Las elecciones autonómicas celebradas ayer han dejado claro
que la actual Comunidad de Madrid es mayoritariamente de derechas. El Partido
Popular ha arrasado. Díaz Ayuso, sin ningún constatado éxito ni políticas
importantes desde que lleva gobernando, ha pasado de obtener 30 diputados en el
2019 a rozar la mayoría absoluta, con 65 diputados, el 44,73% de los votos. El
PSOE se ha hundido totalmente, obteniendo 24 escaños, 13 menos que en el 2019;
Ciudadanos, después de la enorme caída sufrida en las recientes elecciones
catalanas, ha confirmado su tendencia a desaparecer del mapa político
español, llegando al 5% de votos necesarios para entrar en la Asamblea; y el
comunismo internacional, en el 2015 representado por Podemos, hoy representado
por Unidas Podemos y Máx Madrid, ha logrado 31 diputados. Si en las pasadas
elecciones de febrero en Cataluña la participación fue únicamente de un 51,29%,
ayer los ciudadanos madrileños han demostrado que no tienen miedo a contagiarse
y han acudido masivamente a las urnas, con una participación sin precedentes,
del 76,5% del electorado.
Los resultados de las elecciones celebradas ayer, leídos en
clave nacional no podrían ser más decepcionantes. Primero, porque a pesar de
los numerosos casos de corrupción política que han salpicado al PP de Madrid, ninguna otra fuerza política ha
logrado posicionarse como alternativa de gobierno. El PSOE no ha logrado
aprovechar el tirón que le debería haber dado el estar al frente del Gobierno
de España, muy probablemente debido a históricas divisiones internas en la
organización autonómica, que impiden un líder de consenso, apoyado por el
conjunto del partido, así como al impuso que el expresidente Rodríguez Zapatero dio en su momento a Podemos,
con su reunión con Iglesias y Errejón en diciembre del 2014, los cuales ahora
se comen la tarta de poder del PSOE madrileño, con su nueva marca Más Madrid.
Pero y sobre todo, porque, a toro pasado, una vez más se percibe que la
convocatoria de elecciones por la presidenta Ayuso ha sido una operación
política impulsada con una engañosa moción de censura en la comunidad de la
Región de Murcia, elaborada por Ciudadanos, para apoyar los intereses del
comunismo internacional representado en España por Podemos, y satélites como
Más Madrid, y justificar así una rápida salida del hasta ayer su principal
líder, Pablo Iglesias, tanto del Gobierno de España como de la política
española. ¿Por qué Iglesias deja la política estando en lo más alto? Una mejor
oferta de trabajo a corto plazo no va a tener, pero evidentemente alguna razón
hay, que puede moverse entre una desgraciada enfermedad, que no se quiere hacer
pública, le deseo que no sea así, o que
se haya filtrado que alguien ya tiene reservadas unas esposas policiales con su
nombre, otras muchas alternativas no hay, pero claro, todo es posible en una
España, en la que un partido como Podemos, de ideologia comunista, ha recibido y recibe apoyo mediático de
sectores de la derecha monárquica como el Grupo Planeta, o tenga como alto
dirigente al general Julio Rodríguez, un ex -JEMAD del monárquico Ejército
español, el cual ayer accedía a información secreta de la NATO y hoy se declara
cosas como anti-NATO y prorruso.
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