Que un partido político que Gobierna un Estado vote en un
foro extranacional, como es el Parlamento Europeo, a favor del líder de unas
elites burguesas separatistas, que quieren romper la integridad territorial
defendida en la Constitución vigente, puede que tenga precedente en algún tipo de régimen comunista, o excomunista,
como por ejemplo, Ucrania, pero nunca se había producido en una democracia
occidental hasta el pasado lunes, cuando Unidas Podemos voto a favor de que
eurodiputados catalanes, perseguidos por la justicia española por haber declarado
la independencia de Cataluña, sigan disfrutando de la inmunidad que se les
concede por el cargo político que ocupan. ¿Qué se puede esperar de las instituciones
de un Estado gobernado por aquellos que apoyan a los que desafían sus leyes?
Poca cosa, sino nada.
Lógicamente, los votos de los comunistas no llegaron para
mantener la inmunidad a los tres eurodiputados catalanes perseguidos por la justicia
española. El Parlamento Europeo, evita mojarse en temas de política nacional de
los Estados miembros, pero en este caso sabía que se jugaba mucho, su propia
estabilidad, pues en varios estados miembros hay históricos deseos separatistas, activos o latentes. Y por
tanto, por una aplastante mayoría, casi el doble de votos, el Parlamento
Europeo ha revocado la inmunidad a los tres eurodiputados perseguidos por la
justicia española, al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, y a los
exconsejeros Antoni Comín y Clara Ponsatí.
Todo muy de chiste, todo un continuo
aparentar. Si has cometido un delito no puedes optar ni siquiera al cargo de
conserje de una de las instituciones de la UE, pero en cambio, han permitido
que un ciudadano prófugo de la justicia se presentara a las elecciones al
Parlamento Europeo, y tomara posesión de su cargo de eurodiputado. Realmente
nos toman a los ciudadanos por tontos.
Pero lo más insultante es que el líder de
los que realizaron una declaración
unilateral de independencia y la cara visible de la rica burguesía
catalana, Puigdemont, haya sido apoyado por un partido de dimensión nacional
que forma parte del Gobierno de España, Unidas Podemos, del que para más inri,
uno de sus dirigentes fundadores es un ex JEMAD, el general Julio Rodríguez. Podemos
se ha intentado justificar ante la opinión pública con el discurso de que están
en contra “ de la judicialización de la
política”. Una vieja táctica que el comunismo internacional ha aplicado en
Estados democráticos, buscar que la justicie no actué, y poder así transgredir
con total impunidad todo tipo de leyes, por ejemplo, para buscar que el poder caiga en manos de los
que más presionan de forma violenta en las calles. Pero pocas veces esta táctica
ha dado resultado, cuando la justicia no actúa en un Estado, la situación pasa
a un nivel superior, el del conflicto armado. Como lo evidencia que el
comunismo internacional solo ha logrado hacerse con el poder político en
aquellos estados en los que ha estado apoyado, en el pasado por intervenciones
militares de la Unión Soviética, o en el momento actual, de la Federación Rusa
y países de su órbita. Lo cual nos lleva a la gran pregunta ¿Qué interés tiene
el comunismo internacional, o sea, Rusia y sus aliados, de quien recibe apoyo y
ordenes Podemos, en todo este asunto?