguir más ocultando los instintos fascistas de sectores de sus elites dirigentes.  El pasado 1-O, aprovechando la realización  del referéndum de autodeterminación celebrado en Cataluña se recurrió a la violencia policial para atacar de forma indiscriminada e innecesaria a humildes ciudadanos carentes de responsabilidades políticas, cuyo único delito había sido el haberse dejado guiar por equivocados líderes. Hoy, los mismos instintos llevan a la suspensión de la democracia en Cataluña, a la privación de derechos políticos, por seis meses.

Que no se me entienda mal, no estoy criticando la actuación del Gobierno, seguramente la aplicación del 155 sea un mal menor, necesario,  para Cataluña y para España, sino la actuación de las elites fascistas, monárquicas y sus cómplices en el nacionalismo catalán, que han provocado y favorecido que la situación política de Cataluña evolucionara hasta ser la que hoy es. Los diferentes Poderes del Estado podían haber actuado antes para frenar el proceso independentista de Cataluña, pero no han querido. Sin ser experto en leyes, en el Código Penal, recurriendo al concepto de Seguridad Nacional, tiene que haber numerosos artículos que permitirán actuar con el peso de la ley contra las elites independentistas catalanas, pero no lo han hecho, querían que el proceso evolucionara, y seguramente todavía quieran que evolucione más para justificar acciones fascistas, anulando la democracia en Cataluña.

El comportamiento de las elites independentistas de Cataluña, y en concreto, del presidente Puigdemont, ha sido insensato, irresponsable y cobarde. Querían más poder político y han pasado a perder el que tenían. De decidir, lo que consideraban poco, han pasado a no decidir nada, ¿Y todo para qué?. Han provocado una situación de elevada represión, a la que no quieren hacer frente, dejando a su pueblo a los pies de los caballos del fascismo borbónico, privado de dignidad sometido pasivamente a la violencia de los gorilas al servicio de los intereses monárquicos. Puigdemont ya solo se mueve en el cubo de la basura de los deshechos de la historia, si aún le queda un mínimo de dignidad política debería dimitir antes de que el Gobierno lo cese. El fascismo borbónico es fuerte, pero no temamos, hace tiempo que el mundo, tanto en paz como en guerra,  no se rige por las reglas del Ruby. El fascismo borbónico es fuerte, pero más fuerte era la Corona en los 30 del pasado siglo y el rey Alfonso XIII tuvo que abandonar el poder, e irse al exilio.

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