El Consejo Europeo se dará 10 días
para decidir si ratifica o no el acuerdo alcanzado en la última cumbre UE-Turquía
sobre inmigración. El acuerdo representa que la UE podrá devolver a Turquía a los
inmigrantes que entren desde ese país de forma ilegal a través de las islas
griegas, a cambio la UE deberá de hacer a Turquía una serie de concesiones,
cito algunas: Eliminar a partir de junio la necesidad de visado para los
ciudadanos turcos que deseen viajar a la UE. Reabrir el proceso de admisión de Turquía
a la UE. Turquía pide 6.000 millones de euros a la UE para atender a los
refugiados durante 2 años. Además, el Gobierno de Turquía exige que por cada
inmigrante sirio que readmita otro sirio perteneciente al colectivo que
denomina refugiados legales deberá ser reasentado en la EU.
La cumbre UE-Turquía evidencia
que cada día es más baja la sintonía entre la Comisión Europea favorable al
acuerdo con Turquía y el Consejo de Estado, en el cual se sientan muchos Estados
que rechazan dicho acuerdo. Desde hace tiempo la Comisión Europea decide y actúa
ignorando tres cosas importantes: Uno, la UE no necesita en estos momentos más inmigración,
tanto económica como refugiados, ni tiene capacidad para absorberla, como lo
indican cosas como una alta tasa de paro o un elevado porcentaje de la población
en riesgo de pobreza. No debemos de olvidar que los refugiados también y sobre
todo son demandantes de empleo, ayudas sociales, vivienda, etc. Dos, en muchos
Estados la inmigración se ha convertido
en una fuente clara de inseguridad ciudadana. Tres, en la mayoría de los
Estados miembros existe una posición ciudadana mayoritaria partidaria de
reducir la entrada de inmigrantes y frenar la islamización de la UE.
La actual UE ha fracasado totalmente
en su política de inmigración y en el control de sus fronteras exteriores, lo
que ha dado lugar a que la UE este sufriendo en sus territorios una crisis de inmigración
que se ha convertido en una crisis humanitaria. Además, el sistema de reparto
por cuotas que propuso Alemania, y que aprobó
la Comisión Europea, ha fracasado al no ser aceptado ni por muchos Estados
miembros, ni por los propios inmigrantes-refugiados que quieren poder escoger
el lugar de destino, pues desean ir a Estados en los que exista una diáspora en
la que puedan integrarse. Es evidente
que la UE está fracasando totalmente en su política de inmigración y en el
control de sus fronteras exteriores. Y ante ese fracaso la decadencia y
debilidad de la actual UE ha llevado a sus dirigentes, en concreto a la Comisión
Europea, a proponer aceptar cosas como
el acuerdo alcanzado con Turquía, el cual no representa otra cosa que ceder
ante un chantaje. El actual Gobierno de Turquía está utilizando el tema de la inmigración,
en concreto siria, aunque está demostrado que un porcentaje importante de los
inmigrantes que entran en la UE desde Turquía no son sirios, para presionar a
la UE y chantajearla.
No deja de ser llamativo el
apartado del acuerdo que hace referencia a la reciprocidad, dice textualmente “reasentar, por cada sirio readmitido por
Turquía desde las islas griegas, a otro sirio desde Turquía en los Estados
miembros de la UE, en el marco de los compromisos vigentes”. Algo que en
principio parece un absurdo, pues ¿Para qué expulsar a inmigrantes sirios que
ya están en territorio de la UE si luego vas a tener que admitir el mismo número
del colectivo que el Gobierno turco denomina refugiados legales? Es evidente
que las razones son dos. Primera, así los refugiados pueden elegir país de
destino directamente desde Turquía. Dos, el Gobierno de Turquía ejerce un mayor
control sobre el proceso de registro y reasentamiento de los refugiados.
El Estatuto de los Refugiados,
julio de 1951, en mi opinión, ha quedado desfasado, no es adecuado para la situación
global actual, en la que la inmigración hacia países más ricos es utilizada
como una forma de colonización encubierta. Debe ser actualizado y adaptado a
los nuevos tiempos. Los diferentes Estados deben poder decidir que refugiados,
cuando, y en que numero los desean
aceptar. La UE no puede permanecer pasiva ante la crisis humanitaria que se está
produciendo en Siria. Si en España se produjera una situación como la de Siria
a todos los españoles nos gustaría poder recibir ayuda exterior. La UE debe
ayudar a solucionar la crisis humanitaria, pero la solución no debe significar
incrementar dentro de la UE la inseguridad, el desempleo, la pobreza, o
simplemente provocar cambios de identidad, culturales, etc., no deseados por las poblaciones de los lugares
de destino. Lo lógico, lo racional, lo conveniente, es que los refugiados sean
acogidos y ayudados en los países más próximos
a sus lugares de origen.
El acuerdo UE-Turquía, tal
como está planteado, representa un completo chantaje a la UE. Un chantaje económico
y político. Que el Gobierno de Turquía haya dicho que si recibe el doble de
dinero de la UE, o sea, 6.000 millones de euros, adoptara medidas más
ambiciosas, es decir, eficaces, para
frenar la llegada de inmigrantes a las islas griegas, refleja que tipo de relación
hay entre la UE y Turquía y que tipo de aliado es dentro de la NATO dicho país.
En cuanto a la retirada de la obligación de visado a los ciudadanos turcos para
viajar a la UE, es raro que no se haya opuesto el Gobierno de Alemania. Al no
necesitar visado la inmigración turca crecerá, y lo hará principalmente hacia países
en los que hay diásporas grandes, Alemania, y en menor medida Austria. De
materializarse dicha medida estos países verán crecer en breve el tamaño de sus
diásporas, es decir, los porcentajes de población inmigrante de origen turco. ¿Acaso
ya funciona el modelo multicultural alemán, o que intereses oculta el actual
Gobierno de Alemania en todo esto? Y luego está el proceso de adhesión de Turquía
a la UE. Que la UE haya decidido reabrir
dicho proceso como una concesión para logar un acuerdo sobre inmigración con Turquía
deja claro los valores y principios que hoy imperan en la UE, ninguno. La
actual UE es guiada en este momento en función
de su debilidad política e intereses. Turquía es un país de religión musulmana
y asiático, cuya sociedad comparte muy
pocos valores con las sociedades europeas. Tal como está planteado el proceso
de toma de decisiones en la UE, la entrada de Turquía supondría un completo
desastre, pues por el porcentaje de población pasaría a tener un importante
peso sobre importantes decisiones. Tal vez dentro de 100 años, todo es posible
en política, pero hoy por hoy no creo que Turquía pueda entrar a formar parte
de la EU, aun mas, posicionamientos adoptados por el Gobierno de Turquía en los
últimos tiempos dan a entender que dicho país debería salir de la NATO.
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