martes, 14 de marzo de 2017

ASUNTO OKUPA: EL ESTADO NI ESTÁ NI SE LE ESPERA EN BARCELONA.

Un miembro de la Casa Real de Borbón, Iñaki Urdangarin, se dedicaba a cobrar impuestos de forma paralela a la Hacienda Pública. Un ex vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, esta investigado por fraude fiscal, blanqueo de capitales y alzamiento de bienes. Corruptos sectores de la derecha política española han contribuido a crear  un partido de la órbita del comunismo internacional, me refiero lógicamente a Podemos y sus diferentes satélites, cediéndoles votos a través de sus redes clientelares. En un país en el que pasan estas cosas,  como España,  uno cree que ya es poco lo que le puede sorprender a nivel politico. Pero no es así, en España ha surgido una nueva actividad empresarial  que lo ha logrado, se denomina “desokupa”. Las empresas que se dedican a dicha actividad se encargan de desalojar pisos ilegalmente ocupados, servicio a cambio del que cobran una cantidad que va en función de la resistencia y la violencia que puedan ejercer las personas a las que tienen que desalojar. Por el momento no se ha producido ningún choque violento entre ocupas y los miembros, los matones, muchos de ellos extranjeros,   de dichas empresas, lo que da a entender que estos se encargan de la desokupación de viviendas ocupadas por personas que no hacen mucho deporte, más bien débiles, y que por tanto no oponen resistencia física y violenta.   

Es bien conocido, a la historia me remito, que allí donde el Estado deja un vacío surgen inmediatamente organizaciones de naturaleza mafiosa intentando ocupar su lugar. Allí donde el Estado no es capaz de garantizar la seguridad y hacer cumplir la ley, pronto surgen organizaciones mafiosas, criminales, violentas,  que  ofrecen seguridad, principalmente a negocios, en la gran mayoría de los casos para protegerlos de los abusos de sus propios matones. Sin querer buscar en un pasado lejano, por ejemplo de la historia de España, cuando se desmorono la antigua Yugoslavia, en la década de los 90,  muchas organizaciones criminales, de una nacionalidad y de la otra, de una religión y de la otra,  se convirtieron en organizaciones de paramilitares, pequeños ejércitos, que fueron sustituyendo al Estado, recurriendo a la limpieza étnica como justificante para realizar actividades que tenían por fin únicamente el enriquecimiento de sus líderes, haciéndose con los bienes de aquellos a los que consideraban sus enemigos.

En cuando al asunto okupa, no sé si ya también respeto a otros asuntos, es evidente, que el Estado ni esta ni se le espera en Barcelona, y ello está favoreciendo que haya ciudadanos que  ocupen viviendas de forma ilegal, que surjan organizaciones de tipo mafioso que controlan y gestionan la ocupación de viviendas vacías, y que  organizaciones de naturaleza mafiosa ofrezcan  servicio de “desokupacion”. Todo ello, actividades ilegales que son realizadas en territorio español, como se suele decir con luz y taquígrafos, siendo dadas  a conocer por los medios de comunicación y por tanto conocedoras de ello las autoridades españoles, es decir, el Gobierno, la Fiscalia, el Poder Judicial, y los miembros de las Fuerzas y los Cuerpos de Seguridad del Estado.

Desde ya hace años, a través de numerosos hechos que se han producid en  la sociedad española, se percibe que se está produciendo un sutil proceso de desestabilización política y social de España. Creándose zonas de inseguridad jurídica e inseguridad física donde el Estado no actúa, o lo hace sin atenerse a la legalidad vigente. Proceso que recurre  a la técnica del calamar, para disculpar el comportamiento corrupto de algunos dirigentes políticos, haciendo percibir a la opinión pública que es el sistema el que está podrido, algo que seguramente es verdad, pero que no beneficia en nada que el propio sistema, o sea , los responsables, lo reconozcan como tal, haciéndolo público. Proceso que de forma clara ha favorecido el fraccionando el mapa político, sumiendo a España en una situación de difícil gobernabilidad, en la que no se da el suficiente consenso político para darle solución a los problemas importantes que padecen los ciudadanos y el país en su conjunto, por ejemplo, la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, o simplemente,  el asunto de los estibadores. Desestabilización social y política, anulación del Estado, anulación del Estado de Derecho, como está ocurriendo, por ejemplo,  en Barcelona, que no está claro quien la impulsa, ni a quien puede beneficiar, pero si quien está favoreciendo que se produzca, que no son otros que las elites dirigentes que hoy ejercen el control de las principales instituciones del Estado.

El Estado no está ni se le espera para defender la propiedad privada y garantizar seguridad jurídica, es el caso de Barcelona, donde es sustituido por organizaciones de naturaleza mafiosa, grupos que recurriendo a la violencia se dedican a ocupar y desalojar viviendas de forma totalmente ilegal, todo ello porque aquellos que controlan los poderes del Estado así lo desean. Anular las capacidades del Estado, creando un ambiente de total inseguridad tanto jurídica como física,  es peligroso, pues puede generar un efecto bola de nieve que afecte también a otras áreas de actividad del Estado. Hoy el Estado no es capaz de hacer frente a la ocupación ilegal de viviendas en Barcelona, tal vez mañana, si ocupan territorios españoles como Ceuta, Melilla, o incluso Canarias, el Estado tampoco pueda defenderlos, teniendo que abandonarlos a su suerte o recurrir a mercenarios, o empresas de desokupación, para recuperarlos.

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