Tener
un mínimo conocimiento de la historia es importante por muchas y diferentes
razones. Una de ellas porque es fundamental para poder valorar lo que está
ocurriendo a nivel político. Los grandes pactos, de transcendencia
internacional, importantes por lo acordado y por ser duraderos, que ha habido a
lo largo de historia siempre se han dado entre un número pequeño de países
representativos de la esfera internacional. En nuestra época se ha puesto de
moda, no tiene otra explicación, que se cierren pactos entre un numero grande
de países, a nivel mundial, a nivel UE, etc., que luego no se respectan o
simplemente no se traducen en nada importante y duradero. Un claro ejemplo es
el denominado acuerdo universal de lucha contra el cambio climático
que se cerró ayer la Conferencia Mundial del Clima celebrada en Paris, sumándose a él 195 países, entre
ellos países que tienen graves problemas de contaminación, como por ejemplo,
China.
Un
titular del periódico El País resume y describe de forma clara el acuerdo, dice: “Una
meta global ambiciosa pero sin objetivos de emisiones vinculantes”. El acuerdo
fija una meta global, que la temperatura media a finales del siglo no supere
los 2 grados respecto a los niveles preindustriales, pero no fija los objetivos
nacionales a alcanzar para logarlo. Cada país deberá elaborar y presentar su
plan de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, fijando su techo
nacional de emisiones, y como y cuando decide alcanzarlo. El acuerdo fija que
los techos deberán alcanzarse lo antes posible, estableciéndose que los países desarrollados
deberán ser los primeros en reducir sus emisiones, teniendo los países denominados
en transición más tiempo, aunque en ninguno de los dos casos se fija un año en
concreto. El significado del acuerdo viene a ser algo así como si a la entrada
de una ciudad apareciera una señal que dijera "Reduzca la velocidad lo antes posible.
Los que tengan mayor renta que reduzcan antes su velocidad”. Lo único que deja
claro el acuerdo es que los países desarrollados deberán de financiar la reducción
de emisiones de gases de efecto invernadero de los países con economías en transición,
para ello se creara un fondo a partir del 2020 al que los países desarrollados deberán
aportar cada año 100.000 millones de dólares. El acuerdo es un verdadero
absurdo, carece de fuerza legal, y es negativo para los países desarrollados.
El
acuerdo climático es un verdadero absurdo. Carece de fuerza legal a no fijar
objetivos nacionales, ni en cuanto a reducción de emisiones ni en cuanto a
fechas. Los expertos dicen que con los planes nacionales de reducción de emisiones
presentados ya por 187 países no se alcanzar el objetivo general, pues la
temperatura subirá en 3º. El plan es muy negativo para las economías de los países desarrollados. Primero, porque deben de
contribuir económicamente a la reducción de emisiones de países en transición. Segundo,
porque provocara la pérdida de competitividad de economías de países desarrollados,
los cuales tendrán que someter a sus economías antes que otros países a unas normas medioambientales que incrementaran
cotes de producción, contribuyendo así,
sino se adoptan medidas, a favorecer todavía más su desindustrialización.
El
Protocolo de Kioto (1997) sobre el cambio climático es un acuerdo internacional
que tenía por objetivo reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero durante el periodo 2008-2012 con
respecto a 1990. La UE en su conjunto ha logrado cumplir los
objetivos marcados por el Protocolo de Kioto, pero algunos países como España
no. A
cada país se le otorgó un margen distinto en función de diversas variables
económicas y medioambientales según el principio de «reparto de la carga», de
manera que dicho reparto variaba entre un -21 % para Alemania hasta un
+27 % para Portugal. España, que se comprometió a aumentar sus emisiones un máximo del +15% en
relación al año base, lo ha sobrepasado hasta llegar al +23,7%, aunque
gracias a la crisis ha podido maquillar el resultado ya que en el 2004, España
emitía un 53% más que en 1990. Pero según los expertos el cumplimiento
de Protocolo de Kioto ha provocado una fuerte pérdida de competitividad de la
UE y contribuido a su desindustrialización, entre otras cosas porque ha
provocado que subiera el coste de la energía.
Un
claro ejemplo de la pérdida de competitividad de la industria debido al
incremento del coste de la energía lo tenemos con la crisis del acero. El coste
energético en Europa relacionado con las industrias que utilizan intensivamente
la energía, como es el caso del acero, es mucho más alto que fuera de la UE, en
países que no han cumplido con el Protocolo de Kioto. Es decir, el
establecimiento de normas medioambientales ha hecho caer la industria de la UE,
como es el caso del sector del acero, produciendo despidos masivos, y varias
plantas de la UE han tenido que reducir su producción o cerrar.
El
nuevo acuerdo mundial contra el cambio climático nace condenado al fracaso. Los
países desarrollados que decidan adoptar medidas para cumplir el acuerdo contra
el cambio climático estarán condenando a
su industria a desaparecer, al perder esta competitividad frente a países que decidan
no adoptar dichas medidas, es decir, no reducir la emisiones de gases de efecto
invernadero, o retrasar su reducción. Par
que el acuerdo contra el cambio climático fuera eficaz, no afectando de forma
negativa a las industrias de los países industrializados, debería haber fijado objetivos
a alcanzar en fechas concretas, no solo a nivel nacional sino también por tipo
de industria, medios de transporte, etc., es decir debería contemplar un conjunto de
normas de obligado cumplimiento a nivel
global, de tal forma que una empresa de un país respetuoso con el
medioambiente, deseoso de cumplir el acuerdo de ayer, no vea reducida la
competitividad de su industria respecto a otro con una regulación medioambiental
más lasa, al tener que estar sometida la industria de todos los países a las mismas normas
internacionales. Ante el acuerdo contra
el cambio climático los países desarrollados tienen tres alternativas: Condenar
su industria a desaparecer, cumpliéndolo. No cumplirlo. Y tres, imponer aranceles
a los productos provenientes de países con una regulación medioambiental con
menor exigencia en cuanto a reducción de emisiones. En mi opinión, la lucha
contra el cambio climático requiere no absurdos acuerdos sino invertir mucho más
en investigación y desarrollo de tecnologías destinadas a capturar, almacenar y
eliminar el CO2 y una regulación global
sobre emisiones, vinculante e igual para todos los países.
La lucha contra el cambio climático es utilizado
por muchos grupos para atacar el sistema capitalista occidental, y por tanto es
entendible la alegría que manifestaron ayer al firmarse el acuerdo, pero y la euforia
de los gobernantes de los países desarrollados
occidentales ¿A qué se debe? “Agreement” ¿Para qué? ¿Qué se esconde detrás del
acuerdo contra el cambio climático? ¿Qué intereses, económicos ideológicos, etc., lo han hecho posible? No creo que el actual acuerdo
contra el cambio climático pueda contribuir a frenar el porcentaje de emisiones
de gases de efecto invernadero, como mucho puede provocar que unos países las reduzcan, incrementando el
coste de la energía y reduciendo su industria, mientras otros aumentan su producción industrial, con energías de bajo
coste y muy contaminantes. En este sentido el comercio de derechos de emisión de
CO2 va a favorecer que unos países
decidan renunciar a su industrialización a cambio de vender sus derechos de emisión
a países industrializados, los cuales en beneficio de una mayor competitividad
no desean reducir las emisiones producidas por su industria, como ya está
pasando con algunos países de la actual UE, pertenecientes a lo que se conoció
como Europa del Este. Pero lo más preocupante
no es el acuerdo de ayer sino las
numerosas similitudes que se están dando entre los últimos años de la Administración
Clinton y los de la actual Administración Obama. Al final de la era Clinton se firmó
el Protocolo de Kioto, ahora se ha firmado el actual acuerdo contra el cambio climático,
¿Coincidencia o algo más?
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1 comentario:
ECO me has dejado pasmado/a no sé ni lo que comentar a todo eso, lo único que se me ocurre con esa coincidencia entre el protocolo de Kioto con Clinton y la cumbre de París con Obama (ambos demócratas)que sea la antesala para efectuar todos los cambios necesarios para empobrecer el hemisferio norte y enriquecer el hemisferio sur, o sea, dar una imagen falsa de los ricos menos ricos y los pobres menos pobres, o algo así.
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