miércoles, 13 de junio de 2018

AQUARIUS: PRIMER PAGO DE SÁNCHEZ POR LOS APOYOS RECIBIDOS A LA MOCIÓN DE CENSURA.


A las elites políticas españolas les gusta mucho presumir de solidaridad fuera de las fronteras de España, pero para ello no utilizan su dinero, o el dinero del partido, en este caso del PSOE o de Podemos,  sino que  lo hacen con el dinero de los demás, con el dinero de los impuestos que pagamos todos  los españoles. Me pregunto si el Gobierno del presidente Sánchez ha tenido en cuenta que: Paro en España-3.252.130 personas. Paro en Comunidad Valenciana- 385.568 personas. Extranjeros sin empleo en España-388.382 personas, de ellas 55.295 en la Comunidad Valenciana. Con estos datos, ir a buscar a inmigrantes a más de 1500 Km para que vengan para España no es un acto de solidaridad sino de elevada irresponsabilidad política. El Aquarius no viene hacia España por solidaridad sino por intereses políticos, lógicamente del Gobierno de Sánchez. Es evidente que con ello Sánchez intenta hacer una demostración, no de solidaridad sino de poder, la cual, muy probablemente, ya represente el primer pago a los apoyos que recibió a la moción de censura.  

Ante una crisis provocada por un hecho relacionado con la inmigración, las elites políticas españolas siempre recurren al  mismo argumentario, diciendo cosas como “La inmigración es un problema europeo”. Y es cierto que es un problema europeo, el problema es que el posicionamiento mayoritario defendido en la UE ya es contrario al defendido en España. La gran mayoría de los Estados de la UE ya no quieren que entre más inmigración, y  de la que entre, quieren poder elegir su país de origen,  algo no defendido  por los Estados del sur a los que debido a sus vínculos con terceros países, por ejemplo, con las elites libias del derrocado régimen de Muamar el Gadafi,  les interesa que siga entrando inmigración de los países del sur del Mediterráneo, a la vez reivindican que esta se reparta entre los diferentes países de la UE.

La política europea, en concreto de los Estados miembros de la UE,  vuelve a tener características similares a las del primer tercio del pasado siglo. Han surgido partidos que son claros  herederos ideológicos de los regímenes totalitarios del pasado siglo, del fascino y el comunismo. En Italia ya gobiernan, curiosamente, formando una alianza entre la Liga Norte, fascista,  y el Movimiento 5 Estrellas, un satélite del comunismo internacional. Otra de las características, es la elevada irresponsabilidad de las elites gobernantes, que adoptan decisiones sin valorar sus consecuencias, como fue la de permitir la crisis de refugiados del 2015. Y lo  es en estos momentos, la decisión que el Gobierno de España ha adoptado respecto al  Aquarius. Es completamente irracional, que un país con los datos económicos y de empleo  de España, vaya a 1500 Km a buscar inmigrantes. La UE debió obligar que los inmigrantes rescatados por el Aquarius  volvieran a su país de origen o hacer que fueran acogidos en el puerto más próximo. Pero no ha sido así, porque otra de las características de la política europea es su parálisis, el deseo de no intervenir ante problemas graves. En el pasado siglo, las grandes potencias europeas permitieron que el Nazismo se hiciera con el poder en Alemania a pesar de que ya se conocían muchas de sus ideas, expansionistas o de utilización de la violencia como instrumento político. Lo mismo ocurrió con el Fascismo en Italia. Ahora el Fascismo ha vuelto a resurgir en Italia, representado por  la Liga Norte, y Europa vuelve a guardar silencio, lo único que le preocupa es el proteccionismo del presidente Trump, muy probablemente porque temen que ello pueda afectar de forma negativa a los intereses personales de sus dirigentes. Pero en este caso, Europa guarda silencio no solo por su típica parálisis ideológica, sino también porque, a pesar de que el resurgir del Fascismo se considera una amenaza, hay una clara complicidad a favor de que gobiernen  partidos populistas, verdaderos satélites del comunismo internacional, como en Italia el  Movimiento 5 Estrellas, o en España, Podemos.

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