viernes, 28 de enero de 2022

¿QUÉ QUIERE RUSIA? TAL VEZ, OTRA VEZ LA MITAD DE EUROPA.





Es un hecho fácil de constatar, que todos los países multiétnicos tienen algún conflicto interno. Unas veces, causado por la incapacidad para ponerse de acuerdo elites dirigentes de culturas diferentes, otras, porque estos son avivados de forma interesada desde el exterior, o por ambas razones. Ucrania es uno de esos países. Zonas del este del país con población mayoritariamente de origen ruso, están desestabilizándolo y provocando un conflicto armado al exigir su independencia y adhesión a Rusia. Lo que ya ha logrado la región de Crimea, donde Rusia mantenía una estratégica base militar y desde el 2014 ya es considerada una región más de Rusia. Además, Ucrania sufre un fraccionamiento ideológico, con  un sector político y social europeísta, partidario de integrarse en la OTAN y la UE, y los partidarios de mantener mayores vínculos políticos y económicos con Rusia. En una democracia la discusión sobre el camino que debe seguir el país, en apariencia debería tener fácil solución. Los ciudadanos deberían decidir en un referéndum que desean, pero no es así por dos razones. En primer lugar, porque entre las elites políticas no hay suficiente consenso para que tenga lugar; y en segundo lugar, porque Rusia se opone a que Ucrania pueda integrarse en las organizaciones de Europa occidental.

domingo, 16 de enero de 2022

POSVERDAD: UNA VERDAD AL SERVICIO DEL PENSAMIENTO UNICO.

 

En el 2016 se produjeron dos acontecimientos, el Brexit, la salida de Reino Unido de la Unión Europea, y la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, muy separados geográficamente pero unidos por el hecho de que expertos en procesos de comunicación política consideran que tiene en común que se han producido favorecidos por un fenómeno comunicativo sin precedentes, la utilización como estrategia política  de un discurso basado en mensajes dirigidos a las emociones y creencias de los ciudadanos, mayoritariamente falsos, logrando anular su objetividad y así captar su voto. Un fenómeno que ha sido definido con el termino posverdad. Un término ambiguo para definir una realidad nueva y confusa,  a la que, en mi modesta opinión,  se llega a través de especulaciones y suposiciones más que de datos objetivos. 



En el 2016, el  Diccionario de Oxford definió  posverdad algo así como “denota circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública, que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal”. El termino parece describir una realidad en la que la búsqueda de la verdad ya no importa, a los ciudadanos ya no les interesa que es verdad o no a la hora decidir, sino que su conducta está más determinada por sus intereses, emociones y creencias. Algo que con fines políticos se explota, en ocasiones desde la demagogia, prometiendo satisfacer los deseos de los ciudadanos sin parar a analizar y valorar si estos son mínimamente racionales y alcanzables. En el 2018, la  Real Academia Española le dio el significado de  “Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”. Una definición  mucho más agresiva, la de la RAE, pues ya habla, de forma clara,  de distorsionar la realidad para manipular a los ciudadanos.

jueves, 6 de enero de 2022

CELEBRACION DE LA PASCUA MILIAR: POR ENCIMA DEL REY NADIE.

Como todos los años, hoy ha tenido lugar la celebración de la Pascua Militar en el Palacio Real, frente a la famosa  Plaza de Oriente de Madrid, donde se encuentra también el conocido Teatro Real. Un acto militar presidido por el que la Constitución Española establece como mando supremo de las Fuerzas Armadas, el rey Felipe VI, y al que este tiene cada año la referencia de invitar también a cargos públicos, incluido al presidente del Gobierno,  elegidos democráticamente.

La celebración de la Pascua Militar, instaurada nada más y nada menos que  en el siglo XVIII por el también rey Borbón, Carlos III, hoy, más de dos siglos después, tiene por objeto escenificar el sometimiento tanto de las Fuerzas Armadas, como de los miembros del Gobierno de España democráticamente elegidos, a la Corona, es decir, a la familia real de Borbón, representada en la actualidad por la persona del rey Felipe VI. Como suele ser costumbre, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha realizado un discurso dirigiéndose al Jefe del Estado, jugando en el acto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, un papel puramente ornamental, como público, dejándose claro cuál es su papel en la cadena de mando de las Fuerzas Armadas Españolas. En una democracia, como se supone que es España según la Constitución vigente, la celebración de la este acto representa un desprecio a la legitimidad democrática, concedida por las urnas, pues con ello se busca enviar a la sociedad, al pueblo español, el descarado y arrogante mensaje de nadie por encima del Rey. La monarquía es un institución anacrónica, totalmente incompatible con  un sistema político democrático. Pues rechaza sus principales valores y principios al imponer una estratificación social basada en el origen familiar de los ciudadanos o, lo que todavía es peor, en un vínculo matrimonial.

En cuanto a los discursos, es de destacar tanto por parte de la ministra Margarita Robles como por el rey Felipe VI la alusión al cumbre de la OTAN que tendrá lugar en Madrid el próximo junio. En junio de 1997, siendo secretario general de la OTAN, el socialista y varias veces ministro del Gobierno de España, Javier Solana, se celebró la última cumbre de la OTAN en España, en la que el Gobierno decidió integrar a España en su estructura militar, organización  a la que pertenecía desde mayo del 82. La cumbre se vendió a la opinión pública occidental como un éxito. Se firmó la Carta NATO Ucrania, a lo que Rusia accedió después de haberse firmado en mayo del mismo año el Acta Fundacional OTAN-Rusia sobre Relaciones Mutuas, con la que los miembros de la OTAN y Rusia estrechaban relaciones, dejando atrás definitivamente  la rivalidad existente durante la era de la Unión Soviética y la Guerra Fría. Pero este sueño se difuminaría pronto. En 1999 la OTAN decidió intervenir militarmente para apoyar Kosovo, bombardeando a la  República Federal de Yugoslavia, alidada de Moscú,  acusada de intento de genocidio contra los kosovares.  Mucho ha cambiado la coyuntura internacional desde entonces. Hoy las capacidades de la OTAN están muy mermadas, careciendo esta de capacidad operativa debido a enfrentamientos internos. Y las relaciones de la OTAN con Rusia vuelven a ser muy turbias. Pero a pesar de ello, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha dado a entender con su discurso que la izquierda española espera que en la próxima cumbre de la OTAN se pueda modificar, de nuevo, una vez más, su concepto estratégico en la línea de debilitar todavía más sus capacidades y reducir su posibilidad de intervención en un conflicto militar en la línea de un mayor acercamiento a Rusia y sus aliados en la esfera internacional, a la que en los últimos años se han sumado varios países del mundo islámico, incluido y contradictoriamente, Turquía,  también miembro de la OTAN. Ya veremos qué pasa. Pero todo da a entender que lo mejor sería que alguien propusiera la inmediata disolución de la NATO, para así poder dar lugar ya a la creación de nuevas alianzas militares basadas en valores e intereses comunes, hoy inexistentes en NATO, del tipo Aukus.