viernes, 20 de abril de 2018

VALLS, DE PRIMER MINISTRO A MERCENARIO DE LA POLÍTICA.


El proceso de globalización de que ha sido objeto el mundo desde finales del pasado siglo, ha hecho desaparecer importantes principios de la política, en mi opinión, uno de ellos, importante, es el de la necesidad y conveniencia de que un político deba tener la misma identidad cultural que la población del territorio que persigue gobernar, lógicamente además de arraigo e intereses en dicho territorio. El funcionamiento del sistema democrático, basado en que el poder lo ejercen los partidos políticos, y son realmente estos y no el pueblo, los que eligen quienes pueden gobernar o no dando su apoyo a unos candidatos y no a otros, permite que se produzcan situaciones insólitas, siempre negativas, de que haya territorios que están gobernados por dirigentes que no se identifican con la sociedades a las que gobiernan, ni tienen sus mismos intereses,  ocurriendo ello simplemente porque le ha interesado a un determinado partido político. Perdiendo así valor el concepto de nacionalidad, llegándose, en muchos casos,  a considerarse algo secundario en el perfil del político, lo cual conduce a la pregunta de ¿Qué significa tener una concreta nacionalidad? Acaso, nada ¿Significa únicamente tener un pasaporte, o representa también algo más, deberes, obligaciones y sentimientos políticos?

Todo ello, la pérdida de valor de conceptos,  políticamente importantes, como son el de nacionalidad, identidad cultural y arraigo,  permite nuevas formas de colonización, de conquista pacifica, a través de mercenarios de la política, los modernos Carlos I, los  modernos José Bonaparte, los Arnold Schwarzenegger, los Sadiq Khan, etc,  que se valen de la democracia para conquistar políticamente territorios. Algo que se da mucho en Francia, país en el que observamos con frecuencia como ciudadanos con otra nacionalidad y una cultura diferente a la francesa, principalmente, de religión musulmana, ocupan altos cargos públicos en la estructura del Estado.


El ex primer ministro de Francia, Manuel Valls, en la reciente vivista que ha realizado a España, ha declarado que está valorando  si presentarse a la alcaldía de Barcelona por Ciudadanos. En la actualidad, la principal  discusión que hay en la sociedad francesa relativa al ex primer ministro francés, Manuel Valls,  es sobre si es el principal responsable del hundimiento del Partido Socialista Francés, o el segundo, después de F. Hollande.  Hace bien en venir a España a hacer política, tal vez logre hundir algún otro partido, tal vez, ya esté pensando en un nuevo nombre para Ciudadanos. Valls, ¿Ciudadano del mundo o el sucesor de José Bonaparte? Valls, cree que después de haber sido la segunda persona con mayor poder en el Estado francés, su cambio de look, dejándose barba,  le da derecho no solo a opinar sobre Cataluña sino a exigir ejercer poder sobre dicho ente.  Evidentemente, Valls, sin ignorar su origen catalán,  es el Vargas Llosa francés, ambos intentan ejercer poder en terrenos no propios. El futuro revelara si han acertado, teniendo éxito o si no debieron hacerlo.

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