miércoles, 4 de julio de 2018

SÁNCHEZ BUSCA JUSTIFICARSE EN UN FALSO AMBIENTE POLÍTICO.

Las elites burguesas independentistas catalanas celebraron el pasado 1 de Octubre un referéndum de autodeterminación. Días después,  el 27 de Octubre, el Parlament, de acuerdo con el resultado del mismo, en un acto público y televisado,  declaro de forma unilateral la independencia. Pero todo quedó en eso, en una declaración pública. La "ley de transitoriedad jurídica" que habían elaborado para dar continuidad a la declaración de independencia no se aplicó, por ejemplo tomando el control de las fronteras. Llegado el momento de la verdad, los dirigentes independentistas catalanes se achicaron. Unos se dejaron detener, otros huyeron al extranjero. Los primeros, se encuentran hoy detenidos y  a la espera de juicio. Los segundos, refugiados en países extranjeros, esperando que la justicia de los correspondientes países decida sobre las euroórdenes que existen contra ellos, emitidas por la justicia española.

Como consecuencia de la declaración de independencia, el Gobierno de España aplico el artículo 155 de la Constitución, disolvió el Parlament y tomo el control de las instituciones autonómicas de Cataluña, todo ello sin que las elites independentistas catalanas opusieran la más mínima resistencia. No recurrieron ni siquiera a la desobediencia civil, con la que llevaban amenazando durante años. De esta forma, lo que era una simple sospecha, una hipótesis, se confirmó: El proceso independentista era una completa pantomima. Una pantomima  con la que las elites catalanas querían lograr reivindicaciones que nada tenían que ver con que Cataluña se convirtiera en un Estado independiente y soberano.

A pesar de ello, a pesar del vergonzoso espectáculo que dieron aquellos que declararon la independencia y luego se……, se sometieron al Gobierno de España, hoy siguen con la misma música. Ante la imposibilidad de avanzar en ningún sentido, buscando mantener vivo el proceso independentista, sus actuales dirigentes han vuelto al punto  de partida, reivindicando otra vez la realización de un referéndum de autodeterminación. Realmente insólito. Como insólito es que el actual presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, este contribuyendo también a que el proceso independentista siga vivo, tomando decisiones como por ejemplo, la de trasladar los presos a cárceles catalanas.

Con el presidente Sánchez el proceso independentista ha entrado en una nueva fase, que podríamos denominar de política de ambientación. La política de ambientación, muy frecuente en la actual era mediática, consiste en justificar la toma de una decisión no en hechos o razones ideológicas, sino en la existencia de una determinado clima que previamente se ha construido y que suele ser falso, así se logran evitar las reacciones políticas y sociales que podrían provocar de conocerse las verdaderas razones que motivan la decisión. Las elites independentistas catalanas intentan mantener vivo el proceso, volviendo a reivindicar la realización de un referéndum de autodeterminación, a pesar de que ya han declarado de forma unilateral la independencia. Y desde el Gobierno se difunden mensajes destinados a crear un falso ambiente, ignorando el discurso que emana del actual Gobierno autonómico de Cataluña.

El órgano jurisdiccional que se ha declarado competente para juzgar a los políticos catalanes detenidos por llevar adelante el proceso independentista, es el Tribunal Supremo, que  tiene su sede en Madrid. La decisión del Gobierno de Sánchez de trasladar los presos a cárceles catalanas, antes de que sean juzgados, va contra toda lógica. Primero, porque las cárceles catalanas están controladas por la Generalitat, es decir, por los partidos políticos a que pertenecen los presos, lo cual puede favorecer que tengan tratos de favor, que puedan fugarse, o dejándonos llevar por el principio de que la realidad en ocasiones supera  a la ficción, incluso que puedan ser sustituidos por dobles para ocultar así su salida. En segundo lugar, porque representa operativamente un grave inconveniente, pues siempre que tengan que acudir por alguna razón ante el Supremo, tendrán que realizar de nuevo el traslado a Madrid. Sánchez ha intentado justificar la decisión del traslado de presos en la falsa ambientación que se ha creado desde su Gobierno, pero con ella es evidente que se busca dar aire al independentismo y muy probablemente también pagar el apoyo del nacionalismo catalán al  moción de censura de Sánchez.

El próximo día 9, el presidente Sánchez recibirá al presidente de la Generalitat, Quim Torra. Torra ya ha declarado de forma pública que exigirá a Sánchez la convocatoria de un referéndum de autodeterminación, y si no es aceptado por el Gobierno de España que seguirá dando forma a la declaración de independencia realizada el 27 de Octubre por el anterior y disuelto Parlament. Por el otro lado, el Gobierno de Sánchez,  ha dicho que se puede dialogar sobre todo. A igual que hizo en su momento el expresidente Zapatero, Sánchez, parece dispuesto a conceder a Torra lo que pida, eso sí, a la vez ha apostillado que cualquier acuerdo deberá estar dentro de la legalidad definida por el Estatuto y la Constitución. A pesar de que las posturas de Sánchez y Torra son totalmente incompatibles, se está creando un falso ambiente de entendimiento, que justifique tanto decisiones pasadas, que Sánchez gobierne gracias a los partidos independentistas, el acercamiento de presos, etc., así como futuras. Falso ambiente político destinado sobre todo a que el proceso independista pueda continuar vivo, hasta que su presión sea lo suficientemente fuerte que justifique ante el resto de España concesiones por parte del Gobierno de España, que lógicamente nada tendrán que ver con que Cataluña se convierta en un Estado independiente y soberano.

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