viernes, 12 de octubre de 2018

LA FIESTA DE LA HISPANIDAD HACE AFLORAR ANACRONISMOS Y PARADOJAS DE LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA.


Hoy, día de la Fiesta Nacional, como viene siendo tradición, ha tenido lugar en Madrid un desfile militar en el que han participado diferentes unidades de las Fuerzas Armadas. El desfile ha tenido lugar en el Paseo de la Castellana.  La tribuna se ha colocado delante del Estadio Santiago Bernabéu, en contra de lo que viene siendo habitual, no a las 3 sino a las 9  del sentido del desfile. El desfile ha estado presidido por el rey Felipe VI, el cual ha acudido acompañado de la reina Letizia y sus dos hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Al acto han acudido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; otros miembros del Gobierno y diferentes autoridades civiles y militares. También han asistido dirigentes de los diferentes partidos; el actual líder del PP, Pablo Casado, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. No han asistido en cambio el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ni tampoco lo han hecho los presidentes autonómicos de Cataluña, Euskadi, Navarra, y Baleares. Quim Torra (PDeCAT), Iñigo Urkullu (PNV), Uxue Barkos ( Geroa Bai), han rechazado la invitación al acto,  y Francina Armengol (PSOE), ha justificado su ausencia  por las inundaciones que han tenido  lugar en Mallorca. El desfile ha sido presenciado por numeroso público; algunos sectores del cual  han  abucheado al presidente Sánchez, emitiendo gritos de “fuera, fuera” y pidiendo la convocatoria de elecciones, lógicamente, no eran votantes socialistas.

Este tipo de actos siempre se realizan con el mismo fin, escenificar una demostración de poder, de poder militar. Acto de demostración de poder militar cuyo desfile es aprovechado por la Casa Real de Borbón, en la figura del Rey de España, Felipe VI, para ejercer como mando supremo de las Fuerzas Armadas Españolas. Toda monarquía representa un anacronismo en un Estado democrático, pues es incompatible que en una sociedad en la que se ha acordado que los  cargos públicos deben ser elegidos a través de procesos electorales democráticos, el más alto cargo del Estado, la Jefatura del Estado,  sea otorgado de forma hereditaria a una concreta familia, en el caso de España, a la familia Borbón. Lógicamente que el rey Felipe VI ostente el mando supremo de las Fuerzas Armadas es una anomalía democrática. Las Fuerzas Armadas representan la fuerza de un Estado, y en una  Estado democrático estas deben estar para servir al pueblo, que es quien las financia, y a las órdenes del Gobierno democráticamente elegido, en este caso el presidente Sánchez, y no como ocurre en España, que están a las órdenes y al servicio de una familia, la familia Borbón. Que el rey Felipe VI ejerza el mando supremo de los Ejércitos, es una anomalía de tal nivel, que dicho mando no se le reconoce en ningún foro internacional. Por ejemplo, Felipe VI no tiene ni silla ni voz en la NATO.

Pero en la democracia española no solo se dan anacronismos y anomalías, como a los que he hecho referencia, sino también paradojas. Ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, firmo un pacto de Gobierno con Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, partido comunista que es la  representación en España del comunismo internacional dirigido desde Moscú. Ayer, Podemos voto en el Parlamento de Cataluña a favor de una resolución de condena al discurso emitido por el rey Felipe VI el 3 de Octubre de 2017, en la cual también se abogaba por la abolición de la Monarquía.  Hoy Pablo Iglesias no asistido al desfile militar que se organizaba para celebrar el día de la Fiesta Nacional. Extraña paradoja, Sánchez e Iglesias se consideran aliados para firmar un pacto de 50 hojas, y lo que no se conoce de su contenido, pero dicen defender valores totalmente  antagónicos.  Podemos es un partido de ideología comunista que ha crecido en el mapa político español gracias al apoyo de sectores afines al PP,  tradicionalmente votantes de derecha española. Como por ejemplo, el grupo mediático Planeta, el cual tiene históricos vínculos ideológicos y económicos tanto con la Iglesia Catolica española y con sectores monárquicos españoles. Quiero con ello decir, que da la impresión de que el pacto entre Sánchez e Iglesias sobrepasa al PSOE. Un amplio abanico de las elites dirigentes españolas han aceptado y favorecido la paradoja de que Podemos pueda condicionar las políticas del Gobierno de España aunque no compartan sus valores.  Extraña paradoja, que acerca España a Moscú, permitiéndose que influya a través de Podemos sobre las decisiones del Gobierno, a la vez que los dirigentes de ese partido haces reivindicaciones políticas, de forma clara, contrarias a los intereses de las elites dirigentes que  lo  han apoyado y apoyan. ¿Quién miente, los dirigentes de Podemos o aquellos que con ideología e intereses opuestos les apoyan? Extraña paradoja que lleva  España a entrar en el grupo de Estados europeos que hoy tienen un difícil encaje en la NATO, debido a su extraño y poco claro acercamiento a Rusia.

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