jueves, 30 de abril de 2020

CRISIS COVID-19: EL GOBIERNO BUSCA UNA NUEVA NORMALIDAD, EXCEPTO CON CHINA.


Se acaba de hacer público que el Producto Interior Bruto (PIB) ha caído 5,2% en el primer trimestre del año, lo que hace prever que con la actividad económica en un elevado porcentaje  parada, la caída todavía será mayor en abril. Pero ello no es lo importante; el PIB  es un concepto, un modelo matemático, que los economistas utilizan para medir la actividad económica de un país, lo importante es cómo ello va a repercutir en el endeudamiento del Estado. Al caer el PIB, también caerá la recaudación del Estado con respecto al año anterior, si a ello unimos, que el Gobierno de Sánchez está mandando el mensaje de que el Estado pagara todo para crear conformismo y resignación  entre los ciudadanos, y que estos y las elites políticas acepten las medidas que está adoptando, todo hace prever que el endeudamiento de las distintas administraciones, la deuda pública de España, se va a disparar. Ello si es grave, porque aunque la deuda pública no se pague, supondrá un mayor gasto en intereses, y por tanto que el Gobierno social comunista de Sánchez derroche hoy supondrá que mañana, el mismo u otro Gobierno, tendrá que imponer fuertes recortes en el gasto público. Si tienes muchos enfermos lo que necesitas son más hospitales y más personal sanitario, y no parar la actividad, como ha hecho el Gobierno de Sánchez, con lo que ello  se sabe que va a suponer en una economía capitalista, basada en el consumo, como la española. Pero no, Sánchez, contando con el apoyo de amplios sectores de las elites políticos, opto por la represión, por imponer el cierre de actividades económicas y el confinamiento total de muchos ciudadanos no considerados imprescindibles para sus intereses, y la represión nunca genera riqueza.

El Gobierno está haciendo públicos los datos de nuevos contagiados, muertos, y curados  de forma diaria. Pero son datos muy en bruto, ocultándosele a la opinión pública información de interés para su seguridad, para poder opinar y para poder juzgar la gestión del Gobierno. En las últimas 24 horas en España ha habido 1309 contagiados y 268 muertos. Peor no se está trasmitiendo a la sociedad que información hay sobre esos contagiados. Cómo han podidos contagiarse; son personas que llevan más de 15 días sin trabajar, confinadas, o  por el contrario pertenecen al selecto grupo social de los considerados por el Gobierno imprescindibles; Vivian con alguien que está trabajando o se han contagiado al ir al supermercado, la farmacia o el medico; informaciones como estas, importantes para la seguridad de los ciudadanos se silencian, las silencia el Gobierno socialcomunista. Sobre los muertos tampoco se dan informaciones relevantes. Dónde se están produciendo las muertes, en su domicilio, en centros hospitalarios, en residencias de mayores, etc; son gente de edad elevada, tenían otras patológicas; están muriendo también niños, jóvenes, o es principalmente  gente a partir  de una determinada edad, estas informaciones también son silenciadas. Eso sí, el Gobierno no desaprovecha oportunidad para enviar mensajes que contribuyan a incrementar una innecesaria alarma social en la que justificar su represión, en la que justificar el la inconstitucional aplicación del estado de alarma.

El Gobierno no desaprovecha ocasión para incrementar la alarma social, ya sea en los plenos del Congreso de los Diputados o sus continuas ruedas de prensa, justificando su represión, el total confinamiento de muchos ciudadanos, en que se hace para proteger su salud, privándoles de derechos individuales y para evitar el colapso del sistema sanitario. Pero la realidad contradice dicho argumento. La gente no muere en sus casas por falta de asistencia sanitaria, sino que una gran mayoría lo hace en centros hospitalarios por falta de un adecuado tratamiento o en  residencias de ancianos donde han quedado aislados debido a las medidas represivas adoptadas por el Gobierno. No hay duda, el principal depredador que anda suelto en España es el Gobierno socialcomunista, que te puede echar la zarpa y obligarte a aislarte sin ningún tipo de asistencia sanitaria en una residencia de ancianos o a ingresar en un centro hospitalario en el que no deseas, con médicos que no has podido elegir y sometiéndote a un tratamiento que no deseas.

El Gobierno de Sánchez ha empezado ya a hablar de una paulatina reducción de las medidas represivas, pero según el Gobierno ello no va  suponer la vuelta a la situación previa a la crisis creada por el coronavirus, sino el paso a una nueva normalidad, que por ahora solo conoce el Gobierno y las fuerzas políticas que le apoyan. El Gobierno de Sánchez cree que es posible, lo que nunca lo ha sido, por ejemplo, limitar el aforo a las playas, ¿Cómo lo harán, por orden de llegada, en función de la edad o el estatus social? ¿Va a vender el Gobierno entradas para poder ir a la playa? Eso si ya sabemos que será una nueva normalidad en la que muchos españoles tendrán menos derechos, serán más pobres y tendrán peor calidad de vida. Eso sí, todavía no se ha empezado a hablar de lo importante, ¿Cómo van a quedar las relaciones con China después de la crisis? ¿Van a seguir grandes  empresas españolas teniendo la producción en ese país? ¿Cómo será en el futuro la circulación de personas entre España, y por tanto la Unión Europea, y China? Por mucho que se manipule la información, hay algo que es indiscutible, el virus surgió en China y se ha propagado por otros países debido a personas que salieron de ese país contagiadas. Pero el tema de las futuras relaciones con China todavía es tabú en España, eso sí, el próximo 22 de mayo el Régimen comunista chino  celebrara la 13ª edición del Congreso Nacional del Pueblo chino, el covid-19 es ya considerado un problema de las democracias occidentales.  

domingo, 26 de abril de 2020

CRISIS COVID-19: ESPAÑA PASA A TENER UN SOCIEDAD MADE IN CHINA.


En el  Mundo occidental hemos  vivido décadas preocupados por la amenaza nuclear,  pero ha sido un  agente biológico de origen chino, el covid19  el que nos ha puesto  en jaque, provocando enfermedad, muertes y  alterando nuestra forma tradicional de vida. Aquí, en España, desde el pasado 15 de marzo (15-M), con la entrada en vigor del estado de alarma declarado por el Gobierno de Sánchez, la sociedad ha pasado a vivir en un país que podríamos definir como Made in China: Por nuestra sociedad se propaga un virus identificado como de origen chino, lo que quiere decir algo de Perogrullo, que solo pudo salir de China,  y el Gobierno ha adoptado medidas sin precedentes, como el confinamiento de personas sanas, un uso habitual de mascarillas y el distanciamiento social, adoptadas por primera vez en el mundo por el Régimen comunista chino. Está claro, que China está utilizando su influencia  sobre la Organización Mundial de la Salud, y sus relaciones exteriores, su  influencia sobre algunos gobiernos occidentales, para poner de moda sus medidas represivas, de discutida legalidad en las democracias occidentales, como es el  aislamiento de personas sanas, en las que no se ha diagnosticado la enfermedad,  para que estas no se puedan contagiar.

El Gobierno de Sánchez se ha atrevido a imponer en España medidas que no se habían impuesto en ningún país desde que se descubrió el tratamiento para curar la lepra y que las elites dirigentes españolas no se habían atrevido a imponer para combatir el dañino VIH, es decir, la enfermedad del sida, aun en nuestra sociedad. Recordemos como hemos llegado a la actual situación Made in Cina: El pasado 24 de enero, el Gobierno del Régimen comunista chino, puso en cuarentena varias ciudades, por una epidemia de coronavirus, por ejemplo, aisló la ciudad de Wuhan, de 11 millones de habitantes. Pero hoy sabemos, que a pesar de ello el virus logro seguir saliendo de China propagándose por los países occidentales y el resto del mundo. El 30 de enero, la Organización Mundial de la Salud, declara la emergencia sanitaria internacional por covid-19, pero no recomienda el cierre de fronteras, lo que favorece que el virus siga saliendo de China hacia Europa y otros países del mundo. El 31 de enero, Estados Unidos veta la entrada en dicho país de ciudadanos que hayan estado recientemente en China. En la Unión Europea se sigue sin tomar ninguna medida al respecto, favoreciendo que el virus siga entrando en su territorio. El 11 de marzo, Estados Unidos cierra sus fronteras con varios países de la UE, acusando a la UE de servir de puente para favorecer la entrada del covid-19 en dicho país. El 14 de marzo, la Unión Europea emite un comunicado desaprobando el cierre de fronteras y criticando las medidas adoptadas por el Gobierno de los Estados Unidos. El 14 de marzo, el Gobierno de España declara el estado de alarma. El 17 de marzo, la UE decide cerrar sus fronteras exteriores. El 22 de marzo, el Gobierno de España decide restringir la entada en España, imponiendo controles en las fronteras con países de la UE. Y así estamos.

Declarada la emergencia sanitaria internacional por la OMS, la Unión Europea tardo más de un mes y medio  en cerrar sus  fronteras exteriores  a la entada del virus. Hasta ahora, Italia había aportado al  Occidente contemporáneo  cosas como la Mafia y el Fascismo, ahora también el covid-19, pues ha sido el principal país puente de entrada y propagación  del virus chino  en el Mundo occidental, hacia países europeos y Estados Unidos. Seguro que el  resto de democracias occidentales se  lo sabrán agradecer. Lo mismo el Gobierno de España, que no impuso controles en las fronteras hasta que era evidente que el virus se había propagado por todo el país, el 22 de marzo.

Un virus chino nos ha puesto en jaque. Sin entrar a valorar como ha podido surgir el covid-19 y provocar una pandemia mundial, todavía en estudio, no siendo descartable la hipótesis de bioterrorismo con origen en China, es indiscutible que nos encontramos en un ambiente de guerra biológica provocado por un microorganismo que causa enfermedad en el hombre, según los expertos, un virus de origen chino denominado covid-19. También es indiscutible, que tanto a nivel europeo como español se han tomado medidas que han favorecido la propagación del virus, y que deben ser analizadas, valoradas, juzgadas, y deben conducir a la sociedad española a reflexionar sobre quiénes son los responsables de lo que está pasando y decidir en consecuencia.

En el presente siglo, una  nueva generación de elites dirigentes convirtió a las sociedades occidentales en vulnerables al terrorismo islamista, obligando a los ciudadanos a vivir bajo dicha amenaza, y sometidos a medidas represivas para supuestamente combatirla. Mientras en los aeropuertos a los ciudadanos casi se les desnudaba y se les prohibía viajar con botellas de líquidos en su equipaje, el terrorismo islamista atacaba cuando, donde y de la forma que quería, causando numerosas víctimas. Pero todo es susceptible de empeorar, y esas mismas elites ahora han permitido que las  sociedades occidentales hayan sido derrotadas por la enfermedad causada por un virus que saliendo de China logro llegar a los territorios de sus países, imponiendo cambios en su forma de vida. 

En España, el Gobierno, uno más de dichas elites, primero, por mediocridad o interés, tengo mi opinión pero no voy a entrar a valorarlo, favoreció la entrada del virus y hora está utilizando la situación para imponer una represión propia de regímenes comunistas, como el de China,  arruinando la economía del país, a la vez que manda a un todavía  incalculable número de trabajadores al paro y frustra el futuro de un también todavía incalculable número de jóvenes, todo ello con el argumento de una falaz defensa de la salud pública, pues, por ejemplo, más de la mitad de los muertos en España por covid-19 se debe a ancianos que vivían en residencias, y a los que debía haber sido muy fácil prestarle la adecuada protección y correcta y necesaria asistencia sanitaria, pero no,  el Gobierno de Sánchez permitió y favoreció que fueran aislados, privados del amor y la protección de los suyos y condenándolos a morir en condiciones indignas.


sábado, 25 de abril de 2020

EL GOBIERNO DE SÁNCHEZ ATACA EL RÉGIMEN DE CLASES PASIVAS.


En plena guerra biológica, con la sociedad española atacada por un virus de origen chino, denominado covid-19, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha dudado en atacar  a uno de los sectores más débiles de la sociedad española, funcionarios civiles y militares que se han jubilado, cobrando su pensión a través de Régimen de Clases Pasivas. Con premeditación y alevosía, sin negociación de ningún tipo, sin explicar por qué y con qué fines se hacía,  el Gobierno quiere integrar las pensiones de estos jubilados en el Régimen General de la Seguridad Social. Pocos comportamientos pueden ser más rastreros.

A diferencia de la ocurre con las pensiones del Régimen General de la Seguridad Social (RGSS), cuyo derecho e importe depende de que el trabajador haya cotizado a la Seguridad Social durante un periodo establecido por ley, los funcionarios, civiles y militares, al adquirir la condición de funcionario a través de un proceso público de selección,  se hacen portadores de una serie de derechos, como es el del cobro de lo que se conoce como derechos pasivos, es decir la pensión. Al respecto, la Ley de Clases Pasiva del Estado, en su artículo 6 dice:
1. Los derechos pasivos son inembargables, irrenunciables o inalienables. No podrán ser objeto de cesiones, convenios o contratos de cualquier clase, originándose, transmitiéndose y extinguiéndose únicamente por las causas determinadas en este texto.
2. Los derechos pasivos son imprescriptibles, estándose a lo previsto en el siguiente artículo 7.° respecto a la caducidad de sus efectos.
  
Pocos comportamientos pueden ser más rastreros, y lo digo por dos razones. Primero, porque los jubilados son personas muy vulnerables, por su edad y por su situación, ya que a través de diferentes leyes se les impide realizar ningún tipo de actividad laboral sin perder derechos adquiridos con años de esfuerzo y trabajo. En segundo lugar,  porque para hacerlo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez,  ha tomado una decisión de forma clara inconstitucional.  Los hoy funcionarios jubilados, civiles y militares, que tienen derecho a cobrar una pensión a través del Régimen de Clases Pasivas lo hacen de acuerdo a la Ley de Clases Pasivas, Real Decreto Legislativo 670/1987, según el cual en su artículo 12 establecía que:
Artículo 12. Competencia para el pago de las prestaciones de Clases Pasivas del Estado.
1. De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 75 de la vigente Ley General Presupuestaria de 4 de enero de 1977, corresponde al Director general del Tesoro y Política Financiera del Ministerio de Economía y Hacienda la ordenación del pago de las prestaciones de Clases Pasivas causadas por el personal comprendido en el número 1 del artículo 3.° de este texto.
2. La realización de las funciones materiales de pago de estas prestaciones corresponderá a la Dirección General del Tesoro y Política Financiera, respecto de las que figuren consignadas en la Caja Pagadora Central, y a los Delegados de Hacienda o Jefes de Administraciones de Hacienda, respecto de las que figuren consignadas en las respectivas Cajas.

El presidente Sánchez, insisto, con premeditación, alevosía y de forma rastrera, saltándose el artículo 9.3 de la Constitución de 1978, que establece la irretroactividad de las leyes, quiere cambiar la situación de los pensionistas de Clases Pasivas, integrándolos en la Seguridad Social, recurriendo para ello a la modificación del citado artículo 12 de la Ley de Clases Pasivas, que ahora queda así:

Artículo 12. Competencia para el pago de las prestaciones de Clases Pasivas del Estado.
1. El Instituto Nacional de la Seguridad Social es la entidad gestora competente para la realización de las funciones inherentes al reconocimiento de las obligaciones y propuesta de los pagos de todas las prestaciones de Clases Pasivas.
2. Corresponde al Instituto Nacional de la Seguridad Social la administración y disposición de los créditos para prestaciones de Clases Pasivas.
3. La ordenación del pago de las prestaciones de Clases Pasivas y el pago material de las mismas corresponde a la Tesorería General de la Seguridad Social.
  
Es decir, Sánchez y sus aliados comunistas de Unidas Podemos, saltándose la Constitución, aun en vigor, quieren que las pensiones de funcionarios jubilados dejen depender de los Presupuestos Generales del Estado y de estar pagadas por Hacienda, para  pasar a ser pagadas con dinero de lo que se conoce como la  caja común de la Seguridad Social, como el resto de pensiones del Régimen General de la Seguridad Social, y controladas por dicha institución.

El Gobierno de Sánchez dice querer crear nuevos derechos, como el ingreso mínimo vital, y me parece muy bien, y justo, pero a la vez está atacando los  derechos que hasta ahora muchas  personas tenían reconocidos por ley, como por ejemplo, con el asunto de la integración de las  pensiones de Clases Pasivas en el Régimen General de la Seguridad social. Sánchez está anulando en España la seguridad jurídica, será muy malo para la sociedad española, pues si el Gobierno no cumple lo establecido y acordado  en los contratos laborales, en este caso de funcionarios de carrera del Estado ¿Quién está obligado  a cumplirlo? Nadie. El que no aprende las lecciones del pasado corre el elevado riesgo de tener que repetirlas, siempre ha sido así y así será. Sánchez e Iglesias no las han aprendido.

domingo, 19 de abril de 2020

CRISIS COVID-19: UNA VERDAD MUY ARTIFICIAL.


El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anuncio ayer que prorrogara el estado de alarma por tercera vez, hasta el próximo 9 de mayo. La ya dramática situación de la economía española debido a cosas como la vertiginosa caída del consumo nacional, el cierre del turismo  y la drástica reducción  del comercio internacional; que el Estado esté  recaudando poco como consecuencia de la caída de la actividad económica y sobre todo debido a la reducción del consumo, lo que anula la recaudación por IVA,  teniendo que incrementar el Gobierno el déficit y la deuda pública a niveles considerados alarmantes o que  la Unión Europea  haya rechazado la metalización de las deudas públicas, parecen no influir en las decisiones del presidente Sánchez. Sánchez sigue empeñado en que el estado de alarma para imponer medidas como el cierre de determinadas actividades económicas y el confinamiento, es la única solución para hacer frente a la amenaza del covid-19. Pero las medidas ya empiezan a cuestionarse. Por ejemplo, algunos  expertos consideran que el confinamiento pueden provocar trastornos en la salud los niños, lo que ha llevado a Sánchez a anunciar que a partir del 27 de abril el confinamiento de los menores de 12 años se relajara. Curiosamente, esos mismos expertos sostienen que el confinamiento no es malo para la salud de millones de personas a las que ayer su médico les recomendaba que salieran todos los días a pasear un rato.


Someter a la gente a aislamiento siempre ha sido considerado una forma de castigo. Ahora nos dicen, que es necesario para proteger la salud. La salud de los otros, porque una persona puede estar contagiada de covid-19 y todavía no saberlo, siendo un potencial transmisor de la enfermedad, y la propia,  imponiéndose el confinamiento de gente sana para que no se pueda infectar. Pero ¿Quién lo dice? Vivimos en sociedades abiertas, en las que se defiende que el conocimiento debe estar a disposición de todos. Pero en cada área de conocimiento suele ser un reducido número de personas el que realmente tiene capacidad de generar nueva información, y lo da a conocer a la sociedad cuando le interesa, lógicamente, para rentabilizar de alguna forma, económica o en forma de simple reconocimiento social,  su esfuerzo. En nuestra sociedad muy pocas personas tienen capacidad para estudiar el covid-19 y conocer como ataca el organismo humano. Y las informaciones que están haciendo públicas científicos, médicos, etc, son confusas y contradictorias. Muy pocos son los datos concretos, que es algo nuevo, que no tienen un tratamiento, y poco más,  luego dicen que no saben el tiempo  que puede durar la enfermedad, ni porque ataca a unas personas de forma más grave que a otras. Sobre el covid-19 se están dando a conocer datos que contradicen evidencias científicas sobre los virus aceptadas hasta ahora. Por ejemplo, hasta ahora los científicos habían defendido que cuando una persona  contrae la enfermedad causada por un virus, si la supera, adquiere inmunidad frente a ese virus. Se nos dice que con el covid-19 puede que sea así o puede que no. Extraño no, más bien suena a falso.

Creer lo que hoy se difunde sobre el covid-19  requiere un acto de fe en la denominada clase científica. El covid-19 ha creado una situación deseada por todo tirano, con una justificación para ejercer represión, hasta ahora, aceptada por la mayoría de la sociedad, pero ¿Cuánto hay de verdad y de mentira en todo ello?  “La verdad que conocemos es una construcción de la realidad realizada a  través de  los diferentes discursos hegemónicos de la época”, sostenía  Michael Foucoult. Y parece ser que la verdad que hoy construyen la clase científica, investigadores,  epidemiólogos, médicos, etc, y las elites gobernantes está dirigida a  crear un desconocimiento sobre el covid-19 en el que justificar, desde el poder, abusos, represión, violaciones de los derechos humanos, e incluso poder encubrir posibles asesinatos. El desconocimiento sobre el covid- 19 está permitiendo al Gobierno de Sánchez, privar a muchos ciudadanos de derechos fundamentales; del derecho al trabajo, del derecho a la libertad de movimiento, del derecho a elegir médico, tratamiento o como desea proteger su salud, imponiéndoles que deben vivir aislados en sus casas. Y dicha privación de derechos fundamentales es aplicada de forma totalmente injusta y discriminatoria, en función del rol social, de tal forma que se le permite a unos ciudadanos que puedan trabajar, disfrutar de libertad de movimiento,   elegir médico, como  desean hacer frente a la enfermedad, en un centro hospitalario o en su casa, y con qué tratamiento y a otros no.

En el discurso de Sánchez de ayer,  podemos distinguir cuatros elementos, repetitivos desde que el pasado 14 de marzo declaro por primera vez el estado de Alarma. Uno, dice que basa sus decisiones en los criterios de los expertos, científicos, médicos, etc. Y estoy seguro de que es así. Pero los expertos, los técnicos, también son personas, y por tanto con ideología e intereses. En segundo lugar que no hay alternativa a las medidas adoptadas: Estado de alarma, reducción de la actividad económica, confinamiento, distanciamiento social, etc. Lógicamente, si una persona se aísla del resto de ciudadanos reduce su  probabilidad de contagiarse ¿Pero es eso vivir?  Sánchez sigue sin dar importancia al hecho, ya constatado, de que sus medidas pueden causar a los ciudadanos graves problemas que hagan que el riesgo de enfermar por covid-19 pase a un plano totalmente secundario.  En tercer lugar, Sánchez sigue buscando generar conformismo y resignación entre los ciudadanos que sospechan que la verdad sobre lo que está pasando es una verdad artificial y construida de forma interesada, con el mensaje de “El Estado pagara todo”. Algo que el Gobierno  difícilmente  podrá mantener en el tiempo. Si la actual situación de represión, de reducción de la actividad economía y confinamiento obligatorio, se mantiene en julio, cargándose la campaña turística de verano,  en septiembre el covid-19 será el menor de los problemas de la sociedad española. Y por último, Sánchez sigue buscando focalizar la atención de la opinión pública española en la Unión Europea, teniendo todavía esperanza en que se acepte mutualizar las deudas públicas. ¿Por qué otros Estados iban a aceptar compartir los riesgos de Estados más endeudados y que el coste de su deuda pública, ahora más bajo, sea similar a coste de la deuda de esos Estados? ¿Qué ocurriría si un Estado muy endeudado decidiera dejar de pagar su deuda pública? La mutualización de la deuda es hoy muy poco probable, solo le interesa a los Estados miembros muy endeudados, principalmente, Italia y España. Francia, está defendiendo esta opción, no porque le interese, sino porque la otra opción es quedarse aislada junto a Alemania.  

Como consecuencia de la crisis económico-financiera del 2008, muchos vaticinaron el fin del  capitalismo o su transformación, pero este solo ha sufrido mínimos cambios regulatorios.  Ahora, una nueva generación de  expertos, gobernantes, dirigentes políticos, etc, están sacando la legua a pasear para con total alegría defender que la crisis del covid-19 va a provocar cambios en la sociedad, en la forma de vivir de los ciudadanos. La  hipótesis más desfavorable es que el las personas no desarrollen inmunidad contra el virus covid-19 y este permanezca en nuestra sociedad, no encontrándose ni vacuna, ni tratamiento para combatirlo. Incluso de confirmarse esta hipótesis, es muy poco probable que la actual generación de dirigentes lograra imponer un cambio cultural de comportamiento, sustituyendo el actual patrón tendente a vivir en sociedad, que se ha dado durante siglos, desde que tenemos constancia de la existencia de la humanidad, por otro, basado en una vida en aislamiento. Es algo totalmente absurdo, pues ¿Qué están defendiendo? Tal vez, que no se creen nuevas familias, pues uno de los objetivos de la familia es en una vida compartida. Tener poder significar crear una determinada situación y controlarla hasta su final. Aparentan controlar la situación, pero ¿Realmente la controlan? ¿Y a que coste? No sé qué hay al final de camino, es decir, que buscan con todo esto, pero está claro que la crisis del covid-19 está siendo exagerada y utilizada, principalmente, para ejercer represión, justificar violaciones de los derechos humanos, cuando no poder encubrir asesinatos.    

martes, 14 de abril de 2020

COVID-19, PENSAMIENTO ÚNICO: CONFINAMIENTO ¿POR QUÉ?



“El hombre es un ser social por naturaleza”, lo dijo Aristóteles ya hace muchos siglos, lo siguen sosteniendo hoy los antropólogos y sociólogos de nuestra época. Vivir en sociedad es un rasgo universal del ser humano. El hombre tiene tendencia a buscar protección, ayuda y compañía en otros seres humanos; el hombre tiene tendencia a cooperar con otros hombres para dar solución a sus problemas,  construyendo lo que  conocemos como sociedad. El sistema económico capitalista occidental se basa principalmente en dos elementos. El afán de lucro, la tendencia a enriquecerse,  y el consumo, es decir, hay personas que deciden invertir su dinero y trabajo en satisfacer las necesidades de otros, consumidores, para así obtener beneficios. Está demostrado que realizar ejercicio físico, practicar un deporte o simplemente caminar, es muy bueno para la salud.

El confinamiento, daña de forma importante los sistemas económicos de las democracias occidentales, pues reduce de forma drástica el consumo, desmotivando  enormemente el  afán de lucro, pues la situación de confinamiento reduce las posibilidades y facilidades para realizar nuevas inversiones. Como en toda crisis, habrá inversores que aprovechen esta para hacerse más ricos, pero serán una minoría que busque, sobre todo, especular a corto plazo, por ejemplo, fabricando material sanitario o aprovechándose de las necesidades de la gente. El confinamiento también es malo para la salud. Obligar a la gente a que no salga de sus casas, impedirle que pueda ir al campo, hacer deporte, pasear, etc.,  contradice los planteamientos médicos defendidos hasta ahora. El confinamiento es muy dañino para las sociedades occidentales, a pesar de ello, la necesidad de confinamiento se ha impuesto como un pensamiento único en la gran mayoría de los gobiernos occidentales. Los gobiernos occidentales consideran  que la única respuesta frente al covid-19 es el confinamiento, con el fin de lograr distanciamiento social. Independientemente de que el confinamiento, destinado a lograr distanciamiento social, sea o no la única y mejor respuesta  frente al covid19, tengo mi opinión, pero no voy a entrar a valorarlo, es evidente que los gobiernos occidentales se ha convertido así en cómplices del covid-19, favoreciendo que este virus de origen chino imponga cambios en la forma de vivir de las poblaciones de las sociedades occidentales, paralizando casi por completo la actividad económica.

¿Es realmente el confinamiento eficaz? ¿No hay alternativa al confinamiento? No son preguntas sin respuesta, sino preguntas que en estos momentos no se plantean en las sociedades occidentales. El  confinamiento se ha impuesto como la moda dominante, adoptada por muchos  gobiernos occidentales como única  solución para combatir el covid-19 y aceptada como tal por sus sociedades. Nadia habla, o se habla muy poco, de los costes del confinamiento. Para la salud, pues muchas personas a la que ayer su médico le recomendaba que salieran todos los idas a dar un largo paseo, hoy se ven obligadas por su gobierno a quedarse en casa. O para la economía, la total parálisis de una elevado porcentaje de la actividad económica va a provocar destrucción de empleo, vertiginoso incremento del desempleo, falta de recursos en los gobiernos para garantizar los  servicios públicos y prestaciones sociales como consecuencia de una importante disminución de la recaudación fiscal, lo que lógicamente hará crecer deudas públicas y déficits. O para la vida en general, pues la vida de muchas personas ha quedado reducida a comer y dormir, privados de su deseo de mantener algún tipo de relaciones sociales,  debido a las medidas represivas que ha impuesto su gobierno, supuestamente para proteger su salud. Eso sí, hay una serie de personas que gracias a su rol social, por ser dirigentes políticos, personal sanitario, policías, militares, etc, al ser considerados por su gobierno imprescindibles,  siguen disfrutando de una vida muy parecida a la de antes de la amenaza del covid-19, supuestamente para garantizar la supervivencia y proteger la salud de los que son privados de libertad, de la posibilidad de tener una vida como a la que hasta ahora tenían.  

El confinamiento se ha impuesto como la moda dominante no cuestionable, y hay dos claros responsables. Primero, un conjunto de expertos, que liderados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), consideran e imponen que el confinamiento es la única solución posible para combatir el virus covid-19. Y en  segundo lugar, unos medios de comunicación que contribuyen a fortalecer la opinión de esos expertos y  a incrementar la alarma social creada por el virus de origen chino, covid-19. Asuntos, como el cambio climático, diferentes conflictos armados, la inmigración económica y el desplazamiento de  refugiados, y otros muchos, que ayer eran considerados graves problemas, hoy los medios los ignoran o los tratan de una forma muy superficial y secundaria. Aún más, los medios ya apenas dedican espacios a la evolución de las investigaciones científicas el virus, a posibles vacunas o tratamientos, este tema también ha pasado a ser en gran medida silenciado, en beneficio de imponer como la única solución a la amenaza del covid-19, el confinamiento. El Fondo Monetario Internacional acaba de dar a conocer que prevé que en España el Producto Interior Bruto caiga un 8% este año y el paro suba hasta 20,8%. La solución  nunca puede ser más costosa que el problema, y hasta ahora todo indica que lo es.  

sábado, 11 de abril de 2020

COVID-19, SIN LIBERTAD NI JUSTICIA EN BENEFICIO DE UNA FALSA PROTECCIÓN DE LA SALUD


El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), es un virus muy dañino, que provoca una inmunodeficiencia en el organismo al atacar a un tipo de glóbulos blancos que son los que ayudan a combatir  las infecciones. El contagio por VIH puede provocar la enfermedad denominada síndrome de inmunodeficiencia adquirida, conocida como sida. El VIH solo se puede transmitir a través del contacto entre fluidos corporales que posee una alta concentración viral, y por tanto por vía sanguínea o sexual. Los expertos consideran que el sexo sin protección es la principal vía de contagio del VIH. Fue identificado en 1983, en Francia. En este momento no hay vacuna contra el VIH, pero si tratamientos que  permiten que aquellas personas  que contraen la enfermedad, que padecen sida, puedan tener una esperanza de vida similar a la que tendrían de estar sanos. Según la ONU, los datos sobre el sida siguen siendo alarmantes: En el 2018, 1,7 millones de personas contrajeron la enfermedad, 770.000 fallecerían a causa de enfermedades relacionadas con el sida, se considera que desde el comienzo de la epidemia 32 millones de personas han muerto a causa de enfermedades relacionadas con el sida.

Es evidente que el sida es una enfermedad grave y dañina. En la década de los 80, y en menor medida durante los 90,  la amenaza de esta enfermedad fue muy elevada debido a la falta de tratamientos efectivos para tratarla. Todos recordamos numerosos  casos de personas famosas y ricas que contrajeron la enfermedad y murieron por falta de tratamiento. El VIH es un virus que  crea una situación de elevado riesgo sobre todo para jóvenes, más propensos a tener relaciones sexuales esporádicas, casuales y poco racionales. En los 80, en las sociedades occidentales, incluido aquí en España, se abrieron numerosos debates  a nivel político y social sobre qué medidas adoptar, surgieron preguntas del estilo de: ¿Se debe obligar a las personas a realizar la prueba de diagnóstico del sida, por ejemplo, a personas pertenecientes a colectivos de elevado riesgo de contagio, como los homosexuales? ¿Deben los enfermos de sida tener algún tipo de identificación, por ejemplo, en su DNI? ¿Deben las  empresas poder exigir a una persona que realice la prueba del sida antes de contratarla o poder acceder a su expediente médico? ¿Qué responsabilidades penales se le pueden exigir a un persona que sabiendo que tiene la enfermedad, contagia a otra, por ejemplo, al mantener con ella relaciones sexuales sin previamente habérselo dicho? etc, etc, etc.

Es evidente, que aunque en menor medida que cuando comenzó, la  amenaza del sida sigue ahí, sobre todo para los más jóvenes. Y lo recuerdo, no para crear alarma social, sino fijar la atención sobre cómo han cambiado ética y moralmente las sociedades de las democracias occidentales, y concretamente la española. En los 80, ningún gobierno se atrevió a adoptar medidas represivas para prevenir el sida, ni los ciudadanos lo hubieran aceptado. Todo lo contrario, se elaboraron numerosas leyes para proteger la privacidad y los derechos de las personas infectadas por VIH. Las autoridades sanitarias se limitaron a hacer recomendaciones, como usar preservativo en las relaciones sexuales, recomendando el uso de jeringuillas desechables, etc. La respuesta contra el covid-19, siendo un virus  mucho menos dañino para el organismo que el VIH,  ha sido muy distinta, de represión. En los 80, una persona podía salir de copas una noche, tener sexo con alguien seropositivo, que lo sabía o no, y contraer la enfermedad. A pesar de ello, a las elites dirigentes no se les ocurrió adoptar medidas para que los ciudadanos pertenecientes a sectores considerados de riesgo, o ciudadanos en general, no pudieran tener sexo. Tampoco adoptaron medidas para confinar, aislar, a aquellos que tenían la enfermedad u obligarles a identificarse de forma pública, con un cartel que pusiera soy seropositivo, o con algún dato en su Dni.

Y es que la solución nunca puede ser más costosa que el problema. El Gobierno de Sánchez, recurriendo a la  declaración del estado de alarma, ha impuesto una serie de medidas que tienen un elevado coste social y económico, y además son ineficaces. Con el sida nadie se atrevió a imponer que la gente no tuviera relaciones sexuales, ni siquiera a los que ya padecían la enfermedad, entonces, muy probablemente, muchos sectores de la sociedad lo hubieran considerado inhumano. En este momento, el Gobierno socialcomuinsta de Pedro Sánchez ha impedido a los ciudadanos que se besen, que se den la mano, que tengan el mas mínimo contacto social, en beneficio de una falsa protección de la salud. Sánchez se ha convertido en cómplice del covid-19, favoreciendo que el virus reduzca la actividad económica e imponga cambios en la vida de los españoles. Favoreciendo que el covid-19 reduzca la vida de muchos ciudadanos españoles a comer y dormir.

Por el momento, el Gobierno de Sánchez no tiene apoyos para aprobar los Presupuestos Generales del Estado para el 2020, algo que era urgente ayer, pues hoy ya se debería empezar a hablar de los del 2021. Pero sí cuenta con u amplio apoyo para declarar  el estado de alarma, incluido del principal partido de la oposición, el Partido Popular (PP). El Partido Popular es partidario de privar a muchos ciudadanos del derecho al trabajo, y a la vez de que al personal sanitario español, muchos de ellos con unos principios inaceptables en una democracia, se les dé una paga extraordinaria por su trabajo, ¿Les deben algo? o tal vez, ¿Les quieren pagar el trato injusto e inhumano que están dando a muchos pacientes?  Es evidente, que los partidos con representación en el Congreso de los Diputados, curiosamente,  por primera vez también la Candidatura de Unidad Popular (CUP), les interesa poder ejercer represión contra determinados sectores de la sociedad, a los que con la justificación de la emergencia sanitaria provocada por el virus chino se les quiere privar de derechos fundamentales, del derecho al trabajo, del derecho a la libertad de movimiento, incluso del derecho al libre albedrio, imponiendo en beneficio de una falta protección de la salud, confinamiento, privando de la elección de médico y de tratamiento. Recurriendo a una  muy probable aplicación inconstitucional del  estado de alarma, el  presidente Sánchez ha privado a muchos ciudadanos de libertad y justicia en beneficio de una falsa protección de la salud.  Las enfermedades no se combaten con represión, como quiere hacer Sánchez y sus aliados comunistas,  sino con amor, con libertad, con justicia, ayudando a los que lo necesitan. Impulsando la autoprotección, y utilizando el sistema sanitario para ayudar y tratar a aquellos ciudadanos que no pueden hacer frente a la enfermedad en sus casas y con sus medios.

Ayer nuestra sociedad era amenazada por el terrorismo islamista, contra la que desde el  Gobierno de España no se adoptaron  medidas, sino que se favoreció, convirtiéndolo en terrorismo de Estado, como el conocido 11-M,  y generando alarma social difundiendo el mensaje de que no hay seguridad cero, de que no se pueden  evitar los ataques del terrorismo islamista. Hoy el ataque de un virus chino y la emergencia sanitaria que está creando, sirve al Gobierno de Sánchez para ejercer represión y amenazar a concretos sectores de la sociedad española. Las elites dirigentes españolas no deberían ignorar, que además del terrorismo islamista y el virus chino, que controlan, pueden surgir otras amenazas que pongan en peligro su seguridad y la de sus familias.



viernes, 10 de abril de 2020

CRISIS COVID-19, COMO SIEMPRE, ATACAN JUNTOS PERO NO DEFIENDEN JUNTOS.


A igual que ocurre con la vida de las personas, hay decisiones y hechos que afectan al futuro de los países de forma inevitable. Con el presente siglo las principales democracias occidentales se han subido a un tobogán ideológico de decadencia, cuyo descenso todo apunta que todavía no ha llegado a su final. Una decadencia que si bien no afecta todos los países con la misma intensidad ni rapidez, si tienen manifestaciones comunes. Crisis economía, cuestionamiento del Estado de Bienestar, sutil reducción  de derechos, sobre todo en el ámbito laboral, pérdida de calidad de vida, incremento de inseguridad,  la amenaza del terrorismo islamista, incapacidad para dar una solución al problema de la migración, y ahora la emergencia sanitaria causada por el ataque de un virus chino, son fenómenos que afectan en el presente siglo de forma negativa y en diferente grado a todas las democracias occidentales.

La crisis del covid-19 ha hecho realidad, en mayor o menor medida, en las democracias occidentales europeas el mundo descrito en la novela “1984”, de  George Orwell. La sociedad orwelliana es una realidad principalmente en tres aspectos. Uno, se ha incrementado la vigilancia, que antes ya existía, invadiendo de forma importante la privacidad de los ciudadanos, estos ya dudan de tenerla incluso dentro de sus hogares debido a la utilización que se permite o incluso hace desde  el Estado de las nuevas tecnologías. Dos, la mentira ha pasado de forma descarada a ser utilizada para justificar decisiones políticas que implican represión,  reducción de derechos de los ciudadanos, cuando no encubiertas violaciones de los derechos humanos. Tercera, el conformismo. A  igual que en la sociedad orwelliana, los ciudadanos están aceptando dicha situación sin oponer resistencia, o siendo esta anecdótica y mínima.  

En la Unión Europea, ayer los gobernantes se veían incapaces de combatir la amenaza del terrorismo islamista, de controlar las fronteras y aceptar solamente una migración regular, o de mantener el Estado de Bienestar. Hoy, además,  no solo se  sienten incapaces también de hacer frente al ataque por un virus  de origen chino, sino que utilizan la situación de emergencia sanitaria que provoca para ejercer represión contra los ciudadanos y privarles de importantes derechos fundamentales. Los Estados miembros de la zona euro, reconocieron ayer en la reunión del  Eurogrupo, que la crisis causada por el covid-19 tendrá un elevado coste, a la que los muchos estados no podrán hacer frente de forma solitaria. Pero no han aceptado la mutualización de las deudas públicas, como solicitaban los estados más endeudados, como Italia y España, sino que acordaron poner una línea de préstamos, por un importe de  540.000 millones de euros,  a disposición de los Estados que los soliciten, y  cuya condicionalidad y posible utilización final todavía no está clara. Por el momento, nada se ha dicho a nivel de la Unión Europea, sobre que pasara con los Estados miembros que todavía no forman parte de la zona euro, algunos de ellos, como Polonia, Hungría, Rumania, y  Bulgaria, con graves problemas económicos antes de la actual crisis, todo hace presagiar que también necesitaran planes de  financiación extraordinaria. La decisión del Eurogrupo puede parecer una muestra de fortaleza, pero no lo es, es una  respuesta simplemente económica a una situación  de decadencia política. Las instituciones de la Unión Europea, de  una de las zonas más ricas y desarrolladas del mundo,  han sido incapaces, cuando no han favorecido con determinadas decisiones, está por determinar, que el virus chino, entrando principalmente por Italia, lograra contagiar a todos los Estados miembros, creando una crisis sanitaria sin precedentes.

España, es uno los Estado europeos, en el que la situación de la crisis creada por el covid-19 es más grave, no solo por el número de contagiados y muertos que está provocando, colapsando los centros hospitalarios, sino por las medidas adoptadas por el Gobierno de Sánchez y las consecuencias que estas están provocando y provocaran. La política nazi de dividir la sociedad entre útiles e inútiles, que tanto rechazo genero a nivel internacional y en la propia sociedad alemana, el presidente Sánchez la ha logrado imponer en España mediante una muy probable inconstitucional aplicación del estado de alarma, dividiendo la sociedad entre esenciales, considerados por el Gobierno  imprescindibles para sus intereses, y los que deben reducir su vida a poco más que comer y dormir. ¿Tendrá Sánchez ya previsto algún destino especial para estos últimos, como Hitler hizo con aquellos que considero no útiles para su proyecto político? Tanto a nivel español como europeo, una vez más se pone de relieve que, recurriendo a un símil futbolístico, atacan juntos, pero luego no bajan a defender, es decir, atacan juntos pero no defienden juntos. Algo lógico, en el ataque esta la alegría, en la defensa, el esfuerzo.  

Como siempre, atacan juntos pero no defienden juntos. Sánchez ha logrado un amplio apoyo de los partidos políticos con representación en el Congreso de los Diputados para mantener el estado de alarma hasta el 26 de abril, y así poder seguir ejerciendo represión y privando a los ciudadanos de derechos fundamentales en función de su rol social y una falsa defensa de la salud y la seguridad, pero cuenta con muy  poco consenso para sus  medidas económicas, lo que dificultara su aplicación. La derecha que apoya a Sánchez en la represión, parece ser que esto beneficia sus intereses,  por el momento le niega el apoyo para aprobar unos nuevos Presupuestos Generales del Estado, llamados por el presidente Sánchez  de reconstrucción, y que intenta aprobar proponiendo unos pactos similares a los Pactos de la Moncloa, cuyo contenido se desconoce, pero que  se supone que al igual que los de la Transición, también incluirán importantes acuerdos tácitos. Lo mismo ocurre a nivel Unión Europea, sus políticas, permitieron, cuando no favorecieron, está por determinar, la actual crisis, pero será cada Estado el que deberá de hacerle frente dependiendo de su capacidad de recaudación, financiación y endeudamiento, no aceptando emisión de eurobonos, es decir la mutualización de las deudas públicas. Europa ya ha sufrido las dramáticas y costosas consecuencias de dos guerras mundiales, dicen que no hay dos sin tres, y todo indica que la UE está cogiendo cartas para que así sea.

sábado, 4 de abril de 2020

CRISIS COVID-19, EL ESTADO DE ALARMA UNE A LAS FUERZAS POLÍTICAS ESPAÑOLAS.


El pasado 31 de enero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaro la alerta global por el covid-19. Entonces, desde la OMS se decían cosas como que la alerta tenía como objetivos impulsar un mayor apoyo a los países con sistemas sanitarios más débiles y que la comunidad internacional acelere el desarrollo de vacunas, tratamientos y métodos de diagnóstico de la enfermedad. La OMS, recomendaba no imponer medidas que limiten el transporte y el comercio internacional. El 31 de enero, apareció en  España el primer paciente por coronavirus, un ciudadano alemán de vacaciones en La Gomera. Entonces,  las autoridades sanitarias españolas sostenían que en España no era necesario tomar ninguna medida, que era muy difícil que el coronavirus llegara a España y que se produjeran contagios a nivel nacional. Por lo que el Gobierno mantuvo las fronteras abiertas, sin establecer ningún control sobre los viajeros que llegaban a España,  permitiendo incluso que  un equipo de futbol de Wuhan viniera a entrenar a Cádiz y repatriando a ciudadanos españoles que trabajaban en Wuhan.  Pero, los expertos se equivocaron en sus pronósticos,  de repente, de un día para otro, no se sabe bien  como, debido a viajeros que llegaban de China o de Italia, donde se produjo el primer foco importante por coronavirus en continente  europeo, las autoridades sanitarias informaron que el coronavirus se estaba extendiendo de forma importante por territorio español. El 15 de marzo (15-M), el presidente Sánchez declaro el Estado de Alarma para frenar la propagación del coronavirus. Hoy Sánchez, ha anunciado que el Estado de Alarma, ya prorrogado una vez, se volverá a prorrogar como mínimo hasta el próximo 26 de abril. Una vez más Sánchez ha justificado su opinión en esos expertos que antes se equivocaron favoreciendo que el virus se extendiera por todo el territorio español.  

Dicho de forma resumida, el Estado de Alarma tiene como fin aumentar el poder legal del Gobierno para que este pueda actuar imponiendo su voluntad a un amplio número de  actores de la sociedad española, empresas, trabajadores de una determinada actividad, etc.,  en beneficio del interés general. Pero Sánchez no lo entiende así. Ha sacado a los militares a la calle, y ha establecido que ciudadanos tienen derecho al trabajo y a libertad de movimiento y quiénes no. Sánchez está utilizando la crisis provocada por la amenaza de los parásitos chinos, para ejercer represión contra concretos sectores de ciudadanos. El conocido como plan de hibernación, que consiste en un permiso  retributivo recuperable y obligatorio del 30 de marzo al 9 de abril,  para todos los trabajadores que reúnan las condiciones, no se prorrogara, pero Sánchez en su comparecencia ante los medios de hoy ha dejado entrever que ya tiene nuevos planes, no sería extrañar que esté pensando en algo así como un confinamiento no por sectores de actividad economía, sino nominal. Realmente resulta extraño y curioso, que el presidente Sánchez no cuente con el apoyo de partidos de la derecha española, como el PP y Ciudadanos, para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, pero para algo como declarar el Estado de Alarma, limitar la actividad economía, y ejercer represión contra concretos sectores de la sociedad, sí.

En la crisis por coronavirus que sufre España hay tres grandes responsables. El primero, el Régimen comunista chino, pues el covid-19 surgió en China y de ahí se extendió al resto del mundo. En segundo lugar el Gobierno de España. Primero, no  acertó en las medidas para impedir su entrada y su rápida propagación. Ahora, el presidente Sánchez se ha convertido en cómplice de los parásitos chinos, tipo covid-19, arruinando el país al limitar la actividad economía, e imponiendo cambios en el estilo de vida de muchos ciudadanos, que en estos momentos, debido al Estado de Alarma se encuentran privados de libertad de movimiento, lo que va a dañar de forma importante la democracia española, pues ello representa no respectar el contenido de la Constitución en vigor. En tercer lugar, los expertos españoles en asuntos de sanidad, por dos razones. Primero, porque de defender que no había riesgo de contagios a nivel nacional y que el coronavirus era como una gripe estacional, pasaron a crear una elevada alarma social, recomendando el confinamiento de la población española. En segundo lugar, porque los expertos en este tipo de asuntos, que ahora dicen que están haciendo enormes esfuerzos por combatir la epidemia y que quieren que la sociedad valore su trabajo, da la impresión de que son unos parásitos, pues a pesar que la amenaza por el posible ataque de un virus de origen chino es conocida desde el 2002, no hicieron nada para buscar soluciones, ni el sistema sanitario español estaba preparado para hacerle frente.

Una y otra vez el presidente Sánchez apela a los expertos para justificarse, pero los expertos, se equivocaron antes y nada dice que estén acertando ahora. Desde que el la OMS declaro la alerta global, los expertos no han aportado ninguna información nueva e importante, ni sobre como surgió, ni como se propaga, no sobre tratamientos o vacunas. Pero hay algunos datos claros. China con una población superior a 1400 millones de habitantes, todavía no ha llegado a los 4000 muertos, en cambio, España, con una población en torno a 47 millones habitantes, ya ha superado los 11.000 muertos. Si analizamos los  contagios y muertes en términos relativos, en relación con la población,  España está ya a la  cabeza de los  países afectados por los parásitos chinos. Curiosamente los países más afectados por esta pandemia están siendo las desarrolladas democracias occidentales. Ahora sí, ya hay que  empezar a hacerse preguntas: ¿Por qué  los parásitos chinos se han propagado más en la sociedad española que en países que tienen un mayor movimiento de personas con China, que en la propia China y que en países fronterizos? ¿Por qué el número de muertes está siendo superior en España que en países con sistemas sanitarios peores,  con menor gasto por persona?  Da la impresión de que las medidas del Gobierno solo contribuyen a arruinar España, ejercer represión contra concretos sectores de la sociedad española, y favorecer que los parásitos chinos acaben con los más vulnerables en condiciones muchas veces totalmente indignas.

En su comparecencia de hoy, el presidente Sánchez ha dado ya por asumido,  que la España que sobrevira al ataque de los parásitos chinos no será la de antes, sino más pobre. Sánchez, también  ha dejado entrever que aún le esperan más medidas duras a la sociedad, muy probablemente, teniendo en cuenta la situación de la economía, esté ya pensando en hincarle el diente al sueldo de los funcionarios, cuando no, si legalmente puede, también a  las pensiones. Y ha vuelto a apelar a los llamados coronabonos. Pero es muy difícil que en la Unión Europea (UE) se acepte compartir, mutualizar,  el riesgo de las deudas públicas nacionales. Primero, porque sería fortalecer a las elites empresariales de los países más endeudados,  españolas e italianas, competidoras a nivel internacional de resto de elites empresariales europeas. Y además porque ello podría llevar a una nueva guerra en Europa, pues ¿Que pasaría, por ejemplo,  si un futuro Gobierno de España decidiera dejar de pagar la deuda y exigiera una quita? “Quédate en casa”, parece algo gracioso, un chiste o el título de una película,  pero representa una dramática realidad, la muerte para muchos, la pérdida del empleo para otros,  un elevado coste para España.

miércoles, 1 de abril de 2020

COVID-19, EXIGEN EL SACRIFICIO DE UNOS POCOS PARA SALVAR A LA MAYORÍA.


Según fuentes oficiales, desde  mediados de febrero de 2020, en España, personas de elevada edad o con enfermedades previas graves están siendo asesinadas por parásitos chinos, por el covid-19. Si te cuentan lo que está pasando en España con la crisis del covid-19 no te lo crees, una vez más la realidad supera a la ficción. Los juegos del hambre, de Gary Ross; The Cabin in the Woods, de Drew Goddard y The Purge, de James DeMonaco, estas tres películas describen sociedades que tienen en común que sus elites dirigentes creen que es necesario el sacrifico de unos pocos, para  la supervivencia de la mayoría, para  defender el interés general, lógicamente, un interés general por ellas definido. Numerosos indicios y hechos dan a entender que en España, aunque no se admita de forma pública,  ya estamos en una sociedad moral y políticamente de este estilo. Sin tener en cuenta diferencias ideológicas, amplios sectores de las elites dirigentes españolas se han puesto de acuerdo en la idea de que España necesita el sacrificio que hoy está pagando la sociedad española.

No hay que ser muy inteligente para saber que cuando llega una fuerte tormenta, hay que ponerse a cubierto y  aguantar el golpe como sea. En  España con  la actividad económica y humana  paradas en un elevado porcentaje, debido a decisión del Gobierno,  no pasa nada porque las empresas dejen de pagar sus impuestos durante dos meses, o incluso seis; no pasa nada porque los ciudadanos dejen de pagar sus hipotecas y alquileres durante  dos meses o incluso seis, las reclamaciones de la Agencia Tributaria, o de los acreedores  no van tan rápidas como se da a entender desde el Gobierno sociacomunista, como mínimo no se producirán antes de que la situación se normalice, y sí no se normaliza, nunca.  Ante esta situación, lo único urgente, hubiera sido establecer un sistema de ayudas sociales rápidas para ciudadanos que debido a la situación no tienen ingresos y necesitan ayudas para afrontar la situación, realmente un porcentaje muy pequeño de la sociedad. Pero el Gobierno de España ha querido sacar la chequera, está adoptando una serie de medidas innecesarias, destinadas únicamente a crear imagen, a aparentar, y sobre todo, destinadas a generar conformismo y resignación entre los ciudadanos que saben lo que pasa, pero todo ello a un coste muy elevado, el hundimiento de España. El presidente Sánchez, primero, al ordenar parar casi totalmente la actividad economía de forma innecesaria, con el falso argumento de que quiere  proteger a los más vulnerables,  y luego derrochando dinero que el Estado no tiene, no está haciendo otra cosa que hundir la economía española.

La caída del Muro de Berlín en 1989, y la disolución de la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia, en 1991, condujeron a pensar en sectores políticos y del mundo intelectual, que la bipolarización del mundo había acabado. Desde esos sectores se transmitió la idea de que el bloque comunista, había desaparecido, ante la indiscutible supremacía del modelo social, político y económico capitalista. Sectores de las  elites dirigentes occidentales  perdieron el temor hacia los países del desparecido bloque comunista, aumentando las relaciones con sus elites, viendo en esos países no solo nuevos mercados para invertir y vender sino también para producir, naciendo la globalización económica. Incluso China, sin renunciar a su ideología comunista, empezó a ser vista con otros ojos, pasando a ser el principal fabricante del mundo. Todo un proceso lógico, acelerado por un desorbitado afán de lucro, de enriquecimiento, de las elites dirigentes.


Pero no fue así, ni mucho menos. Como era de esperar, el comunismo internacional, no desapareció como red de poder global, sino que al abrir las democracias occidentales sus puertas a las relaciones con las sociedades de ex- Estados comunistas, hasta entonces considerados peligrosos enemigos, se extendió, haciéndose más fuerte, creando instituciones paralelas de dimensión mundial, como el Nuevo Banco de Desarrollo (2014),  creando sociedades multiculturales y contaminando son sus ideas las democracias occidentales. Hoy en España, el comunismo internacional, representado por Unidas Podemos, gobierna en coalición con el PSOE. La actual situación, encontrándose las  poblaciones de las democracias  occidentales amenazadas  por parásitos chinos, es fruto de ese proceso. El comunismo internacional, cuyo núcleo duro es el bloque BRICS, no estando claro cuál es el papel que en estos momentos juega Brasil, gobernado por un partido político de extrema derecha, lidera el mundo. El comunismo internacional ha  contaminado el mundo no solo son su ideas, sino también con sus parásito, con sus virus. Si en 2002, se pensó que el Régimen de Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva, lo que provoco la invasión de Irak en marzo de 2003,  todo indica que esas armas hoy las tiene el Régimen comunista chino.