martes, 8 de marzo de 2016

ACUERDO UE-TURQÍA: UN SIMPLE CHANTAJE.

El Consejo Europeo se dará 10 días para decidir si ratifica o no el acuerdo alcanzado en la última cumbre UE-Turquía sobre inmigración. El acuerdo representa que  la UE podrá devolver a Turquía a los inmigrantes que entren desde ese país de forma ilegal a través de las islas griegas, a cambio la UE deberá de hacer a Turquía una serie de concesiones, cito algunas: Eliminar a partir de junio la necesidad de visado para los ciudadanos turcos que deseen viajar a la UE. Reabrir el proceso de admisión de Turquía a la UE. Turquía pide 6.000 millones de euros a la UE para atender a los refugiados durante 2 años. Además, el Gobierno de Turquía exige que por cada inmigrante sirio que readmita otro sirio perteneciente al colectivo que denomina refugiados legales deberá ser reasentado en la EU.

La cumbre UE-Turquía evidencia que cada día es más baja la sintonía entre la Comisión Europea favorable al acuerdo con Turquía y el Consejo de Estado, en el cual se sientan muchos Estados que rechazan dicho acuerdo. Desde hace tiempo la Comisión Europea decide y actúa ignorando tres cosas importantes: Uno, la UE no necesita en estos momentos más inmigración, tanto económica como refugiados, ni tiene capacidad para absorberla, como lo indican cosas como una alta tasa de paro o un elevado porcentaje de la población en riesgo de pobreza. No debemos de olvidar que los refugiados también y sobre todo son demandantes de empleo, ayudas sociales, vivienda, etc. Dos, en muchos Estados  la inmigración se ha convertido en una fuente clara de inseguridad ciudadana. Tres, en la mayoría de los Estados miembros existe una posición ciudadana mayoritaria partidaria de reducir la entrada de inmigrantes y frenar la islamización de la UE.

La actual UE ha fracasado totalmente en su política de inmigración y en el control de sus fronteras exteriores, lo que ha dado lugar a que la UE este sufriendo en sus territorios una crisis de inmigración que se ha convertido en una crisis humanitaria. Además, el sistema de reparto por cuotas que propuso Alemania, y que  aprobó la Comisión Europea, ha fracasado al no ser aceptado ni por muchos Estados miembros, ni por los propios inmigrantes-refugiados que quieren poder escoger el lugar de destino, pues desean ir a Estados en los que exista una diáspora en la que puedan integrarse.  Es evidente que la UE está fracasando totalmente en su política de inmigración y en el control de sus fronteras exteriores. Y ante ese fracaso la decadencia y debilidad de la actual UE ha llevado a sus dirigentes, en concreto a la Comisión Europea,  a proponer aceptar cosas como el acuerdo alcanzado con Turquía, el cual no representa otra cosa que ceder ante un chantaje. El actual Gobierno de Turquía está utilizando el tema de la inmigración, en concreto siria, aunque está demostrado que un porcentaje importante de los inmigrantes que entran en la UE desde Turquía no son sirios, para presionar a la UE y chantajearla.

No deja de ser llamativo el apartado del acuerdo que hace referencia a la reciprocidad, dice textualmente “reasentar, por cada sirio readmitido por Turquía desde las islas griegas, a otro sirio desde Turquía en los Estados miembros de la UE, en el marco de los compromisos vigentes”. Algo que en principio parece un absurdo, pues ¿Para qué expulsar a inmigrantes sirios que ya están en territorio de la UE si luego vas a tener que admitir el mismo número del colectivo que el Gobierno turco denomina refugiados legales? Es evidente que las razones son dos. Primera, así los refugiados pueden elegir país de destino directamente desde Turquía. Dos, el Gobierno de Turquía ejerce un mayor control sobre el proceso de registro y reasentamiento de los refugiados.

El Estatuto de los Refugiados, julio de 1951, en mi opinión, ha quedado desfasado, no es adecuado para la situación global actual, en la que la inmigración hacia países más ricos es utilizada como una forma de colonización encubierta. Debe ser actualizado y adaptado a los nuevos tiempos. Los diferentes Estados deben poder decidir que refugiados, cuando, y en que numero los desean aceptar. La UE no puede permanecer pasiva ante la crisis humanitaria que se está produciendo en Siria. Si en España se produjera una situación como la de Siria a todos los españoles nos gustaría poder recibir ayuda exterior. La UE debe ayudar a solucionar la crisis humanitaria, pero la solución no debe significar incrementar dentro de la UE la inseguridad, el desempleo, la pobreza, o simplemente provocar cambios de identidad, culturales, etc.,  no deseados por las poblaciones de los lugares de destino. Lo lógico, lo racional, lo conveniente, es que los refugiados sean acogidos y ayudados en los  países más próximos a sus lugares de origen.  

El acuerdo UE-Turquía, tal como está planteado, representa un completo chantaje a la UE. Un chantaje económico y político. Que el Gobierno de Turquía haya dicho que si recibe el doble de dinero de la UE, o sea, 6.000 millones de euros, adoptara medidas más ambiciosas, es decir, eficaces, para frenar la llegada de inmigrantes a las islas griegas, refleja que tipo de relación hay entre la UE y Turquía y que tipo de aliado es dentro de la NATO dicho país. En cuanto a la retirada de la obligación de visado a los ciudadanos turcos para viajar a la UE, es raro que no se haya opuesto el Gobierno de Alemania. Al no necesitar visado la inmigración turca crecerá, y lo hará principalmente hacia países en los que hay diásporas grandes, Alemania, y en menor medida Austria. De materializarse dicha medida estos países verán crecer en breve el tamaño de sus diásporas, es decir, los porcentajes de población inmigrante de origen turco. ¿Acaso ya funciona el modelo multicultural alemán, o que intereses oculta el actual Gobierno de Alemania en todo esto? Y luego está el proceso de adhesión de Turquía  a la UE. Que la UE haya decidido reabrir dicho proceso como una concesión para logar un acuerdo sobre inmigración con Turquía deja claro los valores y principios que hoy imperan en la UE, ninguno. La actual UE es guiada en este momento  en función de su debilidad política e intereses. Turquía es un país de religión musulmana y asiático, cuya sociedad  comparte muy pocos valores con las sociedades europeas. Tal como está planteado el proceso de toma de decisiones en la UE, la entrada de Turquía supondría un completo desastre, pues por el porcentaje de población pasaría a tener un importante peso sobre importantes decisiones. Tal vez dentro de 100 años, todo es posible en política, pero hoy por hoy no creo que Turquía pueda entrar a formar parte de la EU, aun mas, posicionamientos adoptados por el Gobierno de Turquía en los últimos tiempos dan a entender que dicho país debería salir de la NATO.

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