viernes, 25 de febrero de 2022

RUSIA ATACA UCRANIA, EL ESCORPION NO PUDO RESISTIRSE.

 

La Administración Biden llevaba varias semanas alertando sobre un posible ataque militar de Rusia a Ucrania,  razón por la cual cerro su embajada en Kiev para trasladarla a una zona más próxima a la frontera con Polonia y a  pesar de que las elites dirigentes de la Unión Europea y el propio Gobierno de Ucrania se resistían a aceptarlo, la predicción se ha cumplido y las fuerzas armadas rusas han entrado en territorio ucraniano y realizando ataques,  cuya dimensión, objetivos destruidos, número victimas militares y civiles, etc,  todavía se desconoce.




Creo que es un error pensar que el Gobierno ruso ha organizado todo esto para quedarse con la región del Donbás o incluso con toda Ucrania, un país en total bancarrota y sin apenas recursos naturales, asumiendo importantes sanciones por parte de las democracias occidentales y enturbiando de forma poco beneficiosa su imagen internacional. Todo conduce a pensar que la invasión de Ucrania es un primer objetivo  de un plan más ambicioso. Si en los próximos días  las fuerzas armadas ucranianas  no reaccionan, si el Gobierno de Ucrania no les ordena combatir y hacen frente al ataque ruso, querrá decir que ha llegado a un acuerdo con el Gobierno ruso y  muy probablemente a partir de entonces la Unión Europea pase a tener enfrente lo que fue el núcleo duro de la Unión Soviética, Rusia, Bielorrusia y Ucrania, unidas política, económica y militarmente. Y lo grave no sería únicamente eso, lo que ya por si supondría una amenaza para la seguridad de los Estados de Europa del Este miembros de la UE, sino que el Gobierno ruso podría ya tener en mente, planificado, ampliar sus acciones al territorio de algún Estado miembro, lo que pondría en una situación muy comprometida a la desunida, debilitada y decadente Unión Europea, pues que haría ¿Responder a ataque ruso o justificarlo y dejar de existir, por lo menos como lo es hoy?

La teoría de Francis Fukuyama   del fin de la historia como lucha de ideologías, expuesta en su libro El fin de la historia y el último hombre, ha muerto, y ha vuelto a resurgir la Doctrina Brézhnev. Es cierto que desde sectores de las elites dirigentes occidentales le han dicho al presidente Putin, levanta la mano derecha, di que aceptas la doctrina capitalista, que eres conservador, y cosas así, y no importa que controles todos los partidos comunistas del mundo, algo más que evidente, así te puedes sentar a las mesas de las elites dirigentes occidentales. Y ello esta permitiendo que en la actual crisis las elites dirigentes comunistas apoyen  al Gobierno ruso a la vez que le califican de liberal, o de conservador, o de compartir ideología con personajes occidentales como pueden ser Silvio  Berlusconi en Italia, Donald Trump y  Rudolph Giuliani en Estados Unidos, Jair Bolsonaro en Brasil, o en España, Santiago Abascal, y un largo etcétera de políticos de similar ideología y grandes intereses en la órbita de la Federación Rusa y sus aliados. Pero parece ser que la cosa, cambiar de ideología y de forma de entender la política, no era tan fácil, y como ocurre en la fábula del escorpión y la rana, las elites rusas, pues hablar solo de Putin es simplificar mucho el asunto, han vuelto a un expansionismo y a una política exterior basadas en la amenaza de la fuerza militar.

Occidente, en concreto lo que fue en su momento la NATO, esta desunida, débil y carente de liderazgo. El Gobierno ruso lo percibe y no solo amenaza para presionar a las democracias occidentales, sino que ya ha entrado en una dinámica expansionista recurriendo a la fuerza militar, similar al realizado por la Unión Soviética al terminar la Segunda Guerra Mundial. El presidente Biden lo ha dejado claro hoy al dar a conocer las sanciones que se le iban a imponer a Rusia, ha dicho otras voces, algunos  países de la UE, pues Londres sí, no quiere expulsar a Rusia del sistema SWIFT. Es evidente que las actuales elites dirigentes de la Unión Europea van a intentar que la declaración de guerra del Gobierno ruso a Ucrania enturbie lo menos posibles sus relaciones con las elites dirigentes rusas, el problema puede  estar, como es muy probable, que el escorpión no se conforme únicamente con una rana, es decir, con Ucrania. En mi modesta opinión, creo que está claro, la  NATO lo que tenía que hacer es disolverse y dejar paso a la creación de nuevas alianzas basadas en valores e intereses que no tiene y necesarios para que una alianza de carácter militar sirva para algo.

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