España es hoy un país sumido en un proceso de total degradación,
tanto política como
económica. Mientras en el Congreso de los Diputados hoy hablan de
libertades, de justicia, de principios democráticos, España es una tiranía en la que se cometen
flagrantes violaciones de los derechos humanos, especialmente, recurriendo a
una sutil utilización del sistema sanitario. ¿Esperanza? La única esperanza que
hay en España es ya la de aquellos afines al Gobierno central y gobiernos autonómicos
que están esperando con sus cestas que lleguen los 140.000 millones de euros de
la UE, que se tendrán que pagar, de una forma u otra en el futuro. Triste
presente, desolador futuro.
Lo que hoy ha dado a conocer el presidente del Gobierno,
Pedro Sánchez, el denominado “Plan de Recuperación, Transformación y
Resiliencia”, es totalmente decepcionante. Se percibe de forma clara que no estará
enfocado a reformar el sistema productivo,
apostando por nuevas áreas productivas que se considere que tienen
futuro, sino a distribuir entre la
actual económica para compensar las pérdidas causadas por las medidas
represivas y de restricción de la actividad económica adoptadas por el Gobierno,
enmascarado bajo el fin de una falsa modernización de la económica. Para
entendernos, dicho de una forma coloquial, entienden por digitalización que el
camarero del chiringuito de playa ya no vaya con el tradicional blog y lápiz,
sino con un sofisticado equipo electrónico, y así con todo.
La crisis del covid-19 está sacando a relucir lo peor de
las elites dirigentes españolas. No solo está siendo utilizada como justificación para
ejercer represión y encubrir violaciones de los derechos humanos, sino que
ahora también quieren utilizar las vacunas para justificar enfermedades que
tienen otras causas, principalmente, abusos realizados recurriendo al sistema
sanitario. Necesitan levantar el Estado de Alarma, porque, lógicamente, este
solo contribuye a hundir la economía, pero quieren poder seguir teniendo un
elemento que permita dar cobertura legal a la represión que ejercen contra
concretos sectores de la sociedad, por ejemplo, privándolos del derechos a la
libre circulación, pudiendo imponerles centro hospitalarios, médico y
tratamiento, mientras que su gente se mueve con total liberad. Quieren poder
obligar a unos ciudadanos a no poder salir de los límites de su comunidad autónoma
o incluso de su ciudad, mientras de los aeropuertos españoles entran y salen
ciudadanos desde y hacia el extranjero; quieren tener privados a muchos
ciudadanos del derecho a la libertad de circulación mientras las fronteras con
Francia están abiertas, entre otras cosas para que el virus pueda seguir circulando con
facilidad; quieren privar a unos ciudadanos del derecho a la movilidad mientras
su gente, que se siente segura, se mueve con total libertad. ¿Es esto
democracia? No es despotismo, es tiranía, es más franquismo que durante la época
de Franco.
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