sábado, 26 de agosto de 2023

UN FUTBOL DE BAJOS FONDOS

 

El pasado 20 de agosto, en la final del Mundial de Futbol Femenino, celebrada en Sydney, en la que se enfrentaban España e Inglaterra, y que gano España (1-0), el presidente de la Real Federacion Española de Futbol (RFEF), Luis Rubiales, le metió varios goles a las autoridades españolas, realizando ante las cámaras de televisión que retransmitían lo que ocurría a todo el mundo, comportamientos considerados por la gran mayoría de los dirigentes políticos españoles y la gran mayoría de los medios de comunicación como inapropiados en un cargo de su categoría. Primero, desde el palco que compartía con la reina Leticia, se llevó de forma descarada la mano a sus partes, con el fin de enviar no está claro que mensaje ni a quien, pero que coloquialmente siempre significara algo soez y dependiendo del sector social puede ser interpretado algo así como un  “Mira que cojones tengo” “Chupame esta”. Luego en la entrega de medallas a las componentes del equipo español, le dio un beso en la boca, según él, “un pico” a una de las jugadoras, Jenni Hermoso.  No contento, ayer  les ha metido un gol a los medios de comunicación. Primero, su gente  desde la RFEF  filtro el rumor de que Rubiales ya había decidido presentar su dimisión ante la Asamblea Extraordinaria que se celebraría el viernes 25, algo que difundieron la gran mayoría de los medios de comunicación españoles sin constatar la información, por ejemplo, llamando al protagonista, a Rubiales. Pero hoy no ha presentado su dimisión, lo que ha llevado al Consejo Superior de Deportes, dependiente del ministerio de Cultura y Deportes, a presentar una denuncia ante el Tribunal Administrativo del Deporte para intentar inhabilitarle de forma inmediata.


Sí hasta ahora la imagen de la RFEF, y por tanto del conjunto del futbol español que la controla, estaba dañada por casos de corrupción económica de sus dirigentes, ahora también ha pasado a estar dañada por comportamientos claramente antisociales.