Emmanuel Macron, líder del movimiento En Marche, será el
próximo presidente de Francia tras derrotar a la candidata del Frente Nacional,
Marine Le Pen, a la que ha ganado por en torno a 30 puntos. Macron es un líder
joven, guapo, exbanquero, triunfador, de ideología liberal, que se dio a conocer en política activa en el
2014 al ser nombrado Ministro de Economía
por el presidente socialista
François Hollande. La victoria de Macron
es una evidencia más, en este caso en Francia,
de que el sistema de partidos políticos que surgió en Europa después de la
IIGM, y que ha permitido años de estabilidad, paz y desarrollo, está en
crisis. Además, pone de relieve lo contradictorio que es el electorado francés,
pues esta misma Francia que ayer ha elegido un presidente europeísta, partidario de la actual Unión Europea, es la
misma Francia que el 2005 voto no a la Constitución Europea, que para más inri
había sido redactada por el expresidente de Francia, Giscard d'Estaing.
Macron, con un partido creado en Abril del 2016, sin dar a
conocer su programa, con una ideología confusa, que le permite jugar a la vez
en equipos tan opuestos ideológicamente como son el del liberalismo político y
el de la socialdemocracia, ha logrado derrotar a los dos principales partidos
de la política francesa, Los Republicanos y el Partido Socialista Francés, a
este último condenándolo a la más profunda irrelevancia. “Nombrar un dirigente
político es fácil, elegir un líder más difícil”. Lo ocurrido en Francia es una
clara muestra de ello. Los grandes partidos franceses se ven envueltos en
importantes crisis internas que les impiden elegir líderes que sean capaces de
aglutinar a su partido, conectar con el electorado y transmitir credibilidad.
Luchas internas y la corrupción carcomen la derecha francesa. En el otro lado,
el actual presidente de Francia, François Hollande, pasara a la historia por
haber logrado hundir a la socialdemocracia francesa con su gestión. Si a
alguien debe Macron su victoria, ese
es Hollande, quien lo nombro ministro de
Economía sufriendo el desgaste que supusieron sus reformas.
Macron ha declarado que está listo para ser presidente de
Francia, y no lo dudo, pero lo que es más dudoso es que lo esté su partido,
partido que todavía tienen que fundar a partir del movimiento En Marche. O
muchos son aquellos que salen de la oscuridad, declarándose partidarios del
liberalismo político, lo que representara entre otras cosas reducir el Estado,
reducir el modelo social o su calidad, y reducir impuestos, o Francia entrara
en una situación de muy difícil gobernabilidad. Hasta hoy no están claros
cuales han sido los apoyos económicos, sociales, y políticos, que han permitido que un exbanquero sin
partido político pase a ser el próximo presidente de Francia, bueno se conoce
uno, Hollande, pero Macron no lo podrá mantener más tiempo oculto. Pronto
tendrá que dar a conocer quien lo ha abrazado políticamente, pues igual que se
cumple lo de “Dime quien te apoya y te diré como vas a gobernar”, también se
cumple lo de “Dime como gobiernas y te diré quién te ha apoyado”.
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