domingo, 28 de enero de 2018

EL TC AUTORIZA PLENO DE INVESTIDURA DE PUIGDEMONT.

El Gobierno de Mariano Rajoy solicito  ante el Tribunal Constitucional que el Parlament de Catalunya no pudiera realizar un Pleno para investir presidente a Carles Puigdemont. De esta forma el Gobierno se aseguraba que Puigdemont no pudiera ser investido de ninguna de las formas posibles: Ni telemáticamente, ni por delegación, ni siquiera volviendo a España y participando en el pleno. De esta forma, el Gobierno de España obligaba al presidente del Parlament, Roget Torrent,  a proponer otro candidato antes de comenzar el acto de investidura. El Tribunal Constitucional (TC) no ha dicho ni sí, ni no, a la solicitud de impugnación del Gobierno. Tras siete horas de reunión y por unanimidad el TC se ha pronunciado en la dirección de que la investidura tiene que ser presencial, y además, Puigdemont para poder ser investido deberá previamente solicitar la autorización del juez que lleva su asunto, el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena.

Hace unos días, el director general de Tráfico, Gregorio Serrano, ha sido criticado por encontrarse en Sevilla durante el atasco que se produjo en la AP-6 durante los días 6 y 7 de Enero debido a las condiciones meteorológicas. Aunque la función del director general de Tráfico es planificar, decidir, nombrar, y asumir responsabilidades, y no ejecutar, ni siquiera supervisar, funciones que lógicamente delega, se le reprochó haber gestionado el incidente desde su residencia de Sevilla, y no desde Madrid, donde se encuentra la Dirección General de Tráfico. Si el Gobierno de España lo hubiera destituido, y nombrado para el puesto a un tipejo que se encuentra en Perpiñán fugado de la justicia, las críticas al presidente Rajoy hubieran sido infinitas. Entre otras cosas, se le acusaría de tener algún tipo de intereses para nombrar a tal tipejo, algo que, muy probablemente, seria cierto. Pero en cambio, los excelentísimos miembros del Tribunal Constitucional, corriendo el riesgo de provocar un atasco que afecte a toda Cataluña,  consideran que un tipo fugado de la justicia española, Carles Puigdemont,  podrá  ser investido Presidente si el próximo martes logra presentarse en el Parlament, y el juez Llarena lo autoriza. Seguramente no a ojos de aquellos que pertenecen al mundo del derecho, ni tampoco, a ojos  de los sectores monárquicos españoles, que de forma clara se observa que están apoyando a la burguesía catalana que impulso el proceso independentista, Convergencia Democrática de Cataluña, ahora, Junts per Catalunya, recordemos que el Consejo de Estado se opuso a la impugnación solicitada por el Gobierno, pero, ante el resto de la sociedad española y ante la opinión pública internacional el TC ha quedado totalmente desacreditado.

El Tribunal Constitucional ha quedado totalmente desacreditado. Siendo muy curioso que la defensa de la ponencia sobre lo que se iba a hablar le haya tocado a uno de sus  miembros de origen catalán, Juan Antonio Xiol,  y este no se haya inhibido dejando correr el turno, pero dejando a un lado extrañas coincidencias, que habría que investigar, es difícil entender que ha podido motivar al TC, llevándole a permitir la investidura de un dirigente político, Carles Puigdemont, que no ha respectado sus resoluciones, y que ha provocado la aplicación del 155 al liderar la realización de una Declaración Unilateral de Independencia. Es difícil entender que ha motivado que el TC haya permitido la investidura presencial de alguien que se sabe que no podrá ejercer su cargo.


En las dictaduras suele ocurrir que mientras en las salas de los juzgados se aparenta que se administra justica, que se respectan los derechos humanos, que se respecta la presunción de inocencia, y todo eso, en los sótanos de los mismos, o a pocos metros,  la policía asesina y tortura a detenidos. ¿Qué ocurrirá si el próximo martes Puigdemont logra llegar a Barcelona sin ser detenido, algo bastante fácil, e intenta entrar en el Parlament rodeado de miles de simpatizantes? ¿Qué ocurrirá si  logra entrar en el Parlament, participar en el pleno y lo quieren investir presidente sin contar con la autorización previa del juez Llerena? El Tribunal Constitucional queriendo aparentar una exquisita defensa de la constitucionalidad y la democracia española, autorizando el pleno de investidura de Puigdemont ha contribuido a poner en riesgo el orden público, la paz social en Cataluña, y la propia democracia. Desconozco que ha podido motivar la decisión de los miembros del  TC, evidentemente no ha sido una lectura literal de la Constitución, pues difícilmente la Constitución puede amparar a alguien que ha demostrado no respectarla. Tal vez, se ha debido a la influencia que ejercen sobre dicho tribunal  sectores monárquicos que están dando, de forma clara,  su apoyo al denominado proceso independentista; o tal vez se ha debido a que sufren el síndrome de Pilatos, según el cual la decisión popular es superior a todo tipo de leyes. Fuera lo que fuese, está claro que han asumido un gran riesgo considerándose representantes de todos los españoles, pues si Puigdemont logra volver a ser investido presidente, sin duda,  los pilares de la democracia española, como mínimo, temblaran. ¡Temblaran!  ¿Será eso lo que desea el Tribunal Constitucional o, incluso, desea provocar?

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