sábado, 9 de marzo de 2019

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER: TOTAL POLITIZACIÓN DEL FEMINISMO ESPAÑOL.


Con ocasión de la celebración del día internacional de la mujer, ayer los movimientos feministas españoles, como en el 2018, volvieron a organizar una huelga general feminista y manifestaciones en toda España, demostrando que tienen una elevada capacidad de movilización. Como en ocasiones anteriores, se ha transmitido que el actual movimiento feminista está muy politizado, en cuanto a los eslóganes, con reivindicaciones que nada tienen que ver con los derechos de la mujer, que en el mejor de los casos afectan a todos los ciudadanas sin distinción de sexo, o que son claramente políticas. Lo que conduce a la pregunta de ¿Esta hoy el movimiento feminista más fuerte que en otras épocas, o por el contrario su fuerza le proviene de los partidos políticos y sindicatos que de forma clara lo lideran? Si tenemos en cuenta que la movilización feminista del 2018 no se tradujo en resultados, debemos de pensar que su fuerza no es propia, de las mujeres, sino que le proviene de los partidos y sindicatos que lo utilizan, que instrumentalizan y politizan la situación de la mujer en la sociedad actual,  en beneficio de concretos intereses que nada tienen que ver con aumentar o mejorar los derechos de las mujeres en España.

Seguramente, todavía en  nuestra época hay mujeres que son objeto de algún tipo de discriminación por razón de sexo, comportamientos consecuencia de siglos de tradición patriarcal es difícil modificarlos de un día para otro, y por tanto es posible que  en la sociedad contemporánea española todavía queden secuelas de comportamientos machistas. Pero también es cierto, que si leemos el Manifiesto 8-M de 2019, se constata que el  movimiento feminista español está  claramente politizado, reivindicándose cosas que nada tienen que ver con los derechos de las mujeres, y que en el mejor de los casos afectan a todos  los ciudadanos independientemente del sexo, como pueden ser aquellas relacionadas con temas como el de la vivienda, la salud, la educación, la laicidad, o la política migratoria. O incluso son reivindicaciones de carácter puramente ideológico, como posicionamientos antimilitaristas o relativos a asuntos del ámbito de la economía, como por ejemplo, la alusión empresas transnacionales. La moda de la globalización está haciendo que el movimiento feminista haga reivindicaciones totalmente descontextualizadas, es decir, que haya colectivos de mujeres inmigrantes que vengan a aquí a reivindicar derechos de los que son privadas en sus países de origen, o a denunciar abusos de los que también son objeto en sus países de origen pero no en España. Pero sin lugar a dudas, lo más contradictorio del movimiento feminista es que este se apoye y deje liderar por unos  partidos políticos y sindicatos que está constatado que son de las  organizaciones más patriarcales y machistas de la España contemporánea.

En las sociedades occidentales de nuestra época el rol de las mujeres ha cambiado no porque los hombres de hoy seamos mejores que los de ayer, ni porque las mujeres hayan logrado dar forma a eso que se denomina movimiento feminista, sino simplemente porque vivimos en sociedades más civilizadas, en las que la violencia ha dejado de ser el principal instrumento que rige las relaciones sociales, fundamentalmente en el acceso al poder y  a derechos, y en lo relativo a la estratificación social. En el pasado,  las sociedades evolucionaron hacia sistemas de naturaleza patriarcal únicamente por una razón, porque en contextos violentos la mujer era el eslabón más débil, y por tanto no se la consideraba idónea para proteger el patrimonio familiar,  liderar, decidir, o gobernar. Con el paso de los siglos, ello se ha superado, las sociedades actuales se han dotado de sistemas legales, que por lo menos en teoría, condenan y persiguen la violencia, sin distinción de sexo, sin tener en cuenta si la víctima es una hombre o una mujer. Se suele decir coloquialmente, “si te casas con alguien porque le ha dado una paliza al marido de la vecina, luego, si te da a ti no te quejes”. Quiero con todo ello decir, que cuando el movimiento feminista, colectivos de mujeres, se apoyan y dejan acompañar de sectores políticos que hacen de la violencia su principal instrumento de reivindicación, se equivocan, pues en un contexto de violencia, seguramente, la mujer volvería a jugar el mismo rol que en épocas pasadas.

lunes, 4 de marzo de 2019

EL JUICIO DEL PROCÉS CONFIRMA UNA NUEVA ESPAÑA NEGRA.


El juicio por el denominado proceso independentista de Cataluña, junto a otros muchos hechos que se vienen produciendo, está poniendo  de relieve que España vuelve a vivir una época negra de su historia, caracterizada por un elevado uso del doble lenguaje en política, represión judicial y policial contra los ciudadanos, violaciones de los derechos humanos, y violencia de Estado, llegándose al terrorismo de Estado. En España ya ni se puede comer con seguridad, una persona pueden comer en un restaurante de lujo y estar muerto al otro día, como ha ocurrido recientemente con una mujer en Valencia.

Hoy, en el juicio,  ha declarado como testigo Antonio Nieto, quien ejercía el cargo de Secretario de Estado de Seguridad en las fechas del Referéndum independentista del 1 de octubre (1-O). A diferencia de sus superiores políticos, tanto dentro de la estructura del Estado, como en su partido, el PP, Nieto ha asumido que era él quien  mandaba, eso sí, mandaba más bien poco, pues ha afirmado que  fueron los mandos policiales los que decidieron en que colegios electorales impedir la votación recurriendo a la fuerza, y cuando dejar de hacerlo. El 28 de septiembre, Nieto y sus subordinados se reunieron, en la Junta de Seguridad, con quienes afirmaban ser  los dirigentes de proceso independentista y convocantes del referéndum que tendría lugar  el 1 de octubre, el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, otros miembros del Gobierno autonómico de Cataluña, y mandos de Mossos d'Esquadra. A pesar de ello, no se ordena detener a nadie, por ejemplo, para interrogarlos. Eso sí, el 1 de octubre   se considera que la realización del Refundan de independencia es una grave amenaza a la Seguridad Nacional y se ordena cargar, ejercer una violenta represión contra humildes ciudadanos que se encontraban en los colegios electorales,  sin responsabilidades políticas,  para evitar que se realice. Pero la urgencia por cerrar los colegios electorales decae en torno al mediodía. Nieto no aclara el por qué; primero dice que los efectivos policiales estaban cansados, luego, ante la insistencia del Fiscal, de si ello se debió a las imágenes difundidas por los medos, habla de proporcionalidad. Lo más grave, es que el 2 de octubre, el ex Secretario de Estado, Antonio Nieto, que según parece era el cargo político que daba las órdenes, ya no considera que haya una amenaza a la Seguridad Nacional y no se pide a la Fiscalía la detención  de nadie.

La declaración del ex Secretario de Estado de Seguridad, Antonio Nieto, ha dejado claro que el 1-O no se produjo una situación de urgencia que justificara la actuación violenta de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Los daños causados por la actuación policial no deben ser nunca superiores al daño que con esta se desea evitar. El 1-O, lo fueron y lo fueron de forma innecesaria. El 1-O la policía actuó violentamente contra humildes ciudadanos únicamente para hacer una demostración de chulería y fuerza antes unos medios de comunicación televisivos que sabían que iban a retransmitir las imágenes de lo que estaba ocurriendo. Una vez logrado dicho objetivo, dejar constancia de su chulería ante los medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales, actuando de forma violenta e innecesaria contra humildes ciudadanos, decidieron que su misión ya estaba cumplida y dejaron de considerar evitar el  referéndum como algo urgente, como  una amenaza para la Seguridad Nacional que había que eliminar. Hasta tal punto, que esas mismas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, permitieron que se recopilaran los resultados del Referéndum del 1-O y se difundieran a través de los medios de comunicación, no procediéndose a ninguna actuación, ni detención de dirigentes políticos, para evitarlo ni  en los días posteriores.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no pudieron, por inoperatividad e incompetencia de sus mandos, o no quisieron, impedir la entrada en España  de las urnas necesarias para realizar el Referéndum, ni su distribución a los diferentes colegios electorales,  lo cual fue utilizado como argumento para justificar una actuación policial violenta  no propio ni aceptable en una democracia, y seguramente también ilegal. No se daba una situación de urgencia, se actuó con violencia de Estado contra humildes ciudadanos únicamente para hacer una demostración de chulería. Lo ocurrido el 1-O no es propio de una democracia, sino de un estado autoritario, de una dictadura militar o una tiranía. En España, democracia es solo un concepto de moda, vacío, sin significado alguno más allá del de permitir a los ciudadanos a los cargos públicos votando por uno u otro partido político, que no por personas al ser un sistema electoral basado en listas cerradas.  


España vuelve a vivir una de sus épocas más negras. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado las pagamos todos los ciudadanos con nuestros impuestos, no están para servir a los intereses de poderes facticos, como en la época de la dictadura militar. Los dirigentes catalanes que han provocado todo esto, que han puesto en marcha el denominado proceso independentista, convocando el  Referéndum del 1-O y realizando una Declaración Unilateral de Independencia, conteniendo así la vida política española y la convivencia, deben pagar por ello ante la justicia. Pero, es evidente que también deberían pagar un precio aquellos que desde los poderes del Estado, y utilizando a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, decidieron hacer una demostración de poder y de chulería en Cataluña, en beneficio de ocultos y particulares intereses, probablemente muchos de ellos compartidos con las elites burguesas independentistas catalanas.