El
Día de la Hispanidad, o también llamado el Día de la Fiesta Nacional, 12 de
Octubre, y el Día de la Constitución, 6 de Diciembre, desde siempre son dos
fechas cuya celebración por las elites dirigentes despiertan en mí una especial
atención. Todos los años, por diferentes motivaciones, sigo con interés tales celebraciones. El Día
de la Hispanidad, principalmente, porque
es un día especialmente militar, en el que unidades de las Fuerzas Armadas de España realizan un
desfile presidido por la Casa Real, por el Jefe de Estado, hoy el rey Felipe VI.
Porque es el único día en el que un ciudadano común tiene la oportunidad de ver
desfilar a sus Fuerzas Armadas, de ver desfilar a un Ejército que rinde honor a
las elites dirigentes españolas, pero que todos los españoles pagamos con
nuestros impuestos. El segundo, el Día de la Constitución, porque siendo una celebración
en la que al igual que en la anterior participan
representantes de las principales instituciones del Estado, y de los sectores con más poder de la sociedad
española, está presidida no por el Jefe del Estado, el rey Felipe VI, sino por el actual poder político democráticamente elegido,
es decir, es una celebración en la que no participa la Casa Real. Algo que
siempre me conduce a la misma pregunta ¿No participa la Casa Real porque no celebra
el día de la Constitución o por qué? Pregunta que todavía tengo sin respuesta.
Me
suelen gustar los discursos del presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, principalmente porque es claro,
le da importancia a la historia, y los priva de connotaciones de índole partidista.
El que ha hecho hoy con ocasión de la celebración del 6-D también me ha gustado.
El presidente Posada ha comenzado sus discursos haciendo un relato histórico,
luego ha hecho algunas propuestas, como la de la necesidad de fortalecer el
Estado de Bienestar y reformar las instituciones del Estado, para así reducir
la desafección de los ciudadanos hacia las mismas. Luego ha resaltado la importancia del pacto contra
el terrorismo yihadista, invitando a que
se sumen aquellos, partidos políticos etc., que todavía no lo han hecho, ha alertado sobre algunos peligros que
percibe, como el de la conflictividad territorial, como el de una nueva división
del pueblo español, y por ultimo ha querido renovar el llamamiento a la concordia que hicieron en
el 78 las elites políticas de la época. El presidente Posada ha hecho un relato histórico, recordando lo que significó para España, para
la sociedad española, la aprobación de la Constitución de 1978, afirmando algo
a mi parecer importante y cierto, que creo que es conveniente repetir “La Constitución del 1978 fue un gran éxito colectivo”.
Y también a través de su discurso ha
recordado palabras de discursos del gran ausente, la Casa Real de Borbón, o sea
la Jefatura del Estado.
Me
gusta la Constitución del 78, nunca antes el pueblo español había tenido una Constitución
que reconociera a los ciudadanos tantos derechos y libertades. La Constitución
del 78 es equiparable a la de las principales democracias occidentales. Salvo
pequeños detalles, como puede ser el Titulo II, de la Corona, no creo que
necesite reformarse. Aquellos dirigentes que proponen incluir en la Constitución
más derechos para los ciudadanos, o tienen deseos utópicos o únicamente están intentando
manipular a la opinión pública con fines electorales. Como bien ha dicho el
presidente Posada “La Constitución del 1978 fue un gran éxito colectivo”.
“La
Constitución del 1978 fue un gran éxito colectivo”, es innegable, pero una cosa
es el pasado y otra muy diferente el presente, una cosa es lo que fue y otra lo
que es. Y es lo que es, precisamente, lo importante, aquello por lo que debemos
juzgar la España actual. La España actual es muy diferente a la del 78.
Entonces España avanzaba, buscaba democratizarse, progresaba, se integraba en
la esfera de las principales democracias occidentales, mejoraban los servicios públicos,
mejoraba la calidad de vida de los ciudadanos, y las elites dirigentes buscaban la concordia, buscaban una
convivencia pacífica entre todos los españoles. Hoy España retrocede en todos
los ámbitos, político, social, económico, y también en el ámbito de los
derechos y libertades. España se empobrece, aumentan las desigualdades
sociales, se vuelven a elegir equivocados aliados en la esfera internacional,
y las elites promueven el incremento de la conflictividad social. Hoy en España
muchos ciudadanos viven en un ambiente de total hostilidad y continuas amenazas.
La España de hoy es muy diferente a la del 78, la concordia se ha roto, y ya no
es un fin a logar por las elites dirigentes.
La
celebración de hoy tiene una importante peculiaridad, se ha observado que la
elite política admite como un éxito consumado que el mapa político español se
haya fraccionado en cuatro partidos políticos, PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos, habrá
que esperar al próximo 20-D para saber si la ciudadanía lo percibe también así,
o no y en qué proporción. Además, al estar próximas una nuevas
elecciones generales, la celebración del Día de la Constitución de hoy tiene un
especial interés, en concreto los comentarios efectuados ante los medios de comunicación
por los principales lideres políticos. Pudiéndose agrupar en dos grandes
grupos. Los líderes de PSOE, Ciudadanos y Podemos, respectivamente Sánchez,
Rivera e Iglesias, creen que en mayor o
menor medida se debe de reformar la Constitución. Por el contrario el líder del
PP, el presidente Rajoy, dice que cree que no es lo prioritario en este
momento.
Aunque
se suele repetir siempre que hay unas elecciones, por su importancia creo que
es importante recordar que elegir una opción política u otra siempre tiene
consecuencias. La democracia es únicamente el gobierno de la mayoría. La gestión
política es ante todo ideología. El político no decide en función de sus conocimientos,
sino principalmente en función de su ideología. Lo que hay que valorar a la
hora de elegir a un gobernante a través de las urnas no son sus títulos académicos,
ni sus conocimientos, ni su experiencia, sino sus ideas y que soluciones
propone en función a ellas. Las desigualdades,
no solo de carácter económico, sino también de otro tipo, han aumentado
enormemente en los últimos años en la sociedad española. Está constatado que
los países con un elevado nivel de desigualdad están siempre condenados al
fracaso. Una elevada desigualdad acaba
provocando siempre no solo conflictividad social sino también el empobrecimiento colectivo, el
empobrecimiento de los países que la padecen. Dedicar esfuerzos y recursos a
que no progresen unos, la mayoría, en beneficio de unos pocos, a la larga solo acaba provocando que no progrese el conjunto. Si dos
ciudadanos viven en plantas distintas de un edificio, para poder encontrarse
solo hay dos alternativas, que uno suba o que el otro baje. Con la desigualdad social
pasa algo parecido. La igualdad es un
valor democrático reconocido en la Constitución del 78, para que sea una
realidad, para que disminuyan dichas desigualdades solamente hay dos posibilidades: Que los de arriba
disminuyan ingresos y pierdan privilegios, o que los de abajo mejoren,
progresen, aumentando su calidad de vida
y sus derechos.
El
partido político Podemos, es principalmente un instrumento al servicio del comunismo
internacional en España. Por tanto que su líder, Pablo Iglesias, acompañado de un ex JEMAD del Ejército Español,
Julio Rodríguez, diga cosas como “Muchas
gracias 1978”, y promueva una reforma de
la Constitución, es preocupante. Es preocupante, porque Podemos hoy por hoy no
tiene fuerza política para abrir un proceso constituyente, ni simplemente para reformar la actual Constitución, entonces ¿Con
que ocultos apoyos cree contar Pablo Iglesias? No lo sé, pero vivimos en un mundo globalizado, en el que todo país,
España también, tienen intereses y compromisos internacionales, y por tanto es
importante recordar a las elites españolas ‘Cuidado, los abusos que cometas en
España, igual los tienes que pagar fuera’. No solo eso, sino que los
posicionamientos en política internacional tienen repercusión sobre la política
nacional y la economía. Por tanto, si Francia ha pedido apoyo miliar a España y
el Gobierno se lo ha negado, lo sabremos, se notara en la evolución de las
relaciones comerciales, de inversiones, etc., entre ambas economías, española y francesa.
Podemos, es el enemigo, es el principal enemigo de la democracia española. Podemos es un Prestige que amenaza toda España con sus conceptos sobre democracia, libertad, forma de hacer política, relaciones internacionales. Podemos es un barco que debe ser hundido o acabara hundiendo la democracia española provocando tensión política, inseguridad ciudadana y conflictividad social. Podemos es un enemigo que dice estar militarizado, que da a entender que tiene más poder que el que se le conoce, pero no temamos, recordemos que ‘No son muy poderosos aquellos que consideran que ganar una guerra depende de derrotar a un soldado’.
Podemos, es el enemigo, es el principal enemigo de la democracia española. Podemos es un Prestige que amenaza toda España con sus conceptos sobre democracia, libertad, forma de hacer política, relaciones internacionales. Podemos es un barco que debe ser hundido o acabara hundiendo la democracia española provocando tensión política, inseguridad ciudadana y conflictividad social. Podemos es un enemigo que dice estar militarizado, que da a entender que tiene más poder que el que se le conoce, pero no temamos, recordemos que ‘No son muy poderosos aquellos que consideran que ganar una guerra depende de derrotar a un soldado’.
2 comentarios:
Me da la sensación que se exagera un poco en el último párrafo sobre Podemos, yo, desde luego, no lo veo así: Podemos me parece que no va a ganar las elecciones, sin embargo si que un partido con su ideología es necesario para bajarle un poco los humos al resto de partidos, que enseguida se suben por las ramas para que no se los coman los leones, dejando al resto en la base del árbol para que sea carnaza de ellos.Me parece que es la primera vez que ocurre en la historia reciente de España, que la izquierda no está muy dividida, estándolo más la derecha (al PSOE después de lo visto en los últimos años casi se puede considerar de derechas o centro derecha); es cierto que lo ideal sería una España unida, pero ya la propia Constitución de 1978 abrió la posibilidad de una España plural con la aprobación de las Comunidades Autónomas ¿si se hizo era porque se veía que era necesario, o no? entonces ¿porqué nos rasgamos las vestiduras cuando hablamos de que la Constitución necesita una reforma, si al fin y al cabo la mayor parte de las competencias estatales están transferidas a las Comunidades Autónomas? ¿se pueden hacer las cosas poco a poco? quizás ahí esté la solución.
Otra cosa distinta es el Partido Popular, que está totalmente empeñado en la unidad de España y no quiere ni dar opción a Cataluña para independizarse; lo cierto es que el presidente Mas y el resto de independentistas han ido muy rápido, sin pensar en las consecuencias de ello, el rizo se va rizando cada vez más y ya es hora que se desenrede. Si ganara el Partido Popular, tendrá que oír a los catalanes sin más remedio, porque ya la mayor parte de los catalanes que no quieren la independencia están en edad de jubilación si no es que están ya jubilados, y aunque Albert Rivera no entra en ese grupo, ni los de su partido, si que pueden jugar un doble juego dependiendo de dónde se dirija la balanza. Es la gente joven de Cataluña la mayor parte de la gente que quiere la independencia, y esto es un hecho histórico, transmitido de generación a generación y sólo suavizado levemente en época de Franco. Así que si gana las elecciones el Partido Popular tendrá que sentarse a hablar de Cataluña con el resto de partidos, por mucho que le pese.
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