jueves, 27 de diciembre de 2018

BALANCE 2018: UN AÑO DE GRAN RELATIVISMO POLÍTICO.


Faltan pocos días para finalizar el 2018, y mientras celebramos viejas tradiciones religiosas y familiares, la Navidad, es también hora de hacer balance de cómo ha sido el año que termina, y de pronósticos y deseos para el año que vamos a comenzar, el 2019. Lógicamente, ello, balance, pronósticos y deseos, se pueden hacer desde muy diferentes perspectivas, desde la puramente individual, pasado por la familiar, la social, hasta llegar a la política. En mi opinión, es esta última, la política,  la más importante, la que más nos interesa a los ciudadanos, porque en mayor o menor medida condiciona el resto aspectos de sus vidas.

Desde una perspectiva política y global, el 2018 ha sido un año que ha pasado sin pena ni gloria. No se han resuelto problemas importantes ni han surgido otros nuevos. Durante el 2018, con la recuperación económica el nivel de emisiones de CO2, que ya había crecido en el 2017, ha seguido creciendo muy por encima de lo planificado, llegando a en torno al 2,7%,  poniendo en evidencia el total fracaso del Acuerdo de Paris del 2015. Las crisis de Ucrania y Siria, dos de las crisis mundiales que representa importantes riesgos para la UE, siguen latentes. Durante el 2018, el asunto del Brexit, tampoco se ha aclarado. Muy probablemente en Marzo del 2019 se produzca un Brexit duro, lo que provocara que se enturbien mucho las relaciones de todo tipo entre Reino Unidos y la UE. A nivel Español, ha habido relevo al frente de la Generalitat, siendo nombrado presidente Quim Torra, y en la Moncloa, gracias a una moción de censura, Sánchez es el actual presidente del Gobierno. Pero dichos cambios no han servido para resolver ninguno de los problemas importantes que hoy afectan a España, y por lo tanto, a los ciudadanos.  La crisis catalana sigue como comenzó con la Diada del 2012. Sánchez da la impresión que gobierna gracias a un actualizado Pacto del Pardo, cocinado en La Zarzuela por los monárquicos, y del que todo indica que no solo se han beneficiado PP y PSOE sino también otros actores de la vida política española. El amplio apoyo político con el que conto el  presidente Sánchez en la moción de censura no le está permitiendo ahora aplicar sus políticas; ha gobernado el 2018 con los Presupuestos aprobados por el anterior Gobierno, del PP; muy probablemente no pueda aprobar los PGE del 2019, teniendo que prorrogar los actuales un año más. Pero una de las principales características del 2018, es que el relativismo político ha crecido enormemente en lo que se conoce como el Mundo occidental, condicionando las decisiones políticas.

El relativismo político, que empezó a tomar fuerza en el pasado siglo con la caída del Muro de Berlín (1989) y la disolución de la Unión Soviética (1990), y con el que se buscaba justificar abrir las puertas del Mundo occidental a países que durante la Guerra Fría habían  pertenecido al Bloque comunista, ha alcanzado en el 2018 un nivel máximo. El relativismo político, como ya lo describe en su libro “El hombre light”, Enrique Rojas, es fruto del relativismo moral, pero sobre todo de una política en la que los intereses económicos logran dominar a la ideológica, sin considerarse las consecuencias  negativas que ello provoca para el interés general. En todas las época ha habido gobernantes que han aparcado a un lado sus ideales, en beneficio de interés económicos, muy particulares, pero ello siempre se había hecho de forma oculta, mediante pactos secretos, negándolo, siendo condenado socialmente. Pero hoy no, se admite el relativismo político, se defiende públicamente por gobernantes  con una personalidad contradictoria y ambivalente.

Es imposible hacer pronósticos para el 2019, será un año de incertidumbre, principalmente causada porque vivimos en el mundo del relativismo político y la ambivalencia, moral e ideológica. Organizaciones que en sus países de origen son consideradas criminales, siendo consideradas  responsables de asesinatos, extorsiones, robos, etc., en otros países son consideradas organizaciones empresariales, que realizan inversiones beneficiosas para sus economías. La UE ha vuelto a aceptar y tolerar en su seno las ideologías contra las que había nacido y a las que había combatido  durante décadas. A unas, el Nazismo y el Fascismo, de forma intelectual, impidiendo que pudieran existir grupos que defendieran sus ideas. Al comunismo, de forma militar,  durante lo que duro la Guerra Fría. La NATO ha vuelto a considerar a Rusia una amenaza. Tanto  la UE, como  Estados Unidos, ha adoptado contra Rusia numerosas sanciones. Pero a la vez sectores de las elites dominantes europeas siguen manteniendo estrechos vínculos con las elites rusas, en beneficio de sus intereses económicos. El presidente Trump esta siendo investigado por sus vínculos con elites rusas, y  acaba de adoptar en Siria una clara posición prorrusa, retirando a las fuerzas militares que tenía sobre el terreno, y acercándose a Turquía. Turquía, a pesar de ser miembro de la NATO, está en un proceso de claro acercamiento a Rusia. El Gobierno de Turquía ha incumplido  los acuerdos contraídos con la  NATO,  comprando a Rusia el sistema de misiles de defensa aérea S-400. Además, Turquía tiene en el tema de Siria una clara alianza, interese comunes,  con Rusia e Irán. Trump es el ejemplo perfecto de gobernante con una personalidad fruto del relativismo político que impera  en estos momentos en el Mundo occidental, contradictorio, ambivalente, que adopta políticas en función de si ello favorece o no los interese económicos de sus empresas familiares. Cada nueva contradicción en beneficio de los intereses de sus empresas provoca una dimisión en su Gobierno.

Lógicamente, en España, el relativismo político también está dando sus frutos. En el 2014, favorecio que naciera un partido nuevo, Podemos, que es un satélite del comunismo internacional en España, que se sabía que sus dirigentes estaban financiados por grupos de poder iraníes. En el 2018 ha favorecido que surja un partido de extrema derecha, Vox, un partido que es de forma clara, heredero ideológico del fascismo (Nacismo en Alemania) del pasado siglo. Y como tal, un partido que considera que la violencia debe ser el principal instrumento de acceso al poder político, que desprecia la democracia, pero que la acepta, como en su momento también la acepto Hitler, para poder crecer y hacerse fuerte.  Si en los Estados Unidos, Trump es el ejemplo perfecto de gobernante fruto del relativismo político, en España lo es el presidente Sánchez, como lo demuestran, por ejemplo, sus continuos, contradictorios y ambivalentes posicionamientos en la crisis catalana. Se reunión con Torra, he hizo un comunicado que nada tenía que ver con lo que habían hablado y que hoy ya conocemos.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

SÁNCHEZ REIVINDICA TOLERANCIA, MIENTAS EL TERRORISMO ISLAMISTA INAUGURA LA NAVIDAD ASESINANDO.


Hoy el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comparecido en Pleno para de forma clara hacer perder el tiempo, a los Sres. Diputados,  y al resto de españoles que por su actividad profesional o por interés personal están pendientes de la política. El discurso de Sánchez sobre  la crisis catalana y el Brexit ha sido decepcionante, lleno de mentiras, sin aportar nada nuevo. Los británicos son tontos, se van de la UE a pesar de que ello será muy malo para su economía y sus intereses.  Respecto a Cataluña, Sánchez ha venido a decir que los catalanes resuelvan sus problemas, que se autogobiernen, que las elites burguesas catalanas independentistas hagan lo que quieran mientras no crucen el Ebro, mientras que con ello no afecten a mi gestión de gobierno  en Madrid.

Para introducir el tema de Cataluña, el presidente Sánchez ha recurrido al proceso de fragmentación de la ex Yugoslavia y los conflictos armados que esta provoco en la última década del pasado siglo. Pero lo ha hecho con mentiras, buscando destacar el mediocre papel del Gobierno de España en  dicho asunto. Si bien es cierto, que el claro apoyo que Alemania dio a Eslovenia evito que el Ejercito de Belgrado invadiera dicho país, logrando su independencia sin que apenas hubiera conflicto armado, también es cierto que la UE no hizo nada para evitar los conflictos armados que se produjeron en otras regiones de los Balcanes, produciéndose dramáticos  genocidios, como por ejemplo, el de Srebrenica. Sin exagerar, se podría decir que hoy hay musulmanes en los Balcanes y Kosovo existe como un Estado independiente y soberano únicamente gracias a la intervención decidida  de los Estados Unidos. Es historia,  no es opinión, que Eslovenia logro la independencia a través de un conflicto armado con un mínimo coste humano, principalmente, gracias a que Alemania le dio su apoyo, y el Ejército de la ex Yugoslavia decidió no atacar el país para no tener que enfrentarse a Alemania. Es importante recordar, que históricamente un sueño de los países germánicos, Alemania y Austria, ha sido el de intentar unir el Báltico con el Adriático integrando Eslovenia, es decir, ocupando ese país. Sueño que a un perseguía no hace mucho Austria. ¿Cuenta Puigdemont ya con el apoyo determinado del Ejército alemán? A pesar de contar con el apoyo del neofascismo europeo, parece ser, que no. ¿Entonces? La alusión del presidente Torra a Eslovenia es simple peliculeo con el que intenta presionar al Gobierno de España. Pero, lo grave no es que el presidente Torra haga comparaciones entre contextos totalmente distintos como son el de la ex Yugoslavia y el de España, sino  que desde el   Gobierno de España se están tomando claras decisiones destinadas a que el falso proceso independentista pueda seguir vivo. Da la impresión de que Sánchez ha recuperado el famoso “aceptare todo lo que venga de Cataluña”, de Zapatero. Eso sí, mientras tanto la deuda pública catalana sigue en bono basura, algo que tiene que estar afectando de forma negativa no solo a la economía catalana, sino también a la española.

En cuanto al Brexit, el presidente Sánchez ha reiterado hoy lo de los británicos son tontos, se van de la UE aunque ello será muy malo para ellos. La principal razón del Brexit es la oposición de un importante porcentaje de la sociedad británica a la libre circulación de personas que se impone  desde las instituciones de la UE, y especialmente, la oposición  a la entrada de inmigración exterior, extracomunitaria. Pensar que Reino Unidos va a salir de la UE y seguir aceptando la libre circulación de personas sin límites, va a permitir, por ejemplo,  que siga creciendo la islamización de su país, es totalmente ingenuo. El presidente Sánchez lo sigue creyendo, pero ya debe ser de los pocos en la UE.

Ayer, el terrorismo islamista inauguro las Fiestas Navideñas francesas con un nuevo ataque, esta vez en Estrasburgo, todavía sin un número oficial de muertos y víctimas, pero ya se habla de 4 personas asesinadas. Ante hechos de este tipo debemos de preguntarnos ¿Por qué hoy existe en Europa  una percepción de inseguridad mucho más elevada que durante la Guerra Fría? La respuesta es clara, porque así lo desean los actuales gobernantes, personajes como el presidente Pedro Sánchez, que imponen tolerancia hacia aquellos que amenazan y atacan las sociedades occidentales. En una de las ciudades con mayor concentración de políticos de toda Europa, resulta que el terrorismo islamista ha hecho un atentado indiscriminado, atacando a humildes ciudadanos, no combatientes, desarmados,  según parece, todos carentes de responsabilidades importantes de naturaleza política o social. Algo llamativo y curioso, cuya única explicación es que el terrorismo islamista busca crear pánico en los sectores humildes de la sociedad no atacando a las elites dirigentes. Evidentemente,  ese tipo de hechos favorecen cosas como el Brexit, y a la larga acabaran pasando un elevado coste al conjunto de la Unión Europea, cuya población quiere ya que se frene la islamización, pero Sánchez no lo ve así, hoy en su discurso ha dejado claro otra vez que es partidario de una política de puertas abiertas y tolerancia frente a aquellos que amenazan y asesinan.

jueves, 6 de diciembre de 2018

ANIVERSARIO DE LA CONSTITUCIÓN: LA ESPAÑA REAL CADA DÍA MAS LEJOS DE LA ESPAÑA CONSTITUCIONAL.


Con motivo de la celebración del 40 aniversario del día de la Constitución Española, las  pareces del Congreso de los Diputados han sido hoy  testigos silenciosos de que las palabras pueden ser  tan bellas como falsas. La presidenta del Congreso, Ana Pastor, y el rey Felipe VI han rellenado sus respectivos discursos  con palabras cuyos significados tienen muy poco que ver con la evolución política y social que se ha producido en España durante los 40 años de democracia y mucho menos todavía con la realidad de la España actual. El expresidente autonómico, Manuel Fraga, al que hoy han recordado en varias ocasiones,  solía utilizar con frecuencia una frase que me gasta mucho, no, no es la de “La calle es mía”, sino el viejo dicho de “Cada uno habla de la feria según le va en ella”. La Constitución Española ha sido un seductor menú de una fiesta a la que han sido invitados unos pocos”, entre los que destacan, las  actuales elites políticas. La España constitucional tiene muy poco que ver con la España real, al estar excluidos de la primera amplios sectores de la sociedad española.

Las elites dirigentes españolas se han beneficiado de la democratización de España. Se han repartido de forma pacífica la tarta del poder político y se han enriquecido enormemente, pero está también la otra cara de la moneda. Una importante parte de la sociedad española se encuentra en situación de pobreza o exclusión social; muchos ciudadanos españoles han sido y son objeto de violaciones de los Derechos Humanos; en la España democrática se ejerce represión judicial y policial, hay ciudadanos a los que se les niega el derecho a la justicia y son objeto de detenciones ilegales; en la España democrática ha habido terrorismo de Estado y han ciudadanos que son objeto de abusos médicos y sometidos, una vez de forma sutil y otras no tanto, a tortura.

El problema no es la Constitución de 1978. La Constitución fue un selecto menú impuesto de forma explícita e implícita desde el exterior, un menú de valores y principio políticos que las elites dirigentes españolas del momento tuvieron que acepar para que a España se le abrieran las puertas de las organizaciones y foros internacionales. El problema es que el contenido de la Constitución no se respecta, el Estado de Derecho no abarca por igual a todos los ciudadanos. En la España democrática  hay ciudadanos que son considerados parias, se les priva de derechos fundamentales y son objeto de abusos en un ambiente judicial de máxima impunidad y total indefensión.

El día de la Constitución las elites políticas suelen repetir siempre lo mismo, hacen alusión al progreso que se ha producido en España durante los últimos 40 años. El rey Felipe VI lo ha calificado hoy como el proceso político de mayor éxito de la España contemporánea. Y es cierto, pero ha sido  un proceso que ha beneficiado de forma muy desigual a los españoles. Mientras hay españoles que han pasado a integrar la lista Forbes de los más ricos del mundo, otros, un elevado porcentaje, vive en situación de pobreza. Y habría  que añadir que España ha progresado a pesar de. A pesar de haber tenido las elites dirigentes que ha tenido. Ha progresado porque el mundo en su conjunto, y especialmente Europa, también ha progresado. España ha progresado, a pesar de las elites políticas que ha tenido durante los últimos 40 años, principalmente gracias a dos elementos. Un, la integración europea, lo que canalizo hacia España inversiones y un importante volumen de fondos de la UE. Y dos, gracias a esa  característica humana que se conoce como  afán de lucro, que lleva a los ricos a invertir su dinero no  para que los pobres puedan vivir mejor, sino para intentar así ser más ricos, sacar una rentabilidad a su patrimonio, con lo cual contribuyen a crear actividad económica, algo que inevitablemente también acaba beneficiando a los sectores menos pudientes de la sociedad.

El día de la celebración de la Constitución, es obligado hablar de la principal razón que frena el desarrollo democrático de España: La Monarquía. Monarquía y democracia son conceptos totalmente incompatibles. Los monárquicos imponen en la sociedad española un ascenso social basado en vínculos familiares inaceptable en una sociedad democrática, en la que dicho ascenso debe depender únicamente de  cualidades personales, el mérito y el esfuerzo. España era una nación libre cuando se votó la Constitución en 1978, es cierto, pero no es menos cierto que a los ciudadanos en ningún momento se les dio opción a pronunciarse sobre la forma de Gobierno, sobre Monarquía o Republica. La Monarquía vino impuesta como un plato del menú, además, los ciudadanos votaron sometidos a fuertes presiones políticas, de los monárquicos y de aquellos que aun no siéndolo lo aceptaban porque les interesaba, pues ello les permitirá entrar a participar en el juego político. Además, todavía persistía la  amenaza de la continuidad de la dictadura militar.

Después de 40 años de democracia, no socialmente pero si políticamente, España tiene numerosas características comunes con la España del 34 del pasado siglo: Inestabilidad territorial, elevado fraccionamiento político, y crecimiento de extremismos ideológicos de izquierdas y derechas, por un lado el satélite del comunismo internacional, Podemos, y por el otro, Vox, que en breve entrara en el Parlamento Andaluz. En una situación así no  creo que pueda darse el mínimo consenso necesario para que la clase política decida acometer una reforma constitucional, pero si así fuera, es evidente, que esta debería abarcar también el Titulo II. Los españoles debemos tener derecho pronunciarnos de forma democrática  sobre la forma de Gobierno, sobre Republica o Monarquía.  Dando por sentado que  la situación política española no va a permitir a corto plazo un referéndum sobre monarquía o república, si soy de la opinión de que sería urgente abrir en las sociedad española un profundo y transparente debate sobre qué rol deben jugar en la sociedad española el  Rey y el conjunto de la Casa Real, por ejemplo,  en lo que se refiere al mando supremo de las Fuerzas Armadas, pues mientras este sea ejercido por la Casa Real de Borbón, difícilmente España podrá evolucionar hacia una Republica de forma no traumática.

lunes, 3 de diciembre de 2018

ELECCIONES ANDALUZAS: LA DEMOCRACIA EN ESPAÑA CADA DÍA MAS DIFÍCIL.


Después de 36 años de hegemonía socialista, Andalucía ha entrado hoy, con un Parlamento muy fraccionado y de difícil entendimiento, en un periodo de difícil gobernabilidad y alta incertidumbre política. Si en el 2015, fue la izquierda la que se fracciono, con la entrada en el extracto electoral andaluz de Podemos, esta vez, ha sido la derecha, con VOX. Contra todo pronóstico, el partido de extrema derecha ha obtenido 12 diputados. El otro gran ganador de estas elecciones ha sido Ciudadanos, que ha obtenido 21 diputados, 12 más que en el 2015. El resto de partidos se pueden considerar perdedores. El PSOE, aunque sigue siendo la fuerza más votada, ha perdido 14 diputados. El PP, también ha bajado, perdiendo 7. Y la alianza entre Podemos e IU da la impresión de que no ha dado resultado, como ya había ocurrido en las elecciones generales, estos partidos obtienen juntos menos votos que presentándose por separado, si antes sumaban 20 diputados, Adelante Andalucía se ha quedado en 17. Si extrapolamos los resultados de las elecciones andaluzas al conjunto de España, la conclusión está clara, España retrocede políticamente, con un fraccionamiento del mapa político similar al del 79.    

Las encuestas sobre intención de voto no se han cumplido en las elecciones al Parlamento de Andalucía. Además, la caída de PSOE, PP y de la alianza Podemos-IU, dificulta mucho la interpretación de los resultados. Sin conocer en que mesas electorales ha obtenido votos la extrema derecha, VOX, es evidente, que a pesar de que le votaran todos los electores que ha perdido el PP, algo bastante improbable, no hubieran sido suficientes, este nuevo partido ha tenido también que coger votos o de la abstención o de otros partidos. Pero, de los resultados se puede extraer una clara conclusión, y es que las propuestas políticas de la izquierda no han convencido al electorado andaluz, el bloque formado por PP, Ciudadanos y VOX, que en algunos temas, como el de Cataluña o la inmigración, coinciden en sus posicionamientos, ha ganado en unos 200.000 al bloque de izquierdas, PSOE y Adelante Andalucía. Si el presidente Sánchez hubiera logrado una mayor entrada de inmigrantes en territorio español,  y especialmente en Andalucía, seguramente  con ello le hubiera dado un clara victoria a VOX, claro que de aquí a las generales todavía le queda tiempo de aplicar una política de inmigración favorable a la extrema derecha.

Andalucía va a entrar a partir de ahora en una situación de difícil gobernabilidad. Si en el 2015, Susana Díaz, que era vista como una clara ganadora, lo tuvo difícil para gobernar, lográndolo gracias al apoyo de Ciudadanos, ahora la situación todavía es peor. El PP y Ciudadanos, con 26 y 21 diputados respectivamente, ya han anunciado que sus respectivos candidatos se presentaran a una futura investidura para presidente del Gobierno autonómico. Ciudadanos es un partido político ideológicamente ambiguo. Últimamente se ha autodefinido como un partido liberal, pero en las elecciones capta votos de feudos tradicionalmente socialistas. Que su líder, Juan Marín, pueda ser investido presidente siendo Ciudadanos la tercera fuerza política en votos es una simple ilusión. Ciudadanos tendrá que decidir a quién le interesa más arrimarse esta vez, si al PP o al PSOE,  con vistas a próximas elecciones en otras comunidades, y sobre todo, a las generales.  En mi opinión, teniendo en cuenta afinidades ideológicas e intereses electorales, se abren 3 escenarios posibles: Uno, que Susana Díaz vuelva a ser presidenta con un gobierno de coalición PSOE-Ciudadanos; dos, que el PP logre formar gobierno, con Juanma Moreno como presidente gracias a la abstención del PSOE y de Ciudadanos; y tercera, y la más probable, que se repitan elecciones. Lo único claro, es que la democracia en España cada día lo tiene más difícil.