domingo, 24 de septiembre de 2023

EL INDEPENDENTISMO BURGUÉS CATALÁN SIGUE CONDICIONADO LA POLÍTICA ESPAÑOLA.

 

Desde que se celebraron las últimas elecciones generales el pasado 23 de julio, en las que el PP surgió como claro vencedor pero con pocas posibilidades de formar Gobierno debido al tipo de sistema democrático español, que requiere una mayoría en el Congreso de los Diputados para que un candidato pueda ser investido presidente, varios  actores políticos han difundido la idea de que  un próximo Gobierno de España, fruto de una coalición del PSOE y Sumar, haría grandes concesiones al independentismo catalán, empezando por una amnistía para Carles Puigdemont y los suyos,  a cambio de contar con los votos de JUNTS para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Actores como  Carles Puigdemont, que refugiado en Bruselas protegido de la justicia española desde las instituciones de la Unión Europea, ha dicho que sin una previa amnistía no dará el apoyo a la investidrua de Sánchez, continuando con  Yolanda Díaz, la actual líder del comunismo español, hoy Sumar, que se reunió con este de forma publica en Bruselas para hablar sobre sus reivindicaciones.


DEUDA COMUNIDADES AUTÓNOMAS

                      

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, todavía hoy presidente del Gobierno de España, aunque en funciones,  se resiste a dejar claro que concesiones está dispuesto a hacer a Puigdemont a cambio de los votos de los diputados de JUNTS, pero en  recientes declaraciones ha dejado claro que ha asumido por completo el lenguaje de las elites independentistas burguesas catalanas, defendiendo que la crisis generada por las reivindicaciones del independentismo catalán es un problema político que requiere soluciones políticas y no judiciales. Esta situación de clara incertidumbre provocada por actores interesados, ha sido aprovechada por el PP, para dos días antes de que tenga lugar el debate para la posible pero poco probable investidura de Núñez Feijóo como presidente del Gobierno, celebrar en la capital del país, Madrid, un masivo acto de rechazo a la amnistía.  

 

Que un hipotético Gobierno de Pedro Sánchez concediera la amnistía a Puigdemont y los suyos a cambio de los votos de los diputados de JUNTS supondría ceder ante un chantaje. Poco más se puede decir. Si la amnistía fuera lo mejor para el interés general, sí fuera necesaria para la estabilidad de  la democracia española, etc, Sánchez ya la hubiera concedido en la anterior legislatura, en vez de recurrir a los indultos para sacar de la cárcel a los condenados por ser responsables de llevar adelante el proceso independentista. ¿En qué cabeza puede caber conceder la amnistía a un colectivo político cuyos lideres dicen que cuando puedan van a repetir delitos similares a los que dieron lugar a que sean perseguidos por la  justicia? Evidentemente, no en la de un demócrata, pues en una democracia el imperio de la ley debe estar por encima de todo tipo de intereses, claro que, ¿Es España una democracia? Los españoles pueden votar, se permite el pluralismo político, pero en muchos aspectos España es una dictadura. Una dictadura de partidos políticos, en la que, como estamos viendo, todo vale si cuenta con el apoyo de la mayoría de los partidos políticos con representación en el Congreso en el Congreso.

 

Frente a un Sánchez dispuesto a ceder al chantaje de Puigdemont y que  además está  dispuesto a volver a formar Gobierno con los comunistas prorrusos, con Sumar, a pesar de la situación de guerra que se vive en Europa del Este, la posición del  Partido Popular, todavía hoy defendida de forma pública por el expresidente Aznar, un personaje político  que debería estar en la cárcel, entre otras cosas por sus vínculos con el caso Gürtel,  es poco creíble e hipócrita. Sin duda, la situación política que hoy vive España tiene su origen en la época de Aznar. En los pactos del 96 del expresidente Aznar con el independentismo burgués catalán, entonces representado por Jordi Pujol, líder de CiU, con pequeñas variaciones hoy JUNTS, y con los comunistas, entonces IU hoy Sumar,  dando lugar a la tan negada como evidente pinza Aznar-Anguita, que parece que ha heredado Vox, reciente escisión del PP, entre otras cosas con sus vínculos con exdirigentes comunistas como Ramon Tamames, lo que ha favorecido que  los comunistas hayan entrado en el gobierno de España, gracias a un evidente y constatado  apoyo mediático y en votos de sectores de la derecha monárquica española.

 

El PP ha puesto de moda el eslogan de reivindicar contra la amnistía una España de hombres libres e iguales. Y es un paso hacia una democracia de mayor calidad que hayan empezado a leer la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero en la época de Aznar en España se cometieron flagrantes violaciones de los derechos humanos, se ordenaron detenciones ilegales, abusos médicos, acabando su mandato con los atentados de Atocha del 2004, calificados por numerosos servicios secretos internacionales y medios de comunicación como un claro caso de terrorismo de Estado. Por lo tanto, como se dice coloquialmente, de aquellos polvos estos lodos. La actual cultura política del todo vale surgió de forma clara con Aznar. En la  España actual no todos los  ciudadanos son iguales ante la justicia, muchos sufren represión judicial y policial o simplemente son privados del amparo del Estado de Derecho, se ordena o permite  desde la instituciones del Estado la tortura, etc. Que Sánchez, o mejor dicho el PSOE, este dispuesto a ceder al chantaje del independentismo catalán es una consecuencia de la cultura política del todo vale practicada y defendida por los gobiernos presididos por el expresidente Aznar.

 

El independentismo burgués catalán tiene hoy menor  representación en el Congreso de los Diputados que en el 96, entonces CiU tenía 16 diputados y ERC 1, entre ellos las relaciones eran muy débiles, y hoy tienen 7 y 7, respectivamente. A pesar de ello, su fuerza en la política española es superior debido principalmente a un nuevo  factor, que cuentan con el apoyo de los comunistas, antes Podemos, ahora Sumar, partido que ha crecido entrando a formar parte del Gobierno de España, insisto y repito, gracias al apoyo de sectores de la derecha monárquica española. En las democracias se da mucho lo de “acerca de nosotros, sin nosotros y contra nosotros” de los Acuerdos de Múnich, algo que supondría graves consecuencias para el mundo. Si  tenemos en cuenta la constatada internacionalización del proceso independentista a través de vínculos rusos y también de vínculos con otros actores internacionales, dados a conocer, por ejemplo, por Pilar Urbano en su libro Alzamiento, un posible pacto del Gobierno de España con Puigdemont, no tendría nada que envidiar a los citados Acuerdos de Munich. Una amnistía para los responsables de impulsar el proceso independentista catalán seguramente preocupe poco a una gran mayoría de la sociedad española, el problema es que ello seguramente lleve añadido mucha letra pequeña, que afecte a  los derechos e intereses de muchos españoles, por ejemplo, que vaya unido a un perdón por parte del Gobierno de España de la deuda pública catalana que controla a través del  Fondo de Liquidez Autonómico, curiosamente creado por el Gobierno del expresidente Rajoy en el 2012, de entorno a unos 71.000 millones de euros, sin que se haga lo mismo con las elevadas deudas públicas de otras comunidades autónomas, como pueden ser las de  Valencia, Andalucía y Madrid.

martes, 5 de septiembre de 2023

PUIGDEMONT, DESAFIANTE Y CONVENCIDO DE QUE PODRÁ CHANTAJEAR AL ESTADO ESPAÑOL

 

El líder de JUNTS y prófugo de la justicia española, Carles Puigdemont,  ha dado hoy en Bruselas  una rueda de prensa sin preguntas, presentándose ante la opinión publica como el gran líder del independentismo catalán, exigiendo una pacto histórico a cambio de apoyar la constitución de un nuevo Gobierno de España, muy probablemente dirigiéndose al líder del PSOE, Pedro Sánchez, que es el que ha manifestado estar más dispuesto a hacer concesiones a los partidos independentistas catalanes a cambio de lograr su apoyo para ser investido de nuevo presidente del Gobierno.

 


Es evidente que Puigdemont no es consciente de la realidad. Se considera un gran líder, aunque desde que en el 2016 tomo el control de sector político antes representando por Convergencia i Union (CiU), ahora por JUNTS, no ha logrado ningún éxito para la sociedad catalana. Para que nos hagamos una idea de cuál ha sido su gestión, por ejemplo, en el 2017 Cataluña tenia una deuda publica de entorno a 54.000 millones de euros, pasando a ser en el 2022 de 71.000, no considerada por las denominas agencias de calificación bono basura únicamente porque el Gobierno de España ha garantizado responsabilizarse de su pago. En el 2017 realizo una declaración unilateral de independencia, pero no tuvo cataplines para ordenar que los suyos tomaran el control de las fronteras exteriores de Cataluña, que hubiera sido lo lógico. Aún más, al pedir el Gobierno de Rajoy al senado la aplicación del articulo 155 de la Constitución y tomar el control del Gobierno autonómico de Cataluña, se achico, no ordenando movilizaciones en contra sino que acepto la imposición del Gobierno de España.