La invasión rusa de Ucrania que comenzó hace hoy un año, ha despertado a las democracias occidentales del falso sueño de paz y estabilidad política en el que estaban sumergidas. Desde la disolución de la Unión Soviética en 1991 y aunque claros hechos- entre otros, las guerras de los Balcanes de los 90 y las dos Guerra de Irak (1990 y 2003)- aconsejaban pensar lo contrario, las democracias occidentales se han ido sumergiendo políticamente en un sueño de falsa evolución del mundo. Un sueño basado en nuevas y falsas relaciones internacionales definido, entre otros, por Francis Fukuyama en su libro El fin de la historia y el último hombre (1992). Fukuyama lo definía así "El fin de la historia significaría el fin de las guerras y las revoluciones sangrientas, los hombres satisfacen sus necesidades a través de la actividad económica sin tener que arriesgar sus vidas en ese tipo de batallas". Hoy vemos que no era así. Que ciudadanos de todo el mundo se vean atraídos por la prosperidad, desarrollo y calidad de vida alcanzada en las democracias liberales, no quiere decir que no sigan existiendo no solo países, sino también partidos políticos occidentales- en Europa ha vuleto a crecer partidos de ideología comunista y fascista, por ejemplo, Unidas Podemos y Vox en España - partidarios de ideologías que no comparten los principios en que se sustentan estos sistemas políticos.
Lo que comenzó siendo en el 2006 la “guerra del gas” entre
Rusia y Ucrania ha terminado convirtiéndose con la invasión rusa de Ucrania en
una dramática guerra que amenaza la estabilidad y la paz de Europa. Víktor
Yúshchenko gana las elecciones presidenciales de 2004, convirtiéndose en
presidente de Ucrania en enero de 2005. En el 2006, al manifestar con
diferentes hechos un mayor acercamiento a la Unión Europea, como represaría el
Gobierno ruso le exigió que pagara el precio del gas que le compraba a precio de mercado y no al generoso precio
que lo recibía hasta entonces, comienza así la guerra del gas. Esta provocaría
que en enero del 2009 Gazprom- empresa pública rusa- cortara el suministro de gas hacia la Unión Europea.
La crisis se resolvería ese mimo mes, al firmar la primera ministra ucraniana,
Yulia Timoshenko un acuerdo con el Gobierno ruso. Acuerdo por el que Timoshenko
sería acusada por la justicia ucraniana
de cometer el delito de abuso de poder, al considerar que perjudicaba los intereses de la
empresa pública ucraniana Naftogaz, y
condenada a prisión. En noviembre de 2013, consecuencia del movimiento conocido
como Euromaidan - un conjunto de manifestaciones y disturbios- muy apoyado por sectores políticos europeos,
el presidente Víktor Yanukóvich, prorruso, fue destituido por la fuerza y Timoshenko
puesta en libertad. Sin duda, de aquellos polvos vienen los actuales lodos. En
el 2014, Rusia se anexiono Crimea, donde mantenía una base naval desde antes de
la época de la Unión Soviética y cuya población era mayoritariamente de origen
ruso. Luego provocaría la desestabilización de las regiones de Donetsk y
Luhansk, también con mayoría de
población de origen ruso, anexionándolas en febrero de 2021. Para acabar
culminando con la invasión de Ucrania. Desde entonces las democracias
occidentales están ayudando militarmente a Ucrania, buscando evitar que la
guerra salga del actual ring, del teatro
de operaciones ucraniano, extendiéndose a algún país miembro de la OTAN. Y al
igual que en el 2009, el suministro de gas ruso a la UE vuelve a estar en entredicho
al aprobar la UE imponer un tope al
precio del gas de 180 euros por megavatio hora, algo que no se sabe si lo aceptara Rusia o dejara de
exportar gas a los Estados miembros de la UE.
En Rusia ha dejado
de oírse a Sinatra, volviendo el Gobierno ruso a la Doctrina Brézhnev de la
Unión Soviética, atacando militarmente
Ucrania para evitar que se pueda alejar más de la orbita rusa y
presionar así también a las democracias occidentales. Por qué la guerra en
Ucrania ha evolucionado como lo ha hecho, entrando en una situación de aparente
estancamiento es una incógnita ¿Se debe al apoyo occidental a las fuerzas
armadas ucranianas o al fracaso de los plantes rusos? Sí fracasaron los planes
militares rusos ¿Por qué, debido a que no se produjeron las reacciones que eran
de esperar de la población ucraniana prorrusa y, especialmente, de sus elites o
a que fracasaron las operaciones militares? Y también es una incógnita por qué
el Gobierno ruso no ha recurrido a todas sus capacidades militares para invadir
Ucrania. Antes de comenzar la invasión rusa, muy probablemente, los
diplomáticos de las democracias occidentales habían avisado a los diplomáticos
rusos de que sus gobiernos iban a apoyar al Gobierno de Ucrania, aunque no
siempre, es lo que suele ocurrir en las
democracias, donde suele haber un elevado pluralismo. El general que ha
planificado la invasión de Ucrania antes de
decidir que era viable ha debido tener en cuenta todos los posibles
factores negativos, incluidos los informes de inteligencia en los que
seguramente se contemplaba el posible apoyo occidental a Ucrania. ¿Qué ha pasado? No hay información, no se
conocen los objetivos del Gobierno ruso, solo se pueden elaborar hipótesis,
entre las que no es descartable que el Gobierno ruso no tenga prisa por
conquistar Ucrania, como justificación, por ejemplo, para incrementar sus
capacidades militares con perspectivas a campañas militares más amplias. Las
causas de por qué la guerra ha evolucionado como ha evolucionado
seguramente no se sepan hasta que dentro
de unos años alguien del actual Gobierno ruso de a conocer cuáles eran
realmente los objetivos que se pretendían
alcanzar con la invasión.
Durante la Segunda Guerra Mundial, España se situó en el
lado equivocado de la historia. Por un lado, los militares recurrieron a buscar
el apoyo militar de la Alemania nazi y
la Italia de Mussolini, por el otro, el Gobierno de la Republica se alineo con
la Unión Soviética, a donde envió las famosas
reservas de oro del Banco de España, para entre otras cosas comprar
armamento. Ello retraso la integración de España en el club de las democracias
europeas, hoy la Unión Europea, y lastro el desarrollo de la economía española.
Sin duda, si el Gobierno de la Segunda Republica en vez de apostar por aliarse
con la Unión Soviética, lo hubiera hecho con Estados Unidos, Reino Unido o
Francia, la historia de España hubiera sido muy diferente a la que ha sido. Por
ello, es de celebrar que el actual Gobierno de España, a pesar de ser una
coalición del PSOE con Unidas Podemos, un partido porruso y anti NATO, esté
dando signos de querer situarse en el lado correcto de la historia, de apoyo a
Ucrania y de rechazo a la amenaza que supone de nuevo la Doctrina Brézhnev del
Gobierno ruso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario