martes, 12 de junio de 2018

LA HUMANIDAD DE SÁNCHEZ A CIENTOS DE MILLAS DE ESPAÑA.


La decisión del actual Gobierno de Italia de no acoger a los  629 inmigrantes que se encuentran a bordo del barco Aquarius,  rescatados en aguas de Libia el pasado domingo por la noche, en una operación coordinada desde Roma y realizada por las ONG,s Médicos Sin Fronteras y SOS Mediterranée, ha provocado una nueva crisis de inmigración en la UE, concentrando la atención mediática, y despertando elevados sentimientos humanitarios en sectores de las elites dirigentes españolas. Curiosamente, el presidente de España, Pedro Sánchez, y el Gobierno de Euskadi, uno de sus  aliados en la moción de censura, coinciden en su preocupación por la situación de esos 629 inmigrantes que se encuentran a cientos de millas, que no conocen  y que no corren ningún riesgo, y desean darles ayuda desde las instituciones que gobiernan. Sánchez ha ofrecido que el Aquarius desembarque los inmigrantes en el puerto de Valencia, y el lendakari Iñigo Urkullo se ha apresurado a anunciar que está dispuesto a dar acogida al 10% de los inmigrantes en el País Vasco, claro que no ha dicho si ello supondrá la exigencia de alguna compensación por parte del Gobierno de España, por ejemplo, algún tipo de subida en el cupo vasco.”

Un viejo refrán afirma “Ojos que no ven, corazón que no siente”, pero parece ser que ello no se cumple con algunos sectores  de las elites dirigentes españolas, con personajes como Sánchez y Urkullo. En los centros de internamiento de extranjeros hay inmigrantes privados de libertad; en las fronteras de Ceuta y Melilla miles de inmigrantes viven en condiciones dramáticas esperando poder cruzar algún día a España; miles de inmigrantes se encuentran en campos de refugiados de Grecia y Turquía, esperando ser deportados a sus países de origen; o sin ir muy lejos del Palacio de la Moncloa, en Madrid hay muchos inmigrantes que no tienen trabajo y se tienen que dedicar a mendigar para poder sobrevivir; pero ninguno de estos inmigrantes han tenido la suerte de provocar  los  sentimientos humanitarios que han provocado los rescatados por el Aquarius, a pesar de que la vida de muchos de ellos es bastante peor ¿Por qué?

Que el Gobierno de Italia, formado por los fascistas de la Liga Norte y los comunistas del Movimiento 5 Estrellas, se haya negado a dar acogida precisamente a los inmigrantes que viajan a bordo del Aquarius; la elevada cobertura mediática que está recibiendo este asunto, a pesar de que los inmigrantes no corren ningún riesgo; la rapidez con la que el presidente Sánchez ha reaccionado implicándose, prefiriendo que España acoja a esos 629 inmigrantes que están a cientos de millas que a otros que están a metros esperando cruzar a Ceuta y Melilla; el hecho de que PNV y PSOE coincidan en su posicionamiento respeto a este tema; unido a que muchos voceros mediáticos de la derecha española también están dando su apoyo a la decisión de Sánchez, todo ello, me  lleva a pensar que no estamos ante un hecho casual sino ante una crisis provocada a través de un operación política planificada a nivel europeo. Y ello conduce a  la pregunta de ¿Con que apoyos ha llegado realmente Sánchez a ser presidente?  

La coalición de fascistas y comunistas que gobierna Italia se ha negado a acoger a los inmigrantes rescatados por el Aquarius, entonces, como la situación económico-laboral española es mejor, como en España no hay pobres, ni desempleo,  ni inmigrantes sin empleo, el Gobierno de Sánchez saca pecho y se ofrece a recoger a unos inmigrantes que se encuentran a varios cientos de millas. ¿Con que dinero los va a acoger? ¿Lo va a pagar el PSOE, los van a acoger en las sedes del PSOE o en la mansión que el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias,  tiene en Galapagar? La decisión de Sánchez es un enorme error. Primero, porque los datos económicos y del mercado laboral expresan claramente que España no tiene capacidad para absorber a corto plazo más inmigración. En segundo lugar, porque como ocurrió con la ley de derechos y libertades de extranjeros en España y la regularización de inmigrantes del  Gobierno de  Zapatero, con el mensaje “Ven para España, Valencia ciudad de acogida” se incrementara el “efecto llamada”. Y en tercer lugar, porque ello  representa  un claro desprecio hacia los sectores más desfavorecidos de la sociedad española afectados por duros y continuos recortes en las políticas sociales y los servicios públicos, decididos o aceptados por unas elites que consideran que España debe abrir sus puertas a la inmigración.

Si la inmigración fuera un fenómeno positivo, hace tiempo que todos los estados del mundo hubieran suprimido sus fronteras, pero no lo es. La inmigración es causa  de inseguridad, de conflictos sociales, y  contribuye de diferentes formas a empeorar las condiciones de vida y laborales de la sectores sociales menos pudiente de las zonas de destino. Pero parece ser que el presidente Sánchez eso no lo entiende, y a pesar de que los inmigrantes no le van a poder  votar en las próximas elecciones generales, el insiste en querer aumentar la población extranjera en España, lógicamente por algo será, algún beneficio tiene que obtener de un posicionamiento proinmigración que muy probablemente le reste votos.

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