viernes, 25 de marzo de 2022

UNA OTAN VACÍA DE VALORES

 

La pasada reunión de la OTAN, celebrada el 24 de marzo de 2022, había creado muchas expectativas a nivel mediático, pero la declaración conjunta realizada por los Jefes de Estado y de Gobierno de los 30 países que la constituyen, ha estado totalmente vacía de contenido, resultando ser, con las mismas o distintas palabras, un repetir de lo que ya se había dicho en otras reuniones. Como siempre la OTAN ha querido transmitir una imagen de unidad, reiterando su compromiso con el  Artículo 5 del Tratado de Washington. Ha condenado la invasión de Rusia; ha pedido al presidente Putin que ponga fin a la guerra y retire a sus fuerzas militares de territorio ucraniano. Denuncia la complicidad de Bielorrusia con Rusia, y hace un llamamiento a otros países, incluido la República Popular China, a defender el orden internacional. Respecto a China, le piden a su Gobierno que deje de amplificar la narrativa falsa del Kremlin en particular respecto sobre la guerra y la OTAN. Se solidarizan con Ucrania, garantizándole apoyo político y practico. Y la OTAN dice adoptar medidas para dar apoyo a los socios frente a las amenazas rusas.



 

La OTAN hace un llamamiento a defender el orden internacional, pero no dice, ni siquiera sugiere, qué medidas se adoptarían  frente a los países que prestaran apoyo militar o económico a Rusia. Dice que las puertas de la OTAN están abiertas, pero omite que en este momento lo están para quien Rusia diga que deja entrar. Habla de una “influencia maligna rusa”, pero no la define ¿Se refieren solo al ciberespacio? ¿Incluyen en ello la dependencia energética de Rusia? ¿Consideran la inmigración rusa y las inversiones provenientes de Rusia también parte de esa influencia maligna? Lo dejan a la libre interpretación de los ciudadanos, y seguramente, que es lo más grave, también de los Gobiernos de los países miembros.