sábado, 25 de abril de 2015

SE BUSCA JUEZ Y AFORADO PARA RATO.

El aznarismo, el expresidente José María Aznar, y su grupo más íntimo, se resiste a dejar de desacreditar y deteriorar la democracia española. El aznarismo es un falso merecedor del denominado milagro económico español (1996-2004), algo que se debió únicamente a la favorable coyuntura económica internacional, y si en cambio responsable directo de un periodo negro de la historia de España. Durante la era del expresidente Aznar en España se cometieron todo tipo de abusos e irregularidades, impropias e inaceptables en un Estado democrático. Durante la era Aznar en España se produjeron detenciones ilegales, hubo impunes violaciones de los derechos humanos, incluso hubo terrorismo de Estado, como 11-M, de sobra conocido y denunciado por diferentes  medios de comunicación. Nada se habló ni se habla de ello, entre otras cosas porque las elites políticas españolas están todas, todas, como se suele decir,  en la misma corrupta y antidemocrática  pomada. Todos los grupos políticos se benefician de una u otra manera de lo que ocurre, del antidemocrático y tiránico funcionamiento del Estado español. Incluso Podemos, partido político creado con el apoyo de corruptos sectores de la derecha española, afines al Partido Popular,  y financiado por el comunismo internacional. Pero el aznarismo no se contenta con el daño hecho a la sociedad española, y ahora para proteger a los suyos,  está provocando caos institucional y anulando la necesaria independencia e imparcialidad del Poder Judicial.

Lo ocurrido con Rodrigo Rato, ex vicepresidente del Gobierno durante la época del expresidente Aznar, es un claro ejemplo. El 21 de Enero inspectores de Hacienda destinados en la Oficina Nacional de Investigación al Fraude presentaron ante la  Fiscalía Especial Anticorrupción  un informe, a través del cual acusaban al ex vicepresidente RATO de fraude fiscal y blanqueo de capitales, entre otras cosas. La Fiscalía Anticorrupción decide no actuar alegando falta de pruebas. El 15 de Abril, por razones que no están claras, según parece debido a la difusión por parte de los medios de comunicación de que Rato estaba siendo investigado, la ONIF presenta el mismo informe ante la Fiscalía de Delitos Económicos de Madrid, la cual si considera que hay delito de fraude fiscal y blanqueo de capitales y ordena actuar contra el ex vicepresidente Rato. La Fiscalía de Madrid ordena la detención de Rato y el registro de su casa y despachos. Extrañamente el juez encargado del asunto recurre para realizar la operación a agentes de Vigilancia Aduanera, en vez de acudir a una policía más especializada, como puede ser la UDEF. Luego la orden de detención es revocada según parece por intervención directa de la Fiscal General del Estado, Consuelo Madrigal, o sea del Gobierno. Primero se encarga del asunto el Juzgado de Instrucción Nº 35 de Madrid, luego, desconozco la razón,  el Juzgado de Instrucción 31 de Madrid. El juez Antonio Serrano-Artal, titular del Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid, considera que no es competente para llevar este asunto y  se inhibe en favor de la Audiencia Nacional (AN). La Fiscal General, Consuelo Madrigal, le quita el asunto a la Fiscalía de Madrid y se lo pasa a la Fiscalía Anticorrupción, la cual ahora si dice que puede actuar contra Rato a pesar de que las pruebas presentadas por la  ONIF son las mismas que antes. A la vez  la Fiscalía Anticorrupción recurre el envió del caso de Rato a la Audiencia Nacional considerando que debe ser llevado por el Juzgado de Instrucción Nº 31 de Madrid. ¿Normal funcionamiento del Sistema Judicial español o intervención desde los poderes del Estado para proteger al ex vicepresidente Rato controlando las actuaciones judiciales? En mi opinión es poco creíble que el Gobierno, incluido el presidente Rajoy,  no estuviera informado del asunto de Rato, estaba informado y lo ha controlado y lo sigue controlando de la forma que más le beneficia, a través de su influencia sobre el Poder Judicial  y la Fiscalía, manejando los tiempos de forma oportuna, haciendo de la justicia un espectáculo y provocando caos institucional y conflicto de competencias.

Por si todo lo anterior no fuera poco, la sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional acaba de reducir la fianza impuesta por el magistrado Fernando Andreu a Bankia y sus dirigentes, acusados de falsear las cuentas de Bankia en su salida a bolsa, de 800 a 35 millones de euros, siendo uno de los principales beneficiados Rato, el cual verá reducida su fianza de 135 millones a 5,6 millones de euros, algo insólito, que evidencia una elevada subjetividad a la hora de administrar justicia en España, siendo muy raro que el magistrado Andreu se pudiera equivocar en un tan elevado número de años, algo que desacreditaría de forma importante su actividad profesional.

La conocida popularmente como la amnistía fiscal del Gobierno de Rajoy, represento una tomadura de pelo a los  honrados contribuyentes españoles. Pero además, que poderes del Estado, en concreto el  Poder Judicial y el Ministerio Fiscal, dependiente del Gobierno,  no estén actuando en tiempo oportuno contra los 715 cargos públicos que Hacienda considera que han cometido un delito de blanqueo de capitales, es decir, que no son capaces de justificar sus ingresos, es una prueba más del fracaso del Estado de Derecho, del injusto y parcial funcionamiento de la justicia en España, rápida contra los pobres, contra los que roban una manzana para poder comer, y lenta, muy lenta, controlando los tiempos, contra personalidades con poder, contra chorizos como el ex vicepresidente Rato. De ahí el interés de la Fiscalía Anticorrupción de que el asunto lo lleve el Juzgado de Instrucción Nº 31 de Madrid y no la Audiencia Nacional, para así poder ir retrasándolo lo máximo posible en el tiempo. Las informaciones difundidas, la confusa y espectacular forma de actuar contra Rato, dan a entender que estamos ante un nuevo caso de enorme dimensión, un nuevo caso Bárcenas, un nuevo caso Noós, etc. Seguramente ahora la defensa de Rato este buscando un aforado que comparta la causa con él, para de esta forma lograr que el asunto acabe en el muy politizado Tribunal Supremo.


En un democracia de calidad, en un país serio en el que el Poder Judicial tenga capacidad para actuar con independencia e imparcialidad, conocer la lista de los 715 cargos o ex cargos públicos que Hacienda considera que han cometido un delito de blanqueo de capitales no sería importante, pero en un país como España, en el que la actuación del Poder Judicial, de la justicia, contra las elites dirigentes está en entredicho, sí. La sociedad española tiene derecho a saber quiénes son esos 715 dirigentes políticos a los que los inspectores de Hacienda consideran que deben ser investigados por blanqueo, para que de esta forma por lo menos sean acusados por los medios de comunicación y la opinión pública. La sociedad española tiene derecho a saber en tiempo oportuno, es decir ya, por ejemplo, cuantos más de esos 715 defraudadores, delincuentes, muchos de ellos seguramente peligrosos criminales por dedicarse a blanquear dinero que reciben del crimen organizado internacional, pertenecen al entorno del ex presidente Aznar, ¿Se habrá acogido también Aznar, o alguno de su familia a la amnistía fiscal?  

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