Recordando la cita “Que mal huelen los ideales cuando
estos están podridos”, de Jean Jacques Rousseau, la política española se debe
de definir como un basurero que desprende un inaguantable hedor. Basurero en el
que sobreviven algunas personas sanas, dirigentes políticos honrados, honestos,
partidarios de hacer lo correcto, partidarios de respetar la legalidad vigente
determinada por la Constitución de 1978, pero insuficientes para hacer de la política
española algo limpio, transparente, algo beneficioso para la vida de la mayoría
de los ciudadanos. Juan Carlos Monedero, uno de los fundadores conocidos de
Podemos, ha presentado su renuncia a ocupar cargos en la dirección de ese
partido. Parece ser que Monedero no puede seguir aguantando el mal hedor que
desprende Podemos desde su creación en el 2014.
Podemos es un partido político que ha surgido de un inteligente,
hábil y exitoso proceso de manipulación política de la sociedad española. Un
proceso de manipulación política costoso, muy costoso, pues estuvo acompañado
de una intensa campaña de propaganda mediática televisiva destinada a impulsar
el liderazgo de sus principales dirigentes, especialmente ante sus militantes y
simpatizantes, en concreto el de su actual secretario general, Pablo Iglesias. Campaña
de propaganda mediática encaminada a
justificar que fracciones residuales del comunismo español, que tenían un
respaldo muy minoritario en la sociedad española, ahora, unidos, crecieran en
votos gracias a los votos que les cedían otras fuerzas políticas a través de la
influencia que ejercen sobre sectores del electorado. Es una evidencia, fácilmente
constatable, que lo conocido como el
comunismo internacional, y afines, por ejemplo Irán, han impulsado el crecimiento de Podemos
comprando el apoyo de corruptos sectores de la derecha española, afines al
Partido Popular, aunque no solo, pues Podemos esta también recibiendo un fuerte
apoyo de sectores, llamémosle, de la socialdemocracia española. Podemos representa
ya en la vida política española una fuente más de un intenso mal olor. Intenso
mal olor que algunos medios de comunicación intentan disimular tras la cortina
que representa la falacia de que Podemos surgió de un sentimiento de indignación
de la sociedad española.
Según las encuestas sobre intención de voto en las próximas
elecciones generales, Monedero lo tendría fácil para lograr ser diputado nacional
presentándose en la lista de Podemos, aun así ha preferido dimitir de los
cargos de la dirección de ese partido político. Comparto con Monedero pocas
ideas, desde que no es dirigente de Podemos una más, ni tampoco sé si hay o no razones ocultas en
su dimisión, a pesar de ello considero que su dimisión le honra, y supone una ráfaga
de aire limpio en la vida política española, pues en política como en la vida
misma los valores, los ideales y los sentimientos deben representar límites
infranqueables a la ambición personal. Monedero dimite, la incógnita ahora es
¿Para dar paso a quién? ¿Qué putrefacta sorpresa tiene guardada para la
sociedad española Pablo Iglesias?
Podemos es un partido político desideologizado y
personalista. Un partido político que no surge para defender un proyecto, un
modelo de sociedad, unas ideas, sino simplemente para obtener poder político, y
los beneficios que de ello se desprendan, impulsando el liderazgo de Pablo
Iglesias. Da la impresión de que en esta operación de manipulación política de
la sociedad española han querido utilizar como peón a Monedero, y él ha preferido
inteligentemente, como alguien que se movía en el tablero de juego como un rey, retirarse del juego, dimitir. Después
de más de 35 años de democracia los ciudadanos españoles no debemos de dejar que
nos manipulen. Con los partidos de siempre la sociedad española esta mal, pero
con el crecimiento de nuevos partidos como Ciudadanos y Podemos todavía estará peor,
no lo digo solo yo, lo dicen sus líderes con sus propuestas políticas y con sus
antidemocráticas y no siempre transparentes reivindicaciones. En concreto, Podemos es, para entendernos con pocas
palabras, y metafóricamente hablando, un
Prestige que amenaza la democracia española, o se logra hundir a tiempo o con
sus reivindicaciones provocara el caos político en la sociedad española, y como
es lógico también el hundimiento todavía más de la economía española.
No hay comentarios:
Publicar un comentario