martes, 25 de agosto de 2020

CRISIS COVID-19: SÁNCHEZ DELEGA LA REPRESIÓN EN LOS GOBIERNOS AUTONÓMICOS.

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez, ha comparecido hoy ante los medios de comunicación, para dejar claro que a pesar de haber disfrutado de unas merecidas y lujosas vacaciones pagadas por el Estado, vacaciones que no han podido disfrutar muchos españoles, sigue defendiendo las mismas ideas que antes. El presidente Sánchez sigue con sus delirios de grandeza, sin tener en cuenta el daño que han hecho las medidas adoptadas por el Gobierno no solo al estado psicológico de muchos españoles, sino también a la economía. Sigue apostando por los ERTE, s, por un “El Estado pagara todo”,  como instrumento para generar conformismo y resignación frente a la situación creada por el covid-19 y las medidas adoptadas por el Gobierno. Y anima a los gobiernos autonómicos a que soliciten la aplicación del estado de alarma en sus respectivos territorios autonómicos, seguramente como una forma de dar juego, de hacer concesiones a un nacionalismo catalán cuyos votos necesita para aprobar los Presupuestos Generales del Estado sin contar con el apoyo de la derecha.

España es hoy uno de los países del mundo con peores datos consecuencia de la situación creada por el covid-19. La aplicación del estado de alarma, inconstitucional, pues privaba a muchos ciudadanos de derechos fundamentales, del derecho a trabajar, del derecho a la libre circulación, del derecho a elegir centro hospitalario, medio y tratamiento, en función del rol social, solo ha servido para hundir la economía española y ejercer represión, pues la situación sanitaria de España es hoy  muy similar a la del pasado marzo, con el virus circulando por todo el territorio español. La economía española está en quiebra; para pagar el importe de los ERTE,s hasta septiembre,  el Gobierno ha tenido  que recurrir a un préstamo de la Unión Europea (SURE), por 21.300 millones de euros, similar al rescate de la banca pero según parece sin condicionalidad. Según los expertos en septiembre el paro se disparara, y la deuda pública de España no cesa de crecer, superando ya el 115% del PIB.

Con 5.100 personas diagnosticadas como contagiadas por el virus chino y 132 muertes atribuidas al virus, el presidente Sánchez declaro el estado de alarma, imponiendo el confinamiento de todas las personas cuya actividad no fuera imprescindible para los intereses del Gobierno. El último fin de semana en España se han producido 19.382 casos diagnosticados y 34 muertes atribuidas al covid. Sin darle mucha fiabilidad a los datos oficiales, los cito, porque es fácil apreciar que si 5.100 personas contagiadas requerían la aplicación del estado de alarma, con mayor razón lo requerirá la existencia de casi 20.000 diagnosticadas como contagiados. Pero el presidente Sánchez no lo cree así, califica la situación de preocupante, apela a la serenidad y propone que sean los gobiernos autonómicos los que declaren el estado de alarma en sus respectivos territorios. El Gobierno sigue con sus evidentes contradicciones. Califica la situación sanitaria de preocupante pero a la vez dice que el curso académico 2020-2021 debe comenzar con normalidad, en las fechas previstas.   

En su comparecencia ante los medios, el presidente Sánchez ha dejado claro que considera la represión la principal medida contra la amenaza del covid-19. Sigue criminalizando a los enfermos, y proponiendo que los gobiernos autonómicos soliciten el apoyo de los militares como rastreadores, es decir, para encontrar posibles contactos de personas que hayan dado positivo en una PCR, en busca de lo que se ha denominado asintomático, un concepto más fantasmagórico que real, con la que se define a una persona que sin estar enferma, sin tender síntomas, es, según los expertos portadora del virus, y así poder someterles a pruebas PCR y, sobre todo, a cuarentena. Sánchez sigue apostando por la represión, proponiendo que los gobiernos autonómicos recurran al estado de alarma para privar a los ciudadanos de sus comunidades de derechos fundamentales. El presidente Sánchez sigue ignorando un principio jurídico básico, “Una ley es justa si afecta por igual a todos los ciudadanos del territorio sobre el que se aplica”. Por ejemplo, sin discriminar a los ciudadanos por su rol social. 

Lo más llamativo de la comparecencia del presidente Sánchez es que no ha asumido ningún tipo de responsabilidad. Quiere hacer creer a los españoles que lo que está pasando es inevitable. Si antes ponían a los pies del terrorismo islamista a los españoles, considerando que sus acciones eran inevitables, que no había seguridad cero,  ahora quieren hacer lo mismo con el covid-19. Que desde el 21 de junio hayan entrado en España viajeros contagiados; que por territorio español hayan estado circulando temporeros extranjeros contagiados sin ningún tipo de control, etc, según Sánchez no ha influido en la actual situación sanitaria de España. Al virus chino, tipo covid-19, se le han atribuido numerosas muertes, pero no nos engañemos, el problema no es el virus, el enemigo no es el virus, sino aquellos sectores de las elites dirigentes que están utilizando la situación  creada por este para justificar represión y encubrir claras violaciones de los derechos humanos. El enemigo no es el virus sino un Gobierno de España que quiere utilizar una situación de enfermedad, que todo indica que ha ayudado a crear, para justificar represión y encubrir violaciones de los derechos humanos.

martes, 18 de agosto de 2020

CRISIS COVID-19: ESPAÑA A LA CABEZA EN TODO LO MALO ¿INCOMPETENCIA O FRUTO DE UN PLAN?

Mientras el presidente Sánchez disfruta con su familia de unas merecidas y excelentes vacaciones pagadas con los impuestos de todos los españoles, muchos ciudadano sufren las consecuencias de la nueva normalidad impuesta por el Gobierno y la situación sanitaria y económica de España no cesa de empeorar. Con la nueva normalidad el presidente Sánchez ha permitido que hasta el más insignificante cargo público, y me refiero a los alcaldes,  se crea el sheriff del lugar; con derecho a imponer confinamiento, con derecho a privar a ciudadanos del derechos fundamental a la libre circulación;  con derecho a decidir qué actividades económicas se pueden realizar o no, etc.

Si algo califica la nueva normalidad es que se están tomando decisiones políticas carentes de la más mínima racionalidad y objetividad. Se ejerce un fuerte control sobre los españoles que se desplazan utilizando medios de transporte públicos, pero en cambio, el control sobre viajeros extranjeros que entran por los aeropuertos es mínimo e ineficaz, como lo demuestra el hecho de que  un porcentaje de ellos  luego hayan dado positivo en coronavirus, y no se ejerce ningún control sobre temporeros extranjeros, permitiendo que muchos de ellos contagiados circulen por el país con total libertad. Un día deciden permitir  abrir actividades relacionadas con el ocio nocturno,  al otro, imponen su cierra porque  consideran que son un foco importante de contagios.

La nueva normalidad definida por el Gobierno ha sido un completo fracaso. Es cierto que con la nueva normalidad se ha devuelto a los ciudadanos el disfrute de derechos fundamentales de los que habían sido privados, de forma inconstitucional,  durante el estado de alarma, pero al mantener viva  la amenaza del covid-19 la economía no se ha recuperado, y España ha pasado a ser el país de Europa con mayor número de casos por 100.000 habitantes (132,1 por 100.000 habitantes). Más de cien países recomiendan no viajar a España; muchos imponen una cuarentena a los ciudadanos que provengan de territorio español. Que la economía española no se haya recuperado como era de esperar, entre otras cosas debido a la caída del turismo y actividades relacionadas con el ocio, es muy grave. La deuda pública se ha incrementado en junio en 32.087 millones de euros, un 6% respecto a junio del año anterior, y el PIB sigue en caída libre. En el segundo trimestre el PIB cayó un 18,5%. Y todo indica que la nueva normalidad no va a mejorar esos datos sino a empeorarlos.

No deja de ser curioso que la inexplicable reescalada en número de contagiados por covid-19 que se ha producido en España desde el fin del estado de alarma, 21 de junio,  haya coincidido con el anuncio por parte de laboratorios del Régimen comunista chino de que tienen ya una vacuna disponible para la venta ¿Coincidencia o algo más? es decir ¿Tiene ya planes el Gobierno socialcomunista de Sánchez para vacunar a la sociedad española, nada más y nada menos que con vacunas de producción comunista, en concreto, de producción  china?. España es un país grande, geográficamente, pero el presidente Sánchez debería dejar a un lado sus delirios de grandeza, y asumir que la nueva normalidad ha fracaso. Sánchez debería dejar a un lado sus delirios de grandeza y asumir que las cuentas públicas españolas están en quiebra, y que el Gobierno no puede seguir derrochando dinero público para generar en la sociedad española conformismo y resignación ante lo que está pasando. Sánchez debería dejar a un lado sus delirios de grandeza, aceptar que el coronavirus es un traje demasiado caro para España y considerar que a España de esta situación no la va a sacar China y países de su órbita comunista y , sobre todo,  considerar que no aceptaremos por las buenas que nos pongan una vacuna de producción china, si nos obligan, el Gobierno de España,  habrá graves consecuencias. Fe, así ha sido siempre y así será.

martes, 4 de agosto de 2020

EL EX JEFE DEL ESTADO, JUAN CARLOS I, SE AUTOEXILIA.

El rey emérito Juna Carlos I hizo ayer público que dejara de vivir en España, para fijar su residencia en algún país extranjero. Con un estilo muy de capo, Juan Carlos I, aprovechando la tapadera que le daba que con frecuencia visitaba el pueblo de Sanxenso, para practicar vela,  cruzo la frontera a Portugal, y desde Oporto voló a Santo Domingo, donde todavía no está claro si fijara o no su residencia. Está claro,  estamos ante otro escándalo sin precedentes en la historia de España protagonizado por la Monarquía.

La persona en nombre de la cual jueces y magistrados han administrado durante décadas justicia en España; la persona que durante décadas ha presidido el acto de apertura del año judicial, Juan Carlos I, resulta que ahora, cuando esa justicia que ha presidido y le ha  rendido los máximos honores le investiga, huye de ella, evitando dar explicaciones a sus actuales representantes y a la sociedad por los delitos que presuntamente se le atribuyen, y que en su comunicado dirigido al actual Jefe del Estado, el rey Felipe VI, en ningún momento niega. Evidentemente, todo muy poco elegante, muy estilo capo, no propio de alguien que ha ostentado el cargo con mayores honores de la sociedad española, la Jefatura del Estado.

El rey emérito Juan Carlos I se le atribuyen numerosos servicios a la patria, como instaurar la democracia,  y tal vez sea así, en mi humilde opinión, de simple ciudadano que no conoce las conversaciones secretas que se mantuvieron en altos niveles de la política española de 1975, muerte del general Franco, a 1978, aprobación de la Constitución, todos discutibles con argumentos conocidos. A quien realmente hizo un gran servicio Juan Carlos I fue a su familia, la Casa Real de Borbón, al logra recuperar para ella la Corona de España. Servicios como el de frenar el asunto del 23-F, una de las mentiras más descaradas de la historia de España. El 23-F fue una película, con la que se escenifico no de qué lado estaba la Monarquía, que estaba claro, entre otras cosas debido a las presiones internacionales, sino los militares. Con el 23-F los militares dieron a conocer que apoyaban lo que estaba pasando en España, o sea, la Transición.

Con su comportamiento, el  rey emérito Juan Carlos I ha dejado España a la altura de lo que se conoce como una república bananera, país en el que suele ser frecuente que sus gobernantes al perder el poder huyan con lo robado para establecerse en un país extranjero. Está claro, Santo Domingo no es,  por numerosas razones, niveles de seguridad y criminalidad, calidad del sistema sanitario, etc, el lugar idóneo para retirarse un alto mandatario occidental de 82 años de edad. Si el rey emérito fija al final su residencia en Santo Domingo es porque tiene importantes razones para hacerlo, como pueden ser disfrutar de mayor libertad para hacer negocios y mover dinero, recibir visitas o viajar anónimamente. El rey emérito Juan Carlos I pasara a la historia como ese deportista que después de varios años de batir records y ganar medallas, se descubre que se había dopado, y se las deben quitar, pues el único que tal vez las pueda merecer sea su médico. Saber estar, no significa únicamente saber que cubierto usar a la mesa, sino también que se debe o no comer. El rey emérito Juan Carlos I no ha sabido estar a la altura del rol que la sociedad española le concedió a través de la Constitución de 1978.