martes, 14 de abril de 2015

UNA OLA GLOBAL DE CAMBIO AMENAZA OCCIDENTE.

El Mundo occidental, que tiene entre otros como pilares la democracia, la defensa de los derechos humanos y el derecho a la propiedad privada, ha vuelto a sufrir una nueva derrota, esta vez en la VII Cumbre de las Américas. Derrota escenificada a través de la reunión mantenida entre el actual presidente de la mayor democracia occidental, Barack Obama, y el presidente del Régimen comunista cubano, Raúl Castro. Dicha reunión se debe considerar un paso más de la nueva política exterior de los Estados Unidos respecto a Cuba, a través del cual la Administración Obama  busca normalizar relaciones con dicho país.

El exgobernador de Florida, Jeb Bush, y posible candidato republicano a la presidencia de los EEUU, ha dicho al respecto: ¿Por qué legitimar a un cruel dictador de un régimen represivo? No hay ninguna razón. Las circunstancias en Cuba no han cambiado después de 50 años. En Cuba sigue gobernando un régimen comunista, se cometen violaciones de los derechos humanos, no se respeta el pluralismo político, no hay libertad de prensa, hay presos políticos, y el derecho a la propiedad privada está regulado teniendo numerosas limitaciones, dependiendo del rol que cada ciudadano tenga en el Régimen. No hay ninguna razón que justifique el cambio de política de la Casa Blanca respecto a Cuba. Aún más, algunas declaraciones efectuadas por el  presidente Raúl Castro,  como las de  “El sistema político de Cuba no va a cambiar” o “Diez presidentes tienen deudas con nosotros, pero no el presidente Obama”, a favor del inmovilismo político en Cuba, contrarias a la democratización y al aperturismo del país, y como siempre amenazantes, deberían ser suficientes razones para que la Administración Obama siguiera manteniendo la misma política hacia Cuba. ¿Por qué entonces el presidente Obama  desea cambiar la política exterior de los EEUU respecto a Cuba? Obama ha intentado justificarse con mensajes del tipo de  “Nuestras naciones deben librarse de viejos argumentos” o “Después de 50 años con una política que no ha funcionado es hora de intentar algo nuevo” o “Estados Unidos mira hacia el futuro, no queremos estar atrapados en ideologías, al menos yo no lo estoy”  Mensajes hipócritas y cínicos. En Cuba no ha cambiado nada en 50 años, sigue habiendo una dictadura comunista, y por tanto los argumentos que eran válidos hace 50 años lo son también hoy. Es cierto que la Unión Soviética se ha disuelto, acabando con la amenaza no solo ideológica sino también militar que representaba el  comunismo, pero en contra a lo que suele afirmar el actual presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, la Guerra Fría no ha acabado sino que simplemente se ha transformado. La globalización ha hecho que el enemigo no este hoy tan identificado ideológica y geográficamente como en el pasado. Además, ha  incorporado nuevas tácticas con las que sus acciones violentas o implicación  en conflictos armados son más fácilmente disimuladas ante la opinión pública y ante gobernantes que no desean ver lo que realmente está ocurriendo.

¿Por qué entonces Obama ha cambiado de política exterior respecto a Cuba? Las razones son dos. Primera, Obama es un traidor, con su cambio de política respecto a Cuba está traicionando a lo que representan los diez presidentes a los que Raúl Castro les amenaza con cobrarles deudas. Segunda, intereses electorales de sectores del Partido Demócrata. En EEUU se han producido cambios demográficos con capacidad para influir en los procesos electorales, y dichos cambios demográficos, están provocando cambios en la política exterior del Partido Demócrata respecto a Cuba, y también en otros asuntos como el de Irán, Siria, Rusia, etc.   

Además, el cambio de política exterior de la Casa Blanca es una consecuencia más de encontrarnos en  una  era política decadente, que tienen tres principales características. Primera, la globalización económica ha quitado valor a las diferencias ideológicas, favoreciendo que grupos, familias, con  diferentes ideologías, incluso antagónicas, se unieran pasando a tener intereses económicos comunes. Segunda, vivimos una época que se caracteriza por defender un  individualismo político  no partidario de cosas como la defensa colectiva, la injerencia por razones humanitarias, o la responsabilidad de proteger. Tercera, se está produciendo una ola global de cambio político. Una ola de cambio, por definirla utilizando un concepto moderno, transversal, formada por actores de diferentes ideologías e intereses, que avanzan juntos buscando alcanzar juntos la  playa, aquello que desean destruir. Como toda ola no busca lograr ningún objetivo concreto, no quiere crear algo nuevo, sino simplemente destruir. Una ola que quiere destruir el sistema político y social que surgió a partir de la IIGM, y que ha permitido que en Occidente viviéramos décadas de paz, estabilidad, desarrollo y progreso. Una ola que ha llevado al presidente Obama a cambiar su política exterior respecto a Cuba, respecto al plan nuclear de Irán, y respecto a las amenazas de Rusia.

Ola global  de cambio político en cuya cresta en España cabalga el partido político  Podemos. Podemos, un partido de ideología comunista, que de forma clara se  declara contrario al sistema político y social occidental que surgió a partir de la IIGM. Podemos, un partido político que debemos considerar un claro fruto político  de la globalización, pues además de contar con el apoyo del comunismo internacional cuenta con el apoyo de otros actores internacionales, del Mundo islámico, del Mundo iberoamericano, etc. Podemos, un partido que está creciendo en votos gracias a contar con el apoyo de corruptos sectores de la derecha española afines al Partido Popular, que tienen intereses económicos comunes con sectores del comunismo internacional y otros actores internacionales de ideologías afines.  

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