Hoy se celebra el 40º aniversario de la entrada de España en la OTAN.
En el 82, después de casi 40 años de
dictadura militar, a la que la sociedad española había logrado poner fin con la aprobación de la Constitución de 1978, las elites dirigentes
españolas deseaban y buscaban
desesperadamente su integración en la esfera Occidental, por ejemplo,
entrar en la Comunidad Económica Europea,
para lo que el Gobierno de España debía aceptar alejarse de posicionamientos
prosoviéticos y aceptar el compromiso con la defensa colectiva y atlantista
europea que representaba la OTAN. En aquel momento, al igual que ocurre hoy, en
la sociedad española había importantes posicionamientos políticos anti-OTAN.
Curiosamente, la entrada en la OTAN generaba rechazo tanto en sectores de la
derecha española como de la izquierda. Los primeros años de la democracia
española fueron años de poca transparencia y de muchos pactos secretos. Años,
en la que importantes dirigentes políticos ocultaban sus posicionamientos
políticos o cambiaban estos de un día para otro. Uno de estos, fue el
expresidente Adolfo Suarez. Aunque su partido,
Unión de Centro Democrático (UCD) fue el que metió a España en la OTAN,
siendo Calvo Sotelo presidente del Gobierno, su posicionamiento respecto a la
entrada de España en la OTAN no está claro. En 1979, Suarez participo en la
Cumbre de Países No alineados, celebrada en la Habana, una organización que
aunque se autodefinía como neutral era anti-NATO y tenía fuertes vínculos
ideológicos y económicos con la Unión Soviética. Muchos historiadores especulan
con que Suarez dimitió en enero de 1981 como presidente del
Gobierno para no tener que aceptar la entrada de España en la OTAN. Si el
expresidente Felipe González, cambio en pocos años, del 81 al 86, de una
posición anti-NATO a una favorable a la permanencia de España en la Alianza,
Suarez, ultimo Secretario General del Movimiento, ya como
presidente del Centro Democrático y Social (CDS), cambio de la posición
defendida por el régimen de Franco favorable a la presencia en España de bases militares
estadounidenses, a defender la ruptura del acuerdo bilateral de defensa
con los Estados Unidos, es decir, paso a defender la misma posición
que el Partido Comunista Español, controlado desde Moscú. Sobre la entrada de
España en la OTAN en 1982, solo hay algo claro, se produjo porque era una
exigencia de las democracias europeas occidentales para permitir la entrada de
España en la Comunidad Económica Europea.
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Pero la OTAN de hoy es muy distinta a la del 82. Si en 1982, cualquier ciudadano europeo tenía claro que era la OTAN, su ideología, sus valores e intereses, así como su razón de ser, es decir, una alianza militar de las democracias liberales occidentales frente al régimen comunista de la Unión Soviética, cuyo artículo 5º representaba la garantía de una defensa colectiva en el caso de que uno de los Estados que la constituyen fuera atacado por un tercero, hoy nada de eso está claro, ni siquiera hay garantía de que la OTAN decida reaccionar para defender a uno de sus aliados. Es cierto, que en el 2001 como consecuencia del 11-S, y sin que se lo solicitara el Gobierno de los Estados Unidos, la OTAN activo el artículo 5º y decidió intervenir en la Guerra de Afganistán, pero ¿Cómo acabó la historia? Retirándose la OTAN de Afganistán dejando el poder a aquellos que supuestamente habían ido a combatir sus militares, los talibanes.