viernes, 17 de febrero de 2023

SIN SEPARACIÓN DE PODERES TAMBIÉN EN EL FUTBOL ESPAÑOL.

 

Numerosos asuntos judiciales dan a conocer que la prepotencia y el descaro con que en España se cometen delitos de guante blanco, detrás de los que muchas veces se esconden otros delitos más oscuros o criminales, no tiene precedente en ninguna democracia occidental.  En este caso no me estoy refiriendo a una nuevo caso de   corrupción política o de un delito cometido por algún miembro de la familia que ostenta la Jefatura del Estado, la Casa Real de Borbón, sino al futbol. El ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros desde 1994 hasta 2018, José María Enríquez Negreira, ha estado cobrando del Fútbol Club Barcelona desde el 2021 hasta dejar su cargo,  por servicios de asesoría que no están claros, según parece orales, no está claro a lo que se refieren con orales, es decir, si había videos, grabaciones, etc. Un nuevo caso que, en esta ocasión a través del futbol, sacude a la España negra en la que vivimos. El asunto es muy grave, pues si bien es cierto y conocido que la corrupción en le futbol siempre ha existido, lo que antes solo afectaba al popular juego de La Quiniela, hoy también afecta  a un  elevado y diverso número de apuestas.



Independientemente del tema futbolístico, que me interesa más bien poco, aquí vemos que mientras a unos ciudadanos la Agencia Tributaria y otras instituciones del Estado analizan sus actividades profesionales, intentando encontrar la más mínima ilegalidad o irregularidad, por ejemplo, una incompatibilidad, como puede ser que alguien que es vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros cobre de un equipo e futbol, otros hacen durante años lo que le da la gana.  Ha sido una denuncia de un particular y no una investigación realizada por algún ente del Estado la que ha puesto en marcha este asunto. Desde el mundillo del futbol, como todo sabemos con actividades opacas, pero también muy transparente, pues los clubs son empresas que presentan cuentas anuales, y muy relacionando con la política, es decir, con los que controlan las instituciones del Estado, nadie ha pensado que el hecho de que un vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros tuviera una empresa como  DASNIL 95 SL podía ser una tapadera de cosas oscuras. De igual forma, a la Agencia Tributaria no se le ha ocurrido inspeccionar que ingresos tenía esta empresa, que servicios prestaba y a quien, ni siquiera cuando, según información periodística, dejo de tener ingresos tan pronto como Enríquez Negreira dejo su cargo.

Ser vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros y crear una empresa, DASNIL 95 SL, para facturar a un equipo de futbol, no parece muy inteligente, seguramente ello se debiera a dos razones. Primera, la dificultad que representa blanquear grandes cantidades de dinero. Y una segunda ya citada, contar con grandes amistades en las instituciones del Estado y en el mundo del futbol que te garantizan que no te van a investigar. Lo ocurrido se asemeja al hecho de que el secretario de Estado de Seguridad tuviera una empresa desde la que asesorara oralmente  a empresas que está constatado que están  controladas por  organizaciones criminales. Seguramente al ser descubierto, este declararía que no les había dado información clasificada ni influido en las actuaciones policiales. Un asunto como este, de claro desarrollo de actividades que como mínimo éticamente son incompatibles, no puede haberse producido sin contar con importantes y elevadas complicidades, lo que nos lleva de forma inevitable a la España negra.

 La explicación que se ha dado desde el mundo del arbitraje futbolístico de que “Negreira  no pintaba nada” representa una tomadura de pelo a la opinión pública. Vienen a decir que los gestores del Barcelona en vez de gastarse el dinero en  comilonas y fiestas se lo regalaban a este por amor. También es un indicio muy sospechoso de ilegalidad o como mínimo irregularidad que DASNIL 95 SL no prestara servicios a otros clubs de futbol, por ejemplo, Real Club Deportivo Espanyol de Barcelona, porque si lo que vendía era únicamente perfiles profesiones de árbitros, como se ha dicho, algo que realizan otros muchos profesionales del mundo del futbol ¿Por qué no vendérselos también a otros equipos? Lo ocurrido evidencia que si en el  Estado español no hay separación de poderes a nivel político, pues los partidos políticos lo controlan todo, esta falta, como mínimo ética, de separación de poderes  también ha salido a relucir en el futbol,  dándose como mínimo extrañas relaciones  entre un club de futbol, el Barcelona, y el mundo del arbitraje. Un escándalo de dimensiones inimaginables, porque sí se han pagado en blanco esas cantidades, por asesoramientos no realizados o sobrevalorados, hace sospechar que entre los implicados se movió mucho más dinero en negro, la cuestión es ¿Para qué, por amor o a cambio de arbitrajes a la carta?

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