Los Premios Princesa
de Asturias, ahora Princesa Leonor, son una copia mala y reducida de los
Premios Nobel, destinados a dar visibilidad a la Casar Real, incrementar sus
relaciones internacionales, e introducir al heredero a la Corona en la vida política
del país. Hoy, curiosamente, coincidiendo con la complicada situación política que
vive España, entre otras cosas, causada por el proceso independentista de
Cataluña, la Unión Europea recibirá el Premio Princesa de Asturias de la
Concordia. Por tal motivo, a la ceremonia de entrega de los premios acudirán las
tres personas que en la actualidad tienen más influencia en las instituciones
de la UE, los presidentes de sus tres principales instituciones, el de la
Comisión Europea, Jean Claude Juncker; el presidente del Parlamento Europeo,
Antonio Tajani, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Por tal
motivo, también acudirá el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. Ello
ha sido interpretado en ambientes políticos y periodísticos como un apoyo a la posición
del rey Felipe VI en el asunto de Cataluña, dando a entender así, que ya no es
el Gobierno de España sino la Corona la que está liderando y decidiendo la reacción
de los poderes del Estado para dar una respuesta al conflicto causado por el
proceso independentista catalán.
La UE puede
que haya merecido en el pasado, por ejemplo, cuando decidió su ampliación a los
países del Este de Europa, un premio como este, a la concordia, pero,
evidentemente, la actual UE, que no ha sido capaz de evitar el Brexit, y que
sobresale por su irrelevancia internacional y su incapacidad para dar solución a
importantes problemas internos, no es merecedora, de tal premio. Dicho lo anterior,
la interpretación que se está haciendo de respaldo a la Monarquía por parte de
la UE, desconozco si es o no real, pero
es evidente que la ha buscado la
Jefatura del Estado entregando el premio justo en el momento actual, en el que
se está produciendo un proceso independentista en Cataluña. Seguramente, estas
tres personalidades políticas europeas, hagan sus discursos en la línea dominante en Europa respecto a la
crisis catalana, diciendo que están a favor de la unidad y el respecto al orden
constitucional.
Numerosos
hechos, posicionamientos políticos, e incluso reacciones por parte de los
poderes del Estado, conducen a pensar
que el proceso independentista de Cataluña está siendo impulsado por sectores monárquicos,
para que la Corona, el rey Felipe VI, pueda hacer una demostración de poder
sometiendo a la sociedad catalana recurriendo a los militares. Militares de
uniforme, de los que el Rey se hace acompañar
incluso cuando acude a actos civiles.
Enviando a la sociedad el despótico mensaje de que ocupa la Jefatura del Estado
gracias al poder y apoyo de los militares. Además, lo ocurrido el pasado 1-O en Cataluña
da a conocer que en España ha nacido un nuevo fascismo, el fascismo borbónico.
Un fascismo borbónico que no dudo en utilizar la violencia policial para actuar
de forma indiscriminada contra humildes ciudadanos carentes de
responsabilidades políticas, a la vez que el Poder Judicial no actúa contra aquellos
dirigentes políticos que sí las tienen. Por lo tanto, cuando autoridades
europeas se pronuncian sobre la crisis catalana, sería importante que aclararan
que alcance tienen sus palabras, por ejemplo, ¿Hasta dónde llega su apoyo al
orden Constitucional español? ¿Apoyan las actuaciones del fascismo borbónico? ¿Estarían,
como paso en el pasado con Alemania e Italia, dispuestos a enviar a España
Fuerzas Armadas para dar su apoyo al fascismo que encarna la Corona?
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